+ Partidos deslegitiman participación democrática
Alberto Alonso Criollo perdió en la voluntad manifestada por verdaderamente ciudadanizar y profesionalizar al Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca. Perdió no sólo porque el órgano que él preside no consiguió el objetivo trazado por ninguna de las vías posibles, sino también porque los partidos políticos con representación en el IEEPC no tuvieron la capacidad para hacer de la integración, algo más que un grosero reparto de posiciones sin ningún criterio claro, y mucho menos pensando en las verdaderas necesidades democráticas de largo plazo.
En efecto, el pasado lunes, con ocho votos a favor y uno en contra, los consejeros del IEEPC y los representantes con voz y voto del Congreso del Estado, eligieron a los Titulares de las Direcciones de Capacitación Electoral, de Organización Electoral, de Prerrogativas y Partidos Políticos, y la de Usos y Costumbres, los cuales integran la Junta General Ejecutiva del órgano electoral.
De acuerdo con un comunicado emitido por el propio Instituto, en sesión extraordinaria, se aprobó que César Enrique Silva ocupe el cargo de director Ejecutivo de Capacitación Electoral; Eginardo Hernández, como director Ejecutivo de Organización Electoral; Gelacio Morga Cruz, al frente de la dirección de Prerrogativas y Partidos Políticos; Dolores Prado, como responsable de la Unidad de Fiscalización a Partidos Políticos. Y la maestra Gloria Zafra, como directora Ejecutiva de Usos y Costumbres.
La gran mayoría de esos nombramientos, en sí mismos, provocaron un fuerte choque entre los representantes legislativos y de los partidos políticos, dentro del Consejo General del IEEPC. La razón principal: que, salvo la maestra Zafra (que es una reconocida socióloga, especialista en temas de género, y de participación comunitaria en sistemas normativos internos), sobre todos los demás nombrados existen fuertes —y probados— cuestionamientos lo mismo por su falta de preparación académica, como por su falta de experiencia en los temas para los que fueron nombrados, pero sobre todo por su inocultable cercanía y débitos con los partidos políticos que los impulsaron.
En la sesión del pasado lunes por la noche, quedó claro el tamaño del conflicto que enfrentan los partidos. Porque era a todas luces visible que el reparto de posiciones fue producto de un claro acuerdo entre PAN y PRD; que éstos, usando su mayoría, diseccionaron la Junta General Ejecutiva para quedarse con las mejores posiciones. Y que, incluso, en sus intentos de acaparamiento, los partidos acotaron los intereses del Consejero Presidente, quien también se quedó en medio de la disputa, y sólo pudo tener un reducido margen de maniobra para sostener la Dirección de Usos y Costumbres.
El problema, de todo esto, es que el avance real, objetivo del Instituto, con todo y la reforma, es nulo. Nulo porque no se logró el objetivo de la independencia (buena parte de los Consejeros, y ahora la Junta Ejecutiva responden a los partidos), ni el de la profesionalización (por las evidentes carencias académicas y de experiencia de los recién nombrados), ni el de la certeza en la organización de los procesos democráticos (por la combinación de las dos razones anteriores). Y de todo esto, al final, habrán de ser responsables no sólo los integrantes del Instituto, sino también quienes desde el Congreso del Estado fomentan este burdo proceso de partidización, que sólo ha demostrado lo peor de estos tiempos de “coalición hegemónica” en Oaxaca.
AVASALLAMIENTO CANTADO
Hace siete meses, el Consejero Presidente del IEEPC manifestó su deseo de integrar una Junta Ejecutiva verdaderamente independiente, profesional, competente y ajena a los intereses de los partidos políticos. Aunque en ese momento nos manifestamos a favor de tales pretensiones, también hicimos algunas advertencias que, lamentablemente, parecen estar hoy cumplidas.
En ese momento apuntamos que “independientemente de la forma en cómo fue integrado el Consejo General del IEEPC, lo que debe quedar claro —y esto rebasa la esfera de competencia del consejero Alonso Criollo, aunque no por ello deja de ser de su incumbencia—, es si los partidos políticos, y el Gobierno del Estado (que fue parte material, aunque indebida en la integración) tienen verdaderamente voluntad política para permitir que el IEEPC tenga cierto grado de independencia (¡Cierto grado de independencia!), le sea permitido nombrar a los funcionarios electorales sin la participación de quienes decidieron la conformación del Consejo General.
“Si el consejero Presidente Alonso Criollo de verdad tiene el respaldo de los grupos políticos que decidieron su arribo al IEEPC, éste tiene entonces una gran oportunidad de dar pasos hacia delante en la conformación de un órgano electoral fuerte, legítimo e independiente del poder público. Si no —y más sabiendo de la visceralidad e irresponsabilidad de las fuerzas políticas, que no saben anteponer el interés general, al suyo en particular—, de lo que seremos testigos será de un proceso lento y tortuoso a través del cual todos comenzarán, desde el Legislativo y desde las oficinas del gobierno estatal, a socavar al IEEPC para tratar de conseguir, en última instancia, su deslegitimación y la urgencia de su renovación, para erigir un nuevo órgano que sí sirva a sus intereses.”
Hoy, aquellas advertencias parecen estarse cumpliendo. Antes del nombramiento de los titulares de las direcciones que integran la Junta General Ejecutiva, hubo un amago claro en el Congreso para hacer una contrarreforma que quitara del poder del Consejo General esos nombramientos.
No lo hicieron, pero sí optaron por la vía del avasallamiento a cualquier pretensión medianamente legítima, y el grosero reparto de lo que quedaba del IEEPC a través de cuotas, en los que nada valió el saber y la experiencia. Para los nombrados, lo único determinante fue la suerte que les dio Dios —haciendo alusión al refranero— y los partidos políticos que los nombraron. Mal por ellos. Mal por los partidos. Mal por el IEEPC. Pero, sobre todo, mal por la democracia en Oaxaca.
PARTIDOS, POR TODO
Otra cosa que demostró este proceso, es la falta de cuadros sólidos que tienen los partidos políticos protagonistas de esta historia. Es vergonzante que tanto el PAN como el PRD presentaran propuestas de tan bajo perfil. Esto constituye un acto de regresión que debiera ser combatido, y no estimulado, en nuestro sistema democrático.