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Secretaría de in-movilidad

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Carlos R. Aguilar Jiménez

Parece que para la Secretaria de Movilidad, la Tierra, nuestro planeta no gira, y si lo sabe su secretaria, Claudina de Gyves Mendoza, no le importa, porque para los policías viales y el gobierno, lo único que vale es el dinero, todo el caudal que puedan obtener de propietarios de vehículos de motor, extorsionando con verificaciones vehiculares y asaltando con póngidos en operativos, y señalo que, para los póngidos viales el planeta no rota porque ignoran supinamente que, al girar el planeta y calentarse el aire en latitudes tropicales, se generan los vientos alisios, que desplazan el aire de la superficie llevando y dispersando, disipando los gases de la atmosfera.

Oaxaca está ubicada en la parte más angosta de Norteamérica, en la estrechez del istmo, por lo que permanentemente, de este a oeste, los vientos alisios se llevan todo gas o humo que se emita, limpiando constantemente la atmosfera; condición meteorología y geográfica, que no ocurre en CDMX, donde se manifiestan inversiones térmicas al no moverse el aire por estar en una cuenca u oquedad geológica a dos mil 200 metros sobre el mar y en una región más lejana del Atlántico y Pacífico.

La Tierra y su atmosfera giran y puesto que es un mundo sólido, la superficie del ecuador se desplaza más de prisa que latitudes superiores. Existe cierta fricción entre el suelo y la atmosfera que arrastra el aire junto con la superficie, de modo que los vientos que soplan hacia el ecuador son dejados atrás por la superficie en rotación, afectada por el Efecto Coriolis, que influye sobre cualquier cosa que se mueve sobre una esfera en rotación, dicho de otra forma, es entender que los oaxaqueños y la ciudad de Oaxaca estamos girando a casi un mil 200 kilómetros por hora a través de la atmosfera y, los vientos alisios son como el aire que nos impacta cuando viajamos veloces en moto.

Fueron estos vientos alisios que soplan en Oaxaca, los que impulsaron a Colon de Europa a América, y son, los que diariamente, limpian el aire de la ciudad de tal forma que la extorsión de la Secretaria de Movilidad, que supone la Tierra no gira y no existen los vientos de la zona intertropical de convergencia, se basa únicamente en arbitrariedad y abuso, siendo así, un robo a automovilistas porque no existe sustento para argumentar contaminación atmosférica, excepto la del humo, aun sin dispersar, que sale por los tubos de escape directo a medidores de emisiones que, en contubernio con Secretaria de Movilidad, extorsionan y roban.

Habrá que pagar y pasar verificación vehicular, pero antes es recomendable acudir con un mecánico para que ajuste la inyección electrónica, que aunque el coche pierda potencia, pase sin problemas la verificación y, después volver con el mecánico para que lo ajuste a normalidad, funcione a todo gas y las emisiones se las lleve el viento, los alisios, donde las absorberán las plantas y lluvias.

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.  

CONTRAFUEGO || Federalismo mezquino

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Aurelio Ramos Méndez

¿Qué tal si, como sociedad, vamos buscando la manera de que la entidad gobernada por Enrique Alfaro pueda resarcirle a la nación, en dinero contante y sonante –bien que por lo visto para el mandatario entraña el valor supremo–, el daño irreparable que el cartel Jalisco Nueva Generación le ha causado a nuestro país en términos de pérdida de vidas humanas, deterioro moral e institucional, problemas de salud pública, imagen internacional y riesgos para la soberanía?

En una de esas, el pago del perjuicio tan sólo por este concepto bastaría para reintegrarles al gobernador y sus adeptos el numerario que –según ellos– la Federación les escamotea a la hora del reparto de recursos presupuestales participables a las entidades federativas.

Es pertinente la propuesta de cobrarle a la tierra del mariachi el importe del quebranto que representan las operaciones del CJNG –presencia en 28 de las 32 entidades, más negocios transnacionales–, debido a que Alfaro, ya doblando la cuesta y con el sol a la espalda, tuvo la ocurrencia de revivir y atizar la artificial disconformidad de sus paisanos con el monto de recursos que les son devueltos por la Federación.

Hizo malabares para sacudirse la responsabilidad de aparecer como el promotor –lo es– de una desbandada del Pacto Fiscal, pero al final este frustrado presidenciable dejó clara su noción de República y Federalismo.

Nítido se perfila el pensamiento del emecista, que no del pueblo jalisciense. 

México no es para él una confederación de estados solidarios, comprometidos a apoyarse de manera recíproca con el fin de superar sus dificultades y desarrollarse con equidad y en armonía.

Por el contrario, se trata –según su ideario—de una asociación de entidades mezquinas, en la que cada integrante se tiene que rascar con sus propias uñas y cuyas contribuciones a la Federación son aportadas con criterio de inversión, recuperable en el menor tiempo y con la mayor rentabilidad.

Debe decirse, sin embargo, que Alfaro no es el único gobernante que usa los supuestos desequilibrios e injusticias del Pacto Fiscal como burladero para ocultar su incompetencia, sacarle el cuerpo a los problemas y eludir sus responsabilidades.

El más aventajado en este escape es otro expresidenciable, el neoleonés Samuel García, supremacista convencido de que sus coterráneos son seres superiores, dotados de enorme capacidad de trabajo, genio financiero y honradez a toda prueba. “Hicimos producir al desierto”, es su discutible divisa.

Aptitudes todas éstas que hacen contrastar con la idiosincrasia de los oriundos de las entidades más pobres y menos desarrolladas; Oaxaca, Chiapas, Guerrero y en general el sur y sureste: constitutivamente flojos, indolentes, atenidos, negligentes y desde luego deshonestos… 

Con independencia de signos partidistas, los políticos neoleoneses históricamente han escondido una realidad demostrable: su estado es rico porque el sur del país es pobre.

Nuevo León es asiento de los principales grupos financieros y muestra alto nivel de desarrollo gracias al trato preferencial de la Federación en diversos aspectos, gordas partidas presupuestales, beneficios fiscales, infraestructura construida con petropesos en tiempos de vacas gordas, energía eléctrica subsidiada, ferrocarriles gratis y a la puerta… 

Otro tanto puede decirse de la tierra del tequila, la birria y el CJNG, con el agravante de que esta entidad ha sido desde hace medio siglo asiento de poderosas organizaciones de narcotraficantes, que le han reportado incalculables perjuicios a nuestro país y cuyo combate ha absorbido montañas de recursos del presupuesto nacional.

Es cosa de recordar que desde mediados de los 70 Guadalajara y su zona metropolitana acogieron a las más renombradas familias de narcos sinaloenses, que preservaron su terruño como espacio para el cultivo de estupefacientes y eligieron Jalisco como zona habitacional.

Los capos Miguel Ángel Félix Gallardo, Ernesto Fonseca, Don Neto, y Rafael Caro Quintero, fundaron el Cartel de Guadalajara. El temible Cochiloco, Manuel Salcido, murió en 1991, abatido de 50 balazos en las calles de Zapopan. 

Caro Quintero protagonizó un romance épico con Sara Cossío, hija del secretario de Educación jalisciense y sobrina del gobernador Guillermo Cosío Vidaurri. 

Ignacio Nacho Coronel, tío de la esposa del Chapo, Emma Coronel Aispuro, fue muerto en 2010 en un operativo militar en Zapopan. 

Y, en el aeropuerto de la capital tapatía, en mayo de 1993, fue asesinado en una balacera entre narcos el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.

Inmensas cantidades de dinero de todos los mexicanos ha insumido el combate a los carteles con asiento en Jalisco. Entidad que, en cambio, recibe gruesas tajadas del producto del tráfico de drogas.

A la luz de semejante historial, ¿no le convendría a la mayoría de los mexicanos tomarles la palabra y hacerles cuentas a Alfaro, García Sepúlveda y otros promotores del replanteamiento por “injusto” del Pacto Fiscal? ¿Valdría la pena hacer la prueba?

Corresponde a los gobernadores, sobre todo de los estados más depauperados, en particular Salomón Jara y Evelyn Salgado, así como al electo Eduardo Ramírez –Rutilio Escandón está a dos semanas de dejar el cargo– atajar las pretensiones de mandatarios que, de manera absurda, suponen que sus gobernados mantienen a flote las entidades más pobres. 

Es de esperarse que tengan la bravura necesaria para hacerlo.

BRASAS

La Presidenta Claudia Sheinbaum está en mora de explicarles a los mexicanos las razones por las cuales su gobierno se ha abstenido de investigar las fundadas sospechas de complicidad de Felipe Calderón con el narcotraficante Genaro García Luna. 

Viene a colación este señalamiento debido a que la omisión de la mandataria ha envalentonado a tal punto al expresidente, que no sólo se muestra indiferente a los reclamos de explicaciones, sino que ya maniobra para intentar regresar por sus fueros.

Desde los cuatro puntos cardinales, en todos los tonos y en los más diversos foros, vox populile ha pedido al jefe de García Luna que detalle de qué tamaño fue la rebanada del pastel que a él le tocó, producto de las andanzas delictivas de su protegido.

Los mexicanos del común hemos percibido que eso le ha sido demandado a Calderón en las tribunas legislativas, los corrillos políticos y sitios públicos –del Metro a la cola de las tortillas y las salidas de misa—, y no se diga en las mesas de debates de radio y televisión.

Con un oído mucho más fino que el del común de los ciudadanos, Calderón oye otra cosa. Oye que la gente le pide a gritos que regrese a la arena política, de ser posible con un partido de su propiedad.

La misma música al parecer escucha Margarita Zavala, quien a pesar de abrumadores indicios de complicidad de su cónyuge con el narco que compurga ¡38 años de cárcel! en Estados Unidos, ella no ha tenido la decencia de dejar su curul, como correspondería a quienquiera que tenga una mínima noción de la responsabilidad política.

Con inigualable cachaza Calderón embistió a esa otra mancuerna unida por la complicidad, Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, a quienes les recriminó la denegación en 2020 de registro como partido al membrete México Libre.

Con el tono de quien no está en sus cabales, sino en un estado alterado de conciencia por la ingesta de algún brebaje intoxicante, el michoacano, por medio de X, llenó de piropos al expresidente del INE: mentiroso, prejuiciado, falso demócrata… 

Córdova le recordó que el registro fue denegado porque fue utilizado “un mecanismo de financiamiento que impedía identificar quiénes eran sus aportantes”.

Y, le clavo la puntilla:

“Es lamentable cómo nuestros políticos, de uno y de otro lado, siempre buscan justificar sus errores y desaseos endilgándole las faltas a otros; nunca es su culpa ni su responsabilidad, ¡patético! Eso evidencia el poco apego con la democracia y la legalidad de la clase política”.

De nuevo: ¿Qué esperan Sheinbaum y las instancias del Ejecutivo para investigar a Calderón y sus allegados? 

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Si, por la razón que sea, quienes fueron los más cercanos colaboradores de Felipe Calderón se consideran habilitados políticamente y aptos para contender por puestos públicos, las autoridades están en la obligación de atajarlos y ponerles los pies en la tierra. 

De algún modo ellos comparten, si no la muy probable responsabilidad penal por complicidad, sí al menos la responsabilidad política derivada de haber trabajado durante seis años con Genaro García Luna, sin –supuestamente– haberse percatado de la clase de alimaña que es el exsecretario de Seguridad, hoy preso por narco en Estados Unidos.

Es el caso de quien fue secretario particular del expresidente, Roberto Gil Zuarth, furibundo opositor de la reforma judicial, que sin embargo ya se postuló a un mullido y esponjoso sillón ergonómicos de la Corte. “Son las reglas del juego”, justificó su oportunismo.

Político cuyo descaro es comparable con el de su exjefe, Gil tiene el agravante de un grueso expediente de antecedentes penales, con sentencia y todo, por delitos de violencia por él cometidos en España, en 2006.

Picapleitos cuyo despacho lleva la defensa de lindas personas como delincuentazo exgobernador de Tamaulipas, Francisco Javier Cabeza de Vaca, juega en doble pista. 

Junto con otros amigazos de García Luna, como Ernesto Cordero y Javier Lozano Alarcón, busca además conformar un partido político, en el cual pueda recalar el calderonismo por ahora deambulando apestado en la arena política.

Convengamos en que la responsabilidad política, es sólo eso, política, y se castiga apenas con la separación del puesto, un tirón de orejas y las muecas de repugnancia del entorno. Gil Zuarth, sin embargo, es un convicto.

La Constitución exige de los aspirantes a ministros gozar de buena reputación. No es el caso de Gil, quien despide penetrante olor a corrupción; su postulación es improcedente por donde se mire, a menos que la cercanía de personajes como Cabeza de Vaca reporte beneficios reputacionales. 

En todo caso, ¿consentirán las autoridades que abogados de la calaña de quien fue secretario particular del jefe de García Luna tenga un asiento en la primera Corte reconfigurada con fines de saneamiento y depuración?

RESCOLDOS

Con el aplomo de quien ha perdido la vergüenza, Guadalupe Acosta Naranjo va por el registro de una nueva Pyme electoral, falazmente considerada partido político. A sido dos veces diputado federal y en ambas ha dejado huella por su nepotismo y su adicción al dinero público. Ahora llevará como abanderada a Xóchitl Gálvez, la hidalguense que constituyó empresas y forjó una fortuna con la venta de gelatinas…

Si México no tuviera que “cargar” con Guerrero, Oaxaca y Chiapas sería un país de desarrollo medio y potencia emergente. Eso dijo hace cinco años el federalista Gabriel Quadri, quien hoy está de nuevo siendo lapidado en las redes sociales. Lo pillaron tramitando su Pensión Bienestar de adulto mayor. Sí, la misma que ha combatido con tanta enjundia como tontería. ¡Cinicazo!

aurelio.contrafuego@gmail.com

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista. 

¿Qué tienen que ver el Toro y Harp?: nada

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Renato Galicia Miguel

Dos cosas horribles han sucedido en las últimas semanas: una, el fallecimiento del enorme pícher mexicano Fernando el Toro Valenzuela; y dos, la publicación del libro Vivir y morir jugando beisbol, del exbanquero de origen libanés disfrazado de altruista Alfredo Harp Helú. Por eso escribimos estas líneas.

De haber sabido que en el año 2024 el exbanquero vuelto supuesto filántropo Alfredo Harp Helú —primo hermano de Carlos Slim  Helú y tío de Susana Harp Iturribarría—, sería el dueño de los Diablos Rojos del México, los Pingos no habrían sido nunca mi pasión cuando tenía nueve años.

Si a esa tierna edad, Nostradamus o ya de perdis Monhi Vidente me hubiesen advertido que el dueño —a presión o güevo, como dirían en el barrio— de cuanto inmueble en el centro de la ciudad de Oaxaca también le iban a dar en comodato, un fraude disfrazado de altruismo, un espacio para que en la deportiva Magdalena Mixhuca construyera su parque de beisbol en la Ciudad de México, jamás mis castos oídos se habrían pegado a un radio de transistores para escuchar toda la ruta de un Diablos-Tigres con la narración del Rápido Esquivel.

A pesar de mi corta edad, de saber que el exdueño de Banamex que fue rescatado por el atraco del siglo XX llamado Fobaproa, iba  a construir un parque  de “nivel mundial” para los Guerreros de Oaxaca para seguir usufructuado el estadio Eduardo Vasconcelos a su antojo, serían inexistentes en mi vida mis ídolos el Diablo Montoya, Enrique Romo y el Abulón Hernández —después creador de la Anabe, una combativa liga que buscó enfrentar a los mafiosos de la Liga Mexicana de Beisbol.

Pero nunca supe de eso y feliz jugaba beisbol primero con pelota de esponja y a puño pelón en el pavimento de la Segunda Cerrada de la Calle 8, en la colonia Granjas San Antonio, en los años setenta perteneciente a delegación Ixtapalapa, y después, ya con guante y pelota de veras, aunque con un bate de palo de encino, en el Xitle, en Tlalpan, entre los terrenos del Ajusco medio, con una bola de cabrones de entre los que salió Ricardo, el Cenizo, un veracruzano que era una madre para el beisbol y el futbol, y quien terminó jugando como cácher precisamente en los Pericos del Puebla.

También disfruté a lo bestia el jugar como shortstop y primer bate y haber sido campeón con la novena de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, así como con los Gallos de Santa Rosa en Xochimilco —al que me llevó el Cenizo, precisamente—, un equipo de El Bajío, bravo como la chingada, cuyos jugadores vivían en la unidad AMSA, la que está en el cuadrante de Periférico y avenida Xochimilco, en la Ciudad de México.

Aunque, pensándolo bien, no creo que cambiaría esas etapas de mi vida por nada, aunque hubiese sabido que Alfredo Harp Helú iba a pasar por un promotor del beisbol, siendo un depredador financiero de cuanto se le ponga enfrente.

Menos sabiendo ahora que después de esas etapas de mi niñez y adolescencia iba a surgir el pícher Fernando el ToroValenzuela, por cuyo fallecimiento me pongo a llorar.

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.  

CONTRAFUEGO || Réquiem por la oposición

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Aurelio Ramos Méndez

Suena a exageración, pero en modo alguno lo es: la oposición ya no existe; lo puso de relieve el forcejeo por la presidencia de la CNDH. Indujo a Morena responder el ponzoñoso emplazamiento de ¡quién manda aquí!, planteado con intención de “demostrar con hechos” que no manda la presidenta Sheinbaum sino el expresidente López Obrador. El lance le resultó desastroso.

La estrategia opositora fue revelada por Alejandro Alito Moreno, títere consentido de Claudio X. González, el jueves 7, una semana antes de la votación sobre este asunto en el Senado. “Veremos ¡quién manda aquí!”, le dijo a un grupo de periodistas.

A partir de ese momento, la frase –que delataba rendición y renuncia al debate en aras de la estridencia mediática– comenzó a ser repetida como santo y seña de una banda de cacos. 

De modo coincidente, tal requerimiento también empezó a ser usado por “las plumas de Claudio”, un puñado de columnistas de a tanto la línea, que operan de manera concertada al servicio del “junior tóxico”.

El plan fue contraproducente. Condujo a que el debate público y legislativo en torno a la CNDH se diera no entre el gobierno y su partido con sus adversarios sino en el seno del partido guinda, con los antagonistas naturales de éste ausentes de la discusión formal, ruidosos únicamente en medios.

Quedó de manifiesto con ello que en lo político nuestro país está como en los años 50, con membretes que podían verse en la calle pero que como partidos no representaban realidades sociológicas, con principios, programas, líderes…

Se trataba de organizaciones montadas desde el poder –el PPS en 1948 y el PARM seis años después—para dar la apariencia de pluralidad y rejuego democrático.

La actual carencia de oposición es, asimismo, comparable con la tanatosis que los adversarios del régimen debieron ensayar para sobrevivir en 1976, a finales del sexenio de Luis Echeverría, cuando José López Portillo corrió sin competidor rumbo a la Presidencia. Tan bocabajeado estaba el PAN y la derecha toda, que se abstuvo de postular candidato.

O, como en los 80, cuando parte de la oposición también fue articulada desde el gobierno, con el sinarquista partido del gallito (PDM), cuyos candidatos presidenciales fueron Ignacio González Gollaz (1982) y Gumersindo Magaña (1988)

Por aquellos mismos años, el PST –más tarde partido del ferrocarril, PFCRN– era igualmente parte de una oposición ficticia, cuyo abanderado a la grande, en 1982, fue Cándido Díaz Cerecedo, y su líder más conspicuo Rafael Aguilar Talamantes; RATA, para sus allegados.

Hundida hasta el cogote en la corrupción, esta vez la oposición no ha temido que hacerse la muertita: fue un cero a la izquierda en la confrontación en torno de la ombudsperson, y al final dio muestras de que está aniquilada, muerta y sepultada.

El debate se produjo entre los propios morenistas, aunque no está claro si debido a genuinas diferencias de criterio y legítimos intereses políticos, o como maniobra para soslayar la oposición, dejarla vociferante fuera de la jugada.

Lo mismo ocurría todavía en los albores del neoliberalismo, en tiempos de Miguel de la Madrid, poco antes de que Carlos Salinas se comportase como Jalisco, que cuando pierde, arrebata. Hubo debates memorables entre senadores del PRI en la LII Legislatura.

Uno, la ruda confrontación que desde la tribuna libraron sobre economía Víctor Manzanilla Schaffer y Hugo B. Margáin, al término del cual, no obstante, ambos copartidarios se abrazaron a la mitad del salón de sesiones como dos buenos camaradas. “Somos Víctor y Hugo y acabamos de hacer Los Miserables”, justificó ante los presentes el ocurrente yucateco.

Es de lamentarse el actual vacío en la casilla de la oposición. De más está decir que una democracia saludable requiere de una oposición vigorosa, bien anclada en la sociedad, leal, honesta y nacionalista. 

Las objeciones para que una u otra de las aspirantes ternadas accediese a la presidencia de la CNDH corrieron por cuenta de –según dichos de panistas– legisladoras morenistas. Algunas de las cuales se quejaron porque su coordinador de bancada les pidió atender “la línea de López Obrador” y votar no por la candidata de Sheinbaum –Nashieli Ramírez– sino por Rosario Piedra.

Estos dichos, de segunda mano, fueron recogidos por el periodismo y con base en las notas de prensa así producidas –tercera mano—las plumas de Claudio se encargaron de tejer chismes de cuarta que saturaron la atmósfera. 

La patraña sirvió para tratar de disimular la nula presencia de los contradictores de la 4T en Reforma 135, su capitulación, su opción por el escándalo mediático.

Galones de tinta y horas de radio, televisión y redes insumió el desenlace, la ratificación de Piedra en los términos que había profetizado Claudio X. y propalado su evangelista Alito. Aquí no manda la Presidenta, manda el expresidente. 

Sheinbaum, difundieron nuestros más agudos, famosos e informados periodistas, fue humillada, aplastada por sus propios senadores; quedó relegada a la condición de observadora inanimada de las maniobras del expresidente, actriz de reparto en la película de terror que vive el país.

Más aún –dijeron– todos se doblaron ante la voluntad de quien, en los hechos, sigue siendo el Presidente. 

Con base en sus falacias y conjeturas, concluyeron que la CNDH está muerta, que para tratar temas importantes es un error acudir a Palacio Nacional, pues lo procedente es buscar la bendición de Amlo.

Afirmaron que la relección de Piedra fue una batalla de fuerza real entre la Presidenta y su predecesor para saber quién manda, hoy en día, en México. Que El Peje tiene teléfono rojo en su rancho y su departamento, y camionetas blindadas y más de un centenar de escoltas a su servicio.

Peor, que la Presidenta tiene un poder prestado y carece de equipo propio, mismo que el tabasqueño se lo quitará cuando él decida.

Y que, con mayoría calificada en el Congreso, el tabasqueño puede quitar a la Presidenta cuando así lo considera, y –¡horror!– regresar al Palacio en unos dos años, entre vítores de su servidumbre política.

Al leer o escuchar semejantes sandeces resulta imposible evitar preguntarse ¿qué se puede hacer con alguien que en el ejercicio de su oficio pierde la razón y es capaz de decir babosadas como éstas, que algunos incautos toman muy en serio?

Lo natural debería ser que la ínfima y atolondrada oposición estuviera dichosa porque la CNDH, supuestamente, quedó en manos de una persona desafecta a Sheinbaum, pero no lo está.

¿Hasta cuándo los antagonistas de la 4T se darán cuenta de que sus patrones los tienen a dieta de sapos y camote? 

Porque batracios y tubérculos se pusieron a deglutir sin hacer gestos, por ejemplo, los panelistas de Tercer Grado cuando uno de ellos –sonó la flauta–, Leo Zuckerman, les formuló la más obvia de las preguntas:

“Si los senadores tienen libre albedrío, ¿cómo pudo ser posible, de qué herramienta, arte, poción o sahumerio se valió el mesías tropical para imponer disciplina y hacer que 87 de ellos votasen en el sentido que él ordenó? Silencio absoluto.

BRASAS

El embajador gringo Ken Salazar ha empezado a metamorfosearse de diplomático en traficante de armas. 

Travestido en trumpista, busca elevar las ventas a nuestro gobierno de la costosa y pavorosa parafernalia bélica para combatir al narcotráfico.

La semana pasada Ken levantó polvo con declaraciones que, como si se tratara de una selfi, ofrecen de él la imagen de una persona de lento aprendizaje.

Durante tres años respaldó la ciertamente fallida estrategia de la 4T contra la inseguridad; pero, ahora, más cerca del zaguán que de la sala, salió con el chorro de babas de que tal estrategia representó un fracaso.

No fue esto lo más grave de su declaración, sin embargo. También criticó la austeridad republicana, de la cual dijo que no sirve contra la inseguridad.

Lo más importante para hacerle frente a este problema –dijo– es contar con los recursos adecuados; “se tiene que invertir”.

Traducción: Ahora que está siendo confeccionado el Presupuesto 2025, el gobierno mexicano debe reservar ingentes cantidades de dinero para comprarles a Estados Unidos –o a sus aliados, como Israel— ametralladoras, fusiles de asalto, lanza cohetes, aviones, radares, submarinos, lanchas rápidas, visores nocturnos…

Además, bazucas, granadas, transportes blindados, instrumentos de inteligencia, equipos de escucha, cómputo y comunicaciones…

¿Puede un país pobre como el nuestro, con una montaña de problemas sociales, disponer del dinero que se necesita para semejante armamento y equipo, destinados en última instancia a atender un problema –el altísimo consumo de drogas—que no es de México sino de Estados Unidos?

¡Enójense Trump, Biden y Ken, hay prioridades! 

RESCOLDOS

Los Yunes, padre e hijo, ya fueron expulsados del PAN, algo que sólo pudo aconsejar la estulticia. ¿La causa? Su respaldo a la reforma judicial. Pillazos ambos Migueles, están sin embargo protegidos por la Constitución. Los echaron con rudeza estaliniana, pero la Carta Magna consagra la inviolabilidad de los legisladores. Veremos si el tribunal electoral dice otra cosa.

Lily Téllez ya les tomó la medida a los periodistas. Gana espacio en medios a punta de escándalos y acciones efectistas. Ahora le arrojó monedas a su colega senadora Cinthya López Castro, indignada porque esta priista chapulineó a Morena. Téllez les queda debiendo a los mexicanos explicaciones de cuánto dinero se embuchacó ella al haber sido fichada por el partido guinda y cuánto por la traición que la catapultó al PAN…

¿Confiscador Amlo y el venezolano Maduro? Nones. ¡Confiscador el argentino Milei! Sin previo trámite legislativo, le quitó su pensión a Cristina Kirchner. La consideró muy elevada, de privilegio. Y, puede que lo sea, pero… ¿se vale en un estado de Derecho despojar de su patrimonio a las personas? Después de esto, ¿están seguros en Argentina el capital y las inversiones de empresas y machucones como Slim o Elon Musk?

Herido de legitimidad llega Jorge Romero a la presidencia del PAN. Hasta las piedras le gritan que es un delincuentazo, jefe del cartel inmobiliario…

aurelio.contrafuego@gmail.com

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista. 

Perder territorio

Carlos R. Aguilar Jiménez

México, que hoy ya no es república desde la liquidación de los tres poderes, perdió territorio anexado a Estados Unidos en 1850, cediendo millones de kilómetros cuadrados que ahora forman parte de EE. UU.  y que, de no haberse anexado, seguirían siendo parte de México y, en vez de ser de primer mundo, desarrollados, prósperos, industrializados y ricos, como Houston o Los Ángeles, por ejemplo, seguirían siendo parte de México, del tercer mundo, pobres, miserables, inseguros, devaluados y dominados, anexionados por el crimen organizado, como Sinaloa, Chihuahua, Sonora, Guanajuato, San Luis Potosí, Zacatecas, y  muy pronto Oaxaca y todos los estados que, el actual gobierno mexicano, ha perdido o entregado y ahora controlan y dominan los cárteles.

Luego de la independencia de EE. UU., nuestro vecino del norte que veía bien la emancipación de Latinoamérica, con intención de que fueran ellos quienes dispusieran de todo el continente: “América para los americanos” y México, que es frontera fue y es un punto de interés vital, iniciando desde el gobierno de Iturbide tácticas para la anexión de Texas, con el posterior desacuerdo respecto de los límites de la frontera, llevó a la invasión estadounidense entre 1846 y 1848 cuando Estados Unidos se anexionó además, territorios que comprenden ahora California, Kansas, Nuevo México y otras regiones que, desde 1850 y hasta ahora se habían mantenido tal y como se acordó en un tratado territorial fronterizo, porque desde que comenzó la ideología de “abrazos, no balazos, los criminales comenzaron a anexarse territorio mexicano para imponer su ley y absoluto control, como en su tiempo hizo Estados Unidos.

El Estado mexicano, el gobierno federal con su actual ineptitud, ideología populista, corrupción, nepotismo y aniquilación de la República al anexionarse el Poder Legislativo y Judicial, convirtiendo a México en país de poder absoluto, facilita en exceso la operación impune y despiadada de delincuentes organizados en carteles o bandas de póngidos para extorsionar, secuestrar, intimidar, amenazar, masacrar, asesinar o bombardear, en síntesis, aplicar tácticas del terrorismo para imponerse como ley suprema y máxima autoridad en los territorios anexionados por el crimen organizado, sometiendo o comprando a gobernadores, presidentes municipales y a todas las autoridades legalmente instituidas y que pierden su autoridad.

Política y geográficamente México sigue dividido en sus estados o municipios desde 1850, pero en la realidad actual debiera indicarse que, si bien nuestro país es el mismo en mapas, casi la mitad de su territorio ya no lo controla el gobierno federal, sino delincuentes que se han anexionado ciudades y estados. Primero perdimos territorio con EE. UU., ahora se pierde con delincuentes, que, con balazos, masacres, extorsión o amenazas de muerte imponen su ley, sin que el gobierno intervenga en beneficio de los ciudadanos, y, de la misma forma que perdimos territorio geográfico, ahora se pierde territorio político y administrativo a sangre y fuego.     

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.   

CONTRAFUEGO || Corte de tinterillos

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Aurelio Ramos Méndez

Si tuvieran al menos una leve noción de la vergüenza, los siete ministros de la Corte derrotados en su obcecación de frenar la reforma judicial hubieran renunciado en el acto, tan pronto se terminó la sesión del máximo tribunal en que exhibieron de fea manera la fragilidad ética y aun la complicidad que los hermana.

Ante la falta de grandeza de esos togados para hacer mutis por el foro, sería una irresponsabilidad suprema de los dos otros poderes del Estado, Ejecutivo y Legislativo, consentir su permanencia en el Judicial los próximos nueve meses.

Todos excepto uno de estos ministros, dejarán vacantes sus puestos en agosto próximo, por efecto de renuncias ya presentadas como condición para tener derecho a regios, estratosféricos haberes de retiro. 

Es razonable, por ello, la perceptible exigencia social de que estos juristas se vayan a casa cuanto antes, si no por voluntad personal motivada por el pudor, sí por la acción de las ramas del poder obligadas a tomar cartas en el asunto.

Se antoja obvia la observación predictiva sobre el grave daño que personajes de la catadura moral de estos ministros podrían causarle al país en el plazo de la gestación de un bebé. 

Resulta pertinente, además, demandar la indagación rigurosa del desempeño de cada uno de ellos, en justificada búsqueda de cochupos consumados durante el tiempo que han estado en su encargo.

Las impugnaciones a la reforma fueron desestimadas gracias a que el ministro Alberto Pérez Dayán fue valientemente consecuente con su trayectoria judicial.

Opositor como los siete a la reforma, él sin embargo honró la congruencia de sus votaciones, lo cual lo separó del veleidoso combo, pero a la vez lo expuso a la ruindad de ser considerado desleal y traidor. 

Implosionado el bloque antirreforma, modificada la correlación de fuerzas en el tribunal constitucional, lo que los mexicanos vimos en la sesión no fue un debate intelectualmente honesto, con discrepancias ideológicas o de interpretaciones jurídicas; con congruencia, respeto y apego a la Constitución… 

Vimos la acción concertada de una banda de maleantes capaces de cualquier cosa.

Se pudo constatar el absoluto descaro con que hicieron acrobacias retóricas para violar la Constitución y ajustarla a su conveniencia, lo cual tornó axiomática la fama de corruptos que envuelve a la mayoría de ellos.

Si hubo quienes dudaron de que en ese pelotón hay huizacheros que le han torcido el pescuezo a la Carta Magna con tal de liberar a grandes delincuentes, esto es algo que ya no requiere demostración, sino que merece ser creído a pie juntillas.

Si alguien presumía transas en la eternización de juicios y la condonación de impuestos por decenas de miles de millones de pesos a evasores como Ricardo Salinas Pliego, ya puede descartar la duda.

Y, si tan sólo se sospechaba que en las devoluciones archimillonarias de impuestos a empresarios sinvergüenzas había suculentos negocios, ya es factible pasar de la suposición a la certeza. 

Los siete ministros despojados de su hoja de parra son Norma Piña Hernández, Juan Luis González Alcántara, Javier Laynez, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Luis María Aguilar, Jorge Pardo Rebolledo y Margarita Ríos Farjat.

En la discusión sobre la reforma sólo quien no quiso no vio a estos rábulas tratar con absoluto cinismo de hacer de las suyas.

Con desprecio por una larga historia de fallos en idéntico sentido en casos de controversias constitucionales, esta vez –¡al diablo la jurisprudencia!—, debido a claros motivos políticos, mutaron su criterio con la facilidad de quien cambia de calcetines.

“Cambiar de criterio no está prohibido”, alentó la feria de chaquetazos la presidenta Piña Hernández, en uno de sus muchos momentos de desesperación y capitulación ética. 

Con madruguetes y leguleyadas desdeñaron fases de definitividad de la reforma, con el argumento de que ellos –¡lástima, Margarito!— habían cerrado temprano la etapa de trámite de los recursos y estaban ya en fase resolutiva.

Luego hicieron hasta lo imposible para negarle rango constitucional a la reforma y considerarla en cambio una mera ley federal electoral, y le regatearon al Congreso la condición de constituyente permanente para dejarlo en simple poder reformador.

Es decir, buscaron despojarlo de sus facultades para realizar modificaciones constitucionales de gran calado. 

Al escuchar a esos adalides del Derecho fue inevitable preguntarse dónde estaban cuando Peña Nieto concretó los llamados cambios estructurales.

O, cuando Salinas, carente de pueblo atrás –se había robado la Presidencia—, con la complicidad del PAN hizo algunos de los cambios más profundos del total de 500 que ha sufrido desde su expedición la Carta Fundamental.

Develaron los siete sus intenciones no sólo obstruccionistas sino francamente golpistas cuando el ponente, González Alcántara, señaló que en el trámite legislativo de la reforma no hubo vicios ni violaciones legales o reglamentarias…

Haciendo con sus manos la figura de dos tarántulas, Piña Hernández apuntó entonces tenebrosa, como anticipando la enmienda del dictamen de su conchabado, de ser necesario: “bueno, eso dice el proyecto…”.

En el colmo del ánimo golpista y la determinación de tumbar la reforma, indiferentes al hecho de que la nación entera podía estar viendo sus desfiguros, los ministros recurrieron a la marrullería de pretender modificar la aritmética.

Intentaron establecer que las dos terceras partes de once son seis, con lo cual aspiraban tirar a la basura la reforma por voluntad de sólo seis picapleitos…

No seamos ingenuos. Una corte de tinterillos dispuestos a todo tiene que ser sustituida sin demoras.

BRASAS

Al celebrar su amplia victoria en la elección presidencial, el desquiciado misógino y antiinmigrante Donald Trump agradeció con especial vehemencia el apoyo de la migrante eslovena, Melanija Knavs. 

“Gracias a mi fantástica mujer Melania, la primera dama”, le dijo besándole la mejilla. No era para menos su gesto de gratitud.

A lo largo de la campaña la exmodelo y empresaria que ha sufrido toda suerte de agravios de su marido, despreciable convicto de gruesos delitos, le dio respaldo irrestricto aun en momentos en que parecía inminente la perspectiva de hacer visitas conyugales en una prisión.

Consideraciones debidas a su condición de exmandatario eximieron al amigo y admirador del golfista Arnold Palmer –de quien ha elogiado con elocuencia su constitución física: “Por Dios, ¡eso es increíble!”– de jurar como el presidente 47 en una celda y con uniforme anaranjado.

Lo más lamentable, sin embargo, es que Trump consiguió su triunfo en las urnas en parte gracias a inmigrantes desclasados –muchos de origen mexicano—, a quienes él aborrece.

Y, lo peor, que no únicamente allende el Bravo tiene adeptos mexicanos sino también en nuestro territorio. El grueso de la oposición, por ejemplo.

Díganlo si no el abstruso dirigente del PAN, Marko Cortés y un puñado de políticos, intelectuales y periodistas que presionan a nuestro gobierno con la finalidad de que admita la tipificación como terrorismo de la barbarie del narco.

O el cretino columnista de Reforma y la revista Etcétera, Pablo Majluf, quien obnubilado por el odio publicó lo siguiente:

“Ojalá, como anticipan algunos, Trump perjudique seriamente a nuestra dictadura bananera. Lo veo difícil e incluso creo que se pueden acomodar y beneficiarse mutuamente. Pero amarremos navajas como se pueda. Veo tres ideas de cajón para la resistencia mexicana: 1. Promover la clasificación de narcos como terroristas (que lo son). 2. Apalancarnos contra la agenda woke acá, ya parte central del régimen. 3. Utilizar Starlink y plataformas similares para eludir las garras del régimen en Internet y el sistema fiscal”.

En modo alguno puede decirse de estos desnacionalizados que no saben lo que hacen. Al contrario.

Presionan a sabiendas de que, por esa vía, podrían propiciar la aplicación unilateral y extraterritorial de leyes gringas, las cuales, so pretexto de perseguir al terrorismo, autorizan al Tío Sam meter las narices en todas partes. 

A estas alturas de la historia, ya está claro que nada haría más feliz a la derecha mexicana que forzar la intromisión diplomática e incluso una eventual intervención militar gringa en nuestro territorio.

¡Ni modo entonces de no colgarle el título de vendepatrias!

RESCOLDOS

La sentencia de 38 años de cárcel a Genaro García Luna indujo a Felipe Calderón Hinojosa emprender una campaña mediática preventiva para salvar su pellejo. Se reunió en España con el publicista Carlos Alazraki, quien ahora propala que el usurpador de la Presidencia está en la inopia. Que se moviliza en bicicleta, habita un departamento modesto de 70 metros, carece de dinero y vive del producto de sus conferencias y menguantes ahorros. Así, con ayuda del publicista venal a quien el PRIAN le llenó de oro las alforjas cuando la corrupción estaba en buenas manos, Calderón quiere verles cara de estúpidos a los mexicanos…

“¡No estamos en un mitin!”, le recriminó el tono a su colega Lenia Batres,  el ministro Luis María Aguilar en la histórica sesión de la Corte, el martes 5. Sólo para que, minutos después, él mismo exhibiera su talante mitinero. Megáfono en mano, salió a la calle para agradecerles a los trabajadores paristas su arrojo boicotero. “Son ustedes el alma del Poder Judicial”, les dijo, sin reparar en que exhibía un almario vacío. Porque ninguno de esos trabajadores dio señal jamás de sospechar siquiera de la ductilidad ética de la mayoría de ministros, muchos de ellos sus jefes directos o parientes.

aurelio.contrafuego@gmail.com

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del 

El jefe Willy y el periodismo oaxaqueño

Renato Galicia Miguel

Primero el amigo. A las dos de la madrugada,  el jefe de información del periódico ´Tiempo de Oaxaca´, el querido Willy López, confesó lo siguiente: “lo único que me duele como periodista es no haberme quedado como reportero nacional en Notimex”.

Pero no lo expresó con pesar, sino entre las carcajadas que lo caracterizaban ya tomado, las mismas que soltó cuando me cargó pila luego que conté mi anécdota sobre unas vacaciones en Paraíso, Tabasco, que se volvieron un infierno porque terminaron en el penal de ese municipio.

Willy era joven y venía cubriendo como corresponsal en Oaxaca de esa agencia de noticias la  caravana de protesta que realizó Andrés Manuel López Obrador de Tabasco a la Ciudad de México. Por su buen trabajo, su jefe le había prometido ya el puesto, pero éste murió o fue despedido imprevistamente y el sueño se acabó.

Esas veladas periodísticas en “Los Combinados”, un bar disfrazado de fonda ubicado en la colonia Reforma que nunca cierra, son de las que atesora uno para siempre. Aunque íbamos varios luego del cierre de edición, por lo común en quincena, los asiduos éramos Willy,  Raúl Jiménez, el jefe de diseño; Mary Menina, gran ‘disoñadora’; el Nacho Gómez mientras estuvo, un talentoso diseñador y dibujante, y yo mero, que por ese tiempo editaba el suplemento cultural ‘Cronos’.

Me quedo con la alegría ébrica por la vida de Willy López y su imagen con su camisa desabrochada como padrote de burdel y medio despeinado. Estando él siempre salían mil y una anécdotas, chistes, bromas, pláticas diversas, pero nunca con poses intelectuales o literarias, sino como somos una buena cantidad de periodistas: desmadrosos a la hora del trago.

Luego el periodista. El periodismo oaxaqueño es como todos los demás del país, pero con sus lastres acentuados, parafraseando al escritor Fernando Lobo, quien alguna vez comentó que en Oaxaca pasa lo mismo que en todo México, pero de forma exagerada.

Willy prácticamente estuvo en todas las áreas periodísticas, fuera de medios informativos u oficinas de prensa institucionales. Sabía todo lo que tiene que saber un periodista hecho. Era talentoso, dominaba el oficio a placer, conocía las historias personales de los políticos y personajes diversos, leía, escribía poesía y cuento, redactaba como todo reportero debe hacerlo: rápido y bien. Acaso habría que reprocharle que le hiciera las “entradas” incluso a los informadores veteranos o que reescribiera toda una crónica que se publicaba con Gloel crédito de alguna novel reportera. No por nada lo llamaban el jefe Willy.

Lo triste es que, como tantos otros colegas, haya tenido que ejercer en un contexto periodístico tan corrupto, falso y decadente como el oaxaqueño, con medios donde los dueños son políticos o empresarios por completo reaccionarios, alineados con una clase social que siempre ha explotado indiscriminadamente a Oaxaca,  ya no la otrora “vallistocracia” —un concepto tramposo— sino esas “colonias extranjeras” asentadas en la entidad desde por lo menos el siglo XIX.

Periódicos o medios electrónicos cuyos directores son capaces de torcer la información a tal grado que el lector termine entendiendo lo contrario de lo que era la noticia original. Reporteros que en los portales del zócalo escriben su nota para que, además de su sueldo —si es que lo tienen, porque el entramado es tal que el director les permite publicar y que ellos negocien sus ‘chayos’—, reciban 200 pesos del señor diputado.

Mercenarios de la información disfrazados de periodistas que han estado al servicio del poder desde tres horas después de cubrir su primera nota y hasta el final de sus días, y que pasan como “la vieja guardia”. Jefes que, en lugar de apoyar a la informadora, pegan el grito en el cielo porque la reportera del diario hizo la pregunta adecuada al gobernador en turno y éste se quejó. Editoras que mandan tomar la foto en la cantina al dueño de un diario rival para “quemarlo”, pero que pueden formar parte del jurado de prestigiado premio nacional. Y un largo etcétera.

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista. 

Supremacistas

Carlos R. Aguilar Jiménez

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, oficialmente instituida en 1917 para regir la vida política de los mexicanos desde su establecimiento, ha sido modificada en repetidas ocasiones para adecuarse a los cambios y tendencias mundiales de respeto, igualdad, derechos humanos y justicia, sin que en esencia haya perdido su espíritu o atributos fundamentales de libertad, igualdad o equidad, funcionando como base legal de los tres poderes de la nación: ejecutivo, legislativo y judicial, cada uno independiente, soberano y autónomo, contrapesándose respectivamente para evitar abusos de poder, despotismo, autoritarismo o supremacismo.

Supremacismo es en cualquier circunstancia, una ideología que defiende la preeminencia de un sector de la sociedad por encima del resto, que se cree o asume ser superior del resto o de la oposición, generalmente por creencias o ideologías de superioridad de raza, sexo, origen, nacionalidad o, como en México ahora, de partido político, siendo supremacista todo aquel individuo defensor o partidario de la supremacía de un grupo, y, en el caso del partido oficial, quienes se identifican y defienden por su filiación política e ideología de: “por el bien de todos, primero los pobres” o “abrazos, no balazos”, sustentando doctrinas y comprando conciencias, por un puñado de pesos que reciben sus militantes o defensores cada mes, asumiéndose inherentemente supremacistas, superiores a los inferiores, léase: conservadores, fifís, adversarios o cualquier nombre que minimice, desprecie o descalifique, porque los supremacistas defienden que deben tener el control sobre los otros. Todo el poder, sin posibilidad de contrapesos políticos y, menos el obstáculo del poder judicial.

La supremacía constitucional, si bien es “legal· y postula ubicar sus artículos constitucionales por encima, jerárquicamente arriba de toda ley u ordenamiento jurídico, considerándose ley suprema de una nación, es un hecho que no es perfecta y se podría modificar, pero ya no, porque a partir de que los supremacistas decidieron blindarla de todo cambio, impugnación o amparo, a partir de ahora y porque así lo han decidido, es irrefutable, irrebatible y categórica, como un dogma o artículo de fe, sin que haya posibilidad legal alguna de cambiarla, para bien o para mal.

Dominado el país por supremacistas “morenos”, que dicen 30 millones votaron por ellos, frente a 100 millones que no, los demás, los inferiores, los malos,  tendrán que acatar lo que determinen autoritariamente diputados y senadores a su capricho supremacista, sin que funcione ninguna, amparos, derechos humanos, quejas, impugnaciones o demandas, porque ellos son superiores y los demás, los opositores o adversarios son corruptos, aspiracionistas, explotadores, flojos, ladinos, infieles y traidores a la patria. Esperemos que los nuevos supremacistas, como el Ku Klux Klan (KKK), cabezas rapadas o camisas pardas, no se les ocurra cambiar la constitución aboliendo la propiedad privada o el voto de la mujer, porque pueden hacer lo que quieran argumentando supremacías.   

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista. 

CONTRAFUEGO || Los conspiradores

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Aurelio Ramos Méndez

Cuando ocho ministros de la Corte, usurpadores pero salomónicos, descoyunten este martes la reforma judicial y la declaren mitad inconstitucional y mitad válida, será por fin abortada la conspiración en que se comprometieron para intentar a como diera lugar, incluida la vileza de confinar en una mazmorra a la presidenta Claudia Sheinbaum, impedir la continuidad de la 4T.

Se quedarán con el pecado y sin el género, cual ladrón exhibido en su inmoralidad y sin el producto que su canallada, pues con buen juicio la Jefa del Estado ya anticipó que no atenderá una eventual resolución invalidante porque la reforma emergió de la legítima representación popular.

Los ministros confabulados son Norma Piña Hernández, Juan Luis González Alcántara, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Luis María Aguilar, Jorge Pardo, Margarita Ríos Farjat, Javier Laynez y Alberto Pérez Dayán.

La conjura de la cual estos togados han sido principal instrumento empezó a ser maquinada en los pagos de Claudio X. González mucho antes del proceso electoral, aunque asomó la oreja hasta el 12 de diciembre de 2023.

Ese día los más notables conspiradores se congregaron en una comida convocada por la mismísima presidenta del máximo tribunal, Piña Hernández, en la mansión de González Alcántara, el autor del proyecto de resolución que será votado mañana martes. 

De más está decir que se trata del cónclave al que concurrieron ministros y magistrados electorales, con el dirigente del PRI Alejandro Alito Moreno como invitado de honor, al que fue convidado pero no llegó el panista Santiago Creel, personero de la candidata Xóchitl Gálvez.

Aquelarre aquél del cual Piña no ha dicho ni una palabra, pero cuya realización acaba de ser confirmada por el propietario de la finca, González Alcántara, quien de paso y sin pudor aclaró que él alcahueteó la junta pero no asistió.

El encuentro se llevó a cabo cuando ya era patente la estrategia de la oposición, inspirada por Héctor Aguilar Camín, consistente en tratar de anular la elección y buscar conseguir en los tribunales lo que una docena de encuestas indicaba que sencillamente no se podría ganar en las urnas. 

Ahora que los ministros ya van –todos menos una– como el señor Tlacuache de la ronda infantil, con su gran tambache –pensión de 300 mil pesos mensuales, en greña, de por vida— ha quedado exhibida, nítida, la fallida intención de robarse la Presidencia mediante toda suerte de tretas y leguleyadas.

Es extenso el prontuario de maniobras orientadas a tratar de truncar la 4T. Destaca el falseo y manipulación de encuestas durante el proceso electoral para apuntalar a Gálvez.

Y la ruidosa celebración de batallas aun antes de terminar la guerra. “¡Ganamos, ganamos!”, se desgañitaba y brincaba alborozada la candidata panista el 2 de junio por la noche, cuando apenas arrancaba el cómputo de votos. 

En el afán por aniquilar la reforma, colapsados los partidos, los ocho ministros han convertido el Judicial en la real y desaforada oposición, y la reforma ha sido su principal blanco.

Con la anuencia de aquellos ministros se han otorgado amparos de manera indebida, se ha atizado de modo irresponsable un paro de labores y hasta se han consentido solicitudes de apoyo al gobierno gringo vía el Departamento de Estado, y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y aun la academia, en Harvard.

Se intentó sin éxito que el Congreso se abstuviese de tratar el tema y, una vez aprobada la reforma –con precipitación, sí, debido al acoso opositor–, arrogándose inexistentes facultades de revisión la Corte se apresta a serrucharla y partirla en dos.

La modificación constitucional fue debidamente tramitada en el Legislativo y la Constitución vedaba toda revisión por el Judicial. Así y todo, los ocho se disponen a partirla por la mitad, como dicen que propuso hacer con un bebé el rey Salomón.

Sabedor el cartel de los ocho de que cargará con su fallo como baldón por la aventura no sólo antidemocrática sino francamente delictiva en que se embarcó, le ha prestado oídos a una miserable conseja del redomado opositor de extracción foxista, el ministro en retiro José Ramón Cossío.

Con chicanas de tinterillo, instalado en la suposición de inminente desacato a un mandato judicial, Cossío ya le lanzó amenazas de destitución y encarcelamiento a la Presidenta de la República, algo que ni en la peor mareada de mezcal hubiese podido ocurrírsele a un jurisconsulto respetable.

La diputada y también ministra en retiro, Olga Sánchez Cordero, ya explicó el asunto. “Para que una resolución sea procedente se necesita argumentar que sea procedente el medio de impugnación. En realidad (en este caso), no hay procedencia”, dijo, y añadió:

“Estoy sorprendida de que, por una parte (el proyecto) deja viva cierta parte de la reforma, que es en relación con los ministros y el Tribunal de Disciplina –quienes irían a elección popular–, y por otra parte invalida todo lo relativo a los jueces y a los magistrados –quienes no irían a votaciones”. 

Sánchez Cordero advirtió, con toda razón, que mañana será votado un proyecto salomónico, político, carente de esencia, y al cual “jurídico, constitucional, yo no lo veo”. 

El furibundo opositor Cossío, no obstante, al igual que Gabino Barrera andando en la borrachera, nomás no entiende razones. Obcecado, esgrime la falacia de que el poder que “dice” la ley, está por encima del poder que, por mandato popular, “hace” la ley.

En la necedad del ministro en retiro asumida como propia por los ocho, los demás conspiradores y el aparato que les hace eco, ha quedado en evidencia una total inversión de valores en que se debate la oposición.

Para esta esmirriada y variopinta fuerza política y en particular el Poder Judicial, no es punible chapalear en la corrupción como Peña Nieto. Ni entregarle el gobierno al narcotráfico, como hizo Felipe Calderón vía Genaro García Luna. Y, menos aún delinquir desde la Presidencia al modo de la dinastía de Carlos Salinas de Gortari…

Tampoco debió ser nunca criticado y menos candidateado a la sombra el confeso delincuente electoral y padrino político de Cossío, Vicente Fox, quien hizo trizas la Constitución en su empeño de atajar a Andrés Manuel López Obrador en su ruta a la Presidencia.

Es sancionable, eso sí, con larga temporada en Almoloya, el esfuerzo por morigerar la corrupción en el Poder Judicial.

Poder éste que ha hecho de la justicia el reino del trafique aun de lo inimaginable: fallos, notificaciones, programaciones o cancelación de audiencias, filtraciones de expedientes, cambios de jueces, vencimientos de términos, sobreseimientos, cambios de fuero, asignación de asuntos por turno de ministros…

Puestas así las cosas se explica por qué los tremendos jueces juegan con fuego y alucinan con poder escuchar a Piña dirigirse a Sheinbaum a los gritos –como en la Tremenda Corte– y ordenar latigueando el índice: ¡A la reja!

BRASAS

El casi septuagenario Ciro Gómez Leyva (67) fue uno de los más despiadados críticos del plagio de tesis cometido en 1987 por la jovencísima estudiante Yasmín Esquivel Mossa, hoy ministra de la Corte. 

Nada tendría de censurable el rigor del periodista refugiado en España, si no fuese porque él acaba de confesar el plagio de una frase –“la última línea de defensa de una civilización”—incluida con gran éxito en su columna del pasado lunes 28 en Excelsior.

Tal frase, tomada –según el propio Ciro—de un libro sobre la Guerra Civil Española, cuyo autor y título fue convenientemente omitido en su texto por el periodista, es en realidad un lugar común que sólo la ignorancia puede tomarla por inaugural.

A diferencia de la ministra cuyo plagio le causo migraña, a Gómez Leyva el suyo le reportó reconocimiento. El padre de uno de sus colaboradores, que lo tiene por el mejor periodista de México, lo cubrió de elogios por sus frases domingueras, entre éstas la hurtada.

Además, le sirvió para exornar un escrito con el cual deslizó la idea de que él fue inspirador del proyecto de resolución sobre la reforma judicial que será debatido mañana, elaborado por Juan Luis González Alcántara.

La columna cuenta que por la mañana su autor le dijo al ministro Laynez–como espoleándolo– que los ocho se habían rendido, y que poco después le recriminó su silencio a Pérez Dayán, con el resultado de que por la tarde González Alcántara dio a conocer el proyecto en que sostiene que la reforma sí puede ser invalidada.

Proyecto que –añadió Ciro, como dando a entender que él sí le entiende a eso de frotar la lámpara—“quizá pronto el pleno de los ocho lo vote así”. Tan pronto como mañana.

RESCOLDOS

En el PRI varios senadores ya están más cerca de la puerta que de la sala. ¿La causa? El autoritarismo y la corrupción del inefable Alito. Se lo dijo de frente al campechano el coordinador de Morena, Adán Augusto López. Le adelantó que en el tricolor pronto se verán defecciones y en el guinda, la ampliación de su mayoría calificada… 

Demócratas o Republicanos, los presidentes gringos han sido para México siempre lo mismo. A veces, incluso peores los primeros. Ello, no obstante, crucemos los dedos para que el cavernícola Donald Trump quede mañana sepultado en votos y Estados Unidos tenga por primera vez una mujer en la presidencia… 

aurelio.contrafuego@gmail.com

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Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista. 

El INAI es una institución del Estado mexicano, no un enemigo del poder público o político: Adrián Alcalá

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Por: Antonio Gutiérrez Victoria 

“Tenemos la gran posibilidad de seguir insistiendo en la importancia de este modelo de garantía. Los derechos que tutelamos en sede autónoma permiten conectar a la gente y alcanzar la justicia social”.

 

Adrián Alcalá Méndez, Comisionado Presidente del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) expuso sus opiniones sobre la situación actual y el futuro que avizora para el organismo autónomo; mediante esta entrevista que concedió en su reciente visita a Oaxaca.

¿Cuál es el estado actual de la situación con el INAI?

Gracias por la oportunidad de dirigirme, no solo a la comunidad académica de la Benemérita Universidad de Oaxaca, sino también a toda la sociedad oaxaqueña y mexicana interesada en estos temas. Es necesario recordar que Oaxaca jugó un papel determinante en la construcción de este derecho y de estas instituciones, porque fue aquí donde se reunieron en 2001 académicos, periodistas e investigadores que formaron el “Grupo Oaxaca”. Este grupo emitió una declaratoria y un consenso para exigirle al Gobierno Federal y al Congreso de la Unión la necesidad de contar con una instancia que garantizara el derecho a saber, la transparencia y la actividad gubernamental. Por eso celebro la invitación y me da muchísimo gusto estar aquí. 

¿Cuál es el tema actual? La semana antepasada, la Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, nos recibió por indicaciones de la Presidenta, la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo. Desde el día en que los resultados de la jornada electoral del 2 de junio fueron irreversibles, planteamos de manera abierta una petición formal de diálogo con el  gobierno que encabezaría entonces la doctora y a los futuros legisladores que asumirían la Legislatura actual el primero de septiembre. Posteriormente insistimos y enviamos una carta a las oficinas solicitando este diálogo, porque las instituciones del Estado mexicano no deben contraponerse ni entrar en conflicto. Finalmente, en el marco de sus atribuciones y con total defensa de la autonomía que nos mandata, dialogamos para construir el mejor camino en beneficio de la sociedad, a quien todos nos debemos. Somos una institución del Estado mexicano, no enemigos del poder público o político; somos parte del andamiaje institucional con una misión muy importante: defender los derechos de acceso a la información y protección de datos personales, de manera independiente, con autonomía técnica, de gestión y de decisión.

En esa reunión, las tres comisionadas y un servidor, que actualmente integramos el pleno del INAI tuvimos la oportunidad de expresar, libre y abiertamente, nuestras preocupaciones: ¿qué pasaría si no existiera el INAI y los organismos garantes en las entidades federativas con diseño de autonomía constitucional? Porque vemos precisamente que el derecho a la información se debilitaría y se fragmentaría. En el esquema del dictamen que está en la Cámara de Diputados y aprobado por la comisión de la legislatura anterior, se establece una fragmentación al asignar cierta competencia a la Secretaría Función Pública y, respecto a los poderes, cada quien tendría sus ámbitos de aplicación (sindicatos, partidos políticos, etc.), lo que llevaría a la fragmentación del derecho y la garantía. Esto, tarde o temprano, derivaría en la inhabilitación del ejercicio, pues las personas no confiarían en instancias que actuarían como juez y parte. Y cuando eres juez y parte, existe un alto grado de tentación y percepción de parcialidad. No digo que necesariamente sea así, pero es una gran tentación.

En ese sentido, planteamos la posibilidad de una reducción organizacional y presupuestaria de hasta 300 millones de pesos, sin comprometer nuestras facultades y atribuciones en materia de acceso a la información y protección de datos personales en los ámbitos privado y público. Recordamos al público que la única instancia a nivel nacional que garantiza el derecho a la protección de datos personales en el sector privado es el INAI; en el sector público, cada entidad federativa cuenta con sus respectivos órganos garantes. Con esta intención, estructuramos la reestructura organizacional.

La licenciada Rosa Icela Rodríguez nos dijo con claridad y transparencia que ella no tenía la decisión final, pero que informaría a la Presidenta de México. Fue importante que enviáramos esta propuesta de ahorro presupuestal, que en términos generales representa una reducción de poco más de 330 millones de pesos. Si el argumento es el alto costo del INAI —cuyo presupuesto es de mil noventa y siete millones de pesos, lo que representa el 0.01% del Presupuesto de Egresos de la Federación, es decir, ocho pesos por persona una vez al año—, también hemos planteado esta reducción.

Además, sabemos por diversas manifestaciones del diputado Monreal, líder del grupo mayoritario en la Cámara de Diputados y Presidente de la Junta de Coordinación Política, el diputado Ramírez Cuéllar, y senadores como Javier Corral, que el tema sigue en análisis, sin una definición clara. Se habla de la creación de una Agencia de Identidad Digital, encaminada desde mi perspectiva a la garantía de los datos personales en el sector privado. Del acceso a la información no se ha dicho nada, pero entiendo que sigue en análisis.

El propio diputado Monreal cuando le preguntaron sobre la reforma de los órganos autónomos hace tres semanas, comentó que la reforma judicial tendría que ir por tres caminos y en otro ritmo, es decir, sin prisas, buscando consensos y diálogos, y que, continúa en análisis. Celebro estos tres puntos porque van sin prisa, buscando consensos y con análisis constante.

Esto me permite manifestar que aún no hay una definición y que, mientras no se tenga una en el Congreso de la Unión y el dictamen no esté aprobado en el pleno respectivo ni avalado por la Cámara revisora, tenemos la gran posibilidad de seguir insistiendo en la importancia de este modelo de garantía. Los derechos que tutelamos en sede autónoma permiten conectar a la gente y alcanzar esa justicia social.

Cuando las personas logran obtener un documento mediante el acceso a la información, pueden ejercer otros derechos que, por la vía administrativa, no podrían haber obtenido, como su expediente clínico, semanas cotizadas, evaluaciones de escuelas públicas, programas de becas y sus requisitos. Es decir, la información es esencial para avanzar en la transformación. También es necesario garantizar los datos personales en el mundo digital de manera independiente, con autonomía y ajena a cualquier tentación política, porque estamos resolviendo sobre los datos personales, los tuyos, los míos, los de todas las personas en un entorno digital.

En síntesis, creo que seguirán existiendo posibilidades, aunque en el futuro inmediato no haya una fecha determinada. Aunque los diputados dijeron la semana pasada que el tema está en la agenda legislativa y la Presidenta de la República y la Secretaria de Gobernación lo confirmaron en nuestra visita, lo cierto es que no hay fecha, y mientras no la haya fecha, se sigue analizando, lo cual es una gran oportunidad para nosotros.

¿Puede coincidir o coexistir la propuesta de la nueva Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno y el INAI?

Totalmente, es una posibilidad. En la administración pública la coordinación de transparencia al interior del gobierno federal siempre ha estado a cargo de la Secretaría de la Función Pública. Desde la creación del IFAI, en 2002, ha existido una relación estrecha con la propia Secretaría de la Función Pública, la cual se encarga de implementar las políticas que dicta el INAI a nivel nacional. A nivel estatal, se cuenta con un enlace correspondiente; en el Poder Judicial existe un área específica, y en los congresos locales, también. Es decir, es el área natural. Celebro, a propósito del anuncio de la creación de una nueva Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, y que la Presidenta de la República haya manifestado que la transparencia no desaparecerá durante su gobierno. Ella entiende, desde mi punto de vista, que la transparencia es un eje fundamental, transversal, y un pilar para combatir la corrupción, evitar espacios de opacidad y lograr un buen gobierno. Por eso, creo que a la Secretaría le agrega el nombre de “buen gobierno”.

Recordemos que cuando la Presidenta fue Jefa de Gobierno se materializó en la Constitución de la Ciudad de México un concepto ya considerado como un derecho fundamental: el derecho al buen gobierno. Este derecho implica que todas las personas deben tener acceso a un gobierno eficaz y eficiente, ya que todos contribuimos al gasto público. Además, este principio se ve reflejado en los ejes de los 100 programas prioritarios de la Presidenta. El segundo de estos ejes se refiere a la socialización de todos los derechos en el territorio nacional; el tercero, a la libertad de expresión, donde se contempla el derecho de acceso a la información, y el duodécimo, al combate a la corrupción.

Por ello, celebro que exista esta iniciativa, pero también considero importante que el ejercicio de este derecho esté garantizado cuando es vulnerado. Seguiremos insistiendo en la importancia de que la garantía resida en una institución ajena al poder político y a cualquier tipo de interés. Esto no debe depender de intereses políticos o de algún grupo; se trata de un derecho humano, y nosotros lo defendemos con independencia, sin miramientos ni fijaciones, porque estamos hablando de derechos humanos.

Por último, imaginemos el escenario en el que se consuma la reforma. ¿Qué sigue? Más bien, ¿qué le diría usted a los jóvenes, a los estudiantes, pero sobre todo a los universitarios? ¿Qué pueden hacer a futuro?

Les diría que sigamos fomentando la participación en un esquema que, por ahora, es desconocido, porque, a mí me preguntan: “Oye, ¿y cómo será el ejercicio del derecho?”. No lo sé. Si se fijan, el dictamen establece que todo se dejará a la legislación secundaria. Entonces, ahí tenemos la posibilidad de participar, de incidir. 

También hacemos un llamado al gobierno federal y al Congreso de la Unión —Cámara de Diputados y Senado— para que, si esta reforma prospera, nos dejen ser parte activa de la construcción de la nueva ley general, la nueva Ley Federal y las nuevas leyes estatales. Hay procedimientos en curso, derechos laborales de nuestros trabajadores en juego. ¿Quién será responsable de la Plataforma Nacional de Transparencia? ¿Qué pasará con los millones de datos en la plataforma de transparencia? ¿Cómo se ejercerán los derechos de protección de datos personales? Es decir, es importante que estemos ahí.

Sin embargo, más allá de eso, es fundamental que la comunidad universitaria de todo el país participe, que no se desmotiven y que sigan incidiendo en el ámbito público, sea cual sea el esquema. ¿Cómo? Preguntando, cuestionando, fomentando la participación y contribuyendo. Porque ustedes, como universitarios, realizan una crítica constructiva. ¿Cómo mejoramos? ¿Cómo fortalecemos los derechos? ¿Cómo logramos la igualdad de circunstancias? Desde mi perspectiva, ustedes tienen una misión clara: prepararse para el presente. Son los futuros tomadores de decisiones, y seguramente querrán vivir en un México como el que han conocido desde niños, con derechos humanos, libertades, garantías, pesos y contrapesos, en donde se respete el Estado de Derecho en términos generales.