En la sesión de Cabildo del pasado miércoles, ocurrió un enfrentamiento verbal, y potencialmente violento, que protagonizaron integrantes de la Unión Campesina Oaxaqueña y la asociación civil Juntos Resolvamos (JR). Dicha inconformidad tenía como reclamo aparente la falta de respuestas por parte de la autoridad municipal de Oaxaca de Juárez a varias de sus demandas. Sólo que, en el fondo, este hecho no es más que parte de una feroz disputa electoral entre las tribus perredistas que integran la coalición Unidos por la Paz y el Progreso de Oaxaca.
¿Qué ocurrió exactamente la mañana de anteayer en el Palacio Municipal? Que, justo cuando iba a iniciar la sesión semanal del Cabildo citadino, comenzaron a aglutinarse integrantes de las dos organizaciones antes citadas. Apenas había comenzado el orden del día y se habían desahogado los primeros puntos de la sesión, cuando el regidor de Gobernación y Reglamentos, Geovany Vásquez Sagrero increpó al encargado de la Presidencia Municipal, Miguel Ángel Bustamante Underwood, haciendo eco de diversos reclamos relativos a la falta de cumplimiento a compromisos que, según lo decía, se habían pactado desde hace varios meses.
En realidad, esos acuerdos tenían que ver con compromisos que la Asociación Juntos Resolvamos, que encabeza el diputado local por el PRD, Jesús Romero López, había hecho a la ciudadanía desde el año pasado, como parte de una campaña de posicionamiento con marcados tintes electorales. ¿De qué hablamos? De que, a finales de 2009, JR anunció que ellos, a nombre propio, realizarían trabajos de bacheo y algunas otras acciones de mejoramiento de las vialidades de la capital oaxaqueña, siempre que éstos le fueran solicitados por la sociedad civil.
En realidad, lo que Juntos Resolvamos estaba haciendo era prometer obras que luego habría de ir a pactar con el gobierno municipal. La intención de quedar ellos como los realizadores de dichas acciones, era la del evidente posicionamiento electoral que el diputado Jesús Romero ha buscado permanentemente, para tratar de involucrarse en la repartición de candidaturas al interior de su partido. Al igual que su pariente cercano Lenin López Nelio, la intención inicial del diputado Romero era la de conseguir el abanderamiento de la coalición opositora para disputar el gobierno citadino.
Esa es, en realidad, la razón por la que se desató una trifulca al interior del Palacio Municipal, que muy pocas veces se había visto durante la presente administración. Los conductores de la sesión (es decir, el encargado de la Presidencia y el Secretario Municipal), en realidad, demostraron tener muy poco oficio político, pues no fueron capaces de evitar los gritos y jaloneos que ocurrieron apenas iniciada la actividad de la Comuna, y tampoco encontraron el momento adecuado para dar por terminada la sesión antes de que los ánimos se desbordaran.
El resultado de todo esto, fue el desastre que ayer reportaron los medios electrónicos y escritos. Y todo por una ambición eminentemente política que explicaremos líneas adelante.
TIRAR A NERI
Apuntábamos que las inconformidades de Juntos Resolvamos y la Unión Campesina Oaxaqueña, fueron llevadas a la sesión se Cabildo por la voz del concejal Vásquez Sagrero. ¿Por qué él? Y sobre todo, ¿para qué encabezar ahora una discordancia tan poco clara y explicable como la que aquí se menciona? Todo tiene respuesta en los tiempos políticos actuales.
Como bien se sabe, el Regidor de Gobernación y Reglamentos pudo acceder al Ayuntamiento citadino por haber formado parte de la planilla del candidato a Presidente Municipal por Convergencia, Humberto López Lena Cruz. Ante la derrota, la primera minoría se integró con los candidatos a concejales por el Partido Naranja, Margarita García García, Bárbara García Chávez y Geovany Vásquez Sagrero.
De todos éstos, quien era la representación pura y total de los intereses del ex Abanderado y empresario radiofónico, era justamente Vásquez. Sólo que hace apenas unos meses, éste último tuvo un rompimiento fuerte con su hasta entonces mecenas, mentor político y patrón en el ámbito laboral, por lo que se declaró regidor independiente y abandonó el noticiero que encabezaba en una de las frecuencias de López Lena. Es decir, que quedó en un estado evidente de orfandad política.
Hasta antes de dicho rompimiento, la postura de Vásquez Sagrero era de choque total con la administración municipal, de extracción priista. Cuando se separó del interés político de Humberto López Lena, el grado de oposición, y hasta de acidez e impertinencia, que había demostrado en todas sus intervenciones dentro de las sesiones de Cabildo, disminuyó notablemente. Hubo, entonces sí y como nunca antes, votaciones favorables al priismo que él apoyó, considerando que eran “de beneficio” para la ciudadanía.
Si todo esto era así, ¿entonces por qué reactivar su postura de opositor total? Porque hoy, el regidor Vásquez Sagrero pretende trascender a su cargo actual, y lograr una postulación dentro de la Coalición opositora. Su objetivo es lograr la candidatura que prácticamente tiene en la bolsa el ex rector de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca, Francisco Martínez Neri, como abanderado de la Coalición, para buscar la diputación por el distrito I, con cabecera en Oaxaca Centro.
Para lograr dicho objetivo, tal parece que el regidor Vásquez trabó alianza con el diputado Romero López. Por ello, el pasado miércoles, fue aquel quien encabezó las exigencias de la supuesta “organización ciudadana” que encabeza el Legislador local, y fue él quien se ubicó nuevamente como el opositor y denunciador de todos los excesos que comete el gobierno de la ciudad.
En realidad, todo tiene como telón de fondo la efervescencia electoral. Y las ambiciones de dos personajes —Vásquez Sagrero y Romero López— que buscan lograr, a través de la turbiedad y el escándalo, lo que limpiamente no tienen posibilidad de disputarle al ex rector Martínez Neri.
¿LA COORDINADORA?
Aseguran que desde que asumió la secretaría General en el Comité Estatal del PRI, María del Carmen Ricárdez Vela se volvió presa del descontrol, y hoy busca involucrarse y decidir en todas las tareas del partido y la campaña, sean o no de su incumbencia. Y luego se quejan de que en las tareas partidistas, todos quieren ser capitanes. Ahí, una muestra.
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