Los defensores del Fortín de todos modos deben impulsar el plebiscito

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Defensa del Fortín

+ Consulta carece de base legal, por ende no inhibe vías constitucionales


A raíz de la urgencia por legitimar la ubicación del nuevo Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca (CCCO), el gobierno estatal desplegó la más amplia campaña publicitaria para un proyecto específico de todo el sexenio. Movilizó a miles de personas, gastó cantidades millonarias en publicidad y no tuvo rubor en transgredir las condiciones de equidad que se supone que debieron existir para la realización de la consulta. Y como esto fue un simple ejercicio potestativo, carente de fuerza vinculante, y ajeno a cualquier mandato legal, entonces lo que los opositores al proyecto debieran hacer es de todos modos impulsar un plebiscito sobre el asunto.

En efecto, de entrada es necesario revisar y entender la naturaleza jurídica de la consulta realizada ayer por el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO). Pues es necesario comprender, primero, que no es no son lo mismo, ni pueden ser equiparables, la figura del plebiscito con la de una simple consulta ciudadana; y segundo, que el “ejercicio democrático” que fue la consulta realizada ayer no cancela ni agota la posibilidad de emprender otra consulta, pero ésta sí legitimada por los mecanismos de participación ciudadana que contempla la Constitución del Estado.

¿De qué hablamos? De que, quizá, con la realización de la consulta ciudadana ayer, el gobierno estatal intentó adelantarse a la ciudadanía organizada en al menos dos supuestos: el primero, ganarle a los ciudadanos el paso de la exigencia de consulta, al ser el propio gobierno quien lo propuso directamente al IEEPCO, aunque mañosamente no a través de la figura del plebiscito que contempla la Constitución, sino por medio de una consulta sin bases legales y, por ende, sin obligatoriedad en sus resultados. Lo segundo que el gobierno intentó ganar a los ciudadanos es el hecho de que una vez realizada la consulta no hay más que hacer, y el resultado —seguramente muy amañado a su favor, por la enorme campaña que desplegó— tendría que ser acatado por las partes.

Es posible que en el campo político esto sí pudiera ocurrir, pero no en el campo de lo jurídico. Pues con el solo hecho de que la consulta realizada ayer no tiene fundamento legal —y más bien parte de una interpretación torcida de la Ley de Participación Ciudadana— se puede y debe entender que su realización y su resultado, tampoco inciden frente a los mecanismos de participación ciudadana que se encuentran contemplados en el apartado C del artículo 25 de la Constitución local. Como jurídicamente la consulta no existe, entonces siguen perfectamente vigentes, y en posibilidad de ser ejercidos, los mecanismos de participación ciudadana relacionados con el Cerro del Fortín, y la construcción del CCCO en aquella zona.

Esta es la principal ventana de oportunidad que ahora tienen los opositores a que el CCCO se construya en el Cerro del Fortín, porque fuera de esos mecanismos parece que ya no existen otros que puedan llegar a ser igual de eficaces no sólo para obligar al gobierno a que cumpla con un resultado, sino también a establecer una verdadera línea de legitimación entre la ciudadanía.

A nadie le va a sorprender, por ejemplo, que la consulta de ayer haya tenido una bajísima participación ciudadana espontánea, y que se haya nutrido de las formas tradicionales de influir en algún proceso electoral. Esto ocurre porque una parte importante de la ciudadanía no logró ser convencida de algunas de las posturas que han establecido los impulsores y detractores del CCCO en el Fortín, y por ende la participación real es escasa, y ese será uno de los defectos principales de la legitimidad que quieran sacar de la consulta para la edificación de la obra.

QUE NO SE DETENGAN

La mañana de ayer, el artista plástico Francisco Toledo afirmaba que no participaría en la Consulta Ciudadana que se realizaría este domingo en la capital del estado para determinar si se construirá o no el Centro Cultural y de Convenciones pues, dijo, es una farsa; dudó que el proceso a cargo del IEEPCO, sea transparente y autónomo. “Mi postura se mantendrá firme, no puede cambiar, pues hay muchos elementos para afirmar que el Cerro del Fortín no es el mejor lugar para su construcción. Es un mal proyecto, está mal planeado”, agregó.

De lo que ya no dijo nada el Artista Plástico, y debiera ser fundamental en estos momentos, es de las supuestas 70 mil firmas que había ya recabado antes de que arrancara todo este proceso de la consulta. ¿Por qué son fundamentales? Porque esa cantidad de firmas bien podrían ser la punta de lanza para el impulso de un plebiscito ante el órgano electoral. Como debemos recordar, ese mecanismo de participación ciudadana sí puede ser impulsado directamente por la ciudadanía o por el Congreso local, para obligar al Ejecutivo a someter a consideración de la ciudadanía una disposición de naturaleza administrativa, como lo es la construcción de un edificio público en un espacio determinado.

Nada inhibe la posibilidad de esa participación. A Oaxaca no le sirve el derrotismo de quienes anticipadamente han acusado que la consulta de ayer domingo era una farsa o un fraude, como tampoco le sirve la simulación del gobierno de un supuesto ejercicio democrático, cuando lo que abiertamente ha hecho es manipular a distintos sectores de la ciudadanía, y trabar alianzas con grupos de presión como el transporte público, los locatarios de los mercados, o los sindicatos de la construcción, que finalmente dentro de muy poco tiempo irán a cobrar su apoyo a través de prebendas.

Al final, lo que Oaxaca necesita es una ciudadanía proactiva que ataje, con la ley en la mano, los intentos del sector público de simular acciones en las que en verdad no cree. La consulta de ayer es irrelevante en su resultado. Como no es vinculante, de todos modos el gobierno continuará construyendo el Centro de Convenciones, y esto quedará como un simple ejercicio indicativo que no tiene ninguna trascendencia. Y como todos los mecanismos de participación ciudadana están a salvo, entonces la ciudadanía necesita empoderarse para asumir su importancia en estos procesos.

ÚLTIMA ESCALA

Esta semana será determinante en la política oaxaqueña. La consulta de ayer fue el último dique antes del desbordamiento que será la sucesión del año próximo. A partir de ya, todo en Oaxaca puede esperar: son tiempos electorales, y el hambre, la injusticia, la pobreza y demás, quedarán en segundo plano.

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