+ Ausencia de aspirantes: porque no existe acuerdo
La noche del pasado martes, el diputado federal Eviel Pérez Magaña presentó un informe de actividades, a nombre de la bancada oaxaqueña del PRI en la Cámara baja del Congreso de la Unión. El acto, en sí mismo, estuvo cargado de mensajes para la clase política priista, pero también para los demás actores y fuerzas que participarán en el proceso electoral estatal de julio próximo. Fue una muestra de las más importantes flaquezas y fortalezas que tiene el tricolor frente a sí mismos, y ante sus competidores.
Es evidente que, por las circunstancias y el momento en que ocurre, el informe legislativo del diputado Pérez se inscribe no sólo en la dinámica parlamentaria o aún electoral, sino que ocurre en el umbral de una definición partidista —la más importante del sexenio— que, de acuerdo con todas las señales, es favorable a su causa. En ese contexto, dicho evento contó con todos los elementos —buenos y malos— de la práctica política que es “tradicional” en el priismo de Oaxaca. ¿Por qué?
Porque ahí, nuevamente se dejó ver que la institucionalidad del priismo continúa siendo superior a los cuestionamientos por su verticalidad y antidemocracia; y más bien, en la clase política actual, parece seguir existiendo un férreo sentido de disciplina en el que, a muchos, independientemente que les guste o no que un diputado federal organice inusitadamente un informe de labores —o que dicho acto sea el contexto en el que se aparece como el potencial candidato a la gubernatura del Estado—, se alinean a los designios de su partido y de quien sería su candidato.
Eso fue exactamente lo que ocurrió la noche del martes. Un número importante de servidores públicos, representantes populares, líderes partidistas y demás, acudieron arropar a quien el Jefe Político escogió para sucederlo en el cargo. Es decir, todos los que han comprendido a cabalidad, no sólo que la militancia política en un partido significa congruencia e institucionalidad, sino también que este es el momento adecuado para sumarse a un proyecto que, independientemente de las preferencias y las lealtades, significa la continuidad de las oportunidades, el empleo, y el acceso al poder.
Así, lo que se dejó ver en dicho informe, es la consumación de un proyecto político en el que nunca estuvo en duda el apoyo de las fuerzas disciplinadas e institucionales, pero que ahora tendrá que buscar la porción de legitimación que le hace falta entre todos aquellos grupos que no sólo responden a la institucionalidad sino que, aún siendo parte esencial de ese partido —y de quienes han acompañado al gobernador Ulises Ruiz en su liderazgo político—, tienen convicciones, proyectos y definiciones distintas.
Ahí es donde radica el mayor de los retos para la empresa electoral del diputado Pérez: hacer patente que su proyecto político es verdaderamente extensivo hacia todas las corrientes de su partido, y que tiene la voluntad no de continuar avasallando en las definiciones, sino de conciliar y construir un bloque que pueda ir unido a enfrentar a sus adversarios reales, que se encuentran en la oposición.
Hasta hoy, no son del todo tangibles las muestras de esa voluntad y de esa vocación por la unidad y la conciliación entre sus mismas filas. Si bien es cierto que aún faltan muchos capítulos por escribirse, ahora sí el diputado Pérez debía comenzar a comprender seriamente que, en su voluntad y más allá de ella, no es la soberbia lo que construye.
Para ellos mismos, sería un error considerar que por la concurrencia y las muestras de adhesión, el evento del martes fue la confirmación de su triunfo al interior y que, a partir de ello, no son necesarias las muestras de voluntad de conciliación entre los sectores que se habrían quedado en el camino. El informe, así, fue una muestra representativa de los dos polos del priismo: el que ya sabe para dónde va; y el que estuvo ausente y que, ante las circunstancias, es indispensable para todos sumar. No olvidemos que ninguno de los otros cinco aspirantes, acudió al evento.
SUMA PAREJA
¿Por qué no acudió a dicho evento el senador Adolfo Toledo Infanzón, el edil José Antonio Hernández Fraguas, el diputado federal Jorge Franco Vargas y los secretarios José Antonio Estefan Garfias y Martín Vásquez Villanueva?
En un primer momento, podría considerarse que por una cuestión de salvaguarda del decoro y la dignidad, en un momento crítico del proceso para elegir al candidato a Gobernador en el PRI. Sin embargo, esas ausencias son, sobre todo, una muestra clara de cómo las complejidades en la negociación esa candidatura, han superado por mucho la disciplina que ya mostraron algunos grupos y sectores del priismo.
Hasta donde es posible establecer, por menos cuatro de los cinco personajes antes mencionados, se han resistido a aceptar las decisiones que ya prácticamente ha tomado el Jefe Político del priismo. Gran parte de esa resistencia, tiene que ver con la exigencia de que el proceso interno del tricolor sea una auténtica contienda interna. Pero también, en realidad, esa aparente incomodidad radica en que no se han utilizado los canales adecuados para hacer llegar esa decisión a los destinatarios.
Más allá de la distancia normal que debe existir entre los que participan en una competencia como esta, lo que parece es que esa falta de conciliación adecuada es lo que ha llevado a varios de los aspirantes a la resistencia. Mientras desde el más alto nivel no se construya esa “operación cicatriz”, y se continúe en la lógica de primero decidir para después arreglar los quebrantos, las brechas se seguirán ensanchando y las posibilidades de una auténtica cohesión se irán disminuyendo.
No denota simulación, o decoro político, la ausencia de los cinco aspirantes en el informe del diputado Pérez Magaña. Si con alguien le falta construir la llamada “unidad priista”, es con ellos. Solo, quiera o no reconocerlo, y sea o no él el candidato, no tendrá todas las posibilidades de afianzar el triunfo en las urnas.
ALGUNOS DETALLES
Al evento acudieron prácticamente todos los diputados federales del PRI por Oaxaca, excepto Jorge Franco, Manuel García Corpus, y Jorge González Ilescas. Durante el desarrollo del mismo, quienes trataron de hacerse notar en todo momento, con risas burlonas y actitudes imprudentes, fueron el diputado local Antonio Amaro Cansino y el coordinador de Delegaciones de Gobierno, Alejandro Avilés. También, fue de llamar la atención la presencia del subsecretario de Administración, José Villalobos Gallegos. Ver para creer.
almargenoaxaca.wordpress.com
Concuerdo Adrian con lo que comentas!
Sin duda no solo el detalle del “catfight” que espera a Oaxaca mientras está el estira y afloja para destapar formalmente al candidato priísta para estas elecciones.
Mientras los oaxaqueños estaremos como espectadores de cómo se moverán las “fichas” en el PRI; será interesante poder ver y vivir, qué rumbo toman tttttttttoooooooooodddddddddooooooooossssssssss los demás que no lograron el lugar.
Parece que el poder de Uroviel alcanza a toda la prensa escrita, mi querido columnista, la verdad no peca pero incomoda, ¿será por ello que fuiste víctima de las “aduanas de opinión”? Qué tristeza por ese medio. Un saludo y nunca calles.