Confirmado: en Oaxaca de Juárez el gobierno es una fantasía

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+ Desatenciones por doquier; autoridad, parece estar pintada

El pasado 18 de junio, sin previo aviso o solicitud de autorización al Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, los llamados “tianguistas” que cada viernes se establecían en una explanada al sur de la capital, decidieron regresar al Paseo Juárez, en el que hasta hace unos meses expendían sus productos semanalmente. La decisión se convirtió, de inmediato, en un importante desafío a la autoridad municipal, que amagó pero finalmente permitió, como muchas otras cosas en la capital, mucho de lo que dijeron que no iban a tolerar. Así, está claro, la capital oaxaqueña no tiene gobierno.

Para mal de los habitantes, y de la propia ciudad, desde hace más o menos de una década, Oaxaca de Juárez no ha tenido un gobierno municipal que se jacte verdaderamente de estar preocupado por las demandas y problemas de las personas y el espacio físico al que se deben. Si volteamos al pasado reciente, podremos darnos cuenta que ninguna de las administraciones municipales del inicio de la década actual, se ha centrado verdaderamente en la labor administrativa, y más bien han ocupado al Ayuntamiento citadino como caja chica, agencia de colocación para desempleados y, sobre todo, como trampolín político para aspiraciones políticas de orden superior.

Veamos si no. El gobierno del entonces panista Alberto Rodríguez González, fue un auténtico desastre, que comenzó marcado por la ineficiencia y la falta de sentido sobre las necesidades de la capital, y terminó marcado por los excesos, las pifias del Munícipe, y los frentes de guerra que entonces se abrieron, entre los grupos políticos, con el gobierno del estado. Éste fue el primero, sin embargo, de una larga lista de gobernantes que independientemente de la razón, no concluyeron el periodo para el que fueron electos.

Luego de él, vino el ahora candidato a gobernador, Gabino Cué Monteagudo. Éste, independientemente de las acciones favorables o no para la ciudad que emprendió su administración, ocupó al Ayuntamiento citadino como un escaparate para las aspiraciones que ya abrevaba de gobernar la entidad. Así, en 2004, siendo presidente Municipal, consiguió una postulación conjunta de las fuerzas de oposición, casi igual a la actual, como candidato a Gobernador, y dejó encargada la administración municipal a dos concejales (Alicia Pesqueira Olea de Esesarte, y luego María Luisa Acevedo Conde) que hicieron exactamente eso: administrar, pero no resolver —por falta de tiempo y recursos, además de la guerra política que desató la disputa por dicho cargo edilicio— los problemas más apremiantes de la capital.

En octubre 2004 el PRI recuperó la alcaldía citadina. Jesús Ángel Díaz Ortega se alzó con la victoria en los comicios municipales, arrastrado por el triunfo que dos meses antes había conseguido el entonces candidato a la gubernatura por ese partido, Ulises Ruiz Ortiz. Su gestión estuvo marcada por importantes decisiones impopulares —como la de la instalación de los parquímetros—, pero determinada por la ausencia del munícipe, y el abandono total de sus funciones, durante el conflicto magisterial y popular de 2006. La gestión la concluyó Manuel de Esesarte, quien no hizo un mejor gobierno que quien le legó el cargo.

En 2007, sin embargo, el PRI repitió su triunfo en las manos de José Antonio Hernández Fraguas. Éste, también aspirando ya desde entonces a la gubernatura del Estado, se sintió ofendido ante el cuestionamiento sobre si concluiría su gestión. Expresamente manifestó que su gobierno sería de tres años, y que se dedicaría a ser presidente Municipal, y no precandidato a otros cargos.

Hernández Fraguas mintió, y de la peor forma: ni siquiera obtuvo la candidatura a Gobernador (que hubiera sido un argumento irrefutable para justificar su separación del Ayuntamiento), y sí abandonó sin ningún pudor su labor como munícipe, para ir a realizar una gris labor como “coordinador” de la campaña priista en los Valles Centrales, y engancharse en un nuevo cargo, ahora legislativo y no del todo seguro, para los próximos tres años.

CIUDAD ABANDONADA

¿Y Oaxaca de Juárez? Para todos esos munícipes de pocos compromisos, la ciudad está “Bien, gracias”. Desafíos claros a la autoridad, como el que referimos en la primera parte de esta entrega, sólo ocurren cuando el mando gubernamental es débil o sólo aparente. Hasta ahora, el encargado del despacho de la Presidencia Municipal, Miguel Ángel Bustamante Underwood, sólo se ha encargado de cuidar el asiento que dejó vacante su amigo Hernández Fraguas. Ha tratado, como hacían los gobernantes de la vieja guardia, de sólo preocuparse por hacer discursos, inaugurar obras y cubrir la labor de apariencia en la titularidad del municipio citadino.

Pero no ha habido compromiso ni autoridad clara. Lo hecho y constatado por los ambulantes que ayer, por segundo viernes consecutivo, estaban instalados en el Parque El llano, demuestra no sólo que lo que quedó del Ayuntamiento —porque Hernández Fraguas cargó con su equipo más cercano, además de varios funcionarios que renunciaron a sus cargos, y muchos otros que hoy están dedicados de tiempo completo a labores de campaña aún ostentando cargos públicos— no tiene capacidad de gobernar y hacer valer sus determinaciones, sino sobre todo que una de las principales promesas del Munícipe con licencia no fueron más que una farsa.

¿No fue Hernández Fraguas quien dijo que no descansaría hasta poner orden en todo lo relativo al ambulantaje? Los instalados en el Paseo Juárez, cada viernes, lo son. Y está visto que los acuerdos a los que llegó o fueron muy débiles, o fueron incumplidos. Más temprano que tarde, y sin que nadie tuviera la capacidad de impedirlo, los tianguistas regresaron al sitio de donde tanto esfuerzo costó retirarlos. Hoy la ciudad es de quien tiene más fuerza, no de las leyes y la autoridad. El regreso triunfal del ambulantaje es prueba irrefutable de ello.

¿SORPRENDIDOS?

Habrá que ver también lo relativo a Chedraui. Hernández Fraguas tomó el asunto como una de sus principales banderas políticas, y también para demostrar a todos que él sí es un político sensible. Aplicó una multa millonaria y canceló permisos. ¿Y qué pasó dos años después? La sanción económica ejemplar, ya no lo es tanto. De 10 millones se redujo, como aquí lo advertimos desde hace 14 meses, una cifra cercana a un millón de pesos. Y en cualquier momento podría reiniciar la edificación de esa plaza comercial. Mucho compromiso, ¿no?

almargen@tiempoenlinea.com.mx

almargenoaxaca.wordpress.com

1 COMMENT

  1. Primazo!

    Antes que cualquier cosa, un abrazote de mi parte y una felicitación por la columna… me recuerdas cosas que mi sensible memoria comenzaba a olvidar como mecanismo de defensa ante el dolor que me causa el ver la realidad de nuestra Ciudad.

    Pero ampliando el tema, dime si en realidad el Estado ha tenido gobierno que se ocupe de los problemas que aquejan al mismo?

    Si hablamos de 6 años a la fecha, el ya muy mencionado URO no se ocupó y mejor se preocupó por salir del Estado cuando los demás convivíamos entre barricadas, balaceras, robos y demás fregaderas que dejó el “conflicto” que ya todos conocemos… entre comillas, porque lo que inició como una lucha incluyente del pueblo, terminó en una riña de poder entre un par de grupos.

    Al menos hubiesen terminado la carretera a la costa, para poder salir de la Ciudad y despejar la mente con una chelita bien fría mientras reposan las carnes en el delicioso paraje playero… pero ni eso!!! así que a seguir trabajando para mantener la vida de los de arriba con el mismo nivel de estrés.

    Nos vemos pronto y soñemos con que la afirmación de “TE VAMOS A CUMPLIR”, no sea solo la frase de la semana para que votemos por ya sabemos quién.

    Sinceramente, yo mera! ;D

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