+ Un engaño, eliminación de pago de tenencia
Fue en los primeros días de mayo del año pasado, cuando en un desayuno con mujeres profesionistas, el entonces candidato de la alianza PRI-PVEM a la gubernatura, Eviel Pérez Magaña, anunció que de ganar los comicios, eliminaría en Oaxaca el pago del impuesto sobre tenencia y uso de vehículos. Esa, que fue una de las pocas propuestas con verdadero impacto positivo en su campaña, en realidad estaba llena de engaños y verdades a medias. La recaudación de ese impuesto trae aparejada una serie de compromisos económicos que, lamentablemente, serán ineludibles para los oaxaqueños en corto y mediano plazo.
Sin duda, el pago del impuesto sobre tenencia y uso de vehículos, es uno de los más repudiados en el país. Si bien se recuerda, desde 2009 comenzaron los intentos en la Cámara de Diputados por derogar definitivamente, en el ámbito federal, el cobro de gravamen, al considerar que era lesivo para la mayoría de las familias mexicanas que se encontraban padeciendo los estragos de la crisis económica global que ocurrió en ese año, y que impactó fuertemente sobre nuestro país.
Los defensores de ese impuesto federal, salieron al paso argumentando fundamentalmente dos cosas: primera, que la eliminación de esa carga tributaria golpearía directamente a las arcas de las entidades federativas; y segundo, que ese era un tipo de “impuesto verde” a través del cual el gobierno federal buscaba desincentivar la puesta en circulación de más vehículos de motor que contaminaran el ambiente. Una cuestión paralela que se argumentaba, era que faltaban sólo tres años para que ese gravamen dejara de ser federal, y que entonces sería el gobierno de cada entidad federativa el encargado de decidir si lo continuaba o no cobrando.
En realidad, el Impuesto sobre Tenencia y Uso de Vehículos está derogado desde 2007, porque esa fue una propuesta de campaña del ahora presidente Felipe Calderón Hinojosa. Sólo que el cumplimiento de esa promesa tuvo, como casi siempre, su engaño: desde entonces, y de acuerdo con la Ley de Coordinación Fiscal entre la Federación y las entidades federativas, se establece que el producto de ese gravamen federal deberá ser cobrado por las oficinas de recaudación de las entidades federativas (es decir, las Secretarías de Finanzas, Tesorerías estatales o el órgano equivalente), y que aunque la naturaleza del impuesto es federal, éste ingresaría y beneficiaría a las arcas estatales de la entidad donde se recaudara. Y se estableció que la derogación del impuesto y de éste precepto de la Ley de Coordinación Fiscal (artículo 2), así como la abrogación de la Ley del Impuesto sobre Tenencia y Uso de Vehículos, tendrían vigencia hasta el 1 de enero de 2012. Es decir, que el gobierno federal se quitaría la carga de cobrar el gravamen, pero sin que éste necesariamente desapareciera.
De esta explicación, deriva todo lo relativo a que una eliminación prematura del Impuesto federal sobre la Tenencia de Vehículos no golpearía a las arcas federales, sino a las de las entidades federativas; pero lo que hasta ahora poco se ha visto y analizado, es la disposición no siempre racional que han comenzado a hacer en los estados de la República de ese impuesto, que materialmente ya cobran y del que ya se benefician, pero del que formalmente deberían estar aún impedidos para disponer. Ahí es donde se encuentra la clave del futuro hipotecado, que algunos dicen que ya nos heredó el gobierno de Ulises Ruiz Ortiz a los oaxaqueños.
COMPROMISOS DE PAGO
Desde hace algunos años, el mismo gobierno federal comenzó a incentivar la llamada bursatilización de los ingresos fiscales de las entidades federativas. Esto, con el objeto de que los gobiernos estatales tuvieran la posibilidad de hacerse de dinero fresco a través de compromisos que formalmente no constituían deuda pública para las arcas estatales. Así fue como éstos comenzaron a explorar ese tipo de esquemas, a través de los cuales comprometieron ingresos futuros a cambio de dinero con posibilidad de ser dispuesto de inmediato para generar obras que, según, eran prioritarias.
Ese fue el camino que siguió en Oaxaca el impuesto sobre la tenencia de vehículos, que aún no es del todo local, pero que ya se encuentra a sólo un año de que lo sea por completo. Desde entonces, el Gobierno del Estado comenzó a explorar mecanismos para conseguir financiamiento de obras de gran calado, tales como Ciudad Administrativa y el complejo de Ciudad Judicial.
A cambio de obtener el dinero para financiar esas obras, y tener recursos para ejecutar otras acciones —que aún no se sabe claramente cuáles fueron, o en qué fue invertido ese dinero— se comprometieron los ingresos locales futuros por conceptos que tienen un nivel importante de garantía ante las instituciones crediticias, independientemente de que aumenten o disminuyan los montos de inversión federal asignados al estado. Así fue como en varias entidades federativas, se establecieron compromisos respecto al cobro de los impuestos vehiculares. La recaudación de esos gravámenes fue, en términos simples, la garantía que dejaron a los bancos para que les prestaran dinero fresco para invertir. Esa es la razón por la que en Oaxaca no veremos, al menos en el futuro cercano, que pueda eliminarse, e incluso disminuirse, el monto del impuesto sobre tenencia y uso de vehículos.
A partir de ahora, el camino fácil para quien no desee seguir pagando el impuesto sobre tenencia y uso de vehículos en la entidad, será el de reemplacar sus unidades en alguna de las entidades federativas que ya lo eliminaron. Pero lo verdaderamente importante de todo esto, será la posibilidad de que verdaderamente se transparente y publicite con detalle el monto de los recursos comprometidos, en qué fueron gastados, y hasta cuándo se terminará de pagar todo eso que más allá de las promesas de campaña, tendremos que pagar los oaxaqueños durante los siguientes años.
¿Y LOS MANDOS POLICIACOS?
Han pasado más de cuarenta días de iniciada la administración, y es increíble que aún haya tantas designaciones pendientes. En la Secretaría de Seguridad Pública, por ejemplo, a nivel de mandos policiacos sólo ha sido nombrado el Comisionado de la Policía Estatal. Pero faltan todas las demás corporaciones y, sobre todo, en la Dirección de Tránsito del Estado. Ahí, mientras el gato no está, los ratones llevan más de un mes de festejos “mordiendo” y extorsionando a todo el que se deja. Urgen definiciones.
Que paso mi estimado, pues en cuanto al dinero de la tenencias segun mi poca capacidad entiendo que el dinero va a caer directamente en las arcas del estado, todavia no deberian hacer uso de ese dinero por que se supone hasta el año que viene seria un cobro a nivel estatal, pero ya lo estan utilizando, no se para que, y pues como tu dices una solucion seria emplacar y pagar tenecia en otro estado, y aunque no lo creas un conocido ya utilizo el metodo por que es un gasto tremendo pagar tenencia y emplacamiento en este nuestro estado, pero volviendo al tema, me podrias decir asi a groso modo, en que crees que termine todo el dinero de este cobro desmesurado, acabara siendo utilizado para los mismos ciudadanos ???? O solo sera para beneficiar a algunos pocos ???
En fin…..