+ Televisa y caso Diego: ¿por qué no informar sobre el secuestro?

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+ “Responsabilidad ética”, no en todos los casos para la tv

El pasado lunes 17 de mayo, apenas unos minutos después de haber iniciado el noticiero nocturno del canal 2 de Televisa, el conductor de este espacio, el periodista Joaquín López-Dóriga, hizo un anuncio un tanto inaudito, y que generó amplia polémica no sólo en la televisión, sino en todos los medios informativos del país: aseguró que Televisa había tomado la determinación de no dar más información sobre la desaparición del abogado Diego Fernández de Cevallos, hasta en tanto éste no apareciera.

Este anuncio, por sí mismo, activó una fuerte discusión que no sólo implicó el debate sobre la responsabilidad ética de los medios informativos, sino que también dejó ver que la supuesta sensibilidad de la televisora, en este caso, no necesariamente tiene que ver con una cuestión moral, sino con quién sabe qué recovecos en los que se asoman intereses disfrazados de responsabilidad informativa.

En efecto, la noche del pasado lunes, en el noticiero nocturno de Televisa, López-Dóriga dijo textualmente lo siguiente: “Y ahora le voy a informar lo siguiente. Mire usted, ante esta delicada, incierta situación por la que atraviesa Diego Fernández de Cevallos, por respeto a su familia, por el espacio que nos han pedido para las posibles negociaciones con los captores, pero por encima de todo, por el respeto a la vida de Diego, noticieros Televisa ha tomado la decisión editorial de no volver a informar de este caso hasta su desenlace, es una decisión de anteponer una vida humana, la de Diego, a este que es el ejercicio periodístico. No ha sido, no, una decisión fácil, pero sí una decisión firme”.

Esta determinación, de sí, causó un enorme impacto. ¿Por qué? Existen varias razones. La primera de ellas, es porque, como lo asentaría días después en su columna “Historias de reportero”, publicada en el periódico El Universal, de la Ciudad de México, otro integrante protagónico de Noticieros Televisa y conductor estelar de otro de sus noticieros, Carlos Loret de Mola, esta era la primera ocasión en la que un medio de información del tamaño y la influencia de esa televisora, transparentaba y explicaba al público televidente, una decisión editorial que sólo tendría que haberse procesado y determinado a nivel interno.

Pero, independientemente de lo dicho por López-Dóriga, y reforzado por Loret de Mola, en el sentido de que cada medio informativo tiene la entera potestad de generar, determinar y hacer valer unilateralmente su política editorial, porque esa es una de las libertades de toda empresa informativa, dicha decisión fue polémica por la influencia que representa Televisa.

De este modo, si tomamos en cuenta que esa cadena televisiva tiene la capacidad de concentrar la audiencia de unos siete de cada diez televisores que se encuentran prendidos en el país, y que esa cobertura la logra gracias a que tiene en su poder la más amplia gama de canales y programación de televisión abierta, por cable y por servicios satelitales, entonces podremos darnos cuenta que la decisión de no informar sobre un hecho determinado, sí abarca un radio de acción importante.

Por ello, aunque resulta irreprochable el argumento esgrimido por Televisa, en el sentido de ponderar la vida del ex Senador por el PAN a cualquier afán informativo, lo cierto es que aún así continúan quedando muchas preguntas en el aire, que poco a poco han pretendido ser contestadas. No sólo abarcan, dichos cuestionamientos, si se debe o no informar, o qué es lo que se debe difundir, sino también cuál es la razón de fondo que motivó esa decisión editorial de la televisora.

DEBATE Y ESPECULACIÓN

A través de un texto publicado el 19 de mayo en la página electrónica de la revista de análisis de medios “etcétera”, el director de dicha publicación, Marco Levario Turcott estableció ciertas directrices que no deben dejar de tomarse en cuenta, respecto a la posición editorial de Televisa sobre la desaparición del llamado Jefe Diego.

En su texto, denominado “Réplica a Loret” —en alusión a la columna antes comentada,—, Levario disiente y apunta lo siguiente: “La decisión de Televisa podría ser reconocible, incluso aunque la tome en un marco en el que, y esto es una paradoja, nada hay que informar más que aquello que las autoridades correspondientes consideren necesario. Otro atenuante es el que cuestiona por qué ahora y no antes, es cuando Televisa muestra ese supuesto talante de responsabilidad. Al comentar el caso de Paulette, dice Loret que la amplia cobertura que le dio Televisa se debe a que los padres de la niña así lo solicitaron, como si Televisa fuera receptáculo de las demandas que hacen diversos grupos de la sociedad mexicana, como por ejemplo en el tema de los medios de comunicación, la necesidad de que haya un cuadro normativo para que tengan vigencia legal las radios comunitarias. Según mi parecer, es mucho más probable que el tratamiento sensacionalista que Televisa le dio a esa tragedia se debe a la búsqueda de los más altos niveles de rating posible (me cuesta trabajo creer que los padres de Paulette hubieran pedido —y que así nada más Televisa hubiera aceptado— contar con una amplitud y una reiteración de las entrevistas como las que le hizo la televisora y que fueron difundidas obsesivamente en todos los horarios de la barra informativa, y en especial, en los de mayor audiencia).”

Además, respecto al silencio de Televisa, el periodista Raymundo Riva Palacio apuntaba ese mismo 19 de mayo, en su columna Estrictamente Personal, publicada en el portal web www.ejecentral.com.mx que “El lunes por la tarde [17 de mayo] hubo una reunión especial en Los Pinos para definir cómo abordar la comunicación sobre la desaparición de Diego Fernández de Cevallos. El pensamiento que prevalece en el gobierno, en este y en el caso de la lucha contra el narcotráfico, es que el problema es el mensajero, por lo que a quien hay que controlar es al mensajero. Coincidencia o no, por la noche Televisa anunció, en una claudicación a parte de su responsabilidad social, no volver a difundir nada hasta que se informara oficialmente sobre el caso.”

ALGUNAS PISTAS

De este modo, podemos hallar algunas pistas más allá de lo que parece una decisión editorial responsable. Es positiva por la preservación de la vida del desaparecido. Es mala porque Televisa esconde sus intereses en un supuesto marco de responsabilidad informativa.

almargen@tiempoenlinea.com.mx

almargenoaxaca.wordpress.com

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