+ Modelo federal: indebidamente sacralizado
A lo largo de toda la semana, en los corrillos de la política estatal se ha dicho con insistencia que es inminente la renuncia del titular de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, Marco Tulio López Escamilla. Aunque políticamente eso será un escollo importante para el nuevo gobierno, también debería ser una oportunidad importante para que se evaluara qué tipo proyecto existe respecto a la seguridad pública en la entidad, y qué más se puede hacer.
Fue claro que sólo dos factores fueron fundamentales para el nombramiento de López Escamilla en la Secretaría de Seguridad Pública: el primero de ellos, fue la evidente cercanía y padrinazgo que tiene sobre dicho personaje, el ex procurador de Justicia Roberto Pedro Martínez Ortiz. El segundo, es que al provenir López de un alto cargo en la Secretaría de Seguridad Pública Federal, se entiende que éste tuvo la aprobación expresa del gobierno federal, y del poderoso secretario Genaro García Luna. Todo eso pone en evidencia que, en materia de seguridad, el gobierno de Oaxaca está echado por completo en los brazos de la Federación.
Todo esto tiene particulares consecuencias. Una de ellas, que aunque parezca eminentemente técnica, es fundamental, radica en la implementación en Oaxaca de todo el modelo de seguridad pública que ha establecido el gobierno federal. De ahí que de diciembre a la fecha, la SSPE comenzara a insistir en los procesos de control de confianza que exige la Federación; que tratara de legitimar la implementación del llamado Mando Único Policial (aunque éste ya existe en la ley local respectiva, desde hace casi tres años); y que trataran de copiar los esquemas tácticos y estratégicos que ha planteado el gobierno federal con sus fuerzas policiales.
Puede verse, frente a todo eso, que por su origen e intereses, para los actuales mandos policiacos en Oaxaca el modelo a seguir es el federal; es claro que para ellos ese es el mejor, el único esquema, y el que debe aplicarse en la entidad.
Sólo que el “copiar” en una sociedad específica, un modelo de seguridad que fue planeado y confeccionado para otra, sin si quiera pasar por un proceso de adecuación o “tropicalización”, puede traer más perjuicios que beneficios. Y tal parece que eso es lo que está ocurriendo en Oaxaca.
¿Por qué? Porque lejos de cualquier intento por santificar o satanizar los modelos o la actuación de las fuerzas policiacas en las distintas regiones del país, los propios resultados del esquema federal han demostrado que éste tiene más posibilidades de culminar en un fracaso, que de revertir todas sus condiciones actuales y convertirse en un éxito.
Si a todo eso le aunamos el hecho de que la dependencia a cargo de Marco Tulio López Escamilla pretende aplicar inopinadamente el mismo modelo federal a Oaxaca, sin siquiera adecuarlo a su circunstancia específica, entonces podremos ver que el resultado corre graves riesgos de no ser el mejor.
Y es claro que al no tomar en cuenta las condiciones particulares de nuestra entidad, y al cometer errores propios de quien nunca ha tenido bajo su responsabilidad facultades específicas de mando policial, todo puede resultar en un desastre peor del que en este momento ya es.
¿QUÉ SIGUE?
Independientemente del modelo policiaco, de los débitos políticos del Titular de la SSPE, de sus errores operativos, e incluso de los resultados positivos que también esté entregando (porque no todo es bueno, pero tampoco es todo malo), lo cierto es que la percepción del ciudadano, y la realidad, corren en un solo sentido: los oaxaqueños de a pie no se sienten más seguros en las calles que antes. Y del mismo modo, no se ha visto una disminución objetiva de los hechos delictivos.
No obstante, es posible que ocurra la salida de López Escamilla de la SSPE, sin que ésta sea motivada por posibles malos resultados, por su desconocimiento del área, o por causa de una posible “nueva recomendación” del gobierno federal. Un entuerto político con la Sección 22, podría ser la puntilla de su dimisión.
Frente a esa posibilidad, habría que preguntarse ¿qué sigue? Pues bien, lo que podría ocurrir en el futuro cercano, de darse la renuncia de López, es la llegada de un mando castrense en retiro. Y aunque podría alegarse a favor de esa posibilidad, que los elementos militares son incorruptibles, que tienen mayor capacidad de mando, y que podrían entregar mejores resultados, lo cierto es que las experiencias en otras entidades federativas dicen exactamente lo contrario.
Cualquier oficial de las Fuerzas Armadas tiene una preparación castrense incuestionable. Además, un General en retiro abreva toda la experiencia que le brindó la carrera militar en cargos de mando y decisión. Sin embargo, no debíamos confundir que una es la formación militar, y otra es la formación policial que debe prevalecer en quienes debían tener a su cargo a las fuerzas civiles del orden.
En las entidades donde han implementado a militares en retiro como mandos policiacos, las cosas no han caminado de lo mejor. Quizá el “mejor” ejemplo de ello sea Nuevo León, en donde el gobernador Rodrigo Medina, también por recomendación del gobierno federal, nombró a un oficial del Ejército como encargado de la seguridad, y así mismo lo hicieron los municipios más importantes de esa entidad,
¿Cuál es el resultado de ello? Que si esa recomendación federal fue para bajar los índices de inseguridad y violencia, éstos no bajaron. Por el contrario, además de irse incrementando, en los últimos meses han asesinado a por lo menos tres de esos oficiales castrenses en retiro, que hacían funciones de mando policiaco.
Así, no se trata de llevar la contra en todo. Más bien, de lo que debía tratarse es que el gobierno de Oaxaca no santificara, o tomara el federal como único modelo válido, y que explorara otras posibilidades.
Es necesario que un potencial nuevo titular de la SSPE, sea alguien que conoce el entorno, que sabe de los problemas específicos que Oaxaca en materia de inseguridad y algidez, y que tuviera cierta formación policial. Con eso harían mucho más que con la implementación de modelos ajenos a nuestra sociedad, que según parece tienen más parafernalia que utilidad real.
DE LUTO
Antenoche falleció la doctora Marta Sánchez Calvo. Desde este espacio expresamos nuestro profundo pesar, elevamos nuestras oraciones, y rogamos a Dios por la pronta resignación de quienes le sobreviven. Descanse en paz, querida amiga.