Déficit financiero, “papa caliente” para SEP en 2015
El jueves pasado el Gobierno del Estado publicó un inusual comunicado en el que repasaba las circunstancias en que se dio el proceso de rezonificación salarial de los trabajadores de la educación en Oaxaca y, disimuladamente, le “anunciaba” al gobierno federal el déficit, y los problemas financieros que habrá de enfrentar la Secretaría de Educación Pública a partir de enero de 2015, con la recentralización del manejo administrativo de la nómina educativa.
En efecto, en la visión simplista del largo conflicto educativo de Oaxaca, y de la situación que enfrenta hoy el Gobierno de Oaxaca frente a las presiones de la Sección 22 del SNTE, casi siempre se omiten detalles que son fundamentales para comprender la realidad actual. Una de esas circunstancias, que hoy parece en el cajón del olvido, es la relacionada a la negociación que en 2006 emprendió el gobierno federal con la Sección 22, en el marco de la revuelta magisterial que entonces ocurría en la capital del Estado. Ahí se encuentra una de las razones claves de la beligerancia magisterial actual. ¿Por qué?
Porque uno de los temas que encendió la furia de los profesores (y fue gasolina para la revuelta social), fue la decisión del entonces gobernador Ulises Ruiz de retomar el control administrativo del IEEPO. Como bien se recordará, producto del convenio de descentralización educativa firmado en 1992, el gobernador Heladio Ramírez había fijado nuevas reglas para la administración de la educación en el Estado, dentro de las cuales se estableció que sería la Sección 22 quien nombraría a toda la estructura administrativa del nuevo instituto educativo, con excepción del Director General, que sería el único nombrado por el Ejecutivo Estatal sin consenso con el sindicato magisterial.
Ruiz fue presa de esa regla, y por eso cuando decidió la embestida en contra de los profesores en 2006, uno de los aspectos clave que decidió tocar para minar su influencia, fue el de eliminar a todos los integrantes de la Sección 22 que eran parte del cuerpo directivo del IEEPO. Esa fue una de las decisiones que más dolió a la Asamblea de la Sección 22, porque si hubo un factor decisivo para mantener la disciplina de todos los miembros de la 22, éste era la capacidad que tenía el propio sindicato de coaccionar administrativamente a los integrantes del sindicato que no cumplieran con las tareas que ordenara el Comité Ejecutivo de la Sección 22. Por eso, al perder presencia la 22 en los cuadros directivos del IEEPO, también perdía mucha de su capacidad de control al interior de sus bases.
Fue por eso que cuando la 22 fue llamada a negociar en la Ciudad de México directamente con la Secretaría de Gobernación —una vez que la 22 había desconocido totalmente a la administración estatal como interlocutor—, la Asamblea decidió que dos serían los temas base de la negociación: uno sería el conseguir que toda la estructura administrativa que existía en el IEEPO como espacios del sindicato, fuera reinstalada en las funciones que venía desempeñando hasta antes de la crisis magisterial de ese año; y dos, que se llevara a cabo el proceso de rezonificación salarial de los más de 70 mil trabajadores de la educación en el estado, lo cual les garantizaría las mejoras salariales que el gobernador Ruiz se había negado a darles en los meses previos, por tener un costo global de más de 41 mil millones de pesos que el gobierno estatal no tenía capacidad de destinar para ese proceso.
Por eso, a pesar de que la 22 no consiguió ni la salida de Ulises Ruiz del gobierno estatal, ni la desaparición de poderes, curiosamente decidió regresar a las aulas. Pues aunque no había conseguido sus objetivos políticos, éstos se convertirían en la justificación permanente de todas sus movilizaciones y acciones de lucha en los años siguientes. Y al margen de eso, sabían que habían conseguido mucho más que todos los demás actores participantes en el conflicto de aquel año.
Lo que nadie previó es que al final privaría el olvido institucional del gobierno federal por los compromisos que asumió con la Sección 22 para desactivar sus protestas, y que hoy todo eso fuera parte de un pasivo que, como bumerang, le está regresando al gobierno federal para que los asuma.
IEEPO: BOMBA DE TIEMPO
En el comunicado al que hacemos alusión (que puede ser leído íntegramente en HYPERLINK “http://oaxaca.quadratin.com.mx/?p=331919” http://oaxaca.quadratin.com.mx/?p=331919), el gobierno de Oaxaca muy comedidamente le enlista a la federación los problemas que se llevará a partir del 1 de enero del próximo año. Son los siguientes:
1.-Prestaciones en días (70 días) y plazas fuera de presupuesto, derivadas de negociaciones salariales de gobiernos anteriores (1995-2007): lo cual equivale a 3.4 mil millones de pesos anual.
2.- Proceso de Rezonificación 2006-2012.- El costo de la transferencia de los trabajadores de la Educación de la zona económica II a la zona económica III, solo se cubre en su totalidad por la federación en el cinco por ciento de las plazas, por el 95 por ciento de plazas restantes, se recibe una compensación. Lo anterior conlleva a una insuficiencia presupuestal, conciliada con la SEP de: 2.1 mil millones de pesos.
3.- Distribución de los recursos del Fondo de Aportaciones a la Educación Básica (FAEB).- A partir de 2008 se recibe del FAEB únicamente el presupuesto programado en el ejercicio anterior, más el incremento inflacionario estimado, esto implica que los incrementos anuales en sueldos y salarios no sean regularizados. Este criterio de asignación de recursos redujo el presupuesto del IEEPO en: 3.0 mil millones de pesos en el periodo 2008-2012. Con la publicación de la nueva Ley de Coordinación Fiscal, el Gobierno Federal, crea el Fondo de Aportaciones de Nomina Educativa y Gasto Operativo (FONE) y desaparece el FAEB, y re-centraliza el pago de la nómina educativa a partir del 1 de enero de 2015.
OCHO MIL MILLONES
Si hacemos operaciones aritméticas simples respecto a los montos que constituyen el déficit actual del IEEPO, llegaremos a la conclusión de que su monto real es de más de ocho mil millones de pesos. Esta suma millonaria —unas tres cuartas partes del presupuesto educativo anual de Oaxaca, que es de unos 14 mil millones de pesos— no se generó de la noche a la mañana. ¿Por qué nunca asumió la Federación su responsabilidad de parar esta loca carrera de chantajes? A la federación le ganó la visión facciosa de corto plazo. Y ahora tendrán de nuevo este problema en sus manos.