Robles Montoya, defenestrado por su historia y excesos

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+ PRI: factores de poder cobran a URO viejas afrentas

Si existe en México un factor de poder dentro del PRI, que tiene vínculos estrechos con la maestra Elba Esther Gordillo, ese es el presidente nacional electo, Humberto Moreira Valdez. Sólo a partir de ello, es que se puede explicar el aparente desdén del CEN priista a la revuelta que hoy ocurre en el priismo oaxaqueño, y el endurecimiento del discurso entre quienes pretenden “rescatar” o sostenerse en la dirigencia de ese partido en Oaxaca.

Se supone que en un partido político, todas las corrientes y expresiones tienen la entera libertad de hacer y decir lo que les plazca. Sólo que, en el caso del priismo, la disciplina y la subordinación a las decisiones verticales continúan teniendo un peso fundamental entre sus dirigentes y militantes. En el tricolor nacional, no se mueve una hoja del papel sin el conocimiento y la venia de sus factores dominantes.

Si esto es así, ¿por qué entonces vemos esta completa anarquía en el PRI de Oaxaca? Se supone que el diputado federal Eviel Pérez Magaña es el presidente del Comité Directivo Estatal, gracias al aval de la dirigencia nacional.

Se supone que todo esto, además, se encuentra sostenido por el respaldo y los amarres políticos del ex gobernador Ulises Ruiz. Y se supone que éste sigue siendo, por sí y por interpósitas personas, el Jefe Político del priismo oaxaqueño.

De este modo, si se supone entonces, que existen todos los acuerdos cupulares para el sostenimiento de Pérez Magaña como dirigente estatal, y que en la militancia y los factores de poder prevalece el sentido de disciplina a su dirigencia nacional, entonces se reitera la pregunta: ¿Por qué todos enfilan hoy sus baterías en contra de la dirigencia estatal?

La pregunta es sencilla de responder: En primer lugar, porque la figura del Jefe Político parece estar superada en Oaxaca; y en segundo término, porque aún cuando la dirigencia nacional del PRI no ha apoyado —ni lo hará en el corto plazo— a ninguna causa golpista al interior del tricolor oaxaqueño, ésta tampoco ha frenado a las voces críticas.

A partir de ello, entonces, es que se puede entender el surgimiento de esquiroles, de voces críticas, e incluso de viejos priistas, hoy huérfanos, que como no encuentran acomodo en ninguna de las corrientes, entonces alzan la voz para ser tomados en cuenta.

Así, la primera afrenta se abrió entre quienes pretenden colonizar al tricolor desde el Gobierno del Estado. El diputado federal Jorge Franco Vargas, ha tratado a toda costa de encender la flama opositora de un priismo que no necesariamente lo asume como el líder que necesitan en estos tiempos.

Y es que si al grupo que encabeza Pérez Magaña lo ven como la encarnación de lo peor de la corrupción e incapacidad del ulisismo, a Franco lo asumen como el mejor de los representantes del autoritarismo, de los cuestionamientos y de los señalamientos de abusos, que luego de seis años de hacer mella en la credibilidad del tricolor en Oaxaca, los llevaron al rechazo ciudadano, y a la derrota electoral.

En una tercera vía —como la que plantea el diputado federal Jorge González Ilescas—, a partir de ahora el PRI debe tener planteamientos más serios y coherentes sobre lo que necesita ser y hacer para encabezar a la oposición en Oaxaca, y para seguir teniendo competitividad de cara a los procesos electorales que se avecinan.

Así, todo el mes de febrero será de vía libre para que los grupos que buscan sostenerse o cambiar a la dirigencia estatal, hagan lo conducente. Después, se verá cuánto pesan a Humberto Moreira sus compromisos con su madrina, la maestra Gordillo; y cuánto desea meter las manos por su asesor el ex gobernador Ruiz, que por las viejas historias del madracismo, es uno de los últimos enemigos políticamente vivos de la expulsada ex Secretaria General del CEN del PRI.

ROBLES, DEFENESTRADO

Desde el 4 de julio pasado, la actuación de Benjamín Robles Montoya tuvo un común denominador: hizo todo para hacerse del mayor control posible del recién obtenido Gobierno del Estado, y para avasallar a sus adversarios internos. Desde entonces, y hasta la noche del sábado, tuvo todo el poder en las manos. Pero su ambición terminó por traicionarlo.

Robles fue separado de la todopoderosa Jefatura de la Oficina de la Gubernatura. No entendió que al peso de su historia personal, no podía sumarle todas las afrentas y odios que generó en estos escasos dos meses de gobierno. Con este par de ingredientes, su integridad y peso político terminarían por desfondarse. Eso fue lo que ocurrió.

Las intrigas y odios que generó del 4 de julio a la fecha, han sido ampliamente reseñadas por la prensa. En aras de acumular poder, se enfrentó a prácticamente todos. Y ya perdió. Sin embargo, en estos momentos vale la pena recordar una vieja historia, que reseñamos en esta columna el 7 de diciembre de 2009, y que revela por qué Robles desde siempre fue un factor de inestabilidad para el gobernador Cué.

Quienes conformaron la Coalición que llevó a Cué a la victoria, aseguran que la Presidencia puso dos condiciones para brindar su apoyo: una, que el inminente candidato se deslindara de AMLO; y dos, que alejara a Robles de cualquier relación con el PAN. ¿Por qué tal aversión?

Y apuntábamos: “Aunque pareciera una exageración que el PAN le tomara esa importancia a un personaje de segundo nivel como Robles, aseguran que en la Casa Presidencial tienen referencias exactas de sus intrigas, mañas y ‘métodos de trabajo’.

“Aseguran que la aversión de Felipe Calderón hacia Robles es añeja, y data de hace más de una década. En 1995, el hoy Presidente de México fue candidato a la gubernatura de Michoacán. Esos comicios los perdió ante el priista Víctor Manuel Tinoco Rubí. Y Robles, era uno de los operadores más eficaces del candidato tricolor en cuestiones de espionaje y recopilación de información sobre sus adversarios políticos. Estaba bajo el mando del veracruzano Juan Benito Coquet Ramos.”

ESPIONAJE Y HOSTIGAMIENTO

“Coquet y Robles, hicieron objeto de todo tipo de intrigas, vigilancia e investigaciones a los adversarios de Tinoco, para determinar sus movimientos, estrategias y acciones. Aseguran que uno de sus vigilados era Calderón Hinojosa.” Así, el Presidente conoce perfectamente a Robles. Y éste, además de los cuestionamientos al más alto nivel por su negro pasado, resultó ser un funcionario conflictivo e inestable, que ya le causaba más problemas que beneficios al gobernador Cué. Abundaremos.

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