El CCCO, ¿qué destino tiene frente a la siguiente administración?

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Centro Cultural y de Convenciones de Oaxaca

+ Es necesario aceptar el proyecto, no transar con él… como la velaria


La instalación de la velaria en el Auditorio Guelaguetza, fue una de las banderas políticas de la actual administración, cuando hace seis años era el principal grupo opositor al grupo que entonces gobernaba la entidad. Esa situación deben verla en perspectiva, a la luz de varias posibilidades relacionadas con el Centro Cultural y de Convenciones, que por el rechazo, la polémica y la incertidumbre que genera, hoy por hoy es al actual gobierno, lo mismo que fue la velaria para la gestión del gobernador Ulises Ruiz.

En efecto, es importantísimo ver el destino que tiene la construcción del Centro Cultural y de Convenciones, a partir de una circunstancia específica: en los trece meses y medio que le quedan de gobierno a Gabino Cué, su gobierno difícilmente podrá culminar las obras relacionadas con el estacionamiento del complejo, y es prácticamente nula la posibilidad de que termine toda la edificación del CCCO.

Por esa razón, era muy importante una legitimación real del proyecto —y no el engaño que terminó siendo la consulta ciudadana realizada hace dos fines de semana—, para que éste no quedara al arbitrio de los cálculos políticos del gobierno que arranque en diciembre de 2016 —quizá contrario al actual, quizá no—; o simplemente fuera blanco del olvido o la connivencia, como lo fueron para esta administración varias obras como la velaria del Auditorio Guelaguetza, o los complejos de edificios de Ciudad Administrativa y Judicial.

En este sentido, es claro que el gobierno estatal debe revisar con puntualidad todos los escenarios, a partir de diciembre de 2016. Una de las posibilidades (la esperada, pero no necesariamente posible) era que por su grado de legitimación y respaldo ciudadano, la administración siguiente se viera obligada a continuar las obras del CCCO tal y como la dejó planeada el gobierno saliente.

Otra (más posible) es que el CCCO termine siendo una de las banderas políticas para los tiempos electorales, y que por tratar de conseguir respaldo ciudadano algún candidato o partido ponga en la arena electoral la promesa de no continuar con la obra del Centro de Convenciones, para captar la simpatía —y, sobre todo, el voto— de los que rechazan la obra. Una tercera posibilidad, radica en que simplemente el siguiente gobierno se desinterese de la obra, por no ser un proyecto propio ni respaldado por la ciudadanía.

A partir de este análisis, el gobierno de Gabino Cué debe revisar qué hizo con la velaria del Auditorio Guelaguetza, que en su tiempo fue una obra casi tan polémica y cuestionada como hoy lo es el Centro de Convenciones. Pues resulta que hace seis años (por ahí de 2009) el actual grupo gobernante era oposición, y una de sus varias banderas de rechazo al gobierno de Ulises Ruiz se centraba en la crítica a la arbitrariedad de la instalación de la velaria, y la exigencia de una consulta ciudadana para que los oaxaqueños opinaran sobre ella.

De hecho, abiertamente ellos se decían en contra del proyecto, y durante los tiempos electorales siempre hicieron creer a la ciudadanía que, de ganar los comicios, ellos corregirían esta situación devolviendo a los oaxaqueños un Auditorio Guelaguetza al aire libre, como se supone que la mayoría de las personas lo exigía.

En su momento, esa era una bandera legítima porque ellos, como muchísimos oaxaqueños, no estábamos de acuerdo en que se invirtieran alrededor de 200 millones de pesos en esa obra innecesaria, costosa y de poca utilidad para un recinto que anualmente se utiliza sólo en contadas ocasiones. Aún así, el gobierno siguió el proyecto. Y lo que ya no cuadró fue que sus antiguos opositores, una vez en el gobierno se convirtieran en los principales defensores de la velaria, y hoy tengan la firme intención de utilizar esa misma velaria como parte del contexto de su proyecto del CCCO, que tendría una conexión directa con el Auditorio (techado) para hacer de ambos inmuebles un solo complejo.

EL CCCO NO TIENE PERSPECTIVA

El CCCO se enfrenta a un problema mayor: la legitimación ciudadana que dice el gobierno que tiene el proyecto, es ficticia. Es así, porque a la consulta ciudadana sólo acudieron 19 mil personas (y seis mil votaron en contra), lo cual no constituye ni el uno por ciento de la ciudadanía con que cuenta sólo el municipio de Oaxaca de Juárez. A su vez, la consulta se supone que tenía como objetivo demostrar la aceptación ciudadana, y por ende la legitimidad que le permitiría al proyecto superar el cambio de los tiempos políticos.

No hay tal respaldo ciudadano y por eso lo único que quedaría es que el siguiente gobierno vea la conveniencia (sí, puramente la conveniencia) de continuar con el proyecto. ¿Se recuerda al entonces secretario de las Infraestructuras de este gobierno, Netzahualcóyotl Salvatierra López, argumentando denodadamente a favor de la velaria, cuando el grupo con el que llegó al gobierno la rechazaba firmemente? Su postura era, por un lado, la de un funcionario sometido ya no por la demagogia sino por los compromisos institucionales. Pero sobre todo, dejaba ver un acuerdo de negocios para concretar la obra, ahora con nuevos proveedores y nuevos beneficiarios, entre los que ya se encontraban personas del actual régimen a las que ahora les convenía continuar con el proyecto.

¿Qué ocurrió con los complejos de edificios de Ciudad Administrativa y Ciudad Judicial? Funcionalmente, el gobierno actual los olvidó, y regresaron a la vieja práctica de llenar de oficinas (ahora denominadas “alternas”, pero también rentadas, con cargo al erario estatal) en el primer cuadro de la capital. De entonces a la fecha, los dos conjuntos inmobiliarios han sido permanentemente soslayados y menospreciados por un gobierno que no sabe si sirven o no, pero que de antemano se decidió a no utilizarlos en sus verdaderas capacidades por ser una herencia del régimen anterior.

¿Qué futuro le espera, en esta perspectiva, al CCCO? Puede ser cualquiera de los antes descritos, los cuales pasan más por las conveniencias que por un verdadero sentido de actuar en función de lo que quiere la ciudadanía, y lo que le conviene al gobierno.

SOBREVALUACIÓN

Por cierto, siguen creciendo las historias (leyendas urbanas, hasta ahora, pero no por ello erradas) de que los terrenos aledaños al CCCO pasan por un momento de jauja. ¿Quiénes serán los adinerados que estarían haciendo en estas semanas, millonarias compras “de oportunidad” con esos predios?

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