La reedición del caos ya está aquí, en Oaxaca

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+ Gobierno, sometido por adversarios… y aliados

 

Echemos a andar la memoria, y regresemos a la situación que prevalecía en Oaxaca en julio de 2010. Lo que podamos recordar, confrontémoslo con lo que ocurre hoy aquí mismo. Podremos ver que esto que vemos, pareciera una dolorosa reedición del pasado, en la que de nuevo regresamos al peor de los escenarios.

¿Qué ocurría en ese momento en específico? Era el periodo inmediatamente posterior a los comicios estatales. El PRI había perdido la gubernatura del Estado a manos del candidato opositor, Gabino Cué Monteagudo. Producto de eso, el gobierno comenzaba a preparar el proceso de transmisión de poderes. El agonizante grupo que gobernaba entraba en una completa situación de caos, enmarcada aún por la soberbia y la falta de autocrítica.

Los ganadores de la contienda electoral comenzaban a hablar de la “transición” y del ajuste necesario de cuentas. Y mientras todo eso pasaba en las élites del poder, la gobernabilidad se desbordaba con marchas, bloqueos, actos de presión y afrentas directas por parte de los grupos de lucha social, que buscaban acomodo, o ganancias, de ese momento que parecía el más crítico para Oaxaca.

Hoy pareciera que estamos en una situación exactamente similar. Aunque ya no existen pugnas electorales inminentes, lo que parece es una auténtica situación de caos. Esto porque, por un lado, el Gobierno del Estado en momentos parece rebasado por la compleja situación de la gobernabilidad, pero también por la falta de operatividad y eficacia en diversas áreas que son clave para el control social, y que al fallar convierten en caóticos asuntos que inicialmente pareciera que son fácilmente controlables.

En el extremo opuesto, se encuentra un partido opositor que, si bien no ha encontrado el modo de autogobernarse, sí emprende intentos abundantes de poner en predicamentos al gobierno en turno. Las distintas manifestaciones regionales del PRI, hoy, saben que tienen nada que perder, y por eso se animan a azuzar todo tipo de expresiones de inconformidad por parte del gobierno en turno. Saben que los costos políticos que puedan pagar como oposición, son de antemano menores a los que ya pagaron como gobierno.

Y aunque pareciera que ese escenario está compuesto por esos dos factores, en realidad hoy Oaxaca tiene al menos otra ala determinante para la gobernabilidad del Estado, que si bien es sui géneris, sí debemos asumirla en su magnitud y también en los vicios y problemas que representa. Ésta es, el ala de los “aliados” del régimen.

En efecto, hoy, contrario a como ocurría tradicionalmente, no todos los integrantes del gobierno son aliados del mismo, y no todos los grupos sociales que se colaboraron para que el gobernador Cué llegara a su cargo actual, están dispuestos a ayudarlo, contribuyendo a mejorar la gobernabilidad.

Los “aliados”, actualmente, son los que en buena medida tienen de rodillas al Gobierno del Estado; son también los que todos los días cobran favores de impunidad y daños a la ciudadanía. Y son incluso los que más exigen “respeto” y retribución a los favores que le hicieron al ahora régimen gobernante durante los tiempos electorales, y que hoy los cobran a precio de oro.

Todo eso genera una combinación explosiva: el Gobierno se ve fácilmente rebasado por las circunstancias. Grupos ajenos y propios, se encargan todos los días de generar conflicto y caos. Todos se dicen aliados para medrar con los favores de la campaña. Y los verdaderos opositores se tiran a matar (la gobernabilidad, la paz, o lo que sea) porque saben que la posición que tienen es tan peligrosamente cómoda, que les puede permitir sacrificar casi todo su capital a sabiendas de que, si pierden, perderán poco, y que si ganan, ganarán mucho. Esto es hoy Oaxaca. Y esto, según podemos recordar, no es más que uno de esos augurios que aquí se hicieron cuando muchos se desbordaban en júbilo por los supuestos “tiempos de cambio” que estaban por llegar.

 

TIEMPOS DE CAOS

A propósito de los peligrosos tiempos de ingobernabilidad y caos para Oaxaca, hace 20 meses, el 25 de julio de 2010, apuntábamos en esta columna que “Si este nivel de crispación continúa —como bien podría ocurrir—, lo que viviremos en los meses próximos será una reedición del caos. La visión real de no pocos de quienes asumirán —o reasumirán— el poder a partir del 1 de diciembre, se centra en la persecución a ciertos personajes del actual régimen, en la legitimación popular a base de golpes judiciales espectaculares, y a la revisión escrupulosa que culmine con la persecución de funcionarios corruptos.

“Frente a ellos, la visión priista es mucho más pragmática, pero igualmente contundente: para ellos, la derrota del pasado 4 de julio es un descalabro relativo. Todos han declarado que van por el 2012 porque, efectivamente, ese es el punto en que pretenden centrar su venganza y persecución a quienes los apabullaron recientemente.”

Y advertíamos: “Ninguna de esas dos visiones pasa por la prudencia. Al contrario. Mientras ocurre uno u otro escenario, lo que quedará en medio es Oaxaca, con todos los problemas que unos y otros se fabriquen para llenarse de piedras el camino. Lo más seguro es que veamos un gobierno con importantes tintes de persecución, y a una oposición priista recalcitrantemente vengativa, provocadora de conflictos, y capaz de bloquear cualquier acuerdo o avance importante en el Congreso del Estado.

“Como ninguno de los dos grupos está indefenso, ambos harán todo, y se valdrán de todo, para atacarse. El problema es que en su riña, le subirán el tono a los problemas de la entidad. Y eso, en global, dejará ver el verdadero rostro de los partidos y sus integrantes, así como lo engañosas que habrían sido aquellas promesas tanto de transformación, como de paz y progreso.”

 

EL DESENGAÑO

Hoy, lamentablemente, estamos viendo esos rostros verdaderos: el de un gobierno que no tiene capacidad para cumplir ni siquiera las promesas más básicas que hizo como grupo opositor que buscaba el poder. Pero también vemos a una oposición irresponsable, que con tal de tener ganancias pone en jaque no sólo al gobierno, sino a toda la sociedad, y que tampoco ha cumplido sus promesas democráticas de responsabilidad y compromiso con la ciudadanía. La cereza, en todo esto, la ponen los “aliados” que menuda ayuda le dan al gobierno alimentando todos los días el caos. Eso es Oaxaca. Para mal de todos.

1 COMMENT

  1. ESTIMADO ADRIAN, MUY BUEN ANALISIS, LO DIVULGAMOS PORQUE ES UN LLAMADO A RESPONSABILIZARNOS TODOS DE PROMOVER LA OFENSIVA CIUDADANA PARA LA RECONSTRUCCION DE LAS INSTITUCIONES DEL ESTADO, ACABAR CON LA IMPUNIDAD GARANTIZADA POR EL PROPIO ESTADO Y ENTRAR A UNA REFORMA INTEGRAL DEL ESTADO. Pepe Márquez

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