¿Alguien le va a “cuidar las manos” al Edil de Oaxaca de Juárez?

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+ En la municipal, LUB va solo con su candidato

 

Luis Ugartechea Begué quemó las naves cuando logró imponer a su delfín como candidato a sucederlo en el cargo de presidente municipal de la capital oaxaqueña, y por eso mismo alguien —propio o extraño a su causa— debe tener la suficiente visión como para vigilarlo más que nunca, y evitar que él o su presupuesto se entrometan abiertamente en el proceso electoral que se desarrolla. Para el Edil citadino no hay otra oportunidad y por eso, y porque está solo, puede ser capaz de todo.

En efecto, es públicamente conocida la forma en que se definió al candidato a la alcaldía de la capital oaxaqueña. De acuerdo al reparto de posiciones que hicieron los partidos que integran la coalición Unidos por el Desarrollo (Acción Nacional, PRD y PT), en los distritos electorales y los municipios en los que ya había representantes populares electos por alguno de esos partidos, cada uno de ellos continuaría teniendo preferencia en la nominación del nuevo candidato. Así, la candidatura a Presidente Municipal en Oaxaca de Juárez quedó en manos del PAN para que éste definiera al candidato.

En esa nominación, particularmente, había muchos intereses involucrados. Pues a diferencia de como fue postulado Ugartechea, en la elección intermedia se cruzaban no sólo los intereses de los candidatos panistas, sino que ahora también del Gobierno del Estado —que es el gran eje estabilizador de la coalición— tenía particular interés en incidir en la definición del abanderado, porque necesariamente quien sea el Presidente Municipal de la capital oaxaqueña en el siguiente trienio tendrá la posibilidad casi natural de convertirse en un aspirante a la gubernatura del Estado.

Por eso el grupo gobernante trató de incidir a través de la figura de Bernardo Vásquez Colmenares, que si bien no es —ni tiene pinta de ser— un candidato fuerte a la gubernatura del Estado, sí podría eliminar la parte del conflicto que irremediablemente generará la postulación del candidato sucesor del gobernador Gabino Cué… al menos en la capital oaxaqueña. Con Vásquez Colmenares, tenían relativa certeza de un personaje institucional, que no sería capaz de contradecir, o de jugar las contras, al candidato de la misma coalición que lo habría llevado a él al gobierno de la capital oaxaqueña.

El problema es que en esa definición se cruzaron varios factores que enrarecieron la ruta natural de que el PAN “permitiera” opinar, e incidir, al grupo gobernante respecto de la postulación del candidato a Edil de la capital oaxaqueña. Los pleitos internos de Acción Nacional en la ciudad de México, los llamados “audioescándalos”, el distanciamiento entre el gobierno citadino y el estatal, y la presión que generaron los sectores duros del PAN orillaron a la dirigencia nacional (que era, por estatutos, la única que tenía la decisión en las manos sobre todas las postulaciones en la entidad) a tomar una decisión atípica en las coaliciones, e incluso contraria al trato que el panismo ha recibido por el gobierno de Gabino Cué.

El resultado fue la postulación de Francisco Reyes Cervantes, que es panista de cepa y cercano a Luis Ugartechea, pero que al mismo tiempo está muy lejos de ser el mejor visto por el gobierno estatal. Desde el principio el punto de referencia de las definiciones era la lucha interna en la coalición por la gubernatura del Estado en 2016, y no el cumplimiento de caprichos al gobernante en turno.

Por eso, con la definición a favor de Reyes sí ganó Ugartechea aunque sólo en el corto plazo. Pero sólo con una proeza electoral —reponerse de lo maltrecho que esa decisión hizo quedar al panismo citadino frente a la coalición, y ganarle al PRI que parece enfilado a recuperar la capital— podría revertir esa tendencia que ubica hoy a Ugartechea más como un kamikaze que decidió suicidarse, o cuando menos “quemar las naves” en pos de su decisión, que como un político responsable que supo responder a los intereses de su grupo.

 

QUE LE CUIDEN LAS MANOS

¿Qué implica esa decisión? Que el panista Reyes tenga un trato diferenciado dentro de la coalición, y que esa distancia implique que éste no reciba los mismos beneficios y el apoyo que seguramente tendrán otros candidatos de la coalición que sí son de consenso y que no emergieron de la disidencia interna de la coalición. Por eso es importante no dejar de observar los movimientos del edil Ugartechea.

Y es que, es casi un hecho, Reyes no tendrá el margen de maniobra ni los beneficios económicos que por naturaleza proveerá el grupo gobernante a quienes, espera, serán sus “flotadores” desde el Congreso y los municipios importantes para terminar bien el sexenio y para sacar, con más apoyos que discordancias, a quien será el candidato a suceder al gobernador Cué dentro en el 2016.

Ese es hoy un problema mayúsculo, porque sólo los ingenuos siguen creyendo que las elecciones se ganan con democracia. Quien sí conoce de esto, sabe que esto se gana con ingeniería electoral, con compra de conciencias y con un conjunto de maniobras que, aún siendo democráticamente abominables, son cosa de todos los días en todos los partidos que luchan por espacios en el sector público.

En ese sentido, el escenario de Ugartechea es unívoco: impuso a su candidato pero quién sabe con qué más cuente para respaldarlo. Tiene en sus manos el presupuesto municipal. Y si tiene en contra, o por lo menos en lejanía al grupo gobernante, y tiene ante sí la elección más competida de este proceso electoral, el único camino que le queda es echar toda la carne al asador para tratar de demostrarle a todos, a los de casa y a los de enfrente, que no estaba equivocado.

Eso implica todo. Es decir, inmiscuirse abiertamente en el proceso, con recursos o con otros elementos, para tratar de remontar y sacar a su favor el resultado electoral. Este escenario es simple. El problema es que hasta hoy no parece haber alguien que haya notado esta “pequeña” contrariedad y que esté dispuesta a vigilar, con lupa, que algo como esto no suceda en la magnitud que, por el escenario, fácilmente podría darse.

 

OPACIDAD

Por cierto, ¿de veras pasará “de noche” el hecho de que a Reyes lo registraron solo, sin planilla? Ese es un tema que el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana debe clarificar, porque ahí parece haber un problema de legalidad que rebasa por mucho los temas que hasta ahora han desahogado.

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