UABJO: sigue la violencia, porque a nadie interesa su rescate

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+ Ataques a balazos: ¿Y si alguien hubiera muerto en refriega?

Ayer, nuevamente la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO) se vio envuelta en episodios de violencia. Una enésima disputa por el control físico y político de la dirección de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, motivó un enfrentamiento entre grupos contrarios. La disputa fue violenta, y en ella resultó herida de bala una persona, como si la Máxima Casa de Estudios de los oaxaqueños no tuviera gobierno, como si tampoco tuviera autoridad, como si ese no fuera un espacio privilegiado para el diálogo y la pluralidad; y, sobre todo, como si no existiera una autoridad estadual capaz de hacer valer el orden y, más allá de la fuerza policiaca, atender por lo menos algunos de los más graves problemas de la Universidad.

La Facultad de Derecho, se encontraba ocupada desde hace algunas semanas por un grupo de alumnos, en demanda del reconocimiento de la validez de los estudios que éstos realizaron en base a un plan de estudios desfasado del actual. La demanda, que parecía ser algo nimio de una posible resolución simplemente apegada a trámites administrativos ante la autoridad académica, se convirtió en un nuevo problema político ante la interminable disputa que ahí existe por el control de la dirección de la Facultad.

Fue así como la ocupación de las instalaciones de esa Facultad, condujo a un intento para lograr la destitución, por parte del Consejo Técnico, del director Noé Matus Romualdo. Este fue el preámbulo para la violencia. Porque de todos modos, independientemente de que se hubiera logrado o no tal finalidad, dentro de unos días se lanzará la convocatoria formal para la elección del nuevo directivo.    Y eso, que es lo realmente importante que está en disputa, es lo que vino provocando toda esta cadena de intentos por la desestabilización y la toma de control de esa tumultuosa facultad.

Ante todo esto, cabe preguntarse: ¿Qué ocurrió ayer? Que ante la toma de la Facultad, por parte de grupos identificados con quienes en su momento apoyaron a la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca, el ex rector y actual operador político del rector Rafael Torres Valdez, Abraham Martínez Alavés, intentó recuperar el control. La justificación de esa misión, era la de tener una Facultad pacificada y ordenada, en la que existieran las condiciones necesarias para la emisión de la convocatoria referida. El problema fueron los métodos, de sí “naturales” en la UABJO, que utilizaron para lograr dicha acción.

Martínez Alavés se valió del porrismo, que tantas veces le ha ayudado a la actual administración universitaria a medio sostener la “gobernabilidad” de la Casa de Estudios, para tratar de recuperar la Facultad de Derecho. Así, un grupo violento de porros, comandado por Rubén Marmolejo Maldonado, alias “El Dragón”, trató de ingresar a Derecho y Ciencias Sociales, y ahí se desató la trifulca.

En la refriega salieron a relucir las armas comunes de los enfrentamientos de la universidad, tales como palos, piedras y bombas molotov; también se hicieron disparos de arma de fuego. En el encontronazo, resultó lesionada la corresponsal de un medio informativo electrónico de la capital del país; y más tarde ingresaron a la Casa de Estudios, elementos de la Policía Estatal, quienes realizaron aprehensiones y lograron restablecer el orden en esta maltrecha Casa de Estudios.

Ante los hechos, más que preguntarnos quién es el responsable o cuál fue la causa —o la disputa— específica que derivó en este episodio de violencia, deberíamos tener ante nosotros la duda de si, a partir de ahora, todos los conflictos universitarios habrán de dirimirse a balazos; si la administración universitaria hará lo que le toca a base de porrismo; y si la actuación del gobierno estatal en todo esto se limitará únicamente a la acción policiaca.

NADIE SE RESPONSABILIZA

En el enfrentamiento resultó herida, de un disparo de arma de fuego que le impactó una pierna, la reportera de Multivisión, Ixtlixochitl Martínez. Hubo otros lesionados menores. La Policía Estatal logró la aprehensión de alrededor de cuarenta jóvenes que participaron en la refriega. Y, como siempre, los verdaderos responsables de este episodio de violencia nuevamente quedaron en la impunidad.

Este asunto debería tener preocupado a más de uno. ¿Por qué, si es del dominio público qué grupo era el responsable del enfrentamiento, y a qué intereses sirve, nadie cuestiona a los autores intelectuales del hecho?

Marmolejo Maldonado es un individuo que durante años ha vendido sus servicios de porrismo a las sucesivas administraciones universitarias; éstas, han ocupado a las huestes de El Dragón, para chocar en contra de quienes pretenden enturbiar la Universidad; Marmolejo, del mismo modo, tiene un largo historial de servicios al gobierno estatal durante y después del conflicto magisterial de 2006; en todos lados se sabe que, particularmente en este enfrentamiento, el interés que pretendía salvaguardar era el del rector Torres Valdés; y que el operador directo de este choque fue el ex rector Martínez Alavés. ¿Por qué, si en todos lados se tenía noticia de este hecho, nadie ha hecho nada para reprochar la vocación violenta no sólo de los paristas, sino también de la autoridad universitaria?

Y es, en este sentido, igualmente grave que las autoridades estatales sigan haciendo presencia en la Universidad sólo para aplicar la dureza policiaca. El operativo implementado ayer por la Policía Estatal logró, con limpieza y sin dilaciones, el objetivo de restituir la paz en las instalaciones de Ciudad Universitaria. Pero hubiera sido deseable que más allá de la acción de la fuerza pública, la Secretaría General de Gobierno, que es encabezada por un “universitario” como Evencio Martínez Ramírez, estableciera mejores canales de interlocución con los actores universitarios, para impedir que las disputas de orden política terminen en hechos de violencia y, mucho menos, en balaceras. Pero al gobierno estatal, la UABJO simplemente no importa.

RIESGO REAL

La agresión en contra de nuestra compañera Ixtli Martínez nos lastima y agravia a todos los que integramos el gremio periodístico. Sin embargo, preocupa mucho más que esa bala pudo haber impactado en cualquier persona, y en cualquier sitio. Nadie parece dimensionar el tamaño del problema que se hubiera ocasionado si alguien hubiese muerto en la refriega. Sobre eso, todos callan.

almargen@tiempoenlinea.com.mx

almargenoaxaca.wordpress.com

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