¿Hay diferencias entre integrantes de plantón magisterial?

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+ Renovar las bases radicales, en manos de menos preparados

Aunque parezca una masa homogénea, las bases magisteriales están perfectamente delineadas en varios grupos de rasgos insuperables, que habrán de determinar su rumbo en el mediano plazo. Hasta hoy, el punto de cohesión de todas las tendencias se encuentra en férreo control que tiene el sindicato de la situación, los ascensos, e incluso la estabilidad laboral de cada uno de los trabajadores. Empero, conforme pase el tiempo se irán acentuando los rasgos particulares, que ya hoy diferencian internamente a ese enorme amasijo que aglutina a más de setenta mil agremiados.

Desde fuera del sindicato magisterial, lo que se ve es un grupo más o menos cohesionado que tiene un perfecto control en cuanto a la movilización y el despliegue de las acciones que determinan los órganos de dirección. El ciudadano común tiene la idea de que los trabajadores de la educación, son un grupo ampliamente convencido de la viabilidad de las acciones, y de las razones en que se fundamentan para hacerlo. Se podría entender, incluso, que éstos son agremiados altamente ideologizados y persuadidos de los principios que rigen a su organización.

Esto era así hasta hace no muchos años, aunque la tendencia del control por ideologización va a la baja. ¿De qué hablamos? De que al inicio, y quizá en los primeros diez o quince años de lucha magisterial en Oaxaca, la mayoría de los trabajadores de la educación habían sido parte de ese proceso, y eran entonces beneficiarios de la “democratización” de su sindicato. Es decir, que entonces la gran mayoría fue parte de los sustanciales incrementos salariales, de los acuerdos ventajosos que logró la Sección 22, como aquel en el que el Gobierno del Estado prácticamente le entregó el control del IEEPO, o cuando también quedó en manos del Sindicato, el manejo casi total de los ascensos, ingresos y prestaciones económicas de los agremiados.

El problema hoy, es que 30 años después, es acelerado el proceso de jubilación de toda esa generación de profesores y empleados administrativos que asistían a las movilizaciones y acciones de su Sindicato, convencidos de que eso los llevaría a la conquista de mejoras salariales, sociales o incluso políticas.

Ese proceso natural de sustitución —por la sola razón de la edad— de unos integrantes por otros en el Sindicato magisterial, sin embargo, no ha mermado su fuerza, aunque sí comienza a marcar claras diferencias entre sus integrantes. Hasta hoy, la dirigencia de la Sección 22 continúa teniendo un control y poder avasallador entre sus agremiados, porque no sólo no ha suavizado, sino que ha reforzado, el férreo control que tiene sobre las condiciones de trabajo de sus trabajadores.

Esto se puede ver, en el hecho de que hoy se sigue llevando un control estricto de toda la asistencia a las acciones sindicales, y que ello es el factor determinante para las mejoras en las condiciones de trabajo, salario y ubicación de los integrantes de la 22 que tienen una participación activa, pero también para el total estancamiento, el acoso y el rechazo a toda solicitud de mejoras en los ingresos o las condiciones laborales, cuando se es apático a las acciones y decisiones del gremio magisterial.

Así, al analizar a detalle la forma en que se está recomponiendo la membresía de la Sección 22, podremos ver cuáles son sus posibles escenarios futuros. La mayoría de éstos, lamentablemente, son poco halagadores.

DIFERENCIAS INTERNAS

Ubiquemos puntualmente, de entrada, las diferencias que existen hoy entre los integrantes de la Sección 22. Entre los viejos profesores que hace 30 años iniciaron la lucha magisterial, y que continúan como trabajadores activos de la educación, hoy éstos se diferencian entre los que están alejados totalmente de las acciones sindicales, y los que sostienen una participación intensa. Los primeros, en su mayoría, son los profesores que no están de acuerdo en los radicalismos actuales y mejor dedican sus esfuerzos al trabajo, y los segundos son los que tratan siempre de suplir, con participación sindical intensa, su falta de reparación, el escaso compromiso con sus responsabilidades laborales, y hasta sus excesos y las malas conductas en que incurren.

Pero también, hoy, entre los nuevos trabajadores de la educación, existen también diferencias sustanciales. Muchos de quienes integran hoy la membresía sindical de la Sección 22, son hijos o parientes de los viejos trabajadores, que ingresaron al sistema educativo gracias a la posibilidad que existe de “heredar la plaza”; en gran cantidad, esos jóvenes tuvieron la posibilidad de acceder a preparación profesional en universidades y formas de instrucción distintas a la educación normal.

Es decir, que su estabilidad laboral no es consecuencia de lucha o conquista sindical alguna. Y por esa razón, ni se encuentran ideologizados y mucho menos radicalizados con los añejos postulados con los que se fundamenta la lucha magisterial, y más bien asisten y cumplen con los mandatos de su sindicato, por las precarias condiciones salariales, de ubicación y de prestaciones en que se encuentran. A través de su participación en las movilizaciones, buscan mejorar su situación. Pero esa participación lo ven como algo irremediable, pero no como una aportación a la lucha sindical.

Hoy mismo, entre el magisterio oaxaqueño existe una lucha intensa por el rumbo del paro indefinido y el plantón que tienen instalado en el primer cuadro de la capital oaxaqueña. Unos buscan el radicalismo y otros las posiciones moderadas, que son vistas como parte de una alianza con el priismo que gobierna.

FUTURO INCIERTO

En esas condiciones, el último gran bastión de la Sección 22 se encuentra en los jóvenes normalistas que acaban de ingresar al sector educativo, o que están en vías de hacerlo. Ellos, en realidad, son los menos preparados académicamente hablando, pero los que más les deben a la lucha magisterial —nada menos que la contratación automática, una vez que culminan los estudios en las escuelas normales— y más incondicionalidad pueden profesarle al radicalismo de su sindicato. Si finalmente este grupo se impone, en los años por venir el radicalismo será más acentuado aunque con menos sustento político, social o ideológico. Si se imponen los que heredaron una plaza, tenderán a relajar la lucha. Eso lo veremos con certeza, en el mediano plazo.

almargen@tiempoenlinea.com.mx

almargenoaxaca.wordpress.com

1 COMMENT

  1. Considero que las ideas que expones son coherentes con la situación magisterial de Oaxaca.
    Unicamente te sugeriría que tuvieras más cuidado con tu redacción, pues hay algunos errores que para mí como lector, le restan seriedad a tu artículo.

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