Cambios en gabinete: ¿qué criterio prevalecerá?

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+ Ajustes de funcionalidad, no para compromisos

Luego del primer año de gobierno, es natural que los gobernantes hagan los primeros ajustes importantes a su equipo de trabajo. Esa ha sido una constante en los últimos Gobernadores de Oaxaca. Aunque ninguno de ellos se había enfrentado a un conjunto tan complejo de intereses y compromisos que, en un momento dado, podrían limitar esa libre capacidad de decisión que debiera tener el Titular del Ejecutivo. Por eso, hoy que los ajustes son inminentes, debiera también quedar claro cuál será el criterio prevaleciente para realizarlos, y si éste rondará en la funcionalidad o en el pago de cuotas pendientes.
Al entregar su Primer Informe de Gobierno, el gobernador Gabino Cué, reconoció que más allá de los avances conseguidos, su administración ha tenido fallos que deben ser corregidos a la brevedad posible. Aunque no particularizó los yerros cometidos, sí quedó claro que muchos de ellos tienen que ver con los problemas de funcionalidad, eficacia y compromiso común, que tiene la administración que encabeza.
El asunto es muy claro: la actual administración, en las condiciones en las que se encuentra, fue conformada con un criterio de inclusión y pluralidad respecto a todas las fuerzas que participaron en la coalición de partidos que impulsaron a Cué para llegar a la gubernatura. Éste, en recompensa, trató de incluir a representante de todos los grupos, aunque desde el primer momento quedó claro que el gran problema de esa conformación sería, primero, que no existía un proyecto y compromisos claros y exigibles directamente por la ciudadanía, para cada uno de los integrantes del gabinete; y segundo, que éstos provenían de fuerzas políticas potencialmente contrarias, y que por tanto el proyecto de trabajo gubernamental siempre estaría supeditado a los intereses partidistas o políticos que se vivieran en cada momento de la vida pública.
Todo eso trajo una consecuencia visible: que, tal y como lo señala el constitucionalista Diego Valadés, ésta pretendida coalición de gobierno en realidad trató de ser cooptación. Esto porque se creyó que incluyendo a todos los participantes partidistas de la coalición, éstos evitarían el choque con el gobierno estatal. Y no fue así. Hoy vemos que independientemente de su pertenencia a partidos gobernantes, gremios, grupos de lucha social, organizaciones campesinas o de trabajadores, y agrupaciones indígenas, de todos modos protestan en contra de un gobierno con el que, se supone, ellos contribuyeron para conformar.
Muchas de esas protestas, sin embargo, son algo que podríamos denominar como “fuego amigo”. Más de un funcionario estatal de “primer nivel” en activo, ha hecho costumbre enviar a sus grupos a protestar en contra de acciones públicas.
Y si el mayor riesgo de esta pluralidad privilegiada en el Gobierno del Estado, radicaba en la posible falta de compromiso por parte de los integrantes del gabinete, muchos de ellos han mostrado también su voracidad, su deslealtad con el supuesto proyecto de gobierno y sus postulados democráticos, y su afán de seguir comportándose —por conveniencia— como si fueran oposición, cuando hoy son parte de los grupos que conforman el gobierno.
Por eso, es no sólo necesario, sino urgente, que se tomen medidas para ajustar ese equipo de trabajo que, si bien no cumple las expectativas de la ciudadanía por su falta de resultados tangibles y comprobables, parece ser que tampoco responde a las necesidades mínimas del Gobernador del Estado, que como primer requisito requiere gobernabilidad y orden dentro de su equipo de trabajo..

AJUSTE URGENTE
Es natural que los gobernantes asuman el cargo sujetos a compromisos con los grupos con los que tuvieron que pactar, para poder alcanzar el poder. Si no es una constante de todos los gobiernos en todos los escenarios, al menos sí es una tradición en nuestro ambiente político.
Por eso, siempre en el primer periodo anual, hasta la misma sociedad manifiesta cierta tolerancia a una pluralidad de fuerzas en el gabinete, que casi nunca viene acompañada ni resultados, ni de eficacia, ni de compromiso por parte de esos funcionarios que desempeñan funciones como premio, y no como débito de trabajo y de responsabilidad con la ciudadanía.
No obstante, al cruzar el umbral del primer año viene también la primera gran sacudida. Generalmente, ese ajuste va liquidando los compromisos y va dando pauta a los verdaderos equipos de trabajo. Y frente a ello, uno de los grandes problemas a los que se ha enfrentado el gobierno al estar en ese escenario, es que los gobernantes han privilegiado la engañosa decisión de tratar de hacer buenos funcionarios a sus buenos amigos, por encima de la posibilidad de allegarse de personas de capacidad, preparación y experiencia probada en las responsabilidades más urgentes a las que debe enfrentarse el gobierno.
El resultado de eso ha sido desastroso. Producto de esas decisiones, los gobernantes han tolerado ineptitud, irresponsabilidad, falta de resultados y, sobre todo, corrupción. Son abundantes los casos de funcionarios corruptos que fueron tolerados por la amistad, por el compromiso o hasta por la complicidad, y que hoy gozan de cabal impunidad a la vista de todos los ciudadanos. Porque nada garantiza que los más allegados al gobernante, sean también los más idóneos para las tareas de administración y gobierno.
Por todo eso, ante la necesidad de los ajustes, el gobierno de Cué se encuentra en la disyuntiva de elegir el criterio de la cercanía para replantear el gabinete; puede también continuar atrapado en una supuesta pluralidad que viene acompañada de todos los problemas, y de ningún viso de compromiso con la sociedad; o, en el mejor de los casos, podría allegarse, ahora sí, de los mejores hombres y mujeres, para seguir eficazmente con el curso de su administración.
Los dos primeros escenarios son poco halagüeños, e incluso hasta algo nocivos. Sin embargo, la posibilidad de que triunfe la funcionalidad por encima de los compromisos y los afectos, es verdaderamente escasa. Y contrario a lo que piensan, esa es una de las razones, sensibles pero trascendentales, por las que nuestros gobernantes nunca pueden alcanzar el estatus de estadistas.

ALIADOS TRAIDORES
Y hablando de eso, hoy habremos de prepararnos para un nuevo día de caos. ¿La razón? Que la Sección 22 del SNTE hará una más de sus movilizaciones. ¿Exigiendo qué? Eso es lo de menos. Lo importante es hacer presencia. Ésta será una semana corta, pero difícil.

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