Tenencia: el problema es que no se ve la contraprestación

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+ Cobrar… pero valdría la pena encauzar a algo lo cobrado

Al iniciar esta semana, el gobierno estatal anunció la puesta en marcha de un programa de fomento al pago de impuesto sobre tenencia o uso de vehículos, al establecer el pago de tenencia en un peso para quienes adquieran automóviles nuevos. Esta decisión parece ser parte de un enésimo intento del gobierno estatal ya no por elevar la recaudación respecto al impuesto sobre la tenencia de vehículos, sino por tener a más contribuyentes cautivos a los que, no ahora sino después, les pueda cobrar el gravamen. El problema es que ni así pueden acercar a más personas a que paguen —sólo los incautos que no entienden la intención de este beneficio—, porque siguen sin entender que nadie en su sano juicio querrá pagar mientras no vea algún beneficio concreto a cambio.
En efecto, en otros momentos hemos apuntado en este espacio (ver, por ejemplo, Al Margen 06.01.2014) que uno de los mayores fracasos de la administración estatal se encuentra en la recaudación del Impuesto sobre la Tenencia y Uso de Vehículos, como gravamen estatal. Pues en los años que llevan aplicando este impuesto, lo único que han conseguido es una fuga enorme de recursos por dicho concepto, a partir de que se han limitado a tratar de obligar al contribuyente para que cumpla, pero sin hacerle ver por qué es necesario que pague dicho impuesto en Oaxaca, y no en otra entidad federativa.
Y es que antes de que el gobierno estatal tuviera la sensibilidad de buscar mecanismos para flexibilizar el cobro de ese impuesto, o definitivamente eliminarlo y buscar elevar la recaudación a través de otras vías, intentó perseguir a los contribuyentes que dejaran de pagar ese impuesto en Oaxaca. Sí, pues resulta que en 2011 el gobierno estatal exploró la posibilidad de configurar como evasión fiscal el hecho de que un automovilista tuviera licencia de manejo expedida por el Gobierno del Estado de Oaxaca y condujera un vehículo de su propiedad matriculado en otra entidad federativa.
Trataron, en esencia, de aplicar de manera estricta y restringida el principio de que todas las personas tienen el deber de pagar los impuestos en el lugar de su residencia. Sólo que no consideraron que si bien ese principio es aplicable para los temas fiscales, el tema del emplacamiento vehicular de servicio particular está acompañado de otras reglas ya que, inicialmente, esa es una facultad del gobierno federal que desahoga a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Sólo que, a su vez, la SCT delegó a las entidades federativas lo relacionado con el emplacamiento de todos los vehículos que no prestaran los servicios que la misma SCT se reservó como de competencia federal, ya que desde finales de los 90s la tenencia era un impuesto federal que cobraban los estados, y se lo abonaban ellos mismos a cuenta de los recursos que la Federación debía transferirles. Por eso SCT entregó el emplacamiento a los estados, pero esto no lo tradujo en la pérdida de facultades, y de entrada por eso todas las placas expedidas en todas las entidades, tienen plena validez en el territorio nacional.
Ahora bien, ¿habrían podido aplicar sanciones a quienes tuvieran emplacados sus vehículos en otro estado donde existen beneficios fiscales al cobro de la tenencia, y tener licencia de manejo expedida en Oaxaca? Sí lo intentaron, pero luego vieron los problemas que esto provocaría: ello significaría algo así como cobrar un impuesto al tránsito interno, que se encuentra expresamente prohibido en la Constitución federal, además de que, para poder hacer punitivo el cobro, se enfrentarían a la necesidad de configurar correctamente la evasión fiscal a partir de argumentos tan endebles como los antes señalados, además de que las placas de circulación siguen siendo expedidas por los estados mediante acuerdos con el gobierno federal, vía la SCT.

NUEVO INTENTO
El gobierno nunca lo intentó, pero habría podido convencer a la ciudadanía de seguir pagando la tenencia en Oaxaca si, por ejemplo, hubiera dispuesto que una parte de lo recaudado fuera invertido directamente en el mejoramiento de las calles por donde transitan los vehículos. Nunca le interesó.
Y es que las calles de Oaxaca, que son la banda de rodamiento por la que transitan los vehículos de motor por los que el gobierno estatal nos cobra un impuesto altísimo, se encuentran parcialmente destruidas. Eso no es privativo de la capital oaxaqueña —que en las últimas semanas pasa por un importante proceso de rehabilitación de las calles, pero que ocurre años después de una sonora exigencia ciudadana y por causas que no son las de legitimar el impuesto a la tenencia de vehículos— sino que más bien se replica en prácticamente todas las ciudades de importancia en la entidad, y no se diga en las carreteras que están bajo la tutela estatal, como la que comunica a los valles centrales con la costa oaxaqueña, que va del Cerro del Vidrio a San Pedro Mixtepec, la cual tiene años destruida y en el abandono total. Y esa carretera, es sólo un ejemplo de varios que existen sobre el abandono oficial.
Incluso, habría que tomar con muchas reservas la intención de establecer un estímulo fiscal para pagar sólo un peso por concepto de impuesto sobre tenencia a vehículos nuevos hasta que termine el 2014. ¿Por qué? Porque el gobierno lo que parece querer es tener contribuyentes a quiénes cobrarles impuestos en 2015. Sí, primero porque este beneficio aplicaría únicamente para quienes sólo deben pagar la parte proporcional de la tenencia correspondiente a los meses de noviembre y diciembre; y segundo, porque al haber aceptado el beneficio fiscal en 2014, en 2015 les cerraría toda posibilidad a no querer pagar.
Nos explicamos: el gobierno no está eliminando el impuesto, sino que lo está condonando. Y para efectos administrativos, una persona que se acoge a una condonación, implícitamente está aceptando el cobro del impuesto, para después apegarse al beneficio que en ese momento le ofrecen. ¿Qué significa eso? Que si después quisiera inconformarse por un cobro posterior, completo y sin beneficios, no podría hacerlo ya que lo que la autoridad alegaría es que ese fue ya un acto consentido, al haber aceptado inicialmente el impuesto cuando recibió el beneficio.

IMPUESTO SIN FUTURO
Lamentablemente no hay visión ni creatividad para cobrar los impuestos, y menos el de la tenencia. No han podido hacerlo en estos años, y con estas maniobras buscan acercar personas pero a través del engaño, y no del convencimiento.

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