+ Avilés no vende candidaturas: negocia convenciones
El Partido Revolucionario Institucional en Oaxaca está a punto de sellar la que podría ser la más profunda derrota en su historia como partido en la entidad. Hoy que se llevan a cabo las convenciones distritales para la designación de diputados locales, y cuando se realicen las de nivel municipal, no ocurrirá otra cosa sino la confirmación de que la conducción amañada de un proceso interno está encaminada al desastre. Hay razones de sobra para asegurarlo.
En efecto, a principios de año el Consejo Político Nacional del PRI estableció que en las entidades donde habría proceso electoral, se elegiría a los candidatos a través de convenciones distritales y municipales, y no por medio de encuestas, votaciones internas u otros métodos que se han ensayado en el pasado. Por eso, en Oaxaca se determinó que el registro de aspirantes a obtener una candidatura, se realizaría en la primera semana de marzo, para luego hacer proselitismo al interior del PRI (y particularmente entre los integrantes de los delegados distritales y municipales) y finalmente fueran las respectivas Convenciones, quienes avalaran a los candidatos. Ese era el camino. Pero, como siempre, en Oaxaca torcieron el camino hacia la corrupción y la imposición. ¿Por qué?
Porque tal y como lo han hecho en el pasado, aquí los encargados del proceso interno trataron, según su costumbre, de definir las candidaturas a diputados y alcaldes a través de decisiones cupulares. Esa posibilidad quedó abierta con el hecho de que, todavía en el mes de febrero, no había Presidente en funciones del Comité Directivo Estatal, y todo estaba en manos de la Secretaría General, que ya estaba depositada en Alejandro Avilés Álvarez.
Éste trató de reemplazar el periodo de precampañas por el de una especie de “subasta” en la integración de las convenciones distritales. Aunque parezca increíble, en muchos casos Avilés —desde la cómoda oficina de la Secretaría General, en la que opera con todo el bajo perfil a su favor— “amarró” ciertas candidaturas a través de la venta de la integración de los participantes en las convenciones distritales y municipales.
Esa novedosa forma de “chicanear” una candidatura le resultó ampliamente favorable. Y es que su nuevo método de torcer un proceso que se supone que es democrático, consistió en que a los candidatos que cupularmente amarraron su candidatura, o que se pusieron de acuerdo directamente con él, les permitió que les entregaran listas completas de las personas que asistirían a esas convenciones.
Y como se supone que en una convención, ungen como candidato al aspirante que más aceptación recibe de los asistentes, entonces al cerrar la integración a favor de un solo de los precandidatos, en detrimento de los demás, lo que estaría haciendo en automático es asegurar que toda la votación y aclamación fuera para uno solo de ellos, y que los demás no tuvieran posibilidad alguna de competir o de incidir en la convención, o en el resultado de esa votación.
A grandes rasgos, eso es lo que ha generado cúmulos de inconformidad entre la militancia priista que está fervorosa de participar en el proceso interno, y esa sería la causa por la que este día en que se realizan las convenciones distritales, varias de ellas terminaran reventadas o en franca confrontación, no por la beligerancia de quienes la integran, sino por la inconformidad de quienes se quedaron marginados de este proceso, no por no tener méritos o trabajo político, sino simplemente por no haberse prestado al juego de los arreglos cupulares o de la venta de candidaturas, que por todos lados se acusa al interior del priismo local.
FALLAS E INCONFORMIDAD
Esas maniobras dieron origen a la inconformidad que ayer externó el aspirante a la alcaldía de la capital oaxaqueña, Javier Villacaña Jiménez, respecto a la Comisión Estatal de Procesos Internos, y a la anulación tácita del periodo de precampañas al interior del priismo. “Se perdió un tiempo valioso (…) para definir estrategias y tener visualizados escenarios respecto al proceso”, dijo el también diputado local. Esa, de la Comisión de Procesos Internos, es tan sólo una primer falla de muchas que están ocurriendo en un proceso que augura ser un desastre.
Y es que la inconformidad real de Villacaña radica en las maniobras que hace unas semanas intentaron hacer en su contra para dejarlo fuera de las convenciones, cosa que finalmente no lograron. Sin embargo, esos mismos intentos los están haciendo con los más de ochenta personajes que se registraron para competir por las 25 candidaturas a las diputaciones locales, y los cientos que se registraron para las candidaturas a los gobiernos municipales. Todo se refleja en la capital oaxaqueña, porque ésta es la principal caja de resonancia de un fenómeno nocivo que se repite, sin ningún pudor, en la gran mayoría de los distritos, y en los municipios grandes y pequeños, que se rigen por el sistema de partidos políticos.
Veamos otro botón de muestra. En el municipio de Santa Lucía del Camino, por ejemplo, Avilés Álvarez arregló no la candidatura, sino la integración de la convención municipal —a través del método antes descrito—, a favor de Fortunato Mancera, un precandidato que a pesar de no contar con trabajo político en el municipio, y de tener escasas posibilidades de competir incluso ante casi cualquier otro de los aspirantes a la alcaldía en esa localidad, es quien sí se pudo arreglar con Avilés, y fue a quien le dieron todas las facilidades para conformar la integración de la convención municipal, que se celebrará en días próximos.
Hoy, ante la abundancia de señalamientos como ese, y ante la incapacidad natural del dirigente Juan José Moreno Sada por apagar tantos incendios al mismo tiempo, veremos cómo varias de las convenciones distritales son reventadas por la inconformidad de la militancia real, que de nuevo fue marginada de la posibilidad de participar en la designación de sus candidatos, y que seguramente negará el voto a esos candidatos que son resultado de las maniobras y los acuerdos, y no del respaldo de su trabajo y de quienes (cada vez menos) todavía creen en el priismo.
PREOCUPACIÓN REAL
En esas condiciones, no extrañará ver cómo el PRI pierde todavía más distritos y alcaldías de las que perdió en 2010. Eso, sin embargo, no quita el sueño a quienes están ejecutando estas maniobras. Su fe está puesta en la lista de candidatos por representación proporcional. Ahí, Avilés y toda la herencia del ulisismo, quiere ver coronadas sus maniobras, aunque su legado real será el desastre.