+ Comisiones: farsa para ocultar las complicidades
Qué forma la del Congreso del Estado, de hacerse públicamente ajeno a un tema tan delicado como el del transporte público, y propinarle, como siempre, la dosis de demagogia que justamente esperan los concesionarios del transporte para consolidar sus incrementos a la tarifa, sus incumplimientos, y el golpe económico que de forma continuada propinan a la ciudadanía. El establecimiento de “mesas de trabajo” o “comisiones” legislativas para atender el tema, constituyen un insulto para quienes sí conocen el tema y desean una solución integral, y un cheque en blanco para quienes quieren cerrar este capítulo sin atender el sentir de la ciudadanía.
En efecto, ayer el coordinador de los diputados perredistas, y presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, Alejandro López Jarquín, presentó ante el pleno de la LXI Legislatura un punto de acuerdo “para que se instale una mesa de trabajo para analizar las tarifas del transporte público”. De acuerdo con información difundida por el propio Congreso, López Jarquín dijo que en esta mesa de trabajo debe participar la Comisión Permanente de Vialidad y Transporte “para determinar compromisos claros sobre las circunstancias aceptables de seguridad, calidad y eficacia a los usuarios, así como de verificación de emisiones, y; que estos compromisos se transparenten y se difundan ampliamente en los medios de comunicación del Estado.”
Esta, que pareciera ser la respuesta puntual (y hasta de “urgente resolución”, como fue presentado el punto ante el pleno) del Congreso a la determinación del incremento en la tarifa del transporte público, en realidad no es sino un abono a la demagogia y a la consolidación de este robo en despoblado a la economía familiar.
Y es que no sólo se trata de la creación de una comisión (o “mesa de trabajo”, como dicen ahora) para enterrar el asunto; y, de hecho, tampoco se trata del solo incremento en el costo del pasaje; más bien, se trata del hecho de que el propio Poder Legislativo ha desatendido gravemente este problema, y sólo presenta soluciones cortas e improvisadas, para un problema que es permanente y de gran profundidad.
En realidad, si nos basamos en los hechos y en los antecedentes inmediatos, entonces la pretendida respuesta del diputado López Jarquín a la ciudadanía no es más que un burdo engaño. Ya en otras Legislaturas, cuando hubo también incrementos a la tarifa del transporte público, y ante esas medidas se conformaron también comisiones especiales. Sobra decir que la comisión ordinaria de transporte, que ya existía, y que entonces encabezaba la ahora regidora de la capital oaxaqueña Guadalupe Rodríguez Ortiz, también prometió defender el interés de los oaxaqueños, sin lograr nunca ser algo más que una comparsa para el gobierno en turno.
De hecho, en aquellos tiempos esa Comisión pretendió tener una participación protagónica en los asuntos que incumbían a la ciudadanía con el transporte público. Y aunque organizaron encuentros con concesionarios, verificación física de unidades, discordancias con la autoridad, y todo lo que podamos imaginar, al final de todos modos no fueron capaces ni de frenar los incrementos, y mucho menos de oponerse de forma inteligente y auténtica al atropello permanente que profieren los transportistas a los ciudadanos, al darles un servicio de pésima calidad, riesgoso, ajeno a toda responsabilidad y regulación y, por si fuera poco, impune.
Además, el problema que de entrada tienen las comisiones legislativas actuales en temas como éste, es que en las condiciones actuales, ni ellas ni la misma autoridad ejecutiva, tienen el poder pleno para oponerse a los concesionarios, para frenar los abusos o para reprender, con base legal, a quien incumpla los compromisos pactados, así se acuerden a la vista de toda la ciudadanía y sean publicitados incluso en medios del Estado y de circulación nacional.
Por eso, independientemente de las aparentes posiciones de fuerza que asume el Legislativo para tratar de presionar a los concesionarios, y de aparentar ante la ciudadanía de que hacen lo que en realidad no tienen posibilidad —ni ganas— de hacer, en realidad no tienen elementos jurídicos para llegar a hacerlo.
Eso, ciertamente, es responsabilidad inicial del Gobierno del Estado. Pero en un segundo plano, no menos importante, también es de la LXI Legislatura, que como las dos anteriores, ha pospuesto sin razón válida alguna la discusión y aprobación de una ley de transporte que es urgente para la anarquía que se vive en este sector en Oaxaca.
NO SE HAGAN PATOS…
Si los diputados están tan preocupados por la situación que priva en Oaxaca por el tema del transporte, ¿por qué no en lugar de crear comisiones que no hacen sino aparentar lo que en realidad no pueden ni quieren hacer, se abocan a darle cauce a la discusión y trabajo que requiere la ley del transporte? Eso sí debía ser de obvia y urgente resolución, y no las medidas que simplemente parecen “curitas” a un problema que ya se encuentra en situación de gangrena.
En el fondo, los diputados de la LXI Legislatura se han convertido en cómplices de todos aquellos que se resisten a una solución integral al asunto. De nada sirve que el secretario José Antonio Estefan Garfias comparezca una o mil veces ante el Congreso, si aquel no tiene los elementos jurídicos necesarios para reforzar esta tarea, y si los diputados siguen empeñados en perder el tiempo en soluciones impropias y continúan defendiendo y preservando, silenciosamente, los intereses de los concesionarios que quieren incrementos a la tarifa, pero no compromisos ni leyes que los sujeten a cumplimientos obligados.
COMPLICIDADES OCULTAS
El tema, lamentablemente, continuará siendo un asunto sin cauces firmes. Las respuestas legislativas de hoy no son más que párvulos para ocultar las complicidades y las incapacidades de quienes quieren hacer todo, para que nada cambie en el asunto del transporte… y para que, mientras, los concesionarios sigan haciendo a la ciudadanía usuaria, blanco de todo tipo de excesos e incumplimientos a través de un servicio caro, deficiente, contaminante, peligroso y al margen de todo tipo de regulación. Señores diputados, con López Jarquín a la cabeza: sigan con sus comisiones y sus mesas de trabajo. Van a todo dar, en la intención por no solucionar este asunto.