Carlos R. Aguilar Jiménez.
Como si no se dieran cuenta del descontento y hartazgo social manifestado en las anteriores elecciones contra el PRI, contra gobernantes y militantes de ese partido en vías de extinción, que para sobrevivir tiene únicamente como opción cambiar de nombre, símbolo y todo lo que le asocie con su desempeño, la Secretaría de Vialidad del gobierno del Estado reinició sus operativos contra vehículos de motor para conseguir más dinero y reponerse un poco de todo lo que gastó el gobierno estatal en las pasadas campañas políticas que perdió estrepitosamente, enojando aún más a miles de dueños de vehículos de motor, que prepotente y arbitrariamente son detenidos y cateados en distintos operativos ubicados especialmente en accesos a la ciudad como en los Monumentos a Juárez en Viguera y salida a Tuxtepec, donde detienen y asaltan principalmente vehículos que vienen de pueblos.
El abuso, inoperancia, torpeza y vivir en un mundo de irrealidad y fantasía, donde los aduladores y serviles se dedican a decir a políticos que todo lo que hacen es maravilloso, sin que haya posibilidad de refutación o crítica, hizo que el PRI perdiera todo, porque dejaron de entender y atender a la gente, a los ciudadanos, pensando únicamente en sus correligionarios, parientes y amigos, operando lejos de los ciudadanos a quienes únicamente veían como entes útiles para legitimarse con sus votos, sin entender que casi todas sus acciones, como incrementos a gasolina, atracos y fraudes inauditos de gobernadores en varios estados, hartaban más y más a la gente, incluidos, aunque sean de impacto mínimo, los operativos viales, porque por un lado exigen toda legalidad y documentación en regla a conductores, despojandolos incluso de sus vehículos de transporte o trabajo, mientras por otro, miles de delincuentes de “cuello blanco” de “cuello negro” y toda clase de infractores de la ley: vendedores ambulantes, taxistas de pueblo que transportan más de seis pasajeros, autobuses urbanos destartalados y humeantes, gente que bloquea calles, asaltan casetas de peaje y muchos otros delincuentes menores, operan en total impunidad y protección de la policía estatal y vial. Por todo eso y mucho más que no describo por falta de espacio, la extinción del PRI es inminente, aunque, se puede metamorfosear y convertir en otra cosa a conveniencia, como hizo el otro partido también en vías de desaparición, el PRD, que de comunista se convirtió en socialista y luego democrático, a la usanza de los más viles convenencieros que se acomodan a lo que sea sin ideología ni principios.
La gente ya decidió el 1 de julio y, si la siguen molestando con operativos viales y otras acciones arbitrarias, el enojo no se olvidará, sino que crecerá y se verá reflejado en las próximas elecciones para gobernador y diputados, extinguiendo para siempre al PRI de Oaxaca y de todo el país donde se espera ahora un tipo de política seria, institucional y no de amigos y parientes que se heredan el poder cómo se comprueba con solo ver los apellidos y dinastías desde el siglo XIX y hasta hoy.
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