En Oaxaca, qué bueno que haya muchos aspirantes a la gubernatura

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+ Se debe privilegiar el tiempo de la pluralidad y competencia política


Es una paradoja que la ciudadanía exija democracia, y que en apariencia los partidos políticos la promuevan como un elemento progresivo de la sociedad, pero que en el fondo haya quienes sigan siendo afines a prácticas tan conocidas —e indeseables— como el “dedazo”. Hoy que en Oaxaca estamos en vísperas de definiciones fundamentales en los partidos rumbo a la sucesión gubernamental, la competencia preelectoral parece marcada por cierta repulsión a una competencia abierta. ¿De verdad quisiéramos regresar al régimen de un solo hombre, un solo gobernante, un solo candidato, y un solo “heredero” del poder público?

En efecto, en los últimos diez días hemos visto cómo la competencia en los partidos se ha nutrido de aspirantes. En el PRI, en el que todos suponían que lo que ocurriría es una decisión tajante desde las entrañas del poder federal, hay por lo menos tres aspirantes que hasta ahora han manifestado su intención de participar en el proceso de selección del candidato. En el PRD hay hasta el momento un solo participante, aunque eso no significa que no vaya a haber competencia. En Acción Nacional, igualmente hay hasta el momento una sola persona que ha manifestado abiertamente su deseo de convertirse en candidata. En las demás fuerzas políticas —y dependiendo del rumbo que tome la coalición— irán apareciendo más y más posibles contendientes.

En ese escenario, hemos visto que hay un ánimo que aparenta ser repulsivo a la competencia. En el PRI, por ejemplo, ha habido intentos casi permanentes de desacreditar a los aspirantes. En esa lógica, han desfilado desde los argumentos más atendibles hasta las ideas más absurdas por las que unos creen que sus competidores no deben ser quienes ganen la competencia por la candidatura. Al final, lo cierto es que todos debieran recibir con buen modo la competencia porque finalmente ese es el signo que legitima cualquier proceso dentro de un partido político.

Además de eso, la competencia dentro del PRI es bastante nutrida. El ex director del Infonavit, Alejandro Murat Hinojosa tiene, además de sus importantes antecedentes académicos y de experiencia en el servicio público, el factor fundamental de ser un personaje cercano al gobierno federal. Oaxaca necesita urgentemente la atención federal efectiva, y Murat Hinojosa es una garantía de la sinergia que en los últimos tres lustros ha estado rota entre la federación y nuestra entidad por las reiteradas diferencias entre los presidentes y los Gobernadores de Oaxaca.

Junto a él se encuentra el ex secretario General de Gobierno, Alfonso Gómez Sandoval Hernández, que además de tener una amplia trayectoria política en Oaxaca, en los casi dos últimos años que fungió como servidor público, demostró eficacia en la atención de los asuntos que le competían. Fue un funcionario discreto, alejado de escándalos y que además demostró capacidad de interlocución con muchos de los grupos sociales que se convirtieron en elementos críticos de esta administración. La sola lógica política, y su presencia en el escenario actual, explica la decisión de Gómez Sandoval de participar en esta competencia.

En un tercer frente está el senador con licencia, Eviel Pérez Magaña, que si tiene un valor agregado es su presencia permanente en la política local desde el año 2010. A pesar de asegurar que es el puntero en las encuestas, acaso es quien tiene más negativos no sólo por sus sucesivas derrotas en los últimos procesos electorales en los que ha participado, sino además por su cercanía inocultable con el grupo del ex gobernador Ulises Ruiz.

Es cierto que es un personaje electoralmente competitivo, pero también es quien menos puede crecer dado lo explotada y desgastada que está su imagen luego de tantos altibajos en su trayectoria política reciente. Ello hace relativa su rentabilidad. No obstante, su sola presencia en la competencia electoral fortalece la idea de que finalmente el PRI tomará una decisión importante, consensada y legitimada entre todos los factores políticos dentro de ese partido.

(NO) MUCHOS CANDIDATOS

En el PRD sólo el diputado federal con licencia José Antonio Estefan Garfias, ha manifestado su decisión de buscar la candidatura al gobierno estatal. Ello, como en el caso de Gómez Sandoval, se explica a partir de la lógica: con este proceso electoral, suma tres ocasiones en las que ha aspirado a ser abanderado de un partido político. Por ese solo hecho, no hay razón para suponer que ahora no lo intentara, añadiéndole el hecho de su vigencia política como legislador federal en funciones.

Particularmente, en el PRD hay una indefinición que deberá resolverse en las semanas próximas: el senador Benjamín Robles Montoya se asume como militante de ese partido, y en algunos momentos ha también manifestado su deseo de ser candidato del PRD a la gubernatura. No obstante, Robles intenta generar también una estructura que le permita competir como candidato independiente. Con eso, pareciera que Robles está tratando de generar una especie de chantaje, que no necesariamente pasa por una competencia interna que, para variar, tampoco ha planteado la dirigencia nacional del PRD para definir a su candidato.

Finalmente, en el PAN las cosas tienen un contexto similar. El panismo es una fuerza política minoritaria en la entidad, y se verá muy anclado a la decisión que tome el PRD si es que deciden ir en coalición. Por si solo el PAN ha sido incapaz de ganar distritos en los últimos comicios y eso enturbia su panorama. Esa situación es concomitante a su carencia de cuadros. Por eso la ex diputada federal Eufrosina Cruz parece ir sola en esa competencia, aunque también está cayendo en la tentación del chantaje con la idea de generar una candidatura independiente.

Finalmente, lo lógico y necesario es que se abran las competencias internas y se privilegien las decisiones legitimadas, y no las cupulares. Sólo en esa medida podrán los partidos políticos tener candidatos reales. Los que quieren la verticalidad deberían optar por Morena, que hoy en día es el único partido donde continúan utilizando el verticalismo de un solo líder.

NUEVO TITULAR

Ayer el Congreso local ratificó a Carlos Santiago Carrasco como nuevo Secretario General de Gobierno. La apuesta fue, al parecer, por un elemento operativo experimentado que evite las “curvas de aprendizaje” que pudieran ser innecesarias, y hasta nocivas, en un periodo como el que vive la entidad.

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