Candidaturas independientes: nos quedamos a la mitad

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+ Urge reforzar cultura democrática y acabar clientelismo


Son saludables y encomiables las expresiones de diversos personajes que en Oaxaca sostienen que buscarán la posibilidad de ser candidatos por la vía independiente. Su argumento central es que los partidos políticos dejaron de ser un reflejo fiel de la pluralidad política que hay en el país, y que asimismo ya no son un referente claro de las visiones para enfrentar los problemas del país. Tienen razón. El problema es que en un escenario como el nuestro en Oaxaca, esas candidaturas están lejos de ser una verdadera opción democrática. La clave está en qué tanto se ha construido cultura cívica en la población, y qué tanto la vía independiente puede ser una opción frente a las carencias, la pobreza y el clientelismo que se retroalimentan en cada proceso electoral.

En efecto, en días recientes se han reforzado los señalamientos relacionados con las candidaturas independientes. Por un lado, el ex presidente nacional del Consejo Coordinador Empresarial, el oaxaqueño Gerardo Gutiérrez Candiani, ha manifestado que buscará la gubernatura de Oaxaca a través de una candidatura ciudadana, al tiempo de expresar que cuenta con todo el apoyo del sector privado del país, “quienes estarían dispuestos a hacer anuncios históricos de inversión para la entidad”. Candiani dice que recorrerá las ocho regiones de la entidad para recabar inquietudes ciudadanos para luego aterrizarlo en la Agenda por Oaxaca que él mismo elaborará. “A partir de ahí analizaré las posibilidades de una candidatura ciudadana, a ver que partidos están dispuestos a hacerlo y si no, tampoco pasa nada”, expresó.

No es la única expresión que hay en Oaxaca sobre las candidaturas independientes. De hecho, en las últimas semanas se han incrementado los anuncios de personas que dicen que buscarán, por esa misma ruta, una candidatura a diputación local o a una alcaldía. Independientemente de que la ley lo permita, lo que comenzamos a ver es una alternativa que se presenta ante los ciudadanos que no tienen la intención de buscar la postulación de un partido político. Evidentemente, el problema que enfrentan —todos— es, primero, la dificultad de cumplir con los requisitos que señala la Constitución del Estado para esos efectos; y segundo, conquistar verdaderamente una cantidad importante de votos que tendría que arrancárselos a las estructuras electorales y al clientelismo con los que los partidos políticos ganan los comicios en Oaxaca.

Sobre lo legal, en Oaxaca habrá un enorme problema, ya que si bien la Constitución local establece la figura de las candidaturas independientes (artículo 25, apartado F), no establece prácticamente ninguna base para la procedencia de éstas. Este vacío fue resultado de la declaración de inconstitucionalidad que recayó sobre la ley electoral local por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en octubre pasado, ya que en esa norma (la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado de Oaxaca) era donde se establecían las bases para la procedencia de una candidatura independiente.

Y hasta ahora, el Congreso del Estado se ha pronunciado en contra de que sea el IEEPCO quien establezca reglas provisionales para hacer operante dicha figura constitucional. Aunque a medias, el argumento del Congreso es válido: sólo éste puede legislar. Sólo que en la otra mitad se encuentra el hecho de que el propio Congreso es el responsable de ese vacío por no haber llevado a cabo correctamente el proceso —político y— legislativo para emitir dicha norma.

Así, si no hay bases jurídicas concretas, y si seguramente habrá un conflicto constitucional-legal en el momento de que la autoridad electoral intente echar a andar dicha figura, entonces ¿qué futuro pueden tener las candidaturas independientes?

NO HAY CULTURA CÍVICA Y  SÍ MUCHA HAMBRE Y MARGINACIÓN

Hay dos cuestiones en las que Gutiérrez Candiani parece tener cierta claridad. La primera, cuando afirma que quien aspire ser gobernador en Oaxaca por la vía independiente lo tendrá que hacer a través de los partidos políticos, pero lo que sí vale es que tenga una posición ciudadana al cien por ciento; la segunda, cuando sostiene que el triunfo de “El Bronco”, en Nuevo León, es muy diferente a lo que aquí podría ocurrir, “pues Oaxaca es muy complicada, porque aquí tenemos cerca de 12 mil poblados, 570 municipios; su orografía es complicada, su conectividad es de cerca del 30 por ciento más de la población total, entonces tienes condiciones diferentes que Nuevo León”.

Aunque no lo dice, parece entender que, en la primera de sus afirmaciones, encierra el reconocimiento a que en Oaxaca un candidato sólo puede ganar a través de las estructuras electorales de los partidos políticos. ¿Cómo se alimentan esas estructuras políticas? En gran medida, gracias a la dádiva y al uso de los recursos públicos y privados para la captación del voto, a través de la compra, la coacción o el “intercambio” por cierto producto que es necesario para la subsistencia.

Aquí es verdaderamente reducida la posibilidad de captar votos volátiles (o “útiles”, como en los tiempos de Vicente Fox como candidato presidencial), y es mucho más posible conseguir todo eso a través del clientelismo. En relación al total del padrón electoral, es muy poca la gente que no se dejaría comprar su voto; y es mucha la que está esperando el proceso electoral no sólo para que se lo compren, sino incluso para ofrecerlo a cambio de algún beneficio social.

¿Es eso un orgullo? Evidentemente, no. Pero es parte de esa realidad lacerante por la que Oaxaca no es Nuevo León, y por la que aquí no podría haber tan fácilmente un candidato como el Bronco, que captara la suficiente cantidad de sufragios independientes como para ganar una elección al margen de los partidos o de las estructuras electorales. Por eso aquí las candidaturas independientes son un logro a medias (o a menos de las medias) porque no hay cultura cívica, porque no hay convencimiento de que se puede conquistar a la ciudadanía; y porque finalmente la partidocracia sigue siendo la principal interesada en que el estado de cosas en los procesos democráticos no varíe en nuestra sociedad.

EL TIBURÓN

Así se reveló que le decía su padrino político, y ahora parece que su equipo intenta tomar el mote a guasa. Tratan de minimizar el impacto haciendo escarnio de su desgracia. Porque todo lo que refiera a Ulises Ruiz, invariablemente remonta a tiempos aciagos para Oaxaca. ¿Habrán pensado en eso?

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