+ Tomar partido en los comicios: ¿Por qué sí hacerlo?
Hoy, Oaxaca será un caos. Si todo ocurre como se anunció, desde temprana hora los profesores integrantes de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, habrán tomado diversas oficinas públicas y puntos estratégicos para las vialidades y carreteras, en todas las regiones del Estado. Estas acciones, según dijeron, forman parte de una jornada de lucha en solidaridad con el Sindicato Mexicano de Electricistas. Sin embargo, es evidente que esto también responde a lo establecido en una agenda política propia del magisterio, que se desarrolla paralelamente al proceso electoral que comienza a tomar fuerza en la entidad.
Como es evidente, ninguna de las acciones de un gremio tan determinante en Oaxaca, como lo es el magisterio de la Sección 22 del SNTE, puede estar desligada del calendario político que se desarrolla. 2010 es un año de gran intensidad para todos los factores de poder y equilibrio que existen en la entidad. Y por esa razón sería hasta ingenuo considerar que éstas son decisiones aisladas o coincidentes. El único indicio que podría llevarnos a considerar esto como una casualidad, es el contenido de los motivos y las demandas de la protesta que hoy ocurre.
Sin embargo, en este sentido habría que considerar por lo menos dos cuestiones. La primera, es la necesidad que hoy tiene el magisterio de la Sección 22 de hacer presencia en el escenario político de la entidad; y la segunda, el momento en que ocurre no sólo el inicio de las manifestaciones del llamado “magisterio democrático”, sino todo el proceso político por el que atraviesa la entidad. Vayamos por partes.
Las dos cuestiones van de la mano. Porque es todo menos una casualidad, que apenas tres días después arrancadas las precampañas entre los aspirantes a la gubernatura del Estado, el magisterio determine sitiar la capital oaxaqueña y las principales poblaciones de la entidad. Evidentemente, la forma más representativa de la manifestación política de los profesores oaxaqueños, es a través de la toma de las calles. Y, en este sentido, el motivo para emprender esas acciones, es lo de menos.
Así, es evidente que los profesores de la Sección 22 aparejaron dos calendarios. Al tomar como bandera las exigencias del Sindicato Mexicano de Electricistas, dejaron a salvo las exigencias particulares que harán valer con fuerza en el momento que sea adecuado. Y con esto tomarán parte de modo periférico en el proceso electoral, porque es claro que su influencia en este aspecto no se determina por el apoyo a tal o cual partido político o candidato, sino por su presencia como grupo de lucha y banderas sociales.
Por esa razón, las acciones de este día pretenden no sólo hacerlos presentes, sino sobre todo insertarlos formalmente en la agenda de prioridades respecto a las definiciones políticas, pero también en lo relativo a la gobernabilidad del Estado. Además, estos son los actos preparatorios de lo que serán sus propias jornadas de lucha, que seguramente iniciarán en la segunda quincena del mes de abril.
En su jornada de protesta de hoy, seguramente habrá referencias sólo tangenciales al proceso electoral, y a sus demandas particulares. Habrá de entenderse que este es, por así decirlo, su arranque propio y simbólico en las acciones que emprenda tanto en su particular calendario político, como el que nos es común a todos los oaxaqueños. Preparémonos todos.
TOMAR PARTIDO
Ante esto, habría que preguntarse qué postura formal asumirá el magisterio, ante el proceso electoral que se avecina. Ha sido prolongada la espera de la determinación sobre si una vez más llamarán a sus agremiados al voto de castigo hacia ciertas fuerzas políticas, si decidirán abstenerse de participar en cualquier forma del proceso sucesorio, o si decididamente apoyarán a tal o cual candidato. Cada una de las posibles posiciones, conlleva aspectos importantes que no deberían dejar de tomarse en cuenta.
El primero de los aspectos, según está visto, les ha funcionado mal. Dos han sido las consecuencias más marcadas del llamado al voto de castigo. La primera, que se dejó ver claramente en 2006, llevó al Congreso federal a más de una decena de legisladores (emanados del PRD, PT y Convergencia) que nunca supieron corresponder al magisterio, pero tampoco a las expectativas que se generaron entre la ciudadanía a partir de la derrota casi total que sufrió el priismo oaxaqueño en ese año.
La segunda consecuencia, que para ellos fue aún más nefasta, tiene que ver con la imposibilidad de articular una oposición importante. Estos llamados al voto de castigo, junto con los relativos a la abstención en los procesos electorales, no hicieron más que permitir la reinserción del priismo en las posiciones legislativas y de gobierno. Para un partido —como el PRI— que funciona a través de estructuras electorales, siempre el mejor escenario es que, en los comicios, el voto opositor se pulverice, y que la mayoría de los electores no salga a votar. Con eso, sus estructuras trabajan a la perfección y superan cualquier aversión ciudadana.
Por ello, la única vía que les quedaría libre para explorar, es la participación activa en el proceso electoral. Hasta ahora, es una decisión a la que también se han resistido sectores importantes del magisterio. Sin embargo, ese habría de ser el camino que finalmente les permitiría concretizar sus demandas económicas, sociales y políticas en una sola agenda política, para lograr su posterior cumplimiento.
Tal parece que el magisterio de la Sección 22 se resiste a tal decisión, por la conveniencia que encuentran a las demandas económicas y de coyuntura política, pero también porque ellos no desean asumir responsabilidades en cuanto a lo que podría llegar a ser una reforma democrática de gran calado. Parece claro que prefieren no tomar acciones firmes, para no ser responsables de los compromisos a largo plazo, y de las consecuencias de sus propias decisiones como factores de poder, y no como radicales opositores.
¿NO QUE NO?
En agosto de 2007, cuando el entonces aspirante a Edil de Oaxaca de Juárez por el Partido Revolucionario Institucional, José Antonio Hernández Fraguas, registró su candidatura ante el IEE, aseguró y reafirmó que, de ganar, sería un Munícipe de tres años. El sábado pasado rompió su promesa, y pidió licencia para integrarse al trabajo electoral de su partido. Una muestra más —entre muchas— de que el futurismo puede más que el compromiso de gobierno.
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