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Sandra Domínguez: impunidad y cinismo criminales 

Renato Galicia Miguel

Qué eficientes son los policías de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) para escribir boletines autoadulatorios que  enaltecen sus investigaciones que anuncian desgracias, tragedias, desapariciones, asesinatos.

Para decir que “como resultado de los trabajos de inteligencia criminal fue posible la localización sin vida de la activista Sandra Estefana Domínguez Martínez y de su esposo Alexander Hernández Hernández, reportados como desaparecidos el 8 de octubre de 2024”.

Su redacción suena a cinismo criminal; debería ser tipificada como delito.

Qué impotencia se siente enterarse de lo que ya se presentía por habitar en el país que vivimos y qué indignación prever que todo parece un guion prestablecido que cerrará el caso.

Ahora vendrá la información a modo  para reafirmar que la desaparición y asesinato de la pareja están relacionadas con la vinculación de Alexander Hernández al crimen organizado: su hipótesis oficial.

Qué brillantes y científicos son los policías de la FGEO: todo les resulta exacto para reafirmar asesinatos.

Mas los familiares de la activista saben que esto apenas empieza, que la impunidad es el peor crimen de los gobiernos municipales, estatales y federales mexicanos, y que hay que enfrentarla, combatirla.

Que habrá que ir a contracorriente, como Proud Mary de los Creedence: ‘rolling on the river’.

Citybus y libramiento

Carlos R. Aguilar Jiménez

Frente al terrible caos vial que se vive a diario en la ciudad debido a los miles de vehículos, motocicletas y el infame servicio público de transporte de pasajeros que utiliza camiones viejos, sucios y destartalados, la opción de un mejor servicio con el Citybus parecía ser un servicio eficiente, puntual, limpio, sin carreras o esperas según el pasaje o competencia con otros camiones, porque sus choferes no tienen que entregar cuotas por día ya que reciben un sueldo base, suponiéndose que muchas personas dejarían sus vehículos para viajar en el Citybus, pero no ha sido así, porque si bien es mejor, lo cierto es que son pocos autobuses y en su ruta dilatan hasta una hora.

El Citybus es una buena intención y sería un gran servicio público si tuviera más unidades y un itinerario mayor, como el metro en CDMX, quizá si llegaran a las paradas cada 10 minutos, y si no lo viera el gobierno como negocio, sino como servicio público, proporcionando el servicio de transporte en rutas donde los autobuses casi no circulan por no ser rentables, obligando a los pasajeros a esperar mucho tiempo y o pagar servicio de taxis de pueblo, caros sucios y amontonados.

Circular en la ciudad es una pesadilla, especialmente en horas de entrada y salida a clases cerca de las escuelas que podrían y deberían cambiar sus accesos a las calles laterales y permitir la circulación en las avenidas principales, como la Técnica 1 que debería mover su acceso del Boulevard E. Vasconcelos a la calle de Alianza y lo mismo la Técnica 6 a Curtidurías, la Secundaria Federal 2 de Fray Toribio a Octava de Orquídeas y así muchas otras escuelas que estorban el tráfico en las avenidas principales, teniendo a un lado posibilidad de acceso y salida.

Y lo mismo peor sucede con la inutilidad y abandono del Libramiento Norte que a punto de ponerse en servicio el siglo pasado, el gobernador que lo inicio no terminó y el siguiente, por presiones de pudientes de San Felipe del Agua, intereses económicos y pretextos absurdos de ecologistas y exigencias irracionales de ambientalistas, quedó inconcluso, obligando a cientos de millones de automóviles, que podrían haber circulado por ese libramiento en más de 30 años de abandono, a desplazarse por la carretera internacional, a vuelta de rueda y emitiendo miles de kilómetros cúbicos de gases tóxicos de escape y además, perdiendo horas a bordo de un automóvil o autobús.

Si como dice el gobierno desde hace siete años, no son como los de antes, una buena acción sería rehabilitar, ampliar y poner en servicio el Libramiento Norte, incrementar el servicio del Citybus, en rutas como Huayapan al Centro, donde cientos de alumnos del Cecyte 1 y decenas de pasajeros deben esperar hasta una hora o caminar tres km al monumento a Juárez para abordar un autobús que desde “NacoPlaza” hasta Avenida Juárez, circulan a vuelta de rueda, contaminando y arruinando la vida de quienes menos tienen, por lo que no es cierto que: primero los pobres… pasajeros. La realidad es: “Primero los pudientes, los falsos ecologistas y las mafias del transporte.”  

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.   

CONTRAFUEGO || México First

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Aurelio Ramos Méndez

El gobierno mexicano desaprovechó del modo más indolente, el pasado miércoles (23), Dia del Idioma Español decretado por la ONU, la oportunidad de decirle al gobierno estadunidense, en perfecto castellano y tono alto: “¡Primero México!”, como notificación de un esfuerzo en serio e inaplazable enfocado a combatir la invasión de anglicismos.

Le habría demostrado así que asimiló a cabalidad la importancia del principal valor preconizado por Donald Trump, consistente en poner en primer lugar en el orden de prioridades el interés propio de cada país –America first—, y que el mundo ruede.

Hubiera sido una atinada manera de comenzar a contrarrestar, desde la comunicación de las empresas extranjeras –en especial gringas— con los ciudadanos, la colonización de nuestra lengua nacional por una avalancha de extranjerismos. Rubro en el cual la totalidad de los mexicanos, pero sobre todo el Estado, nos hallamos en grave falta.  

Desde el sector empresarial, las instituciones educativas, dependencias gubernamentales, el periodismo, la publicidad, el mercadeo y aun entidades como la Academia de la Lengua –enraizada en los inicios de la vida independiente (1835) pero con resultados más bien precarios– participamos en la cotidiana violación de nuestra lengua materna.

Consentimos o empleamos y reproducimos, en uso y abuso hasta la exasperación y el ridículo, no sólo tecnicismos –en efecto, algunas veces justificados–, sino vocablos y expresiones de uso común pero mal aplicados. 

Se trata de términos que nos parecen mejores, más precisos o refinados que sus equivalentes en español, o que facilitan aparentar por petulancia y vanagloria el dominio de ciertas materias.

Basta parar la oreja y otear el horizonte para percatarse de lo que, a juzgar por la inacción, no se percibe en los tres órdenes de gobierno –el federal, en primer lugar– ni en el sector privado, la academia o las agrupaciones de profesionales y la amplia gama de responsables de proteger desde diversas trincheras nuestro idioma.

Hablamos de la SEP, Gobernación, las cámaras legislativas, las universidades, el Ifetel, las cámaras de comercio, las agrupaciones de mercadólogos, publicistas, periodistas, locutores; la pomposa Academia Mexicana de la Lengua, reinstalada en 1875… Tupido andamiaje institucional cuya actividad en el terreno de la defensa de nuestra lengua no se ve por ninguna parte.

Con absoluto apego a la austeridad republicana, sin erogación de recursos económicos ni riesgo alguno para las inversiones foráneas, la estabilidad económica o el comercio internacional, el Estado mexicano podría emprender una defensa digna de este nombre en favor de la lengua que nos da identidad y unidad nacional.

Bastaría atisbar lo que se ha hecho en otras latitudes –Quebec y Ontario, en Canadá; Cataluña, en España; y en Francia, Chile y otros países respecto a la obligación de empresas extranjeras de emplear la lengua local en sus comunicaciones.

En muchas naciones que representan mercados considerablemente más pequeños que el mexicano, firmas como McDonald’sKentucky Fried Chicken o Starbucks han acatado sin chistar disposiciones acerca del uso del idioma, la publicidad sobre ingredientes y valores nutritivos, exigencias ecológicas y hasta respeto al entorno arquitectónico.

Mal hubiera podido encolerizarse Trump si Ebrard, De la Fuente o la presidenta Sheinbaum le hubiesen notificado que las empresas norteamericanas asentadas en nuestro territorio tendrían la obligación, ahora sí, de emitir en español la totalidad de sus mensajes, si hace apenas unas semanas él declaró el inglés idioma oficial de los Estados Unidos con el fin de protegerlo.

Que tales empresas podrían preservar en inglés su identidad de marca, pero salvo esta cualidad el resto de sus comunicaciones tendrían sí o sí que respetar nuestra lengua nacional. ¡México primero!

La invasión del inglés es avasallante. Los medios de comunicación –destacadamente radio y tv–, el bosque de anuncios espectaculares, las cartas de restaurantes, bares y cafeterías, los anuncios en el transporte masivo y hasta el grafiti y los letreros personalizados en atuendos o enseres –camisetas, mochilas, tazas, vasos o recipientes térmicos–, constituyen un triste muestrario de extranjerismos innecesarios.

En cada inicio de ciclo lectivo, grandes almacenes anuncian –con total complacencia de la SEP, el SNTE, la CNTE, la Profeco y otras entelequias– no el retorno a clases sino el back to school, gringada ésta que, en la atolondrada mente de ciertos mercaderes, estimula la tontería de que así venderán más útiles escolares.

Si algo es agradable o califica como bonito y vistoso, más bien está cool, y si se acude a recoger compras en línea se debe ir a pick up o esperar la entrega a domicilio mediante delivery.

Si es acuciante el apetito o el antojo de pollo y si deshuesado es mejor, se debe pedirboneless, no sin antes una sempler (degustación) con guarnición de veggie sticks, que no son otra cosa que bastoncitos o trocitos de verduras, frutas u hortalizas.

En muchos restaurantes, económicos o de postín, refresquerías y cafeterías los nombres del establecimiento y las listas de precios y bebidas están en un inglés que, en muchos casos, no pueden escribir, pronunciar ni comprender los dependientes, proveedores, clientes y hasta los dueños del negocio, aptos apenas para balbucear en la lengua de Shakespeare “juay de rito”.

Si el improbable lector de esta columna se encamina a comprar ropa o zapatos de la presente temporada tendrá que orientarse hacia los exhibidores de mercancía new arrived. 

Y si de mascotas se trata deberá llevarla al grooming salón, o si de lavado de autos enrumbar hacia el car wash, donde dejarán el vehículo cleaner shine, limpio y brillante.

Mujeres con amigas embarazadas o gestantes ya no asisten sólo al baby shower sino además al baby blessing, o sea a la bendición del nene, bebé que todavía nonato de seguro hundió a la familia –lo gritaba un listón en la mejor pared de la casa– en la incertidumbre de si sería boy or girl, y a quien ahora en sus cumpleaños no le cantan las mañanitas sino Happy Birthday.

El uso del inglés en todos los órdenes de la vida nacional ha llegado a tal extremo que en muchos hogares las flores, el 10 de mayo, llevarán la inscripción Happy Mother’s Day, y cinco días después, el 15, los salones de clases serán ornados con moños y la leyenda Happy Teacher Day, y no faltará quien invite al profesor a una chelas night, o sea a refrescarse el garguero alguna noche con unas cervezas.

Añádase al inclemente vapuleo del inglés a nuestra lengua nacional el pobre uso que de ésta hacen publicistas, locutores, maestros, mercadólogos, políticos, periodistas, conferenciantes –speakersof course— y otros profesionales cuya principal herramienta de trabajo es el lenguaje… 

El colonialismo lingüístico ya llegó demasiado lejos. Es imperioso ponerle un hasta aquí. Trump tendría que entenderlo: “¡México primero!”.

BRASAS

La presidenta Sheinbaum enfrenta por estos días uno de sus mayores desafíos: obligar a los concesionarios de medios electrónicos de comunicación cumplir los compromisos que les imponen los títulos de concesión del servicio público que usufructúan.

La explicación de esta circunstancia insoslayable es obvia: Si el presente gobierno, con abrumadora favorabilidad popular –superior a 80 por ciento—fracasa en tal objetivo, será muy difícil que otro gobierno con menor rango de aceptación pueda meter al aro a estos señores.

Viene al caso este señalamiento ante la difusión por Televisa de la insultante campaña de publicidad en contra de trabajadores migratorios indocumentados, promovida por la secretaria de Seguridad Nacional de EU, la sanguinaria Kristi Noem.

Se entiende que para la televisora mermó el flujo de dinero público, pero una cosa es la necesidad de recursos y otra jugar contra el país por un puñado de dólares.

En los comerciales se amenaza a los migrantes con multas y cárcel en caso de no “autodeportarse” y abstenerse en lo que les resta de vida de intentar regresar a tierras que alguna vez fueron de México.

La tragedia podría ser peor, ciertamente, si se repara en el talante de esta gringa que –como diría la milonga—es “dama de reputación un poquitito dudosa”. Los últimos cinco años Noem ha estado en el centro de un escándalo de adulterio con un ayudante de Trump.

Peor, porque le da por apretar el gatillo a la menor provocación.

En un libro autobiográfico se ufanó de cómo mató de un balazo a su perro Cricket porque era “imposible de ser entrenado” y además “peligroso”.

Y, de cómo mató de dos balazos a un macho cabrío porque le parecía “desagradable y malo” y olía “repugnante, almizclado y rancio”.

El Senado ya estudia una iniciativa presidencial para prohibir que gobiernos extranjeros puedan hacer propaganda política en nuestro país, proyecto combatido con furia por la bancada panista encabezada por Ricardo Anaya, quien no disimula la defensa que hace de los intereses trumpistas.

La iniciativa suena bien, pero resultará inútil, entre otras cosas por imposible retroactividad. En todo caso, el asunto no es de vacío legal sino de voluntad política.

Los títulos de concesión y una vasta normatividad permiten –¡cómo que no!—la aplicación de sanciones ejemplares a los concesionarios. De Azcárraga y su combo al contumaz evasor de impuestos, Ricardo Salinas Pliego. Y de multas sustanciosas al retiro de concesiones.

¡Sí se puede! Es cosa de no sacarle el tafanario a la jeringa.

RESCOLDOS

La 4T recibió un vigoroso espaldarazo no los gobiernos de Venezuela, Cuba o Corea del Norte, sino del Banco Mundial. Esta entidad financiera reconoció que entre 2018 y 2023 la pobreza en México se redujo 7 por ciento, la mayor merma en América Latina. Se agradece. Pero también debe hacerse notar que a este ritmo tendrá que pasar medio siglo antes de erradicar por completo ese fenómeno. Es inaplazable poner el pie en el acelerador… 

El Banco Mundial también reafirmó sus perspectivas de nulo crecimiento para nuestro país el presente año, y de crecimiento de apenas 1.1 por ciento en 2026. ¿La causa? ¡Eureka! El acoso del inefable presidente gringo que ha saturado el ambiente de incertidumbre… 

Y el FMI, institución donde nomás los chicharrones del Tío Sam truenan, proyecta una caída este año de 0.3 por ciento de la economía mexicana y un crecimiento de 1.4 por ciento en 2026. El pronóstico no parece resultado de variables e indicadores económicos, sino saturado de gérmenes políticos y dictado por Trump. Veremos…

aurelio.contrafuego@gmail.com

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.     

Mariana Yáñez, integrante de Litigio Estratégico Indígena, recibe la medalla Donají por su labor en derechos humanos y medio ambiente

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Oaxaca de Juárez, Oaxaca. 25 de abril de 2025. En el marco de la ceremonia conmemorativa por el aniversario de la fundación de Oaxaca de Juárez, el presidente municipal Raymundo Chagoya entregó la medalla Donají a la abogada Mariana Yáñez, integrante de la organización Litigio Estratégico Indígena.

La medalla Donají es la máxima distinción que otorga la ciudad a personas que han realizado aportes excepcionales en beneficio de la colectividad. En esta ocasión, se reconoció la labor de Mariana Yáñez, vicepresidenta de Litigio Estratégico, en la defensa jurídica de comunidades indígenas, mujeres, niñas y niños, así como su compromiso con la protección ambiental.

Desde 2018, Mariana Yáñez forma parte de Litigio Estratégico Indígena, organización fundada en 2008 por abogadas y abogados indígenas. Uno de sus principales frentes ha sido la lucha legal, iniciada en 2014, por el rescate de los ríos Atoyac y Salado, considerados entre los más contaminados del país y que atraviesan la capital oaxaqueña.

Nacida en el centro histórico de Oaxaca, Mariana Yáñez proviene de una familia con profundo arraigo en la ciudad. Es hija del abogado laboralista y defensor de derechos humanos José María Yáñez Gatica y de la abogada Lourdes Unda Polaco. Su trabajo también incluye la participación en la elaboración de iniciativas legislativas y mesas de diálogo con instancias gubernamentales.

Edgar Aldair Pérez Ortiz, premio nacional de la juventud 2019 y también integrante de Litigio Estratégico Indígena, destacó que la organización no cuenta con financiamiento externo ni recursos institucionales. A pesar de ello, ha logrado establecer precedentes legales en materia ambiental que hoy son estudiados a nivel nacional e internacional.

AL MARGEN || La democracia, (de nuevo) a prueba 

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Adrián Ortiz Romero Cuevas 

Por momentos nos resultó hasta ociosa la palabra “democracia”, en todas las acepciones y formas de comprensión que genera dicho término. Luego de la tercera transición en México, parece que echamos a dormir los estertores de la palabra y nos hemos ido acomodando (¿resignando?) al regreso del régimen de partido hegemónico. Pero cuando parecía que todo volvía al aburrimiento democrático que décadas permeó en México, nos encontramos con la elección judicial. 

En efecto, a grandes rasgos, podríamos comprender que la democracia ocurre cuando el pueblo interviene directamente en la elección de sus gobernantes, en la determinación de su organización política, y en ser el titular de las garantías, derechos, servicios y obligaciones que impone y presta el Estado. Todo eso podríamos entenderlo perfectamente. Sólo que eso sería tanto como limitar los amplios alcances de la democracia, cuando ésta es comprendida en toda su magnitud.

Tradicionalmente, a pueblos como el mexicano se nos ha sembrado la idea de que la democracia comienza y termina cuando el ciudadano común se erige legítima y posiblemente como votante, emite su sufragio y éste cuenta de modo efectivo en la decisión colectiva de quiénes serán los gobernantes para los años siguientes. Es, cierto, una forma básica y efectiva de hacer valer la intervención popular en las decisiones del poder. Pero también es un concepto limitado, que lleva a naciones como la mexicana, a ciertas “irresponsabilidades” y desatenciones que redundan en atrasos.

La democracia, se supone, es el voto; pero mucho más que éste: democracia es que los gobernantes realicen sus gestiones públicas cumpliendo cabalmente con los requerimientos de honradez, legalidad, transparencia y rendición de cuentas. 

No obstante, democracia es también que el ciudadano se involucre en la labor del gobierno. Puede hacerse desde la opinión pública, desde la generación e impulso a la sociedad civil organizada; en la exigencia de claridad en la gestión gubernamental y en la búsqueda de que los poderes públicos cumplan con sus deberes, y otorguen y respeten los derechos y servicios que están obligados a prestar a la población.

Hoy podríamos pensar que tenemos una democracia más sólida, aunque en realidad nuevamente tenemos que poner a debate los conceptos que se supone que ya eran sólidos y estables. Se suponía que ya teníamos una democracia mucho más sólida, porque ya no existía un partido hegemónico (el PRI, aunque ahora existe Morena); también pensábamos que las decisiones presidenciales sobre la sucesión ya no eran la ley implacable de antes (hasta que nos topamos con YSQ). Y así podríamos seguir adelante. Nada volvió a ser como antes, aunque parece que sí. Y justo ahí fue donde nos topamos con la elección del Poder Judicial. 

Hoy debemos preguntarnos si realmente estamos preparados para todo ello. Los primeros ejercicios de la democracia en la elección judicial no parecen claros. Los candidatos no saben cómo actuar; no tienen nada que ofrecer; y desde los sectores oficiales resuena la idea de que ya todo está anticipadamente decidido. Tenemos que repensar con mucha serenidad lo que ocurra el primer domingo de junio. Pero antes tenemos que ver qué pasa en mayo. Este ejercicio democrático, que puede ser calificado de histórico, también podría terminar siendo tildado de catastrófico. 

Nos leemos en http://columnaalmargen.mx

@ortizromeroc

@columnaalmargen 

Murió el Papa

Carlos R. Aguilar Jiménez

Según la fe cristiana, San Pedro fue el primer obispo de Roma, primer Papa y el inicio del poder pontificio que se fue extendiendo en base a estrategias políticas, alianzas con emperadores y reyes, siendo en el año 754 cuando el papa en turno se convirtió en soberano y pontífice absoluto al serle donado por Pipino el Breve, un enorme territorio en Italia, (donde hoy solo queda el Vaticano) consiguiendo después, con Carlomagno, quien fue coronado por el papa León III estableciendo con el Sacro Imperio Romano, todo el poder político, económico y religioso de la actual Iglesia Católica.

Creciendo cada siglo después de Cristo, en todos los sentidos el poder de los Papas, que incluso sometían a monarcas y emperadores, no fue sino hasta la Reforma, cuando la iglesia católica perdió a Inglaterra y casi todo Europa central y del norte, pero que, por la imposición a la fuerza del catolicísimo en el continente recién descubierto, América, el inmenso poder y riqueza obscena del Papa, volvió al sumar millones de nuevos creyentes a sus filas, con sus correspondientes diezmos y pagos.

Si bien o mal, antes que llegaran los católicos a América, todos sus habitantes veneraban a Tonatiuh, Quetzalcóatl o Cosijo, lo cierto es que desde el siglo XVI casi todos los latinoamericanos son católicos que veneran al Papa y sus secuaces, sin que importe la tristemente célebre historia del papado, comenzando, por ejemplo, con Alejandro Borgia o Pío XII quien enterado de los campos de concentración, jamás este último se pronunció en contra del exterminio de judíos y las atrocidades alemanas, apoyando y bendiciendo a Mussolini y al nazismo. Y sin considerar la extrema misoginia del jefe político y espiritual de los católicos que jamás permitirá el reconocimiento de igualdad de derechos de mujeres a quienes la Biblia, la iglesia católica y los infalibles Papas, consideran seres inferiores, ni venderán uno solo de sus inmensos tesoros para aliviar el hambre de niños o apoyar económicamente la investigación científica en salud, porque dicen sirven más los rezos y oraciones.

Según la iglesia Católica, el Papa es infalible en sus decisiones, pues su infalibilidad proclamada en el Concilio del Vaticano dice: Cuando el Papa habla desde la silla de San Pedro, cuando indica la doctrina que debe definir a la Iglesia, esta investido de la infalibilidad que el divino Redentor quiso dar a su iglesia, por virtud de la divina asistencia que se prometió a San Pedro, de tal forma que un Papa no se equivoca nunca, pues su infalibilidad no es una inspiración, sino una asistencia divina que le impide errar en asuntos de costumbres y fe. Si el Papa es infalible para los creyentes posee certeza divina, por lo que las mujeres nunca tendrán igualdad de derechos, los curas pederastas son inocentes, la Tierra es plana, está en el centro del universo y los que no son católicos se irán al infierno. Amén.  

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Hay que amar al idioma español como José Agustín, no desmadrarlo como los tiktokeros

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Renato Galicia Miguel 

¿Quién será ‘Loque’?, ¿quién será ‘Rompelsilencio’? Un buen de tiktokeros, redactores, reporteros y leedores de noticias de medios y páginas digitales los mencionan, pero nadie los describe y ubica en sus videos y notas.

(Me recuerdan a los ‘Aquiles’ de la consigna,  “y dicen, y dicen, que somos minoría, ‘aquiles’ demostramos que somos mayoría”, al que ni los halcones de los años setenta ni los polis de tantas décadas para acá han  encontrado nunca en cuanta marcha callejera por más que los han buscado).

¡Naaa, qué! Son las espantosas, terribles y blasfémicas neomuletillas del idioma español: las pulgas, ladillas, cucarachas de nuestra lengua que, peor que virus, circulan en compus y móviles.

Para quien pensaba que los dijónimos (sinónimos indiscriminados de dijo) eran lo peor de nuestra escritura, aquellas viles expresiones, entre varias más, nos vienen a demostrar que todavía se puede cavar más hondo, caer más bajo.

(Lo cual me recuerda, a su vez, que cuando pensábamos que Televisa era lo peor de la tele mundial,  vino TV Azteca  a demostrarnos en los años noventa que todavía se podía ser más bazofia).

Son neovicios del habla y la escritura que reflejan una gran carencia de lecturas de veras y, por lo mismo, una falta grave de vocabulario conciso y claro —ya no digamos una pobreza creativa evidente.

Al igual que indican un bajo nivel cultural por más que se ostenten blasones de cursos,  talleres y diplomados, licenciaturas, maestrías y doctorados.

Si no se quiere amar a la lengua española como se merece, por lo menos hay que tener tantita m*** y cultivarla un poquito.

Un aspecto que no excluye el uso del lenguaje irreverente, antisolemne, sino todo lo contrario (más hoy, cuando están cayendo tantas sacrosantas normas y reglas ortotipográficas de la gramática formal y de la rígida Real Academia de la Lengua), como lo demostró el apreciadísimo José Agustín con su novela ‘La tumba’ hace ya cincuenta años.

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Cierran aldeanos San Felipe del Agua

Carlos R. Aguilar Jiménez

Atribuyéndose despóticamente derechos sustentados en sus “abusos y malas costumbres”, comuneros de San Felipe del Agua, hace años impiden brutalmente el acceso al cerro del mismo nombre, argumentando que asambleas del pueblo dictaminaron no dejar pasar a quien no sea pueblerino del lugar, con el pretexto de cuidar el entorno, violando el artículo 11 constitucional que dice: “Derecho a la libertad de tránsito”. Este derecho permite que los mexicanos nos desplacemos libremente por el territorio nacional, sin necesidad de permiso, autorización o salvoconducto, de tal forma que el gobierno debiera garantizar la libre circulación en cualquier montaña, valle, rio o playa, sin necesidad de permiso o pago, porque además no entregan recibo ni pagan a Hacienda.

Con la misma lógica los habitantes del municipio de Oaxaca de Juárez debieran prohibir el acceso a la ciudad, igual que a los pueblerinos del “pueblo mágico” de Capulálpam de Méndez y de todas las aldeas, caseríos y pueblos, donde para entrar exigen un pago, abusando de la gente que pretende visitar o conocer esos lugares, que en general son sucios y feos, aunque campiranos o pintorescos por donde pasa el turista extorsionado en la entrada.

Bueno fuera, que aunque no se así, si se comenzara a incendiar el cerro de San Felipe y siguieran impidiendo el acceso, dado que la mayoría de los deflagraciones se producen por causas naturales, por acumulación de electricidad estática, rayos o relámpagos, incluida la caída de micro meteoritos o por pirómanos desquiciados, de tal forma que una vez iniciado el incendio en tiempos de sequía, viento y máximo calor, este se propague incendiando todo a su paso, y es entonces cuando los abusivos comuneros de todos los pueblos y aldeas que cobran por acceso, suplican, imploran y piden ayuda del gobierno y los forasteros y hasta instalan puestos de abastecimiento a damnificados.

El Gobierno del Estado, indiferente y omiso a lo que hacen los abusivos pueblerinos, que amparados en sus “abusos y malas costumbres”, violan artículos constitucionales de libre transito en el país, permite que en San Felipe del Agua, no haya acceso libre a senderistas, corredores y para todos los habitantes de la ciudad que gustan del ejercicio y campismo, permitiendo que los póngidos comuneros de San Felipe del Agua, bloqueen el acceso a la montaña, o que cobren por entrar como lo hacen en San Andrés Huayapan y otros lugares, donde valdría el cobro si hay instalaciones artificiales construidas para entretenimiento, no y nunca, si son espacios silvestres naturales, como la montaña.

Si la condición de cobro u abuso de los pueblos sigue sin restricción alguna del gobierno estatal, en breve ya no se podrá entrar a ninguna aldea sin pagar, y estaría bien si hubiera reciprocidad: que todo aquel pueblerino, especialmente los aldeanos de San Felipe paguen por entrar a Oaxaca, o que los habitantes de la ciudad les cobren a los pueblerinos por circular en las calles y venir a comprar y surtir lo que sus pueblos no tienen ni tendrán.  

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.     

CONTRAFUEGO || Disolver el Congreso

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Aurelio Ramos Méndez

Si el Congreso de la Unión sirve entre poco y nada quizá lo más conveniente para el país sea disolverlo, en aras de la austeridad republicana, y los ingentes recursos que absorbe destinarlos a la atención de los problemas sociales más acuciantes.

No es desapego o infravaloración de la democracia, sino lo que recomienda el sentido común en tiempos de vacas flacas.

El Poder Legislativo es el encargado de hacer las leyes y el principal garante de la democracia y la representatividad popular, funciones de las cuales, sin embargo, ha venido siendo despojado despacito y en silencio.

Salta esta reflexión a la luz del retiro táctico por el Ejecutivo de su iniciativa de ley en materia de desaparición de personas. Tal como ocurrió con la reforma judicial, y otros controvertidos proyectos cuyo trámite ha redundado en ninguneo de diputados y senadores.

El Ejecutivo suele jugar al amague y gambeteo con las cámaras del Congreso, pero para algunas organizaciones sociales los representantes populares de plano no existen o son un cero a la izquierda.

Los colectivos de búsqueda de desaparecidos al parecer ni siquiera se enteraron de que en 2024 hubo elecciones y fue renovado el Legislativo. Porque, hasta donde se sabe, ninguna de estas organizaciones interpeló a los aspirantes a entrar en las cámaras, sobre todo en los estados más afectados por este problema: Jalisco, Guanajuato, Tamaulipas, Sonora, entre otros.

Les pasó de noche la elección legislativa o sus abanderados perdieron y se quedaron sin curules ni escaños. En todo caso, de otro modo no se explica el desdén que por ahora demuestran por los trabajos camerales en torno de este asunto.

La presidenta Sheinbaum cursó al Legislativo una iniciativa que suspendió enseguida, en atención al estridente escándalo generado por el variopinto conjunto de buscadores de personas desaparecidas. Compás de espera para escucharlos, como si no fue el Congreso el ámbito constitucionalmente habilitado para escucharlos y atender sus reclamos.

En el Senado y la cámara baja presumiblemente hay legisladores que conocen del grave y traumático problema, o mal pueden decirse representantes populares. Tienen la responsabilidad de escuchar todas las voces y ver el tema desde las distintas aristas del cubo.

Al desdeñar el inmediato trámite legislativo aquellos colectivos dieron a entender que aspiran a ser escuchados por la titular o algún integrante del Ejecutivo, como en los tiempos de Peña Nieto, Calderón o Fox, mandatarios de quienes en modo alguno puede decirse que no escuchaban al pueblo, pues lo escuchaban mediante Pegasus y el Cisen, pero lo escuchaban.

A juzgar por los hechos, el Ejecutivo ninguna enseñanza asimiló del azaroso destino de la reforma judicial, cuya iniciativa ventilada durante meses también fue suspendida con objeto de abrir un período de escucha a los antagonistas del proyecto.

Al igual que con el tema judicial, el riesgo con la iniciativa sobre desaparecidos estriba en el deliberado enmarañamiento por sus objetores y la posibilidad de que estos logren hacerla naufragar como es su patente intención.

Infiltrado hasta la médula por intereses obscuros, los grupos más activos tienen el claro afán de manipular el tema de los desaparecidos, con la finalidad de tundir y desprestigiar al gobierno federal. Lo denotó el pretendido hallazgo de hornos crematorios en Teuchitlán, Jalisco, caso en el cual la apuesta de tales grupos fue alta.

La patraña de la supuesta de hornos hitlerianos buscó radicar la idea de que si las desapariciones son atribuibles al Estado responsable de la seguridad pública y si fueron hallados crematorios masivos, el mexicano es por donde se mire un estado nazi. Peor aún en el caso de los 43 de Ayotzinapa.

Cualquiera que sea el motivo de fondo que inspira las acciones de los grupos de buscadores y del Ejecutivo federal, el retiro de la iniciativa presidencial entraña un lamentable ninguneo al Legislativo. Inquietante desconsideración, si se repara en lo reiterado del recuso.

Vale por lo mismo el interrogante de si sería preferible cerrar el Congreso, vista su inutilidad ante los asuntos más trascendentes y lo escaso de los recursos económicos para solucionar algunos de los principales problemas sociales.

BRASAS

Morena es escenario de una campal entre robustos ejemplares de la delincuencia política, que luchan para evitar ser expulsados o, peor, consignados ante instancias de procuración de justicia.

Así como en la ronda infantil del grupo de elefantes que se columpiaba sobre la tela de una araña, esos personajes se defienden a empellones, codazos y patadas en las canillas, ahora que la telaraña ya no resiste más. 

Desde el ascenso al poder de esta fuerza política en 2018 y aun antes, verdaderos elefantes de la corrupción fueron trepándose uno por uno a la telaraña, la cual ahora amenaza reventarse y obliga a tirar lastres.

Ya fue echado Miguel Ángel Yunes Márquez y hay indicios para suponer que viene el turno de Alejandro Murat Hinojosa, aunque son muchos los que menos insensatos que oportunistas urgidos de impunidad todavía se columpian en la frágil red, ajenos al peligro de desfonde partidista.

Son legión los caciques, corruptos, vividores y negociantes de la política que ingresaron a Morena como contraprestación del dudoso respaldo electoral o parlamentario prestado a este movimiento. Parece llegado por fin el momento de la depuración.

Con un pasado negro en la política nacional y estatal de Veracruz, los Yunes –una dinastía bíblica– resultaban sencillamente indefendibles en su interés de obtener credencial de militantes.

A la parentela Murat se la acusa de un cúmulo de delitos. Desde el peculado en su paso por instituciones como el Infonavit, hasta el lavado de dinero mediante la compra de bienes raíces en el extranjero y el despojo de centenares de predios, casas, negocios y bienes en general, aprovechando sus posiciones en distintos órdenes de gobierno. ¿No va siendo hora ya de levantarles la canasta?

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.   

México libre de analfabetismo

Carlos R. Aguilar Jiménez

Hace unos días se unieron el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos  (INEA) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), para declarar oficialmente a México, libre de analfabetismo, iniciando la campaña: “Alfabetizando transformamos y dejamos huella” presumiendo que en nuestro país todos sabemos leer y escribir, suponiendo que descifrar letras, palabras y oraciones es suficiente en el siglo XXI para triunfar en la vida y ser exitoso, como ocurría en el pasado y hasta el siglo XX, cuando saber leer y escribir era básico para desempeñarse en empleos o trabajos elementales, pero, en estos tiempos también es indispensable no ser analfabeto digital.

Saber leer y escribir sin comprender, entender y trascender textos o lecturas es ser: analfabeto funcional, porque una cosa es decodificar letras y palabras convirtiéndonos en lectores capaces de leer chismes de internet, mensajes, anuncios e instrucciones básicas, que es lo que necesita saber un obrero, campesino o cualquier trabajador elemental, y otra, muy diferente, es entender los conceptos, significados, leer entre líneas y trascender lo leído, analizando lo escrito, filosofando, comprendiendo y con espíritu critico reflexionar respecto de lo leído.

Si, que bien que todos los mexicanos sepamos leer, así ya pueden leer la boleta electoral, instrucciones para recibir la dadiva de bienestar y cumplir con las instrucciones escritas que les den sus jefes, ajenos completamente a la lectura de libros clásicos, poéticos, literarios, artísticos, astronómicos, matemáticos, históricos, de divulgación científica o cualquier tipo de libro que exija reflexión, contexto y especialmente, gusto por leer, placer por entender y saber, para ser una persona culta, docta y principalmente, educada

Saber leer y escribir es importante y es el inicio del camino hacia una formación académica en busca de un titulo profesional, una licenciatura, maestría o doctorado; es también fundamental para, por formación autodidacta, triunfar en el comercio, los negocios o cualquier actividad que requiera concentración, evaluación, y análisis de probabilidades o mercadotecnia, no obstante, con el elemental hecho de leer y escribir, sucede lo mismo que con las matemáticas básicas, porque no es lo mismo saber sumar, dividir o multiplicar que, entender calculo diferencial.

Decodificar letras para entender el silabario o palabras y frases, sirve para leer el libro vaquero, los anuncios en la calle y hasta mensajes de redes, pero es inútil si no se complementa con conocimientos de tecnologías digitales, informáticas, matemáticas, algebraicas por lo menos y, especialmente la capacidad de critica y análisis, de tal suerte que presumir en estos tiempos que todo el país sabe leer es loable si se tratara de niños de segundo de primaria del siglo pasado, pero en estos tiempos digitalizados, tecnológicos y capitalistas neoliberales, debiese presumirse superar el analfabetismo funcional, digital y saber inglés, como todos los habitantes de Dinamarca.

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