+ Desprecio e incomprensión de caso Copala, clave
Como en pocas ocasiones suele ocurrir, el Comité de Prensa y Propaganda del EPR, respondió a los señalamientos hechos hace algunas semanas por integrantes del Movimiento Unificador de Lucha Triqui Independiente. En su misiva, el grupo armado deja en claro que sus pronunciamientos no tienen por objeto tomar partido del conflicto en la zona triqui; pero también hace señalamientos que resultan ser fundamentales para comprender de mejor modo, un conflicto en el que todos los victimarios indígenas tienen también la calidad de víctimas, y en el que el gobierno (en sus tres ámbitos) ha hecho nada para detener esa interminable espiral de violencia.
Vayamos, en primer término, al contexto. El pasado 23 de noviembre, militantes del MULTI que se mantienen apostados en las afueras del Palacio de Gobierno, en la capital oaxaqueña, señalaron lo siguiente: “Es necesario decir que fechado en noviembre 16, el EPR en un comunicado difundido a nivel nacional nos acusa de mentir respecto a las denuncias que hemos tenido que realizar por las agresiones que ha sufrido nuestro pueblo y sus habitantes…
“¿En qué les molesta (al EPR) nuestro proyecto?, ¿por qué la indignación hasta ahora? Nosotros tenemos una larga lista de compañeros muertos y heridos; entre ellos nuestro máximo dirigente, Timoteo Alejandro. Todos ellos, gente humilde y sencilla; gente del pueblo al que ustedes dicen defender: todos estos crímenes no merecieron ni siquiera unas palabras de repudio de su parte”, recriminaban, al tiempo de desechar las acusaciones que, según ellos, señalaban al MULTI como uno de los responsables del asesinato del Movimiento Unificador de Lucha Triqui (MULT), Heriberto Pazos Ortiz.
De acuerdo con notas periodísticas de ese momento, la organización triqui también le recriminó al EPR que el asesinato de su líder —Timoteo Alejandro— no haya ocasionado tanta indignación, pues al igual que Heriberto Pazos, “con aciertos y errores trabajó siempre por el pueblo triqui. Sin duda, con sus calumnias tratan de intimidar a quienes se han solidarizado con nuestra causa hasta el día de hoy para que se alejen de nosotros. Quizá lo logren, quienes nos acompañan están en libertad de hacerlo”.
A esto, en un comunicado dado a conocer la mañana de ayer, el EPR dijo que “para nosotros y para nuestro pueblo es dolorosa la muerte de un ser humano por motivos políticos y sociales realizada a manos del Estado y nos es aun más doloroso cuando se da entre los mismos compañeros de clase ya sea por ignorancia y lo más grave aun cuando se da por una incomprensión de la lucha y la falta de capacidad para dar las alternativas recurriendo a la división, calumnia y la venganza…”
“No mencionamos a Beto Pazos porque exista una razón ‘especial’ o estemos ‘contra ustedes’ sino porque fue un luchador social más, asesinado. Lo que nos ha llamado la atención es precisamente la facilidad con que el Estado puede involucrar a organizaciones o a miembros de ellas en una lucha fratricida y como al amparo de ‘usos y costumbres’ es el deseo de venganza y no de justicia el que orienta los pasos de una conducta.”
Además, el EPR dijo que el asesinato de Heriberto Pazos, como el de los luchadores sociales y militantes tanto del MULT como del MULTI, tienen como común denominador la responsabilidad del Estado. Al tener esa causa en común, el grupo armado los llamó a no dejarse llevar por supuestas o reales contradicciones. “Busquemos el camino de la unidad, esa debe ser nuestra tarea unida a la entrega con la que los luchadores sociales se han caracterizado toda su vida”, dicen en el comunicado.
DIVISIÓN Y VIOLENCIA
Es claro que el EPR comprende perfectamente el contexto en el que ocurre el conflicto de Copala, así como las vías de solución que deberían aplicarse para lograr una paz efectiva. Entiende también en qué radican las acciones gubernamentales. E incluso pone en evidencia la falta de comprensión y conocimiento oficial de toda la problemática que envuelve a la región. ¿De qué hablamos?
En primer término, hablamos de que esa organización armada tiene perfectamente entendido que la zona triqui es un territorio ideal para la incubación subversiva, pero que, sin embargo, la distancia entre el eperrismo y cualquier posible expresión armada en la región, está perfectamente establecida.
En ese sentido, es claro que todas las condiciones sociales de atraso, pobreza y marginación, combinadas con la inestabilidad política, e incluso con las disputas por cuestiones étnicas o territoriales, dan como potencial resultado el surgimiento de violencia relacionada con cuestiones de insurgencia armada. Y por eso, en un primer momento, parece claro que la zona triqui no le es ajena al EPR.
No obstante, otros puntos establecen cuestiones más de fondo. El EPR, por ejemplo, llama al MULTI a comprender que el primero y más profundo de los problemas a los que se enfrentan, y que ha aprovechado el gobierno para profundizar la violencia y las disputas en la zona, es precisamente la falta de unidad y las marcadas aversiones que existen entre ellos.
Es claro que, más allá del eperrismo o de cualquier otro factor, e incluso de la voluntad de solución que pudiera llegar a manifestar el gobierno de Oaxaca, o el federal, mientras no haya identidad en los problemas y adversarios comunes que enfrentan los triquis, y continúe la violencia ejercida por ellos contra sí mismos, el conflicto que desde hace décadas ahoga a toda la región no tendrá solución alguna.
Finalmente, el mensaje de fondo del EPR hacia el MULTI, parece ser también extensivo hacia el MULT y hacia todas las organizaciones que en algún modo han sido objeto de actos de represión, hostigamientos o ataques directos: el verdadero adversario de todos, es aquel que desde las posiciones del Estado los reprime, o utiliza la fuerza para tratar de mitigar problemas que sólo se resolverán cuando haya una verdadera atención y rescate social de las regiones marginadas.
ASUNTO INCOMPRENDIDO
Todo eso es lo que no comprenden quienes, ingenua o engañosamente, pretenden hacer creer a la ciudadanía que en tres o seis años podrán ponerle fin al conflicto de la zona triqui y de Copala. La disputa entre los habitantes de esa región tiene implicaciones mucho más profundas que las que hasta ahora se pueden ver. Habrá que ver si el Gobierno del Estado atiende las cuestiones de fondo, o simplemente sigue administrando el conflicto.
En pocas palabras el problema real triqui es la ignorancia,la politica? la verdad No entiendo las cuestiones de “fondo” sera $$$ la verdad que es una region sumamente pobre en todos los sentidos y no lo digo por sus abitantes sino por el gobierno y los polioticos fracasados que hemos tenido cuales seran los reales motivos que hasta cardenales y periodistas se an hecho de la vista gorda para exponer REALMENTE Y DIRECTO el conflicto TRIQUI.