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El fin de semana se llevó a cabo, en varias ciudades del país, una marcha “por la familia” que ha generado un encontronazo no sólo entre diversos sectores de la población, sino sobre todo entre la moral personal y colectiva de los mexicanos, que seguimos teniendo muchos problemas para pasar de las ideas “tradicionales” a un contexto más civilizado y acorde con los tiempos que vivimos, sin que esto genere fricciones sociales innecesarias y peligrosas.
En efecto, el punto central de esas manifestaciones es la defensa de “la familia”. Sí, ese modelo familiar que está integrado por un solo hombre y una sola mujer, que se unen en matrimonio para perpetuar la especie. Los impulsores de dicho movimiento argumentan que su intención no es la de luchar en contra de un grupo social, o discriminar o segregar a nadie. Básicamente sostienen que su movimiento busca oponerse a diversas cuestiones que consideran atentatorias en contra del modelo familiar tradicional.
En un documento titulado “¿Por qué la marcha del 10 de septiembre?” —que ha circulado ampliamente en redes sociales, y servicios de mensajería instantánea— dicho movimiento señala que la marcha es por el paquete completo de anuncios de ideología de género del Presidente. El 17 de mayo —dice el libelo— el Presidente presentó 4 propuestas (dos de ellas son iniciativas), dio una indicación y recibió una propuesta difícil de aceptar:
- Propuesta 1 (iniciativa de cambio a la Constitución): Prohíbe definir el matrimonio como unión hombre-mujer o asociarlo con la reproducción. Eso es como declarar inconstitucionales todos los libros de biología del país.
- Propuesta 2 (iniciativa de reforma al código civil): lo mismo de la propuesta 1, y además: se quitan causales de divorcio, se quitan los exámenes médicos prenupciales, se autoriza cambio de sexo legal sin excluir a menores de edad. Por eso habrá hombres que usen baños de mujeres.
- Propuesta 3 (indicación ejecutiva): Un equipo del CIDE y del Centro de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, en dependencia de la Consejería Jurídica de Presidencia de la República, monitoreará todas las leyes federales, estatales y los reglamentos municipales, para asegurarse de que van alineados con la ideología de género. De ahí también que hombres usen baños de mujeres.
- Propuesta 4 (indicación ejecutiva): México formará parte de un grupo internacional de promoción de ideología de género. Eso ya sucedió.
- Indicación 1 (indicación ejecutiva): Instruyó a SEGOB, SEP y CONAPRED a hacer campañas de adoctrinamiento en ideología de género y a incorporar la ideología de género en los contenidos del nuevo modelo educativo. Ya en el sexenio anterior hubo algunos contenidos de ideología de género donde a los niños se les invitaba a sentirse cómodos vistiéndose de niñas.
- Propuesta recibida (no es indicación): Un consultor de CONAPRED propuso que los padres de familia que nos opongamos a esto seamos sancionados como ‘violentos’.
¿SON SOSTENIBLES DICHOS ARGUMENTOS?
Ante tales argumentos habría que partir por el inicio, y ese inicio apunta a que, contrario a lo que ellos señalan, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos no define modelo alguno de familia, por lo que difícilmente la Constitución podría prohibir algo que ahora mismo no está regulado, y que rebasa por mucho el modelo de familia (hombre, mujer, hijos) que defienden los impulsores de este movimiento.
Al contrario: la Constitución ya señala la prohibición expresa de todo tipo de discriminación —último párrafo del artículo 1º constitucional—, y también ya expresa el principio de igualdad sin cortapisas entre el varón y la mujer —artículo 4º constitucional—, que son los dos derechos fundamentales (igualdad y no discriminación) en los que se ha fundado la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de declarar inconstitucional cualquier definición civil del matrimonio como la unión jurídica entre un varón y una mujer con el objeto de procrear.
De hecho, hoy en día existen cuando menos once modelos distintos de familia, a saber: 1. La familia unipersonal —que aunque nos cueste creerlo, también lo es—; 2. La familia tradicional de hombre y mujer, con hijos; 3. La de dos personas del mismo sexo que unen su convivencia, tengan o no hijos; 4. La familia de co residentes; 5. La familia de mamá sola con hijos; 6. La familia de papá solo con hijos; 7. La familia compuesta por padres cuyos hijos dejaron ya el seno familiar; 8. La pareja heterosexual, sin hijos; 9. La familia reconstituida; 10. La familia de pareja hijos y otros parientes; y, 11. La familia de padre, madre e hijos jóvenes o adultos.
¿Qué significa todo esto? Que discutir la familia va mucho más allá de los modelos homogeneizadores y que también tiene mucho más de fondo que la sola concepción “tradicional”, que hace mucho tiempo que está rota. Tema aparte es el sentido de tolerancia y la aceptación de la sociedad plural que hoy —lo acepten o no— está claramente instalada en México.
NO ODIAR
Al final, es cierto: ese movimiento, y sus detractores, y quien sea en México, tiene pleno derecho a marchar, a manifestarse, a protestar. Es decir, pueden hacer lo que quieran, pero sin llevar una manifestación al odio, a la segregación o a la discriminación. Ese es el punto central de esta manifestación que aunque dice defender ideas con argumentos, refleja un grado deslumbrante de ignorancia e intolerancia.