Rito, Zavaleta y demás: la connivencia, al descubierto

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+ Efecto local, no nacional, por nuevos video escándalos

 

¿A quién le sorprendería ver al hoy titular de Coplade, Bulmaro Rito Salinas, entregándole dinero al panista Guillermo Zavaleta Rojas, para fines desconocidos? La respuesta es: a nadie. Ambos personajes, junto con otros legisladores orgánicos de la oposición, entablaron una relación de connivencia mientras fueron compañeros en la LIX Legislatura del Congreso del Estado en Oaxaca. Hoy, ese es el telón de fondo de los videos con los que el diputado federal, Héctor Pablo Ramírez hace dos días amagó a los partidos de oposición con hacer públicos.

En efecto, al consultar a diversas fuentes ligadas al priismo oaxaqueño sobre los videos anunciados el día previo, todos coincidieron en que el contenido de los mismos tiene como protagonistas no sólo al entonces diputado panista Guillermo Zavaleta, sino también a otros personajes de la dirigencia de ese partido, e incluso de otras fracciones parlamentarias de la LIX Legislatura local, teniendo diálogos y solicitando apoyos económicos al entonces presidente de la Gran Comisión del Congreso del Estado para fines políticos.

Ante la amenaza de hacer públicas esas grabaciones, son al menos dos las interrogantes fundamentales: ¿En razón de qué, la diputación federal priista de Oaxaca hizo tal amago? Y, sobre todo, ¿habrán calculado los efectos —adversos para ellos mismos— que puede llegar a tener un asunto de esa naturaleza? Ninguna de las dos preguntas parece ociosa. Pero, para responderlas, tenemos que ir por partes.

En el primero de los cuestionamientos, la respuesta parece obvia: el Revolucionario Institucional de Oaxaca está haciendo todo para desestabilizar una Coalición opositora que ya tiene forma, y que pronto tendrá candidato. Es evidente que aún cuando el discurso priista asegura tener todos los elementos para asegurar su victoria, sus actos dejan ver que harán todo para desmantelar una coalición que, según lo que ellos mismos demuestran, sí tiene la capacidad de ponerlos en riesgo.

El intento es claro, y nada tiene que ver con las ideologías ni con la congruencia política ni con la calidad moral de los partidos o de quienes los integran. En realidad, esta maniobra del tricolor constituye un claro intento por comenzar a minar la legitimidad de una coalición opositora a la que, nadie mejor que ellos, le han dado crédito como una fuerza respaldada por una “fuerza moral” a la que, del mismo modo, nadie más que ellos, le dan tanta credibilidad.

Hasta hoy, la coalición no ha pasado de ser más que un conjunto de manifestaciones de buena voluntad por parte de los institutos políticos que pretenden integrarla. La naturaleza misma de esa unión lleva a suponer, fundadamente, que si fuerzas como el PAN y el PRD se ofendieron a muerte en 2006 y ahora dieron por superados todos esos agravios, nada será suficiente para desmantelar esa integración, o para confrontar internamente a quienes la promueven.

Si esto es así, entonces más bien habría que ver si la difusión de esas imágenes no será, en el mediano plazo, un bumerang lanzado por el priismo, que a las primeras de cambio golpee a los mismos que lo provocaron.

 

MORAL PRIISTA

Nunca fue oculta, aunque sí siempre mal vista, la estrecha relación que existía entre los entonces diputados Rito, y Zavaleta, Moreno Alcántara, Lenin López Nelio, y Genaro Vásquez. Siendo el primero coordinador de la bancada priista y presidente de la Gran Comisión, y los segundos coordinadores o figuras relevantes de las fracciones opositoras, éstos entablaron lazos que finalmente rebasaron la esfera del estricto diálogo y respeto político, y los llevaron a ubicarse como cooptadores y cooptados, cómplices, seguidores opositores de los designios oficiales. E incluso socios en algunas aventuras políticas.

No deberíamos olvidar que esas presuntas relaciones cómplices, fueron las que llevaron al convergente Vásquez Colmenares a la titularidad del Instituto Estatal de Acceso a la Información, que le permitieron a López Nelio y Zavaleta, pagar costosas campañas publicitarias en busca de candidaturas a cargos municipales y legislativos federales.

Tampoco deberíamos olvidar el heroico denuedo, con el que esos mismos diputados se negaban a apoyar las disposiciones de los órganos nacionales de sus respectivos partidos, cuando éstos pugnaban con todo en la ciudad de México por la caída del gobernador Ulises Ruiz, pero sus diputados locales demostraban singular arrojo en la defensa de las causas que favorecían al Mandatario oaxaqueño.

Sólo un iluso creería que ese apoyo, como estos ataques, fue consecuencia de la congruencia y la moral política de los legisladores locales de oposición. Todo fue resultado, en realidad, de la cooptación de la que los hizo objeto el entonces diputado Rito Salinas, y de una “amistad” de la que en su momento alardearon hasta la saciedad, pero que hoy fue intercambiada por la desmedida ambición de unos y de otros.

¿Qué pasará si, como indican las fuentes, los videos en cuestión son protagonizados por Rito Salinas y algunos personajes como Zavaleta, Moreno o López Nelio? Que, en efecto, ello pondrá en seria duda la calidad moral de esos militantes de la oposición (que en realidad, se han caracterizado por todo menos por ser congruentes e íntegros en sus posiciones políticas). Pero, ¿cómo quedará Rito Salinas? Necesariamente tendrá que responder por ser la contraparte de esos actos de corrupción, que además constituyen delitos agravados por haber utilizado el dinero público —el presupuesto del Congreso— para fines indebidos.

Y si esto es así, ¿cómo queda la calidad moral y política del grupo priista en el que hoy figura Rito? En su afán de desmantelar a la oposición, esta podría ser lo mismo una jugada maestra, que una especie de suicidio para varios de los que aspiran a traspasar esta crisis sucesoria y figurar en la primera línea para el siguiente sexenio. Esto podría ser un bumerang que finalmente podría tener efectos devastadores no sólo para unos sino para todos los involucrados. Mejor ejemplo que Carlos Ahumada, no existe.

 

EFECTOS LOCALES

Desde el primer momento, el senador Santiago Creel se deslindó del asunto, asegurando que todos los apoyos que él obtuvo fueron gestionados personalmente y que fueron entregados y declarados legalmente a través de su partido. De esa postura, seguramente, no se moverá. Y, finalmente, una pregunta: ¿Se seguirán enojando los diputados priistas cuando se les critica por parecer más porros que legisladores? Margarita Liborio y Sofía Castro tienen la palabra.

almargen@tiempoenlinea.com.mx

almargenoaxaca.wordpress.com

 

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