+ Reto: revivir un importante cadáver del PRI
La tarde del pasado lunes se hizo oficial el nombramiento de Francisco Ángel Maldonado Martínez como nuevo presidente del Comité Estatal del sector juvenil del Partido Revolucionario Institucional. Con esto arranca una carrera contrarreloj por rescatar a uno de los sectores más representativos del priismo que, sin embargo, en Oaxaca está convertido en un auténtico cadáver entre los sectores políticos de ese partido.
Para comprender a cabalidad este asunto, es necesario verlo en el contexto y no sólo como un hecho aislado. El nombramiento de Maldonado Martínez como nuevo dirigente del Frente Juvenil Revolucionario, es una de las primeras decisiones que dejan ver a cabalidad el amplio margen de acción que tiene el senador Adolfo Toledo Infanzón como líder priista. Aquel ha sido, en los últimos años, uno de sus más cercanos colaboradores, a quien ahora encomiendan una tarea partidista nada despreciable.
¿Por qué? Porque por diversas razones, el sector juvenil del priismo ha permanecido en el total abandono en los últimos años. Esto ha sido responsabilidad no sólo de las consecutivas dirigencias juveniles, que han tenido un enfoque equivocado del trabajo partidista, sino también de los presidentes del tricolor por haber desdeñado reiteradamente la labor de convencimiento, formación política e ideologización, que deberían ser las causas principales de los sectores juveniles, y de los partidos políticos mismos.
La historia del sector juvenil del priismo, hasta ahora, ha dejado mucho qué desear. A pesar de que, en el discurso, las fuerzas juveniles representan alrededor del 30 por ciento de la presencia y margen de votación para los institutos políticos, es evidente que en el caso del priismo —y que, lamentablemente, no es distinto en las demás fuerzas políticas— ha habido un singular abandono, que hoy tiene al FJR como una pequeña barca que, agrietada, hace agua por todos lados.
¿Por qué? Porque, como lo apuntamos líneas arriba, el trabajo juvenil de las fuerzas partidistas ha tenido extravíos importantes. El priismo juvenil, ha sido sinónimo de mano de obra invisible en los procesos electorales, de porrismo, y de simple presencia representativa que, sin embargo, no ha abonado por un trabajo político efectivo que se traduzca en una representación importante en las tareas de gobierno, legislativas o del mismo partido.
Para comprobarlo no basta más que con mirar al pasado. Por lo menos, en los últimos cinco años, el FJR no fue más que un membrete que jamás tuvo la capacidad de convocar, interesar y movilizar más que a unas cuantas decenas de jóvenes; la estructura formal de ese sector fue meramente representativa, inestable, inexperta y constantemente cambiante. Y, lo más grave, es que ese sector del PRI hoy no puede jactarse de tener una sola posición en el Congreso del Estado, en las Cámaras federales, en el Gobierno del Estado, e incluso ni en la misma estructura política del Comité Estatal del Priismo.
Por eso la tarea que le espera a Maldonado Martínez es nada sencilla. Más allá de la cercanía y los afectos del Líder priista, éste necesita no sólo reencauzar el rumbo perdido que hoy lleva el sector, sino sobre todo comenzar un proceso minucioso de organización de las fuerzas juveniles del partido que, sin necesidad de entrar a una revisión minuciosa, puede verse que se encuentran desatendidas, desalentadas y dispersas.
RECUENTO DE DAÑOS
La desgracia del Frente Juvenil Revolucionario tiene mucho que ver con su ahora ex dirigente Aarón Alfredo Juárez Cruz, aunque ésta comenzó mucho antes. Su predecesor, fue el tristemente célebre Nahum Carreño Mendoza. Si revisamos la gestión de estos dos últimos dirigentes, no encontraremos más que quebrantos.
¿Por qué? Porque, en primer término, Carreño Mendoza se encargó de fomentar en las redes juveniles del priismo una dualidad con los sectores de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca en que era popular. Fue harto representativo cómo, cuando éste fue desplazado de la dirigencia por Juárez Cruz, en los primeros meses del presente sexenio, utilizó prácticas dignas del mejor porrismo universitario para tratar de boicotear al nuevo líder juvenil, que se negó a cederle la Secretaría General del FJR a uno de los cercanos a Carreño Mendoza.
En unos cuantos meses, el nuevo dirigente Juárez Cruz se encargó de desmantelar todos aquellos grupos que, a su juicio, parecían nocivos para el trabajo y la imagen de dicho partido. El problema fue que, en los más de cinco años en que fungió como dirigente del sector juvenil, nunca pudo articular una integración seria y comprobable del sector que representativamente encabezaba.
Para muestra, nada mejor que los hechos. En la LIX Legislatura local, el sector juvenil del PRI ganó una sola curul, que fue la que ocupó, sin ningún éxito, Carreño Mendoza. Ésta, además, no fue consecuencia del trabajo político a ras de suelo, sino de una inusual combinación de resultados electorales que, en aquella ocasión (2004), llevó al tricolor a ocupar 7 curules por el principio de Representación Proporcional.
De ahí en fuera, la presencia del FJR en tareas importantes de gobierno o legislativas, es nula. Moisés Molina, director de la Comisión Estatal de la Juventud del gobierno estatal, no emergió de ese sector. La diputada local Paola España López, tampoco. Y, curiosamente, el único integrante del Frente que obtuvo una posición relativamente “importante” a partir de un proceso electoral, es justamente Maldonado Martínez, quien es suplente del diputado local por Tlacolula de Matamoros, David Aguilar Montes.
Así, lo que puede verse es que, en realidad, las llamadas “juventudes priistas” no son más que un mito y un membrete, que si desean ser verdaderamente rescatadas y reestructuradas, necesitan mucho más que simulación y autoengaño. Si Maldonado Martínez tiene deseos de trascender por su trabajo en el sector, debe no sólo preocuparse por reordenar las estructuras municipales y su propio Comité, sino también por rescatar la formación política e ideológica de los cuadros priistas, que es presa de un abandono casi tan alarmante como el del sector juvenil.
SALIDA INDECOROSA
A Aarón Juárez lo nombraron, según, como coordinador de Migrantes de la campaña priista a la gubernatura del Estado. ¿Por qué le dieron esa responsabilidad? Porque éste es un tijuanense que, dice, conoce bien el problema de la migración, que tanto abunda en Oaxaca. ¿Por qué no lo nombraron coordinador juvenil, o algo así? Por sus resultados. Sin palabras.
almargenoaxaca.wordpress.com
Hola acabo de releer tu escrito de “Relevo, luego de más de cinco años, en el FJR”, a casi un año de esto que opinion te merece este sector de donde muchos hemos egresado y cierto no hemos visto frutos ni posiciionamiento fuerte y claro de este sector a la fecxha no ha producido nada (dip locales, federales, presidentes municipales y algunos regidores pero a mi me consta que fue por su tabajo en campo al menos de donde fui delegado la region del istmo DTTO V). ¿que sigue?