+ Tasas de migración han caído; ¿Cuántos mexicanos regresarían a nuestro país?
Desde la administración del presidente Felipe Calderón, el gobierno federal ha manifestado que la tasa de expulsión de migrantes mexicanos hacia los Estados Unidos había caído drásticamente. Desde entonces se decía que al cruzar el número de personas que se iban contra los que regresaban, el resultado era una tasa muy cercana al cero por ciento. Esa es una constante. Y sin embargo, primero como candidato y ahora como presidente de los Estados Unidos, Donald Trump ha reiterado la idea de que la migración mexicana es constante y caudalosa… hasta ahora, que ante el tambaleo del muro fronterizo como una de sus principales promesas de campaña, está comenzando a reconocer una realidad distinta.
En efecto, ayer el presidente Donald Trump anunció que su administración tomará “muy pronto” una decisión final sobre el proyecto ganador para la construcción del muro en la frontera con México. Trump destacó sin embargo que aún antes del inicio de la construcción del muro en la frontera sur, Estados Unidos ha empezado a registrar un “increíble” descenso del 68 por ciento en la inmigración indocumentada al país. “Nadie ha visto números así, es un récord, de hecho la gente ya no está intentando entrar porque sabe que no puede”, dijo en una entrevista con la cadena Fox Business Network.
En esta lógica, el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, anunció la semana pasada que el número de personas detenidas tratando de cruzar de manera ilegal a Estados Unidos a través de la frontera con México “experimentó un “fuerte descenso” de alrededor del 71 por ciento este año. Las autoridades detuvieron en marzo pasado casi 17 mil personas en la frontera suroeste, en el quinto mes consecutivo de disminución de aprehensiones.
Trump expresó que no obstante las cifras, continúa el plan de construir el muro. “Hay gente que dice: ‘Trump no va a construir el muro’. Por supuesto, cien por ciento seguro que vamos a construir el muro. De hecho tuvimos cientos de interesados, tuvimos muchos diseños, he visto 10 de los mejores, pero quiero ver más. Estamos analizando los diseños y vamos a tomar una decisión muy pronto”, añadió.
Esta comienza a ser una posible ruta de escape respecto a una de las ideas de campaña más disparatadas de Donald Trump: en todos los tonos, y desde todos los frentes –desde México, los Estados Unidos y el mundo entero—, se le ha dicho que la construcción de un muro en su frontera sur es no sólo innecesaria y costosa, sino además xenófoba y contraproducente para la economía.
No obstante, por mantener su palabra, Trump continuó en la narrativa de que el muro era necesario para detener la inmigración, y que en ello la migración mexicana era la más perjudicial para su economía y para los empleos en los Estados Unidos. Al haber una franja de población estadounidense que históricamente ha abrevado esas ideas, Trump ganó adeptos con el problema que ahora no consigue los recursos para la construcción del muro y tampoco tiene los consensos políticos suficientes para lograr que éste sea bien visto ya no por los electores sino por los poderes federales, que le han comenzado a bloquear sus principales iniciativas.
Por esa razón, Trump parece estar virando el discurso hacia la idea de que la construcción del muro no es indispensable porque de todos modos la migración mexicana –y en general– ha descendido drásticamente.
¿Pero, en realidad es así?
MIGRACIONES
El flujo de migrantes hacia los Estados Unidos es constante y mucho de éste atraviesa por México. No obstante, sería reduccionista afirmar que todo lo que pasa por ahí es tránsito de mexicanos y que en ello no hay otros orígenes y otras finalidades relacionadas particularmente con llegar a los Estados Unidos. ¿De verdad la migración mexicana sigue siendo tan determinante para la economía y las fronteras de aquella nación?
Una respuesta interesante la ofrecía recientemente la Escuela de Políticas de Estrategia Global de la Universidad de California en San Diego (UCSD), quien en 2016 afirmaba categóricamente en un estudio que el flujo migratorio de México a Estados Unidos se ha terminado y que ahora el movimiento global de migrantes se observa de África a los países europeos.
De acuerdo con dicho estudio, el desplazamiento de trabajadores mexicanos inició en la década de los años sesenta, después de la generación de los baby boomers o explosión demográfica, que al concluir creó unos 20 años después una escasez de residentes en edad productiva. Mientras la tasa de natalidad bajaba notablemente en Estados Unidos, ascendía en México, y en la década de los años ochenta hubo generaciones de trabajadores jóvenes mexicanos que buscaban y conseguían trabajo en Estados Unidos.
Pero ahora, de acuerdo con ese estudio, la tasa de natalidad en México se estabiliza y alcanza niveles similares a la de Estados Unidos, lo que ha formado un ajuste en la oferta de trabajo estadunidense y la de trabajadores mexicanos. El estudio parece confirmar otros anteriores que informaron sobre una migración nula desde México. La patrulla fronteriza realiza la menor detención de migrantes en la frontera con México en más de medio siglo, de acuerdo con cifras de la propia patrulla.
La tendencia actual en la frontera con Estados Unidos, es que gradualmente a la intención de cruzar la frontera como indocumentados ha sustituido un incremento en peticiones de asilo político de individuos y familias que huyen de la violencia. El análisis de la UCSD es una nueva perspectiva ante la reciente retórica antiinmigrantes de la campaña del presidente, Donald Trump.
La barda que planea construir el mandatario electo resultaría más bien innecesaria para un flujo migratorio que llaga a cero y tiende a permanecer en esos niveles. El estudio universitario se refiere tanto a los mexicanos que intentaban cruzar la frontera como a centroamericanos y ciudadanos de otras nacionalidades que buscaban pasar desde México como indocumentados a los estados fronterizos estadunidenses.
Esto concuerda con lo que ha dicho el presidente Enrique Peña Nieto que también asegura que hoy en día la migración de mexicanos hacia los Estados Unidos es muy cercana al cero por ciento, a partir de diversas medidas administrativas y legislativas que ha emprendido el gobierno federal para lograr esa meta. Sostuvo que México adoptó una perspectiva regional corresponsable y humana, cuenta con una red de unidades médicas que en 22 meses brindó más de 36,000 consultas médicas gratuitas. Emprendió el programa Frontera Sur que ha entregado 110,000 tarjetas de Visitante Regional y 15,000 tarjetas de Visitante Trabajador Fronterizo e impulsó el desarrollo regional junto con Guatemala, Honduras y El Salvador.
Peña Nieto insistió en que el combate a las drogas es otro desafío mundial, en el que la corresponsabilidad y la prevención son la mejor vía para resolverlo, por lo que se debe impulsar el desarrollo, la inclusión y el fortalecimiento del tejido social
DESTINO INCIERTO
El retorno de los migrantes a México es un problema de muchas dimensiones, que parte del hecho mismo de que las comunidades no están preparadas para reabsorber cabalmente a esas personas que, además, ya tienen un modo de vida, un lenguaje, trabajos y formas de convivencia distintos. Más bien, es el miedo y el racismo el que ha hecho descender la tasa de migración y eso, junto con la política de persecución que tiene el gobierno de EU desde hace años, es lo que ha provocado este fenómeno de retorno. No es la bonanza mexicana ni las acciones de gobierno. Ello es una fantasía.