UABJO: resultado en SUMA, crucial para RTV

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+ Disputa universitaria, sigue sólo entre caciques

 

El resultado de la elección en el Sindicato Universitario de Maestros (SUMA), de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), es definitivo para el futuro político del rector Rafael Torres Valdez. Y es evidente que ese resultado, además de ser otra evidencia clara de la distancia que ya existe con el sempiterno cacique universitario, Abraham Martínez Alavés, aleja las posibilidades de que la actual autoridad universitaria pueda definir la sucesión a favor de su candidato.

La elección en el SUMA, en realidad, no fue sino la materialización de las agrias discordancias existentes entre el rector Torres Valdez, y su otrora mecenas y líder moral del SUMA, Martínez Alavés. Estas discrepancias, en realidad no son nuevas. Parten tanto de los desacuerdos habidos por el reparto del poder dentro de la administración universitaria, como por las discrepancias respecto al rumbo en el que ha querido enrolar a la Universidad el actual Rector.

No obstante que la UABJO no precisamente es una arena donde las batallas se libran de manera diplomática y civilizada, en realidad eran pocos los escenarios posibles para que ambos personajes midieran fuerzas, no en forma violenta, sino respecto de la influencia y el control político que tienen de la universidad. Ese escenario, ideal e icónico para el rector Torres y para Abraham Martínez, era precisamente la elección del Secretario General del SUMA. ¿Por qué?

Existen varias razones. Primera, porque ambos personajes son integrantes activos de ese sindicato. Segundo, porque Abraham Martínez ha sido el principal líder y “guía moral” del SUMA desde su creación. Tercero, porque el SUMA es la cuna política de los dos últimos rectores.

Cuarta, entre muchas más, porque Abraham fue el principal impulsor de esos dos últimos rectores, sobre los cuales considera que tiene ascendencia, y que éstos le deben cierto reconocimiento no sólo a su mecenazgo, sino también a los cotos de poder que él maneja, y el rumbo de la Universidad que él concibe.

Y quinta, porque hoy, a diferencia del pasado, no existe coincidencia entre el Rector y el líder moral de ese Sindicato, respecto a la persona y al grupo en que debe quedar la Máxima Casa de Estudios, una vez que culmine la gestión del rector Torres Valdez. Por todo ello, la elección en SUMA era una ocasión perfecta para que éstos comenzaran formalmente la carrera por la rectoría.

Claramente, Abraham Martínez brindó su apoyo a Miguel Jiménez Arango; y el grupo del rector Torres Valdez operó políticamente y respaldó, sin ningún tapujo, a Guillermo Trejo Carbajal. Ambos personajes, que en sí mismos no se caracterizan por el escándalo o la corrupción, y que incluso son bien recibidos por la comunidad universitaria, en realidad no fueron sino la ocasión de una disputa de mayor envergadura.

En el fondo, el resultado de la elección fue producto de la operación electoral que realizó cada uno de los grupos a favor de su candidato. Y queda claro que, en el resultado, está una premonición posible de lo que podría ser la repartición de votos y fuerzas rumbo a la elección de Rector que se realizará en los primeros meses del próximo año.

 

ELECCIÓN “DEJA VÚ”

Guillermo Trejo Carbajal representaba, además de los intereses del rector Torres Valdez y su grupo, la posible ascendencia de esa facción dentro de la Facultad de Ciencias Administrativas. Por su parte, Manuel Jiménez Arango representaba, además del proyecto de largo plazo de Abraham Martínez y sus hijos, la influencia de ese grupo en la Facultad de Derecho. Ambas escuelas universitarias, son de las más grandes y, junto con las preparatorias, son de las que mayor número de votos aportan a la cuenta total en los procesos electorales universitarios.

La operación electoral del grupo que respaldaba a Trejo Carbajal fue encabezada por Josefina Aranda Bezaury; y habría sido directamente Abraham Martínez quien ejecutara diversas acciones de movilización, y desmovilización de sus adversarios, para operar favorablemente a la causa de Manuel Jiménez Arango. Al final, al ex rector Martínez ya no le interesa pelear el cargo para sí: detrás de él están sus hijos, tratando de construir una ruta clara hacia la rectoría en los cuatrienios subsecuentes.

¿Por qué era importante definir las ascendencias dentro de las Facultades? Lo era porque de ese modo podrían tener una radiografía clara de las posiciones universitarias en las que cada grupo tiene influencia; y eso podría ser también un indicio claro de cómo se resolvería un posible conteo de votos en una elección de rector.

El problema para Torres Valdez es que sus posiciones se desmoronan, o cuando menos quedan bastante mal paradas, con este resultado. Otro problema radica en que éste abrió, desde hace muchísimo tiempo, la competencia, y los posibles candidatos, a la rectoría. Y eso, que pareció ser una acción de madruguete, en realidad lo que ha provocado es un intenso proceso de desgaste para quienes el Rector quisiera que fueran sus posibles sucesores en el cargo (principalmente la ex secretaria Académica, Aranda Bezaury).

Mientras eso pasa, el grupo de Abraham Martínez sigue compactando su grupo alrededor de la potencial candidatura de su hijo Eduardo. Y esa cadena de hechos y resultados, al final, no hacen sino fortalecer sus posiciones y reorientar al grupo como el posible impulsor de quien pudiera ser el próximo rector.

El grupo de los Martínez tiene, a través del SUMA de Jiménez Arango, a un sindicato que, si bien no le es incondicional —por la misma historia del ahora Secretario General de ese Sindicato—, sí tiene importantes afinidades con el proyecto político que pretende orientarse hacia Eduardo Martínez. Esto reafirma ciertas tendencias, y aunque aún falta mucho tiempo para que inicie formalmente el proceso electoral, desde hoy ya se pueden ir viendo cómo se irán acomodando las piezas rumbo a la sucesión del rector Torres Valdez.

 

OBRAS, A FUERZA

Qué mal se ve el gobierno municipal de Oaxaca de Juárez al tomar una posición impositiva respecto a las obras que realiza con el llamado Plan Luz. No se trata de que todos estén de acuerdo, como tampoco se trata de que se haga un consenso testimonial para justificar lo que bien parece un capricho. ¿Será que es eso? ¿O es que existen más intereses detrás de esa obcecación del presidente Luis Ugartechea Begué? Esta última, es pregunta.

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