Carlos R. Aguilar Jiménez
En exhibición pública de la biblioteca de Burgoa en el ex convento de Santo Domingo, considerable fue mi sorpresa al encontrarme este domingo al recorrer el magnífico lugar, disfrutando de sus muestras artísticas, arquitectura y exposición bibliográfica de la biblioteca de Burgoa, con el hallazgo entre sus vitrinas del libro más perverso y maligno que haya escrito la religión cristiana, el Malleus Malleficarum o “Martillo de las Brujas”, la obra más infame que avaló la Iglesia Católica y autorizó el Vaticano para identificar herejes y sobre todo torturar y castigar a las mujeres que clasificaba con cualquier pretexto o imputación, brujas o hechiceras aliadas del demonio.
El Malleus Maleficarum es el más célebre manual para la caza de brujas. Data de 1486 y tuvo muchas ediciones durante el siglo siguiente a su primera edición, de las que una de las más antiguas es la que se exhibe en estos días en el Museo de Santo Domingo, en la Biblioteca Burgoa. Los autores fueron los sacerdotes dominicos H. Kramer y J. Sprenger. El primero decía tener experiencia directa en la caza de brujas pues había asesinado decenas de “brujas” en poblados de los Alpes, donde desarrolló eficaces métodos para la convicción de las inculpadas, por ejemplo, un ayudante sacerdote se escondía dentro de un horno fingiendo ser el diablo e iba llamando por sus nombres a las sospechosas del pueblo, y entonces Kramer mandaba detenerlas y las torturaba hasta que confesaban ser brujas y luego las quemaba en hogueras de leña verde, siendo apoyado en sus métodos por el papa Inocencio VIII quien emitió la Bula de 1484 en la que excomulgaba a quienes negaran su colaboración a los inquisidores. Esta bula papal es la introducción del Malleus Maleficarum. El libro se divide en tres capítulos. El primero dedicado a demostrar la peligrosidad de la brujería. En el segundo se indica en qué consisten los maleficios de las brujas, y en el último se da una guía de como conducir los procedimientos contra las hechiceras utilizando los “juicios“ de Dios”, siendo así el libro que más vergüenza deba dar a la humanidad y que vale mucho acudir a verlo en la exhibición del ex convento de Santo Domingo, para certificar directamente la existencia del libro más infame escrito por la Iglesia Católica y del que tenemos una valiosa edición en Oaxaca, que afortunadamente para las mujeres ya no tiene efecto alguno en su contra.