+ Violencia, intimidación y manipulación: joyas de CU
Por lo menos en las últimas dos décadas, todos los personajes que han pasado por la rectoría de la UABJO, han prometido resolver los no pocos problemas que existen en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales… y todos han hecho exactamente lo contrario. Esa Facultad, ha sido utilizada como un mero coto de poder, como un bastión electoral, o como un trampolín político. Y ahora mismo no es la excepción.
Tal parece que hoy en las definiciones políticas y académicas de la Facultad de Derecho de la UABJO, algunos personajes y grupos fácticos pretenden comenzar a dirimir la lucha por la rectoría. En efecto, aunque a Rafael Torres Valdez le queda alrededor de un año y medio de gestión como Rector, por lo menos los bloques políticos tanto del ex rector, y líder moral del SUMA, Abraham Martínez Alavés, como del ahora también ex secretario General de Gobierno, Evencio Nicolás Martínez Ramírez, ya pretenden ir tras la dirección de Derecho, pero no para hacer algo por esa atropellada escuela de la UABJO, sino para utilizarla como el paso intermedio hacia sus respectivas ambiciones por la rectoría.
No obstante, para comprender de mejor modo esta feroz y aparentemente circunstancial lucha de poder, es necesario voltear un poco hacia el pasado reciente. Hace casi tres años, Alejandro Paz López ganó formalmente la elección de Director en la Facultad de Derecho de la UABJO. Dicho personaje, fue apoyado por su antecesor, Jesús Villavicencio, quien dirigió la Facultad gracias a la alianza que tejió con Martínez Alavés.
Sólo que al imponer a Paz como su sucesor, Villavicencio no respetó los acuerdos a los que había llegado con su otrora aliado. Así, Abraham Martínez tejió una nueva alianza pero ahora con el entonces Procurador General de Justicia (Evencio Martínez) para desestabilizar la Facultad, y así poder derrocar a un temeroso Alejandro Paz, que pronto fue absorbido en un cargo administrativo en el Congreso del Estado.
El designado para concluir el periodo fue Noé Mathus Romualdo, quien llegó a la dirección de Derecho, como una concesión al entonces procurador Martínez Ramírez por parte de Abraham Martínez Alavés, pero cercándolo por todos lados, para impedir que dicho grupo pudiera tener avances políticos en la construcción de aspiraciones o candidaturas de otro nivel, y ni siquiera pudiera asumir el control territorial de la Facultad.
¿Qué hizo el ex rector Martínez Alavés para ello? Que a través del manejo de las redes institucionales del poder, siempre exigió y consiguió que Mathus Romualdo fuera un director maniatado. Además de los constantes conflictos que se generaban a partir de las intrigas que salían desde la oficina del rector Torres, a Mathus nunca se le permitió tener el control administrativo de la Dirección, la disposición de los recursos económicos, y mucho menos la disposición sobre el ingreso de alumnos y catedráticos.
Todo quedó, como era de esperarse, en manos de la familia Martínez Helmes, que gracias a sus cotos de poder designó a personas afines en más de las 40 coordinaciones académicas de la Facultad, y decidió plenamente sobre el personal docente que se contrataba para los ciclos escolares. Así, en poco tiempo pudieron tener el control territorial y administrativo de la Facultad, para luego someter a Mathus a la presión porril y estudiantil que, en general, nunca le permitió dirigir la escuela que, se supone, aún hoy encabeza.
La pugna, pues, no era ni académica ni estudiantil e incluso ni siquiera porril: fue, siempre, una abierta y grosera medición de fuerzas entre el ex rector Martínez Alavés, y el otrora respaldado oficialmente procurador de Justicia, y luego designado secretario General de Gobierno, Evencio Martínez, por ver quién tenía el control de ese espacio para luego utilizarlo como botín político.
LUCHA FEROZ
En ese contexto se inscribe tanto la improvisada competencia electoral que a partir de hoy se desatará plenamente en la Facultad de Derecho, como los actos de violencia e intimidación con los que desde ayer amaneció el campus central de la UABJO. Lejos de las prácticas comunes del acarreo y la cooptación con fines electorales, hoy uno y otro grupo emprendieron sendas estrategias de desmovilización y generación de incertidumbre entre la comunidad docente y estudiantil, para tratar de influir desde ahí en el resultado de la votación.
Por si eso fuera poco, curiosamente decidieron que la elección del nuevo Director de la Facultad de Derecho, ocurriese no en un momento de alta concurrencia de votantes, sino justamente el último día formal de actividades para la comunidad universitaria, antes del periodo vacacional de fin de año. En efecto, en medio del clima de violencia y conflicto, los comicios ocurrirán el próximo 16 de diciembre. Y ganará no quien acumule mayor grado de aceptación, sino quien aplique una mejor estrategia de manipulación electoral.
¿Quiénes posiblemente aparezcan como candidatos y, sobre todo, para qué? Se asegura que, por un lado, el grupo de Abraham Martínez pretende impulsar a su hijo Eduardo Martínez Helmes —secretario Particular del rector Torres—, o a alguno de sus incondicionales, para que luego decline el cargo a su favor. Por otro lado, el grupo de Evencio Martínez seguramente buscará competir, también a través de una tercera persona. Ambos grupos, saben que este es el momento preciso para incrustarse, desde una posición importante, dentro de la lucha por la rectoría universitaria, que ocurriría dentro de poco tiempo.
El grupo de Martínez Alavés ha ejercido el poder plenamente: para eso ha buscado hacer crecer la plantilla de catedráticos, ha mantenido la cooptación de los alumnos a través del intercambio de calificaciones por votos, y ha tratado de desmovilizar, a través de todos los medios posibles, a los demás integrantes de esa facultad, con el objeto de que sólo emitan sufragio los votantes asegurados.
GUERRA SUCESORIA
El grupo de Evencio Martínez, sin embargo, no está manco. A pesar de ya no tener el respaldo y los medios económicos que permitía el cargo de Secretario de Gobierno, buscará hacer frente a esa embestida. El ex Procurador de Justicia también tiene en sus planes ser rector. Para ello, tampoco dudará en aplicar el mismo remedio: desmovilizar, atemorizar, violentar e intimidar. Pero los Martínez Helmes pretenden hacerse de esa posición, al precio que sea, porque es el escalón intermedio hacia la Rectoría. ¿Y la academia? Esa que se joda. Lo que importa, para ellos, es el poder.