Los ríos Salado y Atoyac no pueden ser entubados: tienen la protección de la justicia federal.
Su propuesta de “entubar” los ríos Salados y Atoyac ha causado una gran preocupación en la sociedad oaxaqueña.
Candidato: entubar un río es matarlo.
Muy cerca de nosotros, en nuestra propia ciudad, tenemos un río entubado y lamentablemente muerto: el Jalatlaco.
En los años 70, un río estaba contaminado por las curtidurías. Un gobernador interino encontró una solución fácil: entubarlo.
Hoy el río Jalatlaco no existe. El gobierno de aquellos años prefirió construir una vía para los automóviles: la Calzada de la República y no rescatarlo.
La literatura especializada es clara: desde el punto de vista sanitario el entubamiento no resuelve el problema de la contaminación sólo la oculta. Pero lo más grave es que el entubamiento de un río ocasiona la muerte de todo un ecosistema.
Desde el punto de vista ambiental los cursos naturales de los ríos tienen la capacidad de autodepurarse. El entubamiento y las canalizaciones destruyen la capacidad de autodepuración.
El entubamiento destruye los ecosistemas acuáticos y terrestres que los circundan. Además, se imposibilita la recarga de los mantos freáticos. Y estos nos dotan de agua para beber.
El entubamiento eliminaría la vegetación riparia que forma un oasis para la fauna acuática y terrestre. La zona limítrofe de los cauces proporciona refugio y alimento a las especies propias y migrantes.
Eliminaría también el escaso bosque ripario que son agrupaciones arbóreas en las riberas de las corrientes de agua. Estos bosques son sumamente importantes en la conservación de diferentes especies y hábitats.
El rio es una unidad ecológica y forma parte de un ecosistema ripario que brinda servicios ambientales. Tiene funciones muy importantes. Si se entuba la escasa flora y fauna propias del río morirían.
Durante los años 70 y 80 los gobernantes priistas propiciaron, en todo el país, la solución fácil de entubamiento y muchos ríos del país murieron entubados. Hoy estamos al borde de un colapso ambiental por estas acciones. Ahora nos toca pagar por las visiones cortoplacistas. El cambio climático es el resultado de esas políticas y acciones efectistas.
En la Ciudad de México, una ciudad lacustre, 17 ríos fueron entubados. Los más conocidos: Mixcoac, Churubusco, La Piedad, Los remedios.
Solucionaron el problema de la movilidad pero algún día nuestros descendientes reclamarán esa acción asesina. Cuando los nietos de los entubadores sufran sed.
Por eso su propuesta, candidato, es inadmisible e inaceptable.
Además, le informo respetuosamente que los ríos Salado y Atoyac tienen protección constitucional. Gozan del amparo de la justicia federal.
Litigio Estratégico Indígena, asociación que presido, promovió el primer juicio de amparo en México para rescatar dos ríos oaxaqueños: el Atoyac y el Salado.
En ese juicio contamos con el respaldo de nuestro maestro, el más grande artista mexicano: Francisco Toledo. Y de toda la sociedad oaxaqueña.
Francisco Toledo escribió una carta en la que explicó a los magistrados del Poder Judicial de la Federación que apenas si tenemos tiempo para rescatar los ríos.
El maestro Toledo ya no está con nosotros, pero nos ha dejado su legado.
Después de un largo litigio constitucional la jueza Elizabeth Franco Cervantes emitió la sentencia del juicio de amparo 621/2016 y ordenó rescatar y sanear los ríos Salado y Atoyac.
Es cierto que las autoridades responsables federales, estatales y municipales han eludido el cumplimiento de la sentencia, pero el camino no es entubar, la ruta es insistir en el rescate y saneamiento. No matar a los ríos.
El entubamiento de los ríos Salados y Atoyac constituye una sentencia de muerte para los ríos.
Y además implicaría incumplir la sentencia de amparo, lo que generaría serias responsabilidades para las autoridades responsables y vinculadas. No omito indicarle que el gobernador del Estado es autoridad responsable en ese juicio de amparo.
Candidato: esperaremos su reconsideración y que los ríos Atoyac y Salado sean saneados. No entubados.
Le saluda con afecto
Carlos Morales Sánchez
Presidente de Litigio Estratégico Indígena A.C. y Catedrático de la Benemérita Universidad de Oaxaca.