+ Las “terceras vías” también están en tricolor con los Benítez Tiburcio
Tal y como se esperaba, a la “fiesta” del Partido Revolucionario Institucional nunca estuvieron contemplados los simpatizantes, y eso se refrendó al conocerse la convocatoria de ese partido a quienes pretendan competir por su candidatura a Gobernador. El documento, que de entrada estaba dirigido a la militancia tricolor, estableció entre los requisitos para participar en el proceso interno, el demostrar una militancia de 10 años en ese partido. Ello decantó la lista de posibles participantes, y de paso constató que casi todo el proselitismo que hasta ahora se ha hecho, no tendrá utilidad alguna para quien finalmente se alce con la candidatura.
En efecto, el sábado el Comité Directivo Estatal del PRI dio a conocer el documento a través del cual el Comité Ejecutivo Nacional convoca a los priistas al proceso de designación de su candidato. En tal documento no había sorpresas, ya que es una convocatoria expresamente dedicada a la militancia tricolor que no establece condiciones para la adherencia de simpatizantes o no militantes de dicho partido. Lo primero que parece quedar claro es que el PRI decidió no jugar con el garlito de la ciudadanización de los partidos, y que más bien está dispuesto a actuar con la ortodoxia partidaria conocida y esperada.
Pues hasta una semana había aún la idea de que el priismo podría optar por una “tercera vía” que dejara de lado la añeja pugna entre los “liderazgos” (cacicazgos) priistas tradicionales de los últimos treinta años, y decidiera caminar con un candidato ciudadano en la persona de Gerardo Gutiérrez Candiani. Dicha idea fue alimentada por la percepción (porque nunca sabremos quién verdaderamente alentó al empresario a buscar la candidatura priista) de que a Gutiérrez lo había invitado directamente el Presidente de la República a competir en el priismo, aunque finalmente fue desechada el pasado sábado con la emisión de la convocatoria, que establece requisitos específicos de militancia para quien desee participar en la carrera por la candidatura a Gobernador.
En términos estrictamente políticos, lo que hizo el PRI fue atajar el doble filo que podría significar el abrir su proceso interno a la participación directa de la ciudadanía, para luego tomar la decisión cupular que siempre ha estado prevista. En el PRI, el Presidente de la República es quien toma las decisiones trascendentales. Y la única forma de que haya aceptación y disciplina frente a sus decisiones, es que todos los que estén sometidos a ellas se encuentren dentro del círculo de intereses políticos que controla directamente el Presidente.
Al lado de ello, puede haber una segunda posibilidad, que apuntamos hace una semana en este espacio: que el PRI finalmente decidió no explorar esa tercera vía porque ello significaba poner en riesgo el trabajo y capital político del priismo, y dejarlo en manos de intereses panistas. Apuntamos entonces que con Gutiérrez, un sector dentro del grupo gobernante, estaba intentando “caer parado” al margen del resultado de la elección: triunfando la coalición PAN-PRD, dijimos, tendrían un Gobernador de su grupo; pero triunfando el PRI (es decir, supuestamente perdiendo ellos), con Gutiérrez a la cabeza, también saldrían ganando porque éste es también un integrante de su grupo. Y más allá del tema local de Oaxaca (es decir, de la lucha permanente de los últimos treinta años, entre los distintos cacicazgos, por el reparto cíclico del poder político), lo que generaría esto es el dilema de que, en el fondo, en el esquema nacional, el PRI se pusiera involuntariamente al servicio del PAN, todo por tratar de negociar quién sabe qué con los grupos políticos locales.
TERCERAS VÍAS
En ese sentido, llama también la atención el abrupto intento de la diputada federal Mariana Benítez Tiburcio, por hacerse de la candidatura a Gobernador del PRI. Pues en el fondo, parece que la Legisladora federal también ha venido jugando como una posible “tercera vía” similar a la de Gutiérrez Candiani, con la única diferencia de que ella sí tiene militancia priista. También tiene cercanía al grupo gobernante. Y parece que fue otra de las cartas con las que algunos tratarían de “caer parados” en la sucesión de Gobernador, lanzándola a ella y paralelamente promoviendo inopinadamente la imagen de su hermano, que es funcionario de la Secretaría de Finanzas.
Frente a ello, habría que preguntarse si Mariana Benítez es diputada federal por el interés del PRI por involucrarla en la política oaxaqueña, o si hay otras razones. Ella ha tratado de presentarse como un activo del priismo oaxaqueño en el país, aunque lo cierto es que su candidatura a la diputación federal fue resultado del interés del ex Titular de la PGR, Jesús Murillo Karam por protegerla frente a hechos como la investigación por los desaparecidos de Ayotzinapa, los errores en la integración de los expedientes en contra de la profesora Elba Esther Gordillo, y otras cuestiones más por las que ella necesitaba protección (Murillo tiene el afecto presidencial, y ella era la segunda a bordo en la PGR) mientras pasaba la turbulencia política por aquellas situaciones.
Por esa razón, su activismo político y su reciente interés por Oaxaca parece tener motivaciones e impulso local. En otras circunstancias, o ella hubiera sido la candidata, o nadie dentro del PRI —ni ella misma— habría tenido el interés de mandarla a ser comparsa de otros en una competencia simulada.
¿Quiénes la promueven, y qué buscan? Parece, pues, que las mismas personas que promueven a Alberto Benítez Tiburcio, son los que también han alentado desde distintas vías a personajes que pudieran incidir en la competencia del partido que para ellos es opositor. Mariana Benítez tiene la ventaja de ser la única mujer participando en dicho proceso (también está la doctora María de las Nieves García Fernández, aunque ella más bien parece que participa de forma honoraria). Aunque ello no le resta importancia al hecho de que su participación en dicho proceso tenga más origen en una motivación local que en el interés del PRI porque haya muchos participantes.
DÍAS DECISIVOS
Pasan los días y hasta los más prudentes pierden el sosiego. Parece intencional la forma en cómo en los partidos alargan los tiempos, primero para evitar el desgaste de ser el primero en tener candidato; y segundo, para que los aspirantes se depuren solos. Eso pasa en todos los partidos.