La tibia disculpa del secretario Germán Tenorio

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+ ¿Saben en gobierno qué implica la reparación?

Quizá algunos funcionarios del gobierno estatal no sepan que la reparación que merece toda persona que ha sido lesionada en su integridad y derechos por una acción u omisión del Estado, no es ni una concesión graciosa ni una prestación potestativa. Esto viene al caso porque a pesar de que el secretario Germán Tenorio ofreció ya una disculpa a la indígena mazateca Irma López Aurelio, quien hace unas semanas dio a luz a un bebé en el patio del centro de salud de San Felipe de Jalapa de Díaz, ésta es tan tibia y desatinada, que más bien debería ser un ejemplo de lo que no se debe hacer.
En efecto, ayer el secretario Tenorio publicó en su página personal de internet (http://germantenorio.com/2013/10/09/comunicado-de-prensa/) un “comunicado de prensa”, en relación a los hechos antes descritos, asentando lo siguiente: “Se ha abierto una minuciosa y profunda investigación para deslindar responsabilidades y determinar qué fue exactamente lo que sucedió, porque (sic) sucedió y que (sic) acciones habrá que tomar para evitar que ni una sola mujer oaxaqueña vuelva a pasar por una situación tan traumática.
“Hemos solicitado la intervención de un organismo con participación ciudadana (…) como lo es la Comisión Estatal de Arbitraje Médico de Oaxaca, para que atienda y resuelva este asunto sustentado en su alto y probado nivel de competencia e imparcialidad. Asimismo, estamos en la total disposición de acatar las resoluciones que emita al respecto la CEDH en caso de determinar que se vulneraron el Derecho a la Salud, el Derecho a la Integridad Física y el Derecho a no ser Discriminado de Irma López Aurelio, su hijo y su familia. Una vez que las investigaciones concluyan y acrediten quien o quienes, intencional o involuntariamente, incurrieron en esta evidente negligencia, habremos de aplicar todo el peso de la ley, sancionando a la o las personas responsables sin consideración alguna y sin distinción del cargo que ocupen.”
Luego, el Secretario de Salud señala, como si fuera un alivio y como si esto no fuera deber del Estado sino una concesión, que “tanto Irma López Aurelio como su hijo Sabino fueron posteriormente atendidos y les fueron ofrecidos y les serán ofrecidos todos los servicios

de salud que el caso amerita y actualmente, ambos, se encuentran en perfecto estado de salud”.
Luego, Germán Tenorio aprovechó la ocasión para decir que “a pesar de las limitaciones y de las dificultades naturales que enfrentamos para llevar los servicios de salud a los 570 municipios, hemos logrado reducir prácticamente en 14 por ciento la muerte materna entre las mujeres oaxaqueñas…” seguido de una larga enumeración de acciones e inversiones que hacen parecer que la intención del comunicado más era un comercial sobre los “logros” de los Servicios de Salud, que un posicionamiento relacionado con los hechos que los relacionan con ese alumbramiento en San Felipe Jalapa de Díaz.
Casi al final, y de forma tibia e intrascendente, el secretario Germán Tenorio establece lo siguiente: “En lo personal ofrezco una disculpa a Irma López Aurelio, a su hijo Sabino y a su familia por lo ocurrido y les reitero el compromiso de seguir trabajando hasta el limite (sic) de mis capacidades para que en Oaxaca ni una sola familia vuelva a pasar por lo que ellos pasaron.”
¿Eso es todo? ¿Una disculpa, y ya? ¿Remarcando que ésta es sólo “en lo personal”? ¿Y la responsabilidad de los Servicios de Salud, y del Estado, qué? ¿A poco esperarán hasta que un “organismo público ciudadano” plenamente colonizado por el grupo gobernante como la CEAMO, determine una responsabilidad, para tomar acciones tendientes a que evitar que un hecho así vuelva a ocurrir? ¿Y dónde queda ya no digamos que la obligación, sino la noción de cómo y en qué medida se debe reparar el daño a los directamente afectados?
Suponer que la señora Irma López Aurelio, su hijo, y su familia, así como toda la sociedad, quedarán (y quedaremos) resarcidos con el solo hecho de que a los afectados “les fueron ofrecidos y les serán ofrecidos todos los servicios de salud que el caso amerita y actualmente, ambos, se encuentran en perfecto estado de salud” es un verdadero atentado a la inteligencia de todos. Pues esto lo que revela en realidad, es una mera pose del Secretario de Salud (que además se hace mucho más cuestionable frente a un hecho incontrovertible, registrado en una sola imagen) y no una intención o compromiso real para asumir su responsabilidad y actuar en consecuencia sin esperar a que alguien les diga qué deben hacer para reparar esta negligencia.

UNA DISCULPA, ¿Y YA?
Los funcionarios estatales oaxaqueños relacionados con el caso de Irma López Aurelio y su hijo, esperarán –como buenos burócratas- a que sea una instancia la que dictamine lo evidente: que a esas dos personas se les transgredieron gravemente varios derechos relacionados no sólo con la salud, sino también con el derecho fundamental a la no discriminación, y al deber del Estado de garantizar la integridad de esos mexicanos. El Secretario entendió quizá la necesidad de disculparse, pero su disculpa es insuficiente por varias razones.
Primera, porque lo hace a título personal y no en voz de todo el gobierno, y el Estado, del que él es un empleado pero del que también puede ser un portavoz; segundo, porque su disculpa podría ser simplemente una pequeña parte de la reparación moral que el Estado oaxaqueño le debe a los afectados y a toda la sociedad; tercera, porque de ninguna manera debe aceptarse que con la sola disculpa personal del Secretario, el Gobierno del Estado, y los Tres Poderes del Estado, consideren que fue solventada la situación y que no es necesario hacer algo más para dar por terminado este asunto. Queda claro que lo que es indispensable hoy en día, es la reparación efectiva de los daños ocasionados. Y que esa reparación implica mucho más que la sola actitud de modestia del Secretario de Salud ofreciendo una disculpa.

LA REPARACIÓN
Lo decíamos en nuestra entrega pasada, y lo ratificamos hoy: el Gobierno del Estado no debe esperar a que una Comisión de Arbitraje Médico, o una Comisión de Derechos Humanos, determinen responsabilidad o medidas para reparar un hecho como éste. Debe hacerlo motu proprio y de forma integral, si es que de verdad tiene noción de lo que es la verdadera tutela del Estado. Debe resarcir ejemplarmente a los afectados. Y, porque un hecho como éste lastima a toda la sociedad, debe decir pública y detalladamente, qué medidas tomarán para que algo así nunca vuelva a ocurrir.

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