Los “aliados” de Gabino Cué medran porque no hay compromiso

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+ Gobierno plural… pero rehén de intereses de todos

 

Casi dos años después del inicio de la gestión, comienzan a verse los primeros signos manifiestos de agotamiento de la actual forma en que se relacionan y “conviven” los grupos que colaboraron para el triunfo electoral de 2010. Sólo así se entiende que el gobernador Gabino Cué comience a reconocer, aunque lleno de matices y precauciones, que sus propios aliados son los que entorpecen la acción de gobierno. Todo esto parte del hecho de que no se establecieron compromisos concretos entre todas las fuerzas, y de que pocos son los que se asumen como parte de la responsabilidad del gobierno, y no sólo de sus beneficios o dividendos.

En efecto, ayer el Gobernador del Estado hizo un llamado a las organizaciones “aliadas”, y a todos, a sensibilizarse y saber “que el gobierno ya cambió”. Y es que al iniciar la semana, un grupo identificado con el PRD encabezó acciones de protesta. Ante ello, de acuerdo con información de la Agencia Quadratín Oaxaca, el Mandatario señaló que al ser Movimiento Cívico una organización que es parte del perredismo, y que formaron parte de la coalición, también “deben entender que deben ayudar”.

En esta lógica, el Gobernante dijo algo que es crucial, pero que asimismo debe ser verdaderamente llevado a la práctica: “Cuando uno es gobierno de coalición hay que cogobernar y eso significa ayudar a los gobiernos no a perjudicarlos, pero eso ya es de cada quien”, expresó.

Esto lo dijo el gobernador Cué en el marco de su Segundo Informe de Gobierno. En estos mismos días, ha reconocido que luego de que acuda al Congreso del Estado habrá de anunciar cambios en su equipo de trabajo. Por eso parece determinante este primer reconocimiento respecto no sólo a sus aliados, sino particularmente hacia el partido (el PRD) que ha sido el mayor beneficiario de las decisiones políticas de su gobierno, pero que no por ello deja de asumir posiciones similares a las de un radicalizado y voraz partido de oposición.

Y es que en estos dos años, ha sido público y notorio el hecho de que las fuerzas políticas que acompañaron a Gabino Cué como candidato a Gobernador, se han dedicado a cobrar, con altos intereses, los favores y los supuestos apoyos que le dieron para consumar la alternancia en la entidad. En esa vorágine del cobro de facturas, no han dudado en recurrir a sus métodos de lucha de siempre, aunque ahora con la diferencia de que ex dirigentes, líderes y personeros de grupos supuestamente representativos de cada uno de los partidos políticos integrantes de la coalición, se encuentran también incluidos en las nóminas de casi cada una de las dependencias que integran la administración estatal.

El problema, en los partidos, es que con nada se sienten representados y que, del mismo modo, con nada se dan por satisfechos. Por eso, a pesar de que algunos representantes de cada uno de los partidos tienen posiciones en el gobierno, de todos modos todos quieren ser parte de los beneficios que pueden existir. Nadie asume las responsabilidades. Y por eso, aunque podría pensarse que Gabino Cué es el gobernador que tiene más aliados y respaldos en el ánimo político estatal, lo cierto es que es el Gobernante al que más han intentado extorsionar y arrinconar para que termine cediendo a los intereses y las ambiciones de cada uno de esos grupos.

 

COMPROMISOS INEXISTENTES

Si en la trinchera de los partidos el problema es que no se sienten responsables de lo que pase en el gobierno, en la trinchera de éste el problema es que nunca estableció compromisos que cada uno de los partidos se comprometieran a cumplir a cambio de las posiciones y el respectivo de maniobra —político, administrativo, electoral, etcétera— que les entregaba con los cargos y las prebendas. Esa es la razón por la que esta coalición nació siendo un dar todo a cambio de nada. Y por eso mismo, hoy comienza a crujir la tolerancia de quien encabeza la administración, frente a los excesos que se cometen a la vista de todos.

Ante la situación actual, Gabino Cué tiene todo el derecho de comenzar a no soportar la situación. En los hechos, él es el único que está pagando no sólo los costos políticos naturales de quien gobierna, sino que adicionalmente su gobierno paga otros costos altísimos por asumirse como rehén de intereses de los partidos integrantes de la coalición, que sin ningún pudor reclaman posiciones, espacios, atención y recursos, como si eso fuera parte del compromiso democrático que asumieron con el triunfo electoral, y no un abierto acto de extorsión que, si ya sería grave si se hiciera en privado, lo es mucho más porque se hace en público a través de manifestaciones, bloqueos, entorpecimiento de la actividad pública y declaraciones de prensa.

El problema es que, en las condiciones actuales, esto no tiene para cuándo terminar. Si el gobierno decide separar a quienes representan esas cuotas, lo más lógico es que el tercer año de gestión sea mucho más golpeado, hostil y costoso —entre los mismos integrantes de la Coalición— que los dos que ya han transcurrido; si decide sostenerlos, lo más lógico es que continúen llevando a cabo las mismas prácticas de extorsión que hasta ahora. Por eso debiera ser de primera prioridad el establecimiento de un pacto de compromisos que, aún dos años después, comenzara a darle rumbo y sentido a la alternancia de partidos en el poder que se logró en 2010.

Eso, que parece tan básico, en realidad no existe. Los partidos integrantes de la coalición ni siquiera se comprometieron en el pacto por la gobernabilidad al que, como los llamados a misa, convocó el secretario General de Gobierno, Jesús Martínez Álvarez, en meses pasados. Los integrantes de la Coalición, en el Gobierno del Estado, se sienten parte de una cuota y no de una responsabilidad. Por eso, mientras su permanencia siga estando asegurada, continuarán cobrando y exigiendo como lo han hecho hasta ahora.

 

COALICIÓN CON PROGRAMA

Algo similar debían hacer en el Congreso, si es que alguien pretende que la Coalición sea algo más que la “aplanadora priista” de lo que ellos mismos denominan como “el viejo régimen”. Debe haber programa, debe haber metas y debe haber compromisos claros, a cambio de las ventajas del poder. Eso es lo que implica el cogobierno. Mientras no lo hagan todo seguirá funcionando en base a chantajes, a extorsiones y a irresponsabilidades, como las que hasta hoy hemos visto por parte de los supuestos aliados del Gobernador del Estado.

 

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