+ Gordillo: debilidad está al descubierto
Nunca antes como ahora, el Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), había lanzado una ofensiva tan feroz en contra de sus disidentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Esa ferocidad, sin embargo, encuentra su razón en el hecho de que, nunca como ahora, la lideresa nacional y presidenta vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo Morales, había tenido una posición de tanta debilidad frente a la política nacional.
Nos guste o no, simpaticemos o no con su movimiento, todos los oaxaqueños debemos reconocer que la Sección 22 juega un papel fundamental no sólo en la disidencia magisterial, sino también en el plano nacional de la vida magisterial. A pesar de sus resultados poco dignos en el ámbito estrictamente educativo, es claro que los profesores democráticos de Oaxaca han marcado una ruta más o menos clara sobre cómo debe desarrollarse una lucha política de gran calado, aún teniendo alineados en su contra a los poderes e intereses más importantes del país.
Eso es lo que había ocurrido hasta hace muy poco tiempo. Porque si bien es cierto que los profesores de Oaxaca emprendieron una lucha por la democratización de su vida sindical desde hace más de tres décadas, hasta ahora la dirigencia nacional del SNTE ha mantenido una línea permanentemente oficialista y de connivencia con el poder público, y con el Presidente en turno. Esencialmente, a esa práctica se han opuesto las secciones magisteriales más progresistas —y con mayor contacto social con los sectores menos aventajados del país—, como la de Oaxaca, Guerrero y Michoacán.
De hecho, la profesora Gordillo ha mantenido su poder aplastante en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, gracias a las estratégicas alianzas que ha tejido con los últimos cuatro Presidentes de la República. Si Carlos Salinas la impulsó para ejercer a plenitud el poder dentro del magisterio, Zedillo y Fox ratificaron su no oposición a que la Profesora continuara al frente del Sindicato, siempre que esto le permitiera márgenes de gobernabilidad al gobierno federal, y evitara tanto posibles desbordamientos políticos magisteriales, o conflictos derivados del accionar magisterial.
Por eso mismo, durante muchos años la lucha de secciones magisteriales como la 22 de Oaxaca, ha sido cuesta arriba, y por eso mismo tanto el SNTE como el gobierno federal han tratado de acordonar lo más posible la lucha y los intereses de la disidencia magisterial (agrupada en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación); y por tal razón, de manera conjunta han impedido el crecimiento de expresiones o movimientos alterativos o contrarios al liderazgo de la profesora Gordillo.
Esas alianzas siempre han sido fructíferas para quienes las realizan. Sólo que, a diferencia de los gobiernos en turno —que buscan la alianza con el magisterio nacional por razones de gobernabilidad o de preservación de los intereses políticos en común—, la maestra Gordillo ha jugado siempre con esas alianzas para también ponerlas al servicio de los partidos y sus candidatos presidenciales.
Por eso, y por su pericia y olfato político, hasta ahora la Maestra Gordillo ha caído siempre de pie de todas las empresas políticas en las que se ha involucrado. Sólo que en cada una de esas aventuras, ha dejado buena parte de su aceptación, credibilidad y hasta presentabilidad ante la sociedad mexicana.
Y por eso, aún hoy que está a punto de conseguir una quinta alianza con quien pudiera ser el nuevo Presidente de México (el candidato presidencial priista, Enrique Peña Nieto), el final de su hegemonía parece inminente. A eso le apuesta la CNTE. Y por eso, hoy más que nunca las baterías del SNTE (en manos de Gordillo) están torpedeando a quienes han sido sus opositores eternos.
EL RADICALISMO ERA INMINENTE
Es tal la aversión que hoy demuestra el SNTE sobre su disidencia, y es tanta su necesidad de acreditarse frente a la sociedad mexicana, que sólo por esas dos razones se explica a la perfección los comerciales televisivos que desde hace tiempo aparecen en cadena nacional de televisión, pagados por el CEN del SNTE, en el que se hace la diferencia entre los maestros “comprometidos con la educación”, y los de la CNTE, que sólo se dedican a cerrar calles, provocar problemas y abandonar las aulas.
Esa es una postura del SNTE que, además de frívola, es engañosa. Esto porque, si bien es cierto que no mienten al acusar a los profesores de la CNTE de abandonar las aulas y provocar problemas, sí lo hacen cuando ellos tratan de hacerse pasar por profesores comprometidos. Los resultados globales de la educación en México, demuestran que son igual de ineficientes los maestros puros y los conversos. Y que, por tanto, sus acusaciones mutuas más bien tienen otras finalidades que no radican directamente en el problema educativo del país, sino en los intereses políticos que se disputan.
Por todas esas razones, 2012 era un momento crítico para el manejo del conflicto magisterial en Oaxaca. Un manejo ineficiente de ese aspecto en específico, combinado con todos estos conflictos, y el posible crecimiento de la disidencia magisterial nacional (hasta el punto de provocar la salida, aún negociada, de la profesora Gordillo), bien pudo haber desbordado la efervescencia política y, aún cuando el conflicto no se dirimiera en Oaxaca, sí habría provocado aquí más días de paro, más días de plantón, y más inconformidad entre la sociedad que exige soluciones y no explicaciones para los problemas sociales que aquí enfrentamos.
Al final, es claro que los tiempos que vivimos son raros. La política nacional lleva una ruta de sí distorsionada (tan lo es, que por eso la maestra Gordillo tiene hasta su propio partido política), que no tiene puntos de referencia, y tampoco estabilizadores que garanticen que el resultado será favorable para el país.
PROBLEMA DE LARGO PLAZO
Un primer problema, potencial para la gobernabilidad de Oaxaca, se resolvió con el fin del paro de labores de la Sección 22. Pero es claro que la pugna entre el SNTE y la CNTE no sólo prevalecerá, sino que se incrementará irremediablemente con el paso del tiempo. Eso no debemos pasarlo por alto, porque dentro de mucho volverá a hacer crisis. Y los efectos pueden ser inusitados… porque lo que estará en juego es nada menos que la dirigencia nacional del Sindicato Magisterial.