+ Federación debe asumir su responsabilidad como asunto político
Ayer el gobernador Gabino Cué Monteagudo reiteró, en la Comisión de Educación del Senado de la República, lo que en Oaxaca a todos nos queda claro pero al gobierno federal, no: que el manejo de la educación en la entidad es un asunto de índole nacional y no estatal, y que por tanto debe ser tratado al más alto nivel y no sólo como una problemática del gobierno y la sociedad oaxaqueña. Pareciera que el gobierno federal simplemente no quiere entenderlo.
En efecto, al acudir a la invitación de la Segunda Comisión de Relaciones Exteriores, Defensa Nacional y Educación, el gobernador Cué reiteró la postura de que el manejo de la educación pública en Oaxaca es tanto un tema técnico como político, y sobre todo reconoció que en ese manejo el gobierno estatal se encuentra rebasado, y que por ende es también corresponsabilidad de la federación entender y atender esta problemática a partir de soluciones viables.
En ese sentido, el gobernador Cué dijo, por ejemplo, que desde hace 23 años, el 92% de la estructura de personal del IEEPO es sindicalizada, incluidos sus mandos medios y superiores, lo que ha impedido a los gobiernos estatales en turno, diseñar y operar una eficiente política educativa que favorezca el desarrollo educativo de la entidad. Se trata, dijo, de un esquema de apropiación de las estructuras educativas del estado, apuntalado por una membresía sindical integrada por más de 83 mil trabajadores, cuya capacidad de movilización ha superado históricamente los mecanismos de contención y control de los gobiernos estatales.
Esta es la principal razón, reconoció el Gobernador, que ha imposibilitado el registro de los controles de asistencia, y la aplicación de descuentos y sanciones administrativas en el sistema educativo de la entidad. Del mismo modo, el Mandatario hizo un recuento de las acciones ha tomado en coordinación con el gobierno federal para enfrentar estas situaciones, pero también enumeró las acciones que ha emprendido en coordinación con el sindicato magisterial, como la elaboración de la iniciativa de ley estatal de educación, que desde hace 11 meses se encuentra atorada en el Congreso local.
En ese marco, si el gobierno federal estuviera en disposición y posibilidad de hacer un análisis de dichas acciones lejos de los maniqueísmos, tendría que reconocer que al final la política tan cuestionada del gobernador Cué respecto a su manejo no de la educación, sino del permanente conflicto magisterial en Oaxaca, ha buscado mantener los equilibrios sociales y políticos que ya en otros momentos estuvieron rotos, en aras de mantener la gobernabilidad y la mejor relación posible con los dos actores fundamentales de esta relación tripartita, como lo son por un lado el gobierno federal, y por el otro la radicalizada Sección 22 del SNTE.
MAGISTERIO, AMO DEL IEEPO
En Oaxaca conocemos a la perfección los dos grandes temas que abordó el gobernador Cué en su participación de ayer en el Senado, y que son parte de lo que debiera quedar bien claro al gobierno federal si es que quiere cambiar el estado de cosas del manejo educativo en la entidad.
Pues en la visión simplista del largo conflicto educativo de Oaxaca, casi siempre se omiten detalles que son fundamentales para comprender la realidad actual. Una de esas circunstancias, que sigue estando en el cajón del olvido del gobierno federal (que sólo opta por el camino fácil de culpar al gobierno de Oaxaca por la anarquía educativa), es la relacionada a la negociación que en 2006 emprendió el gobierno federal con la Sección 22, en el marco de la revuelta magisterial que entonces ocurría en la capital del Estado. Ahí se encuentra una de las razones claves de la beligerancia magisterial actual. ¿Por qué?
Porque uno de los temas que encendió la furia de los profesores (y fue gasolina para la revuelta social), fue la decisión del entonces gobernador Ulises Ruiz de retomar el control administrativo del IEEPO. Como bien se recordará, producto del convenio de descentralización educativa de 1992, el gobernador Heladio Ramírez había fijado nuevas reglas para la administración de la educación en el Estado, dentro de las cuales se estableció que sería la 22 quien nombraría a toda la estructura administrativa del nuevo instituto educativo, con excepción del Director General que sería el único nombrado por el Ejecutivo Estatal sin consenso con el sindicato magisterial.
Ruiz fue presa de esa regla, y por eso cuando decidió la embestida en contra de los profesores en 2006, uno de los aspectos clave que decidió tocar para minar su influencia, fue el de eliminar a todos los integrantes de la Sección 22 que eran parte del cuerpo directivo del IEEPO.
Esa fue una de las decisiones que más dolió al magisterio, porque si hubo un factor decisivo para mantener la disciplina de todos los miembros de la 22, éste era la capacidad que tenía el propio sindicato de coaccionar administrativamente a los integrantes del sindicato que no cumplieran con las tareas que ordenara el Comité Ejecutivo de la Sección 22. Por eso, al perder presencia la 22 en los cuadros directivos del IEEPO, también perdía mucha de su capacidad de control al interior de sus bases.
El problema fue que, producto del mismo conflicto y de las negociaciones en Gobernación, el gobierno de Vicente Fox y Ulises Ruiz concedieron que el magisterio recuperara todas sus facultades y privilegios dentro del IEEPO, y esa concesión sobrevive hasta la actualidad. Esa es una de las situaciones que hace presa del magisterio no al gobernador Cué, sino al Estado oaxaqueño, el control que tiene el sindicato sobre la administración de la educación en la entidad.
CORRESPONSABILIDAD
Finalmente, todavía hace algunos días vino una última andanada de críticas, enfiladas desde el gobierno federal, en contra del gobierno de Oaxaca, por no aplicar los descuentos a los profesores que perdieron 17 días de labores consecutivos. En el fondo, al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto parece no quedarle claro que si bien el gobierno de Gabino Cué carga con una parte importante de esa responsabilidad, el manejo de la educación es un tema no sólo educativo, sino sobre todo político y de gobernabilidad, que también debe ser enfrentado por el gobierno federal con la seriedad y responsabilidad que hasta ahora no ha demostrado frente a los oaxaqueños.
@ortizromeroc