Salomón Jara: por qué sí debe irse…

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+ Inoperancia y partidismo en el campo

Salomón Jara debe dejar de ser secretario de Agricultura de Oaxaca, porque su permanencia en ese cargo es signo de la persistencia de todo lo que este gobierno dice no querer ser. La necesidad de su salida, se basa en el hecho de que en los casi dos años que ha fungido como Titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura, todos los rubros encargados a esa dependencia se encuentran en el abandono, pero también en el manejo discrecional y sectario que ha realizado de los recursos para la producción alimentaria en la entidad, e incluso por su abierta participación en asuntos políticos que lo distraen los asuntos públicos que le fueron encomendados. Existen por lo menos cuatro razones que hacen indispensable su salida.
1. Salomón Jara Cruz debe separarse de la dependencia que encabeza, porque su gestión ha estado marcada por las acusaciones de abandono al campo y a los sectores a los que la Sedapfa debe atender en la entidad. De hecho, en Oaxaca han sido deliberadamente desoídas todas las exigencias de grupos sociales, organizaciones campesinas y demás que han denunciado la inoperancia de esta dependencia en los últimos dos años.
No obstante, desde el Congreso de la Unión, y también desde dependencias del gobierno federal, se ha acusado sistemáticamente a la Secretaría que encabeza Jara Cruz, de ser una dependencia que no tiene capacidad para ejercer y comprobar los recursos que exige a la Federación. Sólo así puede entenderse que sólo en 2011 la dependencia que encabeza Salomón Jara se haya visto obligada a devolver alrededor de 600 millones de pesos; y que derivado de ese subejercicio, para el presente año el Presupuesto de Egresos de la Federación haya contemplado y aplicado un recorte presupuestal de 400 millones de pesos. Esto, es evidente, impacta en mil millones de pesos que en los últimos dos años se dejaron de invertir en el ya de por sí deteriorado campo oaxaqueño.
2. Jara Cruz debe irse, además, porque durante su gestión como secretario de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura, ha intentado repartir los recursos económicos con los que cuenta la dependencia, no entre quienes verdaderamente han demostrado capacidad técnica, sino entre quienes pueden compartir ganancias con él.
Ya en otras entregas (ver Al Margen 31 de agosto de 2012), señalábamos que sólo del PESA (Programa Estratégico para la Seguridad Alimentaria), otorga recursos para la operación de Agencias de Desarrollo Rural, que son las encargadas de llevar a cabo procesos ordenados de combate a la dependencia alimentaria, y fomento de producción suficiente de comestibles derivados de la tierra en las regiones en que se encuentran presentes. Apuntábamos entonces que la Sedapfa tiene la atribución de ejecutar los recursos económicos de ese programa, que sólo para la entidad ascienden a más de 350 millones de pesos anuales.
¿Qué intentaba hacer Jara Cruz al respecto? Decíamos que, en el caso de Oaxaca, actualmente operan 52 Agencias, cada una de ellas tiene un presupuesto de operación de alrededor de un millón y medio de pesos anual, y tiene capacidad de gestionar proyectos productivos para la activación del campo por unos 4.5 millones adicionales. De hecho, para 2013 la Sedapfa tiene contemplado incrementar el número de Agencias a 58.
Al hacer cuentas, señalábamos, podemos darnos cuenta que sólo este fondo implica unos 350 millones de pesos, que son los que fundamentalmente pretende acaparar la Sedapfa, por medio de argucias no sólo para evadir los lineamientos federales del programa PESA, sino también para remover a auténticos despachos —reconocidos y validados por todas las instancias nacionales e internacionales involucradas—, para poner en su lugar agencias “pantalla” que sólo sirvan para operar recursos y generar beneficios económicos para funcionarios estatales con los cuales estaría coludido Jara Cruz para compartir ganancias.

PARCIALIDAD Y PARTIDISMOS
3. Jara Cruz, además, debe irse porque desde la dependencia que encabeza, actúa con parcialidad sólo a favor de ciertas organizaciones y grupos sociales, y no en realidad en beneficio de todo el campo y todas las regiones de Oaxaca. En buena medida, él es el artífice del grupo de organizaciones que se aglutinan bajo el nombre de Frente de Organizaciones Sociales, Campesinas, Urbanas, Pesqueras y Transporte, el cual ha buscado, desde el mismo gobierno, con organizaciones que son afines al PRD y los demás partidos que integran la coalición, y a través de la pantalla de la presión tradicional que ejercen los grupos de lucha social, de conseguir recursos económicos de dependencias como la Sedafpa. Lo han hecho y con creces. El año pasado, por ejemplo, las organizaciones que integran ese Frente fueron las que acapararon casi la totalidad de los recursos que entregaron la Sedapfa y otras dependencias cercanas al perredismo, dejando fuera, por un asunto de partidismos y de sectarismos, a un número importante de organizaciones, que no tienen fines políticos, que sí contribuyen al desarrollo regional, y que son ajenos a los “amagues” con los que funcionarios como Jara justificaron la entrega de millonarias sumas sólo a las organizaciones afines al partido político por el que llegó al cargo.
4. Finalmente, Jara Cruz debe irse del gobierno estatal, porque su participación en la conformación del Movimiento de Regeneración Nacional como partido político ha sido protagónica y determinante, y porque existen indicios claros de que él ha ocupado recursos económicos y humanos de la Secretaría que encabeza, para financiar al movimiento lopezobradorista en esta nueva etapa como organización de fines políticos. Por personajes como Jara, Morena pierde toda su credibilidad y la calidad moral que pudiera tener como fuerza política, pues es inadmisible que un partido que se dice defensor de la congruencia política haya sido conformado desde una oficina pública, gastando dinero que era para los más necesitados, y desviando recursos y personal para servir a una causa como la de López Obrador.

NO SE IRÁ
Quizá Jara Cruz se siente seguro en el cargo por los débitos políticos que tienen con él, y que seguramente son muchos. Si para el grupo gobernante es indispensable su presencia, deben reubicarlo a otra posición en la que no genere daño al interés público. Hacer tanto daño al campo y aferrarse al cargo es tanto como convalidar que el gobierno estatal es todo lo que dice no querer ser.

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