Home Blog Page 11

¿Salvar al planeta?

Carlos R. Aguilar Jiménez

Si la determinación de la edad  la Tierra ha sido determinada especulativamente por algunos personajes, como el arzobispo irlandés James Usher, (1581-1656) quien utilizando genealogías de patriarcas y datos bíblicos decidió que nuestro planeta nació el año 4004 a. C., por lo que, según él, la edad de la Tierra sería hoy de 6029 años, debido a avances científicos en disciplinas como estratigrafía, geología y datación por decaimiento radioactivo, hoy sabemos que nuestro planeta es mucho más viejo, con edad alrededor de 4 mil 600 millones de años.

De todos esos miles de millones de años que ha vivido la Tierra, únicamente hace medio millón de años nace el Homo Sapiens, lo que significa que, durante 4 mil 550 millones de años no hubo ningún ser humano y, por lo que también sabemos, mientras siga irradiando el sol su misma tasa de energía, la Tierra seguirá existiendo unos 5 mil millones de años más, con o sin humanos arrogantes y presuntuosos que creen mediante sanciones ecológicas, fundamentalismo verde o ambientalismo, están tutelando al planeta y salvándolo de la destrucción apocalíptica inminente por la humanidad.

La Tierra ha tenido cuatro extinciones masivas globales y otras menores en las que han muerto hasta el 90% de las especies, como ocurrió con los dinosaurios que, vivieron en el planeta durante más de 100 millones de años y se extinguieron, “El dinosaurio nunca despertó para ver que estaba ahí”, corriendo la misma suerte millones de otras especies, porque así es la vida, nada ni nadie es para siempre, como no lo fue para nuestros ancestros ahora extintos o los neandertales.

Para la naturaleza, el universo o el planeta Tierra, los seres humanos somos lo mismo que las hormigas o conejos; significamos nada, únicamente somos una especie más, eso sí, arrogante y presuntuosa al imaginar que somos seres elegidos, una creación divina y los únicos que podemos salvar al planeta de su destrucción, cuando en realidad los únicos que pronto vamos a desaparecer, a extinguirnos, somos nosotros y la Tierra seguirá su existencia, con otros seres, otras especies y nuevos organismos adaptados por selección natural a las circunstancias ambientales del futuro.

Política y religiosamente es muy rentable asustar a la gente con apocalipsis, plagas, hambrunas o el fin del mundo, porque es en ese contexto donde se encumbran salvadores y redentores que vienen a evitar la catástrofe inminente, como hacen ahora los políticos intimidando a la mayoría sin cultura científica con un próximo e inminente fin del mundo, del agua u oxígeno, si no salvamos al planeta. Al final hagamos lo que hagamos, nos extinguiremos y la Tierra seguirá existiendo otros 4 mil millones de años. Y, como dijo Carl Sagan, al final de ese tiempo, en otro lugar del universo surgirá otra civilización que jamás nunca sabrá que alguna vez existió la Tierra y sus arrogantes habitantes humanos. Obviamente, tampoco se trata de ser destructivos, contaminantes y sucios debiendo cuidar y limpiar nuestro entorno y los demás, sabiendo que no salvamos al planeta, sino a nosotros mismos.

————————————  

Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.

CONTRAFUEGO || La otra Ucrania

0

Aurelio Ramos Méndez

Allá quien quiera tomarse en serio las lisonjas y galanteos de Donald Trump a la maravillosa presidenta Sheinbaum. O los encomios a la dizque modélica estrategia mexicana en materia de prevención de adicciones. Porque la más elemental prudencia recomienda máxima reserva frente a este orate peligroso e imprevisible, cuya única conjeturable pretensión consiste en la estupidez de convertir México en otra Ucrania.

A eso, reeditar en nuestro territorio la tragedia ucraniana, apunta –por desmesurado que parezca– la tipificación como terroristas por el chalado gringo de los cárteles de las drogas, entre el alborozo de colaboracionistas escépticos de la abrazoterapia.

Esa medida extraterritorial y abusiva entraña la aplicación de sanciones de diversa índole; pero en última instancia implica la invasión militar, so pretexto de combatir el narco, aunque en el fondo sea con claros fines expansionistas.

Las amenazas de Trump y sus compinches, de la “eliminación total” a las organizaciones criminales que propugna la fiscal Pam Bondi, a la locura de “vamos a desatar un infierno sobre los cárteles”, del asesor de Seguridad, Mike Waltz, hay indicios de que la cosa va en serio.

Cierto. El canciller Marco Rubio desechó la posibilidad de un ataque militar a México producto de la designación de los narcos como terroristas. Dijo que la prioridad consiste en darle información al gobierno mexicano acerca de las actividades de estos delincuentes.

Agregó que, eso sí, los cárteles serán perseguidos por la DEA, el FBI, ICE y DHS si cruzan la frontera, en territorio estadunidense. 

Lo dijo con la misma convicción de cuando opinó que en la lucha antidrogas la prioridad debe ser la coordinación con México, y horas después Trump se encargó de enmendarle la plana y ridiculizarlo…

En caso de invasión, estaría por verse cuál sería la reacción de las potencias que intentan disputarle la hegemonía global a los Estados Unidos, en especial China y Rusia. Posturas éstas que, en todo caso, configuraría un escenario idéntico al de Ucrania.

¡Idéntico, aunque ojalá sin el infeliz desenlace de la guerra en aquella nación báltica, cuyo territorio Trump y Putin se disponen a repartírselo como botín!

Ni en el cine ha tenido aquel devastado país peor destino. Cosa de recordar la premonitoria película norteamericana de acción Soldados de fortuna, filmada en 2012 en Ucrania.

En el filme, soldados de las Fuerzas Especiales gringas son contratados como mercenarios para proteger a una banda de cuatro archimillonarios inútiles –algo así como Trump y el núcleo más cercano de su gobierno– que, en busca de emociones, se incorporan a la guerra que libran sedicentes luchadores por la libertad en una nación controlada por un dictador.

En la realidad de los tiempos que corren, no se requiere perspicacia para comprender que a Estados Unidos ni de lejos le interesa combatir el narcotráfico, sino utilizarlo como pretexto intervencionista.

De otro modo, esta potencia ya hubiese atendido la recomendación de legalizar las drogas formulada desde hace más de medio siglo no por algún capo, un gobierno tercermundista o algún comunista comeniños, sino por su Nobel de Economía, padre de los Chicago Boys, referente del neoliberalismo y asesor de Reagan y de Margaret Tatcher, Milton Friedman.

La Presidenta Sheinbaum ha jugado bien las cartas de nuestro país. Ha demostrado firmeza hablándole a Trump de tú a tú; aplicado medidas equivalentes, iniciado leyes anticipatorias de invasiones, y elevado la eficiencia en el combate al narco mediante capturas de mafiosos, decomisos de cargamentos y destrucción de laboratorios.

Nada de todo esto vale frente a un desquiciado autoritario e impredictible, que ha reaccionado con requiebros, cumplidos y mentiras. Como esa de que asumirá como propia la estrategia preventiva de adicciones, en particular de fentanilo, mediante intensas campañas de información.

Debe saber bien el troglodita de la peluca anaranjada que tal estrategia ya fue ensayada en su país hace casi medio siglo, no solo sin éxito sino hasta con resultados contraproducentes.

Desde principios de los 80 la entonces primera dama Nancy Reagan emprendió, desde la cúspide del poder, con toda la potencia mediática de su país y abundancia de recursos, la campaña Di no a las drogas, la cual terminó en estruendoso fracaso.

Durante ocho años –los dos turnos al bate del exactor—la televisión, la radio y la prensa difundieron la machacona frase, con el resultado de que los yuppies y la plebada toda más bien entendieron Di ¡cómo no! a las drogas.

El consumo de substancias ilícitas procedentes no sólo de México y América Latina sino de todo el mundo se disparó a lo largo y ancho de Estados Unidos, hasta desembocar en la epidemia de opioides que ahora supuestamente preocupa al huésped de la Casa Blanca.

Por estas y otras muchas razones, nuestra Jefa de Estado debe acoger con cautela los halagos; tomarlos de quien vienen. Y corresponderle a quien ya es líder mundial de un movimiento neonazi con la enrevesada ambigüedad de Cantinflas: “pero si yo a ti ni te ignoro”.

BRASAS

Al ultraderechista argentino Javier Milei se le cayó la hoja de parra. Quedó exhibido como pésimo experto en criptomonedas, pero, sobre todo, como delincuentazo de alta escuela. 

Con un puñado de cómplices esperó el momento de su más alta credibilidad –al informarse de una drástica baja de la inflación, a 2.2 por ciento en enero—para promover, con garantía del Estado argentino, la adquisición de la criptomoneda #LIBRA, y cometer así la estafa del siglo.

Una transa semejante ya había maquinado en dos ocasiones –una siendo diputado y otra como capacitador en temas monetarios– este héroe de la ultraderecha para quien “el Estado es un criminal” y “la justicia social una aberración”.

Cayeron unos 44 mil apostadores –cinco mil, admite él lavándose las manos—, quienes perdieron grandes fortunas y a quienes ya les dijo que nada tiene qué reclamar el que va al casino y que quien juegan a la ruleta rusa y le toca la bala, pues… mala tarde.

¡El presidente de una nación en funciones de casinero-estafador, maquinando una megabolseada, en abierto conflicto de intereses!

Milei quiere verles cara de pendejos –en la acepción mexicana, no en la argentina de inocentes niñitos– a sus compatriotas.

Se reconoce apenas un bobalicón que no promocionó sino sólo difundió (sic) el cochupo. Responsable únicamente de culiprontismo, al haber perifoneado el fraude sin estar bien enterado en qué consistía. ¡Pamplinas!

Que no se dejen engañar los gauchos. La estafa fue bien maquinada. Milei encabeza una camarilla de delincuentes a quienes se debe echar cuanto antes de la Casa Rosada.

****

Tan tóxico es Donal Trump que ya envenenó hasta el ámbito deportivo, aunque tranquiliza el que cada vez son más quienes le han perdido el miedo. 

El jueves se jugó en Boston la final del torneo 4 Naciones –Suecia, Finlandia, Canadá y EU–, de hockey sobre hielo, con victoria del equipo canadiense sobre el estadunidense. Lo cual le permitió al primer ministro Justin Trudeau, callar a Trump como poniéndole un esparadrapo en la boca.

“No puedes arrebatarnos ni nuestro país ni nuestro deporte”, le dijo por X, traduciendo el sentir de la abrumadora mayoría de sus paisanos. El gringo no ripostó sino que guardó silencio humillado.

Había visto en el cotejo deportivo una oportunidad más para ningunear a Trdeau y ofender a todos los canadienses. Antes del juego, llamó por teléfono a los jugadores gringos para animarlos.

Les pidió ganarle a Canadá, país este que “con impuestos mucho menores y mayor seguridad, algún día, quizá pronto, se convertirá en nuestro querido y muy importante 51 estado”.

No contaba con la superioridad de Canadá. Ni con la gallardía de un aficionado que, a las puertas del estadio, mostró una pancarta en la que le daba la bienvenida a EU, “la provincia 11” del país de la hoja de maple.

Menos aun contaba con que la artista quebequense encargada de cantar el himno de Canadá, Chantal Kreviazuk, cambiaría la letra del canto poniendo énfasis en los pasajes en que se exalta la libertad y la autodeterminación nacional.

El despreciable presidente gringo, que horas antes había invitado “al gobernador Trudeau” a ver juntos el partido, después de la derrota y el puyazo del canadiense se refugió en un ensimismamiento de perro asustado.

RESCOLDOS

Son prodigiosas las antenas de Joaquín López Dóriga para captar la realidad. La sucesión 2030 está lejísimos, pero el teacher sin tacha –o sea, en abstinencia y sin con qué– ya percibió que Andy, el hijo de AMLO, buscará la presidencia dentro de cinco años. El nene –según este liderazo de opinión– replanteó sus expectativas, pues el Peje imaginaba a su hijo “gobernador de Tabasco, jefe de gobierno de Ciudad de México y presidente de la República sucesivamente”. Sucesor de Javier May en 2030, gobernante de la CDMX en 2036 y en la silla del águila en 2042. ¡Y hay bobos y patiños que creen y relanzan semejantes chaladuras!

Triste pero revelador striptease ideológico ejecutó el actor Eduardo Verástegui haciendo el saludo nazi en la Conferencia de Acción Política Conservadora, en Washington. Atrevido desfiguro en busca de ser tolerado en el exclusivo club de otros neonazis trumpistas, como Elon Musk y Steve Bannon. ¡Habrán registrado el desplante los consejeros del INE que deberán otorgar registros de nuevos partidos? Ojo con el histrión y otros habituales del aquelarre de ultraderechistas, entre estos Felipe Calderón, heredero del ideario pronazi del cofundador del PAN, Luis Calderón Vega…

aurelio.contrafuego@gmail.com

——————————————–

Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.

Eres del lugar donde recoges la basura

0

Antonio Gutiérrez Victoria

En el marco del Bicentenario de la Primera Constitución Política de Oaxaca y los esfuerzos por dar forma a una nueva, surge una pregunta que puede parecer inusual, pero que remite a la vida cotidiana de la ciudadanía, sobre todo en las ciudades: ¿es posible hablar de participación ciudadana y residuos sólidos urbanos al mismo tiempo?

La respuesta, por obvia, remite a una cadena de certezas simples que bien pueden enmarcarse en el catálogo de universales culturales: no todas las personas poseen un automóvil, pero todas, sin excepción, generamos residuos. Parafraseando a la ensayista mexicana Laura Sofía Rivero, los desechos humanos tienen una cualidad “inquietantemente bella” que nos hermana, es una experiencia compartida por toda la humanidad y, sin embargo, pocas veces hablamos de ese fenómeno como parte de un proceso cultural en que vamos de la mano. 

El escritor Juan Villoro lo expresó con claridad en una letanía: “Eres del lugar donde recoges la basura”. En otras palabras, nuestra identidad también se define por la responsabilidad que asumimos frente a aquello que, en apariencia, ya no sirve.  

En Oaxaca, durante años, la gestión de los residuos sólidos urbanos se limitó a trasladarlos y ocultarlos en otro sitio, considerándolos un problema menor, meramente estético. Sin embargo, esa lógica cambió abruptamente tras el cierre del basurero de Zaachila, un hecho que provocó una crisis sanitaria, un alto nivel de contaminación y gastos excesivos. A partir de entonces, nos enfrentamos a la urgente necesidad de replantear la forma en que gestionamos nuestros propios residuos.

Si decimos ser de la ciudad de Oaxaca o de cualquier otra ciudad, nuestra responsabilidad debería trascender el simple hecho de esperar el camión de la basura por las mañanas en las esquinas de nuestras calles; pues existen múltiples campos de acción y oportunidades para ejercer la ciudadanía y resolver problemas cotidianos que a todas y todos nos atañen; como el caso de la basura.

Lo primero sería un cambio de enfoque: 

Actualmente, el artículo 113, fracción III, inciso c de la Constitución Local, menciona los residuos, por primera y última vez, únicamente para asignar su gestión a los municipios, pero esta visión limitada ha demostrado ser ineficaz.

¿Y si la forma de ver el problema es parte del problema?

Al acotar el problema de los residuos a los municipios abrimos la puerta para que se perpetúen los pactos del pasado en los que un solo municipio se encargaba de la basura de más de 20 municipios. 

Ya vimos cómo terminó el basurero de Zaachila 

Por ello propongo que en el marco del Bicentenario de la Primera Constitución Política de Oaxaca se haga una adecuación constitucional para que se tome en cuenta y se refleje el hecho de que el problema de la disposición final de residuos sólidos urbanos rebasa la capacidad de los municipios y por lo tanto debe ser una preocupación regional. 

Poner el problema de la basura en su justa dimensión topográfica, abriría el campo de juego para que más actores se involucren y ¿por qué no? se generen mecanismos de participación, de vigilancia ciudadana y comunitaria. 

Así, por ejemplo, un nuevo enfoque sobre el nuevo Centro Integral de Revalorización de Residuos Sólidos Urbanos (CIRRSU) que hoy se construye en San Pedro Totolápam, llevaría necesariamente a una amplia participación ciudadana a la hora de abordar el derecho a la consulta de la población indígena; igualmente podría suceder en materia de estudios de impacto ambiental y vigilancia de las obras, ahí o en cualquier otra parte. 

Es posible hablar de participación ciudadana y residuos sólidos urbanos, pero solo avanzaremos si todos accedemos a la misma información, si hay transparencia y si asumimos el problema desde una visión regional, colaborativa y responsable.

Este esbozo de propuesta fue presentado el 11 de febrero en el Primer Encuentro Temático: “Democracia y Ciudadanía”, realizado en la Benemérita Universidad de Oaxaca (BUO). 

El evento se llevó a cabo en el marco del Bicentenario de la Primera Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, una conmemoración que, además de recordar nuestra historia, abre la puerta a nuevas propuestas para la construcción de la Nueva Constitución de Oaxaca.

—————————————–

Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.

Extorsión vial o vil

Carlos R. Aguilar Jiménez

Extorsión es coacción o una forma de chantaje que, por medio de amenazas, intimidación o sanciones, individuos, mafia, crimen organizado o institución, con cualquier argumento, legal, ilegal inmoral o institucional obligan y condicionan a otros para que paguen o hagan lo que quieran. Cuando se trata de delincuentes no hay argumento alguno, únicamente la advertencia de pagar o ser asesinado o incendiado el negocio; cuando se trata del gobierno, basta con que sus diputados o cabildo decidan lo que quieren para obtener más dinero y, por decreto obligar a la población a pagar y, si bien no hay amenaza de muerte o fusilamiento, si hay de prisión, multas, corralón o embargo de bienes, como hará a partir de este año la Secretaria de Movilidad de Oaxaca (Semovi), al obligar a los automovilistas a pagar y llevar su vehículo a verificar el estado del motor.

Si según parámetros de Semovi, que solo ellos y dueños de verificentros establecen a su modo, sin inspección de organismos externos e independientes del gobierno, si su auto emite humo, no pasará la prueba y deberá afinar o tirar el coche, o, llevarlo antes al mecánico para que ajuste al mínimo la potencia del motor y así pase la prueba (luego lo regresa a como estaba) o, mediante soborno arreglarse con el encargado, porque México es casi campeón mundial de corrupción 2025.

Todo el tiempo suceden fenómenos naturales cíclicos y aleatorios, además de circunstancias políticas, sociales o culturales que se presentan espontánea o anticipadamente, siempre por causa y efecto, existiendo explicaciones científicas de terremotos, huracanes, eclipses o glaciaciones y calentones globales, existiendo también explicaciones políticas o ideológicas, que no son otra cosa que argumentos falsos que a fuerza de repetir una y millones de veces en medios, hacen creer a gente sin cultura científica, que el mundo se esta calentado, se acabará el agua, el oxígeno y que el maíz transgénico genera cáncer y los frijoles negros hacen a la gente morena.

Utilizar argumentos ecologistas, fundamentalistas verdes o ambientalistas para tratar de justificar la extorsión vial de verificación, es una ardid político, que con una base seudo ecológica y tendencia ambientalista, ante el imperativo costo-beneficio, si bien engorda las arcas del gobierno y bolsillos de políticos y funcionarios, lo cierto es que los dueños de coches se ven humillados por su soberbia, como ante las inútiles ciclovías, donde pasa uno o dos ciclistas por hora, mientras miles de coches en hilera circulan a vuelta de rueda en un solo carril, emitiendo humo en exceso por lentitud y obligados a verificar por extorsión vial, mientras los vientos alisios soplan permanentes sobre el estado de Oaxaca limpiando el aire constantemente, como limpiará Semovi los bolsillos de automovilistas con su extorsión vial o vil, creyendo que salvarán un planeta que tiene cuatro mil 600 millones de años y aún le quedan de vida otros cinco mil millones de edad.       

—————————————–

Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.

AL MARGEN || Gobiernos locales: el (des)control del poder

0

Adrián Ortiz Romero Cuevas

Hace poco más de doce años, cuando el PRI recuperó la titularidad del Poder Ejecutivo Federal, el entonces presidente Enrique Peña Nieto afirmaba que, junto con él, había toda una nueva generación de “jóvenes priistas” que marcarían un cambio en la historia del país. Al término de su sexenio, los gobernantes de seis entidades federativas —cinco de ellos emanados del PRI, y uno del PAN— habían sido ya procesados judicialmente y se encontraban en prisión. Eso, que se dijo que era algo así como una “generación perdida”, ahora parece estarse replicando en los tiempos de Morena. Debe quedar claro que no son los partidos, sino las personas —y quizá el propio régimen constitucional de las entidades federativas—, lo que sigue generando este descontrol del poder independientemente del cambio en el partido gobernante.

En efecto, hoy que estamos frente a la segunda administración federal emanada de Morena, existen ya en los haberes los cuestionados desempeños de gobernadores como Cuitláhuac García en Veracruz; Cuauhtémoc Blanco en Morelos; o más recientemente el cuestionadísimo gobernador de Sinaloa Rubén Rocha Moya. Todos ellos por sus problemas en la gestión de sus administraciones; la opacidad en el manejo de los recursos y, acaso, también sus peligrosas relaciones con la delincuencia organizada y otros factores criminales que hoy tienen asoladas a diversas regiones del país.

En su tiempo, algo muy similar fue lo que pasó con los priistas Javier Duarte de Ochoa, también en Veracruz, Roberto Borge Angulo de Quintana Roo; César Duarte de Chihuahua; Andrés Granier de Tabasco; Jesús Reyna García de Michoacán. Y el panista Guillermo Padrés de Sonora. ¿El común denominador? Todos procesados o por vínculos con criminales, desvío de recursos, ejercicio ilícito de la función pública y demás delitos relacionados con las arcas que y las responsabilidades que los electores les confirieron a través de las urnas. Los seis, terminaron en prisión la administración federal del presidente Peña Nieto, y algunos de ellos aún continúan recluidos en algún centro penitenciario.

Hoy, doce años después de la revelación de aquella funesta “nueva generación” de políticos, parece seguir los mismos pasos que ellos, sólo que aún soportados por la convicción morenista de no aceptar que los postulados dictados por el presidente Andrés Manuel López Obrador —no mentir, no robar, no traicionar al pueblo— no son infalibles entre algunos de sus correligionarios que llegaron al poder gracias a la aceptación popular del ahora ex Mandatario federal.

¿La culpa es del presidente López Obrador, de sus postulados, e incluso del ejemplo con el que siempre pretendió predicar? Parece que no. El problema, como siempre, son las personas: no todos —ni antes ni ahora— tienen el mismo nivel de convicción que el de sus líderes políticos; no todos son ajenos a las tentaciones del poder; y no todos ellos llegaron a sus cargos aparentando coincidir con los postulados del movimiento político que los impulsó, pero escondiendo bajo el saco algunos de los intereses aviesos que también los impulsaron a llegar hasta esos niveles del poder público.

Hasta ahora, la resistencia a perseguir y castigar esas actuaciones indebidas parece estar más fundada en no permitir que el reconocimiento de algún escándalo o de algún acto de corrupción abolle al movimiento, que el hecho mismo de hacer cumplir la ley, sea quien sea el autor del acto ilícito.

Quizá sea el momento también de revisar a fondo el régimen constitucional de las entidades federativas. Es uno de los pocos elementos de la estructura estadual que no ha cambiado, a pesar de todos los cambios y transformaciones que ha sufrido el país en los últimos cinco lustros. Quizá podría ser un acto justo mínimo de contrición, frente a la recurrencia de los abusos por parte de las entidades federativas.

@ortizromeroc

@columnaalmargen

Nos leemos en http://columnaalmargen.mx

CONTRAFUEGO || ¡Que se vayan!

0

Aurelio Ramos Méndez

La presidenta Sheinbaum debería no sólo rechazar los chantajes y amenazas de empresas globales relativos a la supuesta inevitabilidad de abandonar nuestro país, de concretarse los arancelazos de Donald Trump. Debería plantearles el desafío de que, en lo sucesivo, la operación en nuestros lares será a otro precio.

Puesto de otro modo, debería imponerles el cabal cumplimiento de la normatividad nacional en todos los órdenes, así ello implique aumento de sus costos de operación en el peor momento, dadas las baladronadas trumpianas.

El presidente de la japonesa Nissan, Makoto Uchida, dijo –sin anclaje en la realidad– que en esta empresa ya se estudia la posibilidad de abandonar México, tal como también lo anticipó General Motors, si Trump cumple su amenaza de aranceles a bienes mexicanos.

En ningún caso los números actuales ni los proyectados por analistas, en la hipótesis de arancelazo, justifican el traslado de esas compañías a otros pagos. 

Menos pretexto implica para la firma nipona, que sin embargo aprovecha la coyuntura para explicar la aguda crisis financiera que atraviesa a escala mundial.

Desde lejos puede verse que estamos ante presiones en busca de beneficios operativos.

Para nadie es secreto que ante la crisis los directivos de este gigante automotriz han recurrido incluso a la bajeza hallar explicaciones en las políticas de inclusión y equidad de género.

En términos llanos, de responsabilizar de los números rojos a las mujeres, al mando en varias de las más importantes áreas de esa empresa.

A partir de 2008 Nissan se decantó por políticas inclusivas, en especial a favor de la población femenina, al punto de que en diecisiete años fue duplicado el porcentaje de mujeres entre sus gerentes a escala mundial. 

De manera que a este núcleo empresarial –las mujeres–, a su supuesta incompetencia, se busca achacarle las dificultades de la firma.

En el caso de Nissan México, las amenazas de retiro del país impactan con rudeza el gobierno presidido por primera vez en la historia por una mujer, lo que de algún modo exhibe la pretendida, patrañuda política a favor de la equidad de género.

Accionó bien la Presidenta al hacerles ver, en una mañanera, a los directivos de Nissan, que nuestro país no es una pista de carritos chocones en la que los inversionistas hacen lo que quieren, sino que los compromisos institucionales, personales y empresariales se honran.

Les recordó que ella, en campaña, visitó en Aguascalientes una de las plantas más importantes de esa compañía, cuyos directivos se hicieron lenguas sobre su apoyo a la economía mexicana.

Le explicaron entonces que la mayor parte de la producción de esa planta se destina no a la exportación sino al mercado interno. 

Y que está en proceso la fabricación allí de un vehículo híbrido –80 por ciento eléctrico, 20 de combustión interna—destinado también al mercado mexicano.

¿Tiene razones para emigrar o exigir ventajas mediante chantajes una compañía en tales condiciones? 

¿Podría ser desmantelada, de la noche a la mañana, como si se tratara de una feria de pueblerina, una planta automotriz que requiere años de planeación, instalación y operación a todo vapor?

No hay duda de que estamos ante presiones empresariales muy a tono con los moditos puestos de moda por el abominable Trump. 

Diestra en el arte de rasguear la bordona, la Presidenta debería pulsar la vihuela regalo de su pareja Jesús María Torriba y cantarles a los chantajistas aquella de “porque estás que te vas, y te vas y te vas, ¡y no te has ido!”.

El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, ya desdeñó con toda razón las advertencias de huida de transnacionales como Nissan y General Motors.

“Nadie se va a ir de México, porque las plantas más productivas las tienen aquí”, y porque su traslado “sería muy caro”, consideró este funcionario, sabedor de las ventajas comparativas de México y las triquiñuelas empresariales para pescar en río revuelto.

Tiene razón Ebrard. Ni los más afanosos propaladores del terrorismo de Estado del gringo bravucón se tragan el cuento de que alguna compañía global abandonará México por eventuales arancelazos. 

México es la decimocuarta economía del mundo, un mercado de 130 millones de personas, está a tiro de piedra de los Estados Unidos y tristemente tiene los costos laborales más bajos del orbe. 

¡Ni en sueños alguien puede creer que hablan en serio los pocos directivos de transnacionales cuando advierten que podrían decirle adiós a nuestro país!

Un socorrido ejemplo, que suele ser aportado cuando del arraigo de las inversiones se habla, es lo que ha sucedido en países aun con mayor ingreso per cápita, pero menor población que el muestro.

En Canadá, la provincia francófona de Quebec, demostró que en materia de negocios las ganancias mandan.

En la Carta de la Lengua Francesa, cuya finalidad consiste en hacer respetar la lengua nacional, les fue impuesta a las empresas extranjeras la obligación de usar de modo inexcusable el francés en la totalidad de sus operaciones.

Este idioma se tornó obligatorio desde la comunicación oral en los centros de trabajo y en el nombre de la empresa y los documentos oficiales, hasta en la publicidad, avisos, materiales impresos y toda suerte de mensajes públicos o privados. “Los consumidores de bienes o servicios tienen derecho a ser informados y atendidos en francés”, señala la Carta.

Las más poderosas compañías amenazaron con abandonar aquella provincia; pero, al final, debieron acatar las disposiciones gubernamentales. 

Desde McDonalds y Kentucky Fried Chiken hasta Starbucks Coffee y otras firmas tuvieron que traducir al francés sus nombres, menús, envases, embalajes y mensajes en general. 

Ni una sola firma salió de aquella nación de tan sólo ocho millones de habitantes. ¿Dejarán el mercado mexicano de 130 millones de consumidores?

Otro ejemplo elocuente ocurrió en Colombia, en los años del más intenso narcoterrorismo, cuando ni las balas, los secuestros de ejecutivos o los carros-bomba causaron la salida de empresa alguna. 

“El país va mal, pero la economía va bien”, fue la expresión acuñada en el mundo de los negocios para dar a entender que las empresas estaban firmes en la defensa de su mercado en aquella nación de 50 millones de habitantes.

Que no cunda el pánico. Ni los aranceles ni la rigurosa observancia de la normatividad nacional causarán la salida de empresa alguna. Y bien haría Sheinbaum en cantarle a Nissan aquello de “¡pues agarra tu rumbo y vete!”.

BRASAS

Es cierto. Los que aplaudieron la llegada de Trump al poder, porque “no se manda solo” y Estados Unidos no es México, sino que allá sí –insinuaban sin sutilezas– todo funciona a la perfección, ahora fingen espanto con el filonazi.

Fingen, porque en el fondo simpatizan y respaldan su autoritarismo y hasta invocan el intervencionismo de su gobierno en nuestro país.

Con mal disimulado alborozo por el retorno del jefe del nazi Elon Musk a la Casa Blanca, justificaban su entusiasmo con la ilusión de que el despreciable Trump tendría límites y contrapesos. 

Que no gobernaría un país aplastado por el autoritarismo, donde sólo vale la voluntad del Ejecutivo, sino uno con división de poderes, Estado de Derecho, prensa libre, establishment militar consolidado y una sociedad activa.

Respaldaron la estigmatización por el demente del Despacho Oval a los migrantes –la totalidad de ellos– como delincuentes. 

Apoyaron la deportación de millones, con sustento en la miserable interpretación de que el voto, en la potencia sí pero en México no implica aval a un programa de gobierno. Deportar, allá, es “un mandato de las urnas y una exigencia de legalidad”.

O Trump –se preguntaron arrodillados–¿no debe expulsar a los pandilleros que están de manera ilegal y forma bandas de asaltantes?

A decir de estos adoradores del presidente-delincuente, el terrorismo de Estado –eso y no otra cosa es la inhumana persecución a migrantes— no resulta grave, porque allá hay manera de defenderse de los abusos…

Los abogados –dijeron– no tienen que pasarse al partido del presidente para ganar un juicio. Y en el capitolio no todos los legisladores son borregos.

Estos antimexicanos adoradores del gringo desquiciado están ahora alarmados porque éste ha roto Occidente. Y porque va camino de la destrucción de las instituciones democráticas y de convertir a EU en el país más odiado del mundo.

Lo que más los perturba, sin embargo, es que las amenazas y el maltrato de Trump a México ha propiciado la cohesión ciudadana y disparado la aceptación de la Presidenta Sheinbaum.

Lo cual –afirman ya sin recato– le permitirá a la Jefa del Estado acelerar el desmantelamiento de las instituciones democráticas y consolidar el régimen populista autoritario.

¡Triste manera de blandir el petate del muerto!

RESCOLDOS

La Corte aprobó la imposición de una multa a Grupo Elektra, del contumaz evasor de impuestos Ricardo Salinas Pliego. ¿La causa? El haber interpuesto ¡39 recursos de impugnación”; o, mejor dicho, de dilación, cuya finalidad es tratar de evitar el pago de impuestos por ¡35 mil millones de pesos! ¿No ha sido ya demasiada la tolerancia judicial con este sinvergüenza que boga con bandera de empresario?

Abrumar y aun asfixiar a instancias judiciales con un alud de impugnaciones sigue siendo, por cierto, la estrategia de la oposición a la 4T. Le resultó funcional para entorpecer las obras emblemáticas del anterior gobierno y la aplica ahora para intentar atajar la elección de jueces, magistrados y ministros. Ya suman 19 las quejas presentadas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Como si la razón jurídica dependiese de la masificación de las demandas de tutela… 

aurelio.contrafuego@gmail.com

———————————————

Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.

AL MARGEN || Oaxaca: los retos de la gestión de la interculturalidad

0

Adrián Ortiz Romero Cuevas

Uno de los retos más importantes que enfrentarán los gobiernos actuales y futuros en nuestra entidad, es conseguir una gestión efectiva de la interculturalidad y de la pluriculturalidad étnica, que logre pasar del discurso a los hechos. Ambos, son términos que se aplican generalmente en un contexto aspiracional, políticamente correcto —y hasta romantizado— del discurso institucional, pero que para su potencial materialización necesitan mucho más que retórica y buenas intenciones en cuanto a las relaciones entre los poderes públicos y el llamado “cuarto nivel de gobierno indígena” en Oaxaca, y en México.

En efecto, de inicio vale la pena entender a qué se refiere cada uno de esos conceptos. En términos muy simples, la interculturalidad hace referencia a la interacción entre diferentes culturas, donde ninguna se considera superior a otra. Implica un diálogo respetuoso y un intercambio mutuo de conocimientos, valores y tradiciones. Ahora bien, el concepto de pluriculturalidad hace referencia al proceso de construcción de relaciones equitativas entre culturas, basado en el reconocimiento de la diversidad y la promoción de la igualdad de oportunidades. Implica una transformación de las estructuras sociales y las relaciones de poder que históricamente han marginado a las culturas indígenas.

Los retos, en esa materia, no son menores: de inicio, es necesario plasmar correcta y suficientemente dichos conceptos en el texto constitucional local, para que desde ahí pueda haber un despliegue institucional correcto de todo lo que se podría necesitar tanto para adecuar integralmente la legislación estatal a esa visión, como para implementar políticas y acciones efectivas tendientes a generar esta sinergia que hoy parece existir, aunque en los hechos produce fricciones constantes en la relación de los tres ámbitos de gobierno —federal, estatal, municipal— con el ámbito de gobierno indígena que está en francas vías de reconocimiento como una forma alternativa de organización política, social, económica y demás, a las planteadas por la Constitución de la República (en los artículos 2 y 115) para los municipios en el país.

Ese es un primer reto, que luego se topa con las distintas visiones del desarrollo existentes en un marco de pluriculturalidad. ¿Cómo armonizar la visión del desarrollo de las culturas occidentalizadas con respecto a lo que aspiran o esperan los pueblos indígenas respecto a sus tierras, aguas, comunidades o personas integrantes? Ese ha sido uno de los retos más profundos que presenta Oaxaca: hacer coincidir, por ejemplo, los beneficios de un megaproyecto industrial —llámese un canal interoceánico, infraestructura eólica, represa de aguas o la explotación de recursos naturales como en bosques, subsuelo o minas, entre otros— con lo que una comunidad originaria desea como destino para su entorno.

Nadie —se supone— debería pasar por encima de nadie en el establecimiento o la convivencia entre las visiones del desarrollo. Justo a eso se refiere el concepto de la interculturalidad: todos y todas valen lo mismo, y todas las visiones del desarrollo y los conceptos del mundo tienen la misma valía. Ahí, pues, tendrán que radicar las concepciones del ejercicio de la política, las relaciones de poder y las exigencias entre ámbitos de gobierno.

Quién sabe si, más allá del discurso, en las instancias encargadas de la gestión de la gobernabilidad en los ámbitos estatal y federal, están claros de ello, y de los enormes retos que ello implica para Oaxaca en los siguientes lustros.

Lo importante, insistimos, radica en poder pasar sustantivamente del discurso a los hechos. Veremos.

@ortizromeroc

@columnaalmargen

Nos leemos en http://columnaalmargen.mx

Observando el universo

Carlos R. Aguilar Jiménez

Fue un 10 de febrero de 1973, cuando el H. Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez, gracias a la donación de su Ciudad Hermana, Palo Alto. California, EE. UU., inauguró festivamente el Observatorio Astronómico Municipal, la sede casi consagrada donde se mira hacia arriba, a lo alto y observan los astros continuando con el legado de nuestros ancestros sacerdotes- astrólogos constructores de Monte Alban, y en este 2025, como dice el Libro de los Coloquios conservado en el Vaticano: “…Los que ven, los que se dedican a observar el curso y el proceder ordenado del Cielo, como se divide la noche. Los que están mirando…Quienes ordenan como cae un año, como siguen su camino la cuenta de los destinos y los días y cada una de las veintenas (meses) De esto se ocupan a ellos les toca hablar con los dioses” tal y como seguimos haciendo los oaxaqueños de hoy.

Y si bien no hablamos con los dioses prehispánicos ni griegos, si dialogamos con los dioses-planetas romanos: Marte, Júpiter, Venus, Saturno, Mercurio, Urano y todos los astros del cielo de Oaxaca, recibiendo desde hace más de medio siglo, millones de visitantes espontáneos, grupos escolares, colectivos, académicos, científicos, artistas, muchos niños pero, más niñas, y a todos los interesados en el cosmos con sensibilidad y capacidad de asombro y que, observando a través de telescopios, con apuntadores laser o escuchando conferencias y explicaciones, se emocionan con los detalles cósmicos y en especial la observación directa de la Luna, que ahora pueden fotografiar con un teléfono celular o simplemente emocionarse con su contemplación o la de la ciudad a sus pies..

Han sido 52 años de actividades astronómicas armonizadas con exposiciones artísticas, fotográficas, conciertos musicales, Noches de Estrellas, Aventura Interestelar, Lunadas Poéticas, eclipses lunares y solares, cometas, lluvias de estrellas, “alineaciones” presentación de libros, miles de programas radiofónicos de divulgación, congresos astronómicos y la presencia de personajes al Observatorio, como el Dr. Arcadio Poveda, Julieta Fierro, Miguel A. Herrera, Elena Poniatowska, Alfredo Harp, Isabel Grañén Porrúa, Arquímedes Caballero y José de la Herrán, entre muchos otros, además artistas como Rufino Tamayo, Raúl Herrera y en astrofotografía: Rosalba Bustamante o Gabo Santos León, cuyas fotografías se exhiben en las instalaciones astronómicas de Oaxaca que ayer fue su cumpleaños y  que han inspirado a cientos de miles a mirar hacia arriba.

Ayer 10, fue el cumpleaños quincuagésimo segundo del Observatorio Astronómico Municipal, que por cuestiones de logística, se celebrará festivamente el 22 de febrero, impartiéndose conferencias y entregando el H. Ayuntamiento a través de la Secretaría de Cultura, Educación y Fomento a la Lectura, como cada año, en enlace con el “Dia Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia”, el galardón municipal: “Mujer y niña creadora de ciencias 2025”, con la expectativa de continuar con el noble trabajo de facilitar a los oaxaqueños del municipio de Oaxaca de Juárez y visitantes, el privilegio de estar a la mira en un observatorio público y gratuito, las maravillas del cielo de Oaxaca.  

———————— 

Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.

Congreso – casino

Carlos R. Aguilar Jiménez

Si para mal durante toda la historia de México, poco más de 200 años, la idiosincrasia, condición psicológica-social o ethos de los mexicanos, incluye en exceso la corrupción, transas,  subterfugios, mordidas, ahí se va, al ratito y muchas otras formas de comportamiento que serían inaceptables para alguien educado, civilizado y humanizado, lo cierto es que el máximo de corrupción, temor, miedo y desconfianza, lo ha tenido el Poder Judicial, desde sus policías judiciales, ministerios públicos, fiscales, juzgados civiles, penales y de todos los que ahí trabajan, porque cualquiera que tenga la desgracia de tener que solucionar un asunto judicial, incluye trato inhumano a víctimas, debiéndose tener influencias o dinero para que un litigio se solucione como ocurre con asuntos testamentarios que tardan décadas en solucionarse o demandas por derechos legales o civiles.

Por el pretexto o argumento que haya sido, desde venganza del ex presidente porque el Poder Judicial, la Corte y el Tribunal Supremo, estorbó sus caprichos, lo cierto es que si para mal de los ciudadanos su funcionamiento era protervo, al menos lo manejaban y administraban profesionales, expertos, abogados, juristas, quienes como jueces, ministros, fiscales, enjuiciadoras o magistrados, tienen un perfil académico que se exigía para posicionarse en puestos de mayor importancia, influencia, ingresos y poder, sin que nunca les haya importado la gente, (como no le importa a ningún político) no obstante se guardaban las formas y simulaban juicio y conocimiento (la apariencia lo es todo) derivado de cierta idoneidad, talento y competencia, que ahora será sustituida por decisiones de juego y azar: Tin Marín de do Pingue, cubilete, bingo o ruleta. Convirtieron en Casino el recinto legislativo usando una tómbola, rifa o lotería, que como todo juego de azar será la forma de otorgar cargos en el poder judicial, al estilo de los casinos de las Vegas.

Ya no se necesita perfil académico de excelencia, doctorados, posdoctorados o doctorados de Estado, ni excelencia en el desempeño o trayectoria profesional, porque es suficiente una carta de recomendación del vecino, lealtad al gobierno y ser servil y obediente al régimen, porque además nunca podrán legitimarse por elección porque será otro juego de azar, al no saber los electores el perfil, personalidad, calidad, idoneidad o aptitud para el puesto, al ser miles los que habrá que “elegir” siendo el resultado de esta elección la “legitimación” de un Poder Judicial a modo, de conveniencia al régimen, emanado del azar y el juego propio de casinos o clubs de esparcimiento donde la suerte de una lotería o tómbola con pelotitas, serán las que determinen la “justicia “que debiera condicionar la equidad y respeto a la ley y, no el azar, circunstancias aleatorias e ideologías populistas.

———————————————————

Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.

Gobiernos oaxaqueños,  funcionarios y legisladores federales, ¿pachucos de la posverdad?

0

Renato Galicia Miguel

Veo en redes sociales que el presidente de la Cámara de Senadores, Gerardo Fernández Noroña, dice que los zapes que le dieron a  Rodolfo Fofo Márquez  los custodios del penal de Barrientos fue un asunto armado, un montaje. 

Y uno piensa, pues en este país de la posverdad, la simulación, las acciones a modo,  ¿qué no está armado?

 Vámonos a dos ejemplos de Oaxaca en los que se mezclan dos gobiernos, uno priista, el de 2016 a 2022 de Alejandro Murat Hinojosa—aunque hoy ande disfrazado de senador plurinominal por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena)— y el otro del gobernador 4T Salomón Jara Cruz que inició en 2022. Me refiero a los casos de la saxofonista mixteca María Elena Ríos y la activista ayuujk Sandra Domínguez. 

Aclaro que mi postura no tiene que ver con ideología ni muchos menos con los partidos políticos. Mi formación es marxista, de izquierda, ciertamente progresista. Es más, generacionalmente soy coterráneo de la presidenta Claudia Sheinbaum, como ella, estudié la prepa en el CCH Sur de la UNAM  e igual participé en el movimiento de 1986 de esa Casa de Estudios, el del Consejo Estudiantil Universitario (CEU): me tocó, por ejemplo, nada más para que se den un quemón, la marcha histórica que partió del Casco de Santo Tomás  cuando la Maldita Vecindad recorría los contingentes, a la altura de San Cosme, tocando sobre un camión de redilas y alguien pintó sobre la plancha del zócalo la consigna aquella que estremecía: “El zócalo nos esperó 18 años”, pues desde el 68 ninguna manifestación estudiantil había llegado hasta ahí.

Aún más, puede decirse que me rozaba con la futura presidenta mexicana, pues la veía seguido en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales  porque, supongo, iba a ver a Carlos Imaz Gispert, quien después sería su pareja sentimental, en tiempos en que este político hoy caído en desgracia era uno de los tres dirigentes históricos del CEU, junto con Imanol Ordorika y Antonio Santos.

No, no es cuestión de ideología ni de partidos políticos. Tampoco se trata de entrarle al juego de los mercenarios de la información que le hacen el trabajo sucio a la derecha y ultraderecha mexicanas atacando como si estuvieran drogados a la presidenta Sheinbaum porque pasa la mosca.

Es un asunto más bien superficial —lo cual no es menor, porque superficial es mi piel y a través de ella siento, diría el máster Froylán López Narváez—, pero con mucho punch. Me refiero al tema de la suspicacia de los mexicanos cuando notamos  un tufo de tranza, movida, podredumbre, en ciertos sucesos, procesos, acontecimientos.

Porque a mí sí que me ha generado suspicacia que el caso de María Elena Ríos —esta mujer que sufrió una tentativa de feminicidio al serle vertido en su cara y cuerpo ácido sulfúrico presuntamente por orden del todopoderoso empresario gasolinero y político priista Juan Vera Carrizal —  parezca telenovela de Ernesto Alonso por el drama, la atmósfera que se le ha armado. He seguido el caso desde que inició, en el año 2019, durante el sexenio de Alejandro Murat, cuando tanto le costó a la mixteca que aquel hombre de poder  fuera puesto en prisión y no lo liberara definitivamente —porque ya había sido puesto en libertad, no lo olvidemos—uno de esos jueces tranzas que abundan en nuestro México lindo y querido.

He visto su calvario para que aquél sea sentenciado como merece —es decir, con una pena mucho mayor que la del Fofo Márquez, si la justicia es congruente— y el más reciente asombroso proceso por el que Vera Carrizal fue excarcelado de manera subrepticia para que recibiera atención médica en, primero, el hospital Reforma y, después, la clínica Santa Anita de la ciudad de Oaxaca, y que incluyó la “casualidad” de que ahí llegara una dama con la cual se armó la madriza, y luego, hace unos días, sumó el rumor del fallecimiento del también exdiputado priista que terminó sólo  en un susto, aunque sí está grave, según supuesto comunicado de sus familiares publicado por medios locales.

Igual me ha pasado con el caso de la desaparición de Sandra Domínguez y su pareja, Alexander Hernández,  pues no hay que olvidar que el gobierno oaxaqueño de Salomón Jara Cruz de inmediato menospreció la línea de investigación que involucraba a Donato Vargas, su coordinador de Delegados de Paz, ya que éste había sido denunciado por la activista por su participación en un chat porno sobre mujeres ayuujk, y se inclinó por la versión de que la desaparición estaría relacionada con presuntos vínculos de Alexander con el crimen organizado.

Una línea que después convalidó el mismísimo secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch. Casi al mismo tiempo, en operativo policiaco murieron tres presuntos delincuentes —así como un agente federal— ligados a la desaparición de Sandra Domínguez, y luego fue apresada una mujer que estaría relacionada con la versión oficial. Es decir, al final del día  como que todo se va acomodando, armando de forma ad hoc.

Como informador, los dos casos me generan escepticismo. Ojalá el senador Gerardo Fernández Noroña también dijera que ambos temas pudieran estar armados. O mejor aún, que llamara a la transparencia,  diligencia,  eficacia, del gobierno oaxaqueño para evitar la suspicacia al respecto, los rumores, la sospechas que a los mexicanos nos causan acciones y versiones oficiales, “verdades históricas”, líneas de investigación que huelen a posverdades.

———————————————————

Las opiniones expresadas en este artículo son exclusivamente responsabilidad del autor y no reflejan necesariamente la postura o el pensamiento de “Al Margen”. La empresa periodística se deslinda de cualquier comentario o punto de vista emitido en este texto, ya que estos corresponden al criterio personal del articulista.