SNTE y reforma: legitimidad vs desgaste

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+ Cambio constitucional une discordancias

 

El primer gran tema de la agencia nacional para 2013 será la reforma educativa que plantea el presidente Enrique Peña Nieto. Los primeros escarceos con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación sobre la propuesta, ha demostrado que esta administración sí tiene claro que los cambios deben ser justo ahora, porque este —el inicio de la gestión— será el mejor momento para lograr que la legitimidad presidencial aplaste las resistencias del magisterio, a través de la sola inercia de las legitimidades.

En efecto, la Cámara de Diputados el miércoles aprobó en lo general la propuesta de reforma al artículo tercero de la Constitución de la República, para crear un servicio profesional docente que, entre otras cosas, obligará a todos los maestros a evaluarse y presentar exámenes para obtener cargos con funciones directivas y de supervisión en los ámbitos de educación básica y media superior.

El dictamen fue aprobado pese a la oposición del partido Nueva Alianza —ligado al Sindicato magisterial, y liderado formalmente por la maestra Elba Esther Gordillo Morales—. Y el pleno de San Lázaro también avaló que la permanencia de todos los maestros en ese servicio profesional se sujete a que cumplan con los criterios de evaluación que fije la ley reglamentaria de esta reforma. Dicha ley será expedida en los próximos seis meses. En este sentido, los opositores principales de la propuesta de reforma educativa del presidente Peña Nieto, lo único que lograron conseguir fue que en la redacción del artículo tercero se estableciera una leyenda que precisará que se respetarán los derechos constitucionales de los trabajadores de la educación.

No obstante, la tendencia que sigue esta reforma es la de consolidar, en el corto plazo, una reforma que frene la preponderancia del Sindicato magisterial en las decisiones relacionadas de la educación en todos los rincones del país. Y seguramente por esto, comenzamos ya a ver claramente las reacciones, ahora sorprendentemente coincidentes, entre puros y conversos dentro del sindicato de maestros. El SNTE de Elba Esther Gordillo, y sus opositores históricos de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, ahora intentan ir juntos a tratar de frenar —con discursos relacionados con las cúpulas y la defensa de los intereses sindicales de los maestros—, una reforma que en realidad va enfilada como pocas a convertirse en ley suprema en los próximos meses.

En este sentido, la profesora ha rechazado de forma manifiesta la parte de la reforma educativa que, asegura, pretende determinar la permanencia de los maestros al frente de sus aulas con base en la evaluación de los docentes. “No permitiremos que se lesione en lo más mínimo la dignidad de ningún maestro”, pues la reforma, dijo, amenaza al magisterio. “El proceso de la enseñanza es más complejo y es responsabilidad de todos”, señaló.

En un sentido particularmente coincidente con el de la profesora Gordillo, la dirigencia de la Sección 22 ha asegurado que a nivel nacional agendarán las actividades de manifestación en contra de la Reforma Educativa del presidente Enrique Peña Nieto, a la que han catalogado como un acuerdo de una cúpula política.

En ese sentido, y contrario a toda la lógica tradicional de lucha del magisterio democrático, el Congreso Nacional en Morelia tiene como objetivo convocar —ojo— a la unidad de los sectores que integran la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación con el objetivo de ir en un solo frente contra la pretensión del gobierno federal. Sobre la iniciativa presidencial, han señalado que esta propuesta que se analiza en la Cámara de Senadores es un pacto entre la cúpula del poder, donde no consideraron las necesidades de los profesores, ni las condiciones de las entidades, debido a eso, marcan su rechazo, e indicó que va en contra de las leyes de la entidad y de este gremio.

 

JUNTOS VS LA LEGITIMIDAD

Si hay un gremio desacreditado en México, ese es el sindicato magisterial. Su descrédito surge del hecho de que ha sido un sindicato corporativo, al servicio primero de un partido político, y ahora al servicio de sus propios intereses políticos. Es, además, un gremio en el que se ha hecho valer la fuerza de la forma más vil, con tal de arrinconar a los gobiernos débiles a los que ha enfrentado, y también con el objetivo de mantener a flote sus propios intereses económicos y laborales. El SNTE no ha descansado, ni ha tenido miramientos, con los daños que causa a la educación y al país por la manutención del costoso esquema de lujos y privilegios que tienen sus trabajadores agremiados.

En el caso de la Coordinadora Nacional el panorama es aún peor. La CNTE nació siendo una disidencia a la dirigencia nacional del magisterio, pero a lo largo del tiempo no ha hecho otra cosa que abrir espacios paralelos de pugna, chantaje y negociación con las entidades federativas en las que tienen presencia, para absorber todos los beneficios que tiene el magisterio en el ámbito nacional, y para pedir otras independientes de lo que han conseguido sus criticados.

Ese es el bloque que pretende luchar contra el presidente Peña Nieto por la reforma educativa. Y no. No se trata de que unos sean los “malos” y el otro sea el supuesto “bueno”, sino más bien del momento en que todo ocurre, y de las legitimidades que se enfrentan en esta lucha. El gobierno federal ha entendido con toda claridad que éste es el momento en el que debe llevar a cabo sus reformas más importantes, porque su desgaste ante la opinión pública es aún escaso, y porque en este momento el nuevo gobierno tiene a todos los partidos unidos en torno a proyectos específicos como la reforma educativa.

La lucha es claramente desigual. Pues se enfrentará un gremio que tiene una larga historia de descréditos y luchas impresentables ante la ciudadanía, contra un gobierno que hoy por hoy tiene todos los hilos del poder en México, y que según parece habrá de usarlos mientras estén a su alcance.

 

¿ALIADOS O UTILIZADOS?

Ahora puede resultar hasta lo impensable, y seguro que esto tiene mucho de cierto: la SNTE de la profesora Gordillo utilizará como fuerza de choque a sus adversarios de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Irán juntos, deponiendo sus supuestas convicciones y sirviéndose unos a otros. Insólitamente, vemos cómo esos extremos se unen en torno a una causa que, además, no es ni justa ni clara a favor de la nación, sino a sus intereses.

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