La tímida definición del movimiento magisterial de Oaxaca, de mantenerse formalmente al margen del proceso electoral y del apoyo a ciertas fuerzas partidistas, entreverado con guiños a Andrés Manuel López Obrador y Morena, parece encontrar una explicación racional en la incertidumbre que genera, para la disidencia magisterial, la alianza entre el Candidato Presidencial morenista y Elba Esther Gordillo, así como la larga historia de coincidencias y desavenencias que el SNTE ha tenido con el movimiento —intragremial, político y de lucha social— encabezado por la Sección 22 del SNTE en Oaxaca.
En efecto, el magisterio oaxaqueño parece estar en una de las disyuntivas más importantes de toda su existencia como gremio capaz de incidir en las definiciones políticas de la entidad oaxaqueña. Apoyar a Andrés Manuel López Obrador es dar el respaldo político a Elba Esther Gordillo Morales, aliada del tabasqueño en esta coyuntura, pero enemiga histórica no sólo de la actual Sección 22 sino del movimiento democrático magisterial, de donde surgieron las corrientes ideológicas que le han dado vida al largo movimiento magisterial en la entidad.
Al aceptar a Elba Esther Gordillo, Andrés Manuel lo hizo por medio de interpósitas personas: René Fijuwara Montelongo, Fernando González Sánchez y Rafael Ochoa Guzmán. Los tres, son personajes cercanísimos a la ex Presidenta Nacional del SNTE, pero además son representantes de movimientos, partidos y gestiones que en su momento fueron repudiadas y rechazadas tanto por la Coordinadora Nacional de Trabajdores de la Educación —como movimiento regional con el que está identificado el magisterio oaxaqueño— como por la Sección 22 del SNTE.
Entre ellos, hay historias que quién sabe si puedan dejar atrás. Es cierto que en los albores del movimiento magisterial de Oaxaca, en el 2006, Elba Esther Gordillo respaldó a la Sección 22 en su repudio a las acciones represivas impulsadas por el entonces gobernador Ulises Ruiz Ortiz. Pero también es cierto que en medio de esa crisis, el SNTE intentó ajustar cuentas con uno de sus adversarios históricos, como siempre lo fue la Sección 22 de Oaxaca.
¿Qué hizo? Impulsar la creación, y darle reconocimiento gremial y estatutario a la Sección 59 del SNTE, que nació como un intento de contrapeso al poder y la membresía de la Sección 22, que siempre fue contraria a los intereses del SNTE, por considerarlos priistas, charros y serviles al sistema político; y luego, aliados del presidente Felipe Calderón, a quien siempre consideraron como un usurpador y un mandatario ilegítimo, y rechazaron incluso reconocerlo como titular del Poder Ejecutivo Federal, y sostener cualquier forma de diálogo de su gobierno.
A ese gobierno, el del presidente Felipe Calderón, sirvieron Rafael Ochoa Guzmán y Fernando González Sánchez. El primero ha sido su mayor y principal incondicional en el control del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación; fue Secretario General en los tiempos de reinado de la maestra Gordillo, y ha sido uno de los personajes más identificados y cercanos a su causa política. González Sánchez, por su parte, es yerno de la ex lideresa magisterial y fue Subsecretario de Educación Básica de la SEP durante la gestión del presidente Calderón.
Éste le entregó a la maestra Gordillo dicha posición, además de la Lotería Nacional y la Dirección del ISSSTE, a cambio del apoyo electoral que el SNTE le prestó a Calderón para ganar la Presidencia, independientemente de que con la alianza PAN-SNTE en 2006 la maestra Gordillo también le cobrara las afrentas pendientes al candidato priista Roberto Madrazo Pintado —que la defenestró como coordinadora de la bancada priista en la LIX Legislatura federal, y luego la expulsó del PRI, apoyado por el entonces llamado ‘Bronx oaxaqueño’, para evitar que le disputara la candidatura presidencial—, y le cerrara el paso justamente a López Obrador, que fue el mayor damnificado por esa alianza.
GORDILLO Y OAXACA
René Fujiwara llegó a ser diputado federal por Nueva Alianza, gracias a que Felipe Calderón fortaleció con recursos e influencia a ese partido, durante su gestión como Presidente. Lo hizo también como parte del pago electoral a la maestra Gordillo, pero también como una retribución por el respaldo que el SNTE le dio a la Alianza por la Calidad en la Educación, que fue el primer esbozo de los procesos de evaluación que luego Enrique Peña Nieto, también en alianza con el Panal, llevaron a la Constitución de la República.
Hoy, a pesar de que Gordillo y sus alfiles están en Morena, Nueva Alianza no ha roto con el PRI y, al contrario, es uno de sus aliados rumbo a la elección presidencial de julio próximo. Es decir, aún con todo eso, la maestra sigue teniendo sus pies puestos en distintas apuestas, como ha sido siempre.
En ese contexto se inscribe el vacío ideológico del magisterio oaxaqueño. La CNTE en Oaxaca, al votar por López Obrador, estaría prácticamente renunciando a esa petición permanente de castigo a Ulises Ruiz Ortiz, pues este personaje del PRI también está impulsando ahora a grupos internos del magisterio para que apoyen a López Obrador.
La detención en 2013 de Elba Esther Gordillo no redujo su poderío, al contrario, atizó el clima de ingobernabilidad y la tensión entre el gobierno de Enrique Peña y el magisterio. Un escenario similar al que podría presentarse ahora, en esta nueva coyuntura electoral. Por eso la CNTE debe razonar su voto. Pues López Obrador podría refrendar la cesión de derechos a Gordillo, a través de la SEP y de toda su estructura. Devolverle lo que considera un derecho “legítimo” y dejar de lado a la CNTE, que solo tiene presencia en algunos estados del país.
En ese contexto, es evidente que AMLO no convence a la CNTE. Tan sólo la propuesta de una iniciativa de ley para derogar la reforma educativa los hace dudar, pues nada les asegura que sea una redacción impulsada por este grupo disidente y sí, con base en los episodios anteriores, tendría mano Elba Esther, quien a través de las cuotas sindicales y otro tipo de presiones, mantuvo permanentemente a raya al movimiento magisterial oaxaqueño.
ANTECEDENTES DE TRAICIÓN
Incluso, ya les sucedió con Gabino Cué, a quien llevaron a la gubernatura y fue su aliado durante los primeros años de gobierno. La reforma al IEEPO en Oaxaca fue una estocada al movimiento magisterial que lo llevó al poder. ¿Darán su voto para que López Obrador cumpla su sueño de gobernar? Quizá deban considerar que cuando López Obrador fue jefe de gobierno en el extinto Distrito Federal no hizo más por el magisterio, actuó conforme las disposiciones federales y solo los usó para sus plantones en Reforma.