CONTRAFUEGO || FAM, la ultraderecha

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Aurelio Ramos Méndez

Lo dicho. La derecha en México –del centro a la ultra, e incluso la agazapada en la izquierda ficticia–es única y extrema, y está nucleada toda en el Frente Amplio Progresista, en especial el PAN.

Pierden el tiempo quienes intentan trazar un abismo ideológico entre la cúpula del FAM, el blanquiazul y las facciones lideradas por Eduardo Verástegui y Gilberto Lozano.

Buscan envolver a Gálvez en una nube de moderación, que la ubique en el tan codiciado como inexistente centro del espectro ideológico. 

“Asomó la oreja el burro” la semana pasada. Corroboraron tal unicidad los expresidentes Felipe Calderón y Vicente Fox, quienes aparecieron entre los suscriptores de un desplegado de apoyo al estrambótico candidato presidencial de Argentina, el ultraderechista Javier Milei.

Con el poder de su firma, ambos exmandatarios dizque de centroderecha hicieron suya la ideología ultra radical del enajenado Milei, incluso sus insultos al papa. Entre otros, el epíteto de “imbécil” que le adjudicó al vicario de Cristo.

Y eso de que Francisco es “el representante del maligno en la Tierra”, que está siempre “parado del lado del mal” y “tiene afinidad por los comunistas asesinos”.

Calderón, quien boga por el mundo con bandera de ecologista, y el atolondrado Fox, abrazaron con ardor las ideas más abstrusas y las propuestas más descabelladas del abanderado de la coalición La libertad avanza.

Por ejemplo, eso de que los humanos no causaron el cambio climático y que la gente debería poder vender sus órganos.

Los exmandatarios firmaron el desplegado junto con un grupo de políticos conservadores de varios países, entre estos los colombianos Iván Duque y Andrés Pastrana, el chileno Sebastián Piñera, el español Mariano Rajoy, y el escritor Mario Vargas Llosa.

Aspiran a que el delirante Milei, a quien el papa llamó “Adolfito”, en clara referencia a Hitler, gane la segunda vuelta electoral, el próximo domingo.

“Cuando viene un salvador sin historia, sospechá”, dijo el Sumo Pontífice, en obvia alusión al libertario chiflado que en la primera vuelta se llevó un contundente mandarriazo del peronismo acaudillado por Jorge Massa.

Hay razones para prever que el 19 Milei será sepultado en votos. En nada lo ayuda el respaldo de otro abajofirmante, el expresidente Mauricio Macri, iniciador de la debacle económica que profundizó Massa en su condición de ministro de Economía.

Al responder las insolencias de Milei, el papa citó el libro “Síndrome 1933”, en el cual –expuso– se narra “el internismo tremendo que había en Alemania y luego Franz Von Papen (diplomático y militar) presenta a un político nuevo, que hablaba lindo, que sedujo a la gente…

“Se llamaba Adolfo. ‘Probemos con este, que nadie lo conoce; no conocemos sus raíces, su condición’. Todos votaron a Adolfito. Así terminamos. Les tengo miedo a los salvadores sin historia”.

A diferencia del papa, Calderón y Fox no le tienen miedo, sino que admiran, respaldan y emulan al gaucho Adolfito, sabedores de que su improbable triunfo, a querer o no, tendría repercusión en México.

La eventual victoria de Milei le insuflaría ánimos a la derecha mexicana, falazmente confrontada a muerte con objeto de confundir y captar votos de incautos. Tal como su derrota significaría el último clavo en el féretro de los libertarios mexicanos.

El furor mileicista de Calderón y Fox prueba que la derecha por nuestros pagos es una sola, toda ultra y sin matices, y está aglutinada en diversos membretes, incluido el cascajo del PRD patéticamente marchanteado por Jesús Zambrano.

Son expresiones –tribus– de la derecha extrema los grupos representados por Xóchitl Gálvez, Verástegui y Lozano, y las facciones de quienes declinaron participar en la farsa del proceso frentista de selección del candidato presidencial, que recayó en la hidalguense.

Políticos, todos ellos, que todavía aguardan con sigilo la oportunidad de cachar el banderín ante la incapacidad de Gálvez para levantar vuelo: Lilly Téllez, Gabriel Quadri, Germán Martínez Cázares, Margarita Zavala…

El PAN ha sido históricamente la principal gazapera de la derecha, aun de la más radical, facciosa y violenta. Les ha dado cobijo a los personajes más repulsivos de esta tendencia.

Botón de muestra, el supuesto centrista pero mileicista Calderón, quien para afianzarse en el poder en 2006 no tuvo empacho en sacar el ejército a las calles y dejó el país convertido en un inmenso cementerio, con más de 150 mil muertos.

Fue éste el escalofriante saldo de una guerra con fines político-electorales, disfrazada de lucha contra el narcotráfico. 

Guerra ordenada por el panista Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, y ejecutada… ¡por un narco!, el hoy encarcelado Genaro García Luna. 

Bajo la amorosa sombrilla de Calderón se forjó en Gobernación –vale recordarlo– Juan Iván Peña Neder, declarado filonazi sobre quien pesan graves acusaciones de delitos sexuales formuladas por su excónyuge, y quien ha sido exitoso operador electoral de varios partidos, sobre todo el PAN.

En el blanquiazul han militado parientes políticos de Héctor Aguilar Camín, integrantes de la dinastía Mastretta, asentados en ese bastión derechista que es Puebla, fundadores del MURO, el temible y violento Movimiento Universitario de Renovadora Orientación.

Y en el panismo se atrincheraron, a mediados de los 70 del siglo pasado, los padres de familia que liderados por José González Torres y bajo el lema “cristianismo, sí, comunismo, no” quemaron masivamente libros de texto gratuitos “comunistoides” y “pervertidores de menores”.

Se trata de la corriente heredera del Partido Católico Mexicano, que apoyó el golpe de Estado de Victoriano Huerta, y entre cuyos seguidores se halla miembros de la dinastía Abascal, y las familias más prestantes del panismo y el sinarquismo.

Otros cogollos de esta tendencia son la diputada queretana Elsa Adané Méndez Álvarez, la alcaldesa Sandra Cuevas y la activista Rosy Orozco, entre una bien nutrida corriente cobijada en el partido fundado por Manuel Gómez Morín.

Argentina representa la última carta que les queda por jugar.

RESCOLDOS

En buena hora en la capital del país se impuso la política sobre el fetiche de las encuestas. Líderes de base forjados en los llanos, las calles y las plazas públicas, se opusieron al resultado de las encuestas y consiguieron atajar a Omar García Harfuch. Fue la reivindicación de la práxis. El exjefe policíaco es un recién llegado a la política. Y muy identificado con la oposición. Obtuvo más de 40 puntos y debió ser el candidato; pero los políticos dijeron no. El ejercicio demoscópico se fue al cesto de la basura…

Otra certeza incontrovertible. Para ser candidato del FAM es indispensable un largo prontuario delictivo. El panista Santiago Taboada, enfangado hasta el cogote en caso del cartel inmobiliario, ya es candidato a jefe de gobierno. Uno de varios. Porque lo apoya el PAN, pero ya respingaron el PRI y el PRD.

aurelio.contrafuego@gmail.com

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