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Agresión vil

Carlos R. Aguilar Jiménez.


Fue exactamente hace medio siglo, en 1968, cuando a partir de la agresión realizada por el gobierno contra estudiantes en la plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, que se acabó progresiva y totalmente para siempre con el principio de autoridad y la aplicación de las leyes, porque luego de haberse condenado y satanizado al presidente de la república responsable de la agresión de aquellos lamentables hechos como: represor, tirano, déspota, arbitrario, cruel y asesino de lesa humanidad, todos los gobernantes que siguieron optaron por lo más fácil y lógico: evitar la aplicación de las leyes y el uso de la fuerza del estado para no ser calificados como represores o abusivos, sabiendo que el 2 de octubre no se olvida, ni aunque hayan transcurrido 50 años.

Hace días fueron humillados integrantes de la Marina Nacional, militares uniformados quienes, no obstante ser soldados entrenados para la guerra, con licencia  para matar, expertos en defensa personal, estrategias de lucha y manejo de armas, debieron soportar estoicamente la agresión vil y canalla de un grupo violento de resentidos sociales, de hijos no deseados ni queridos nunca por sus padres, sin autoestima y capaces de todo delito y agresión vil, porque saben que en México lo único que se hace contra los crímenes y agresiones viles, es la condena y señalamiento, el regaño en discursos que se transmiten por tv y nada más, porque, no obstante existen videos donde se observa quienes son los agresores, el mismísimo presidente de la república lo único que hizo fue condenar y, según él indignarse, mientras los agresores se ríen y burlan del ejército,, gobierno, las leyes y hasta de la Marina Nacional, situación que, si hubiera ocurrido en EU o Inglaterra, sería inaceptable por ser contra militares que representan a la nación, no obstante, en México y en especial en Oaxaca, no hay castigo, no existe sanción, pena, escarmiento ni justicia contra delincuentes, así que se pueden bloquear calles, secuestrar negocios, el aeropuerto, terminales de autobuses, robar en casetas de peaje, agredir al Ejército nacional o humillar a la Marina y pisotear a sus soldados, porque lo único que sucederá es una condena institucional, gimoteo oficial y regaño presidencial, pero hasta ahí, porque los gobernantes, desde el presidente hasta el más humilde policía, prefieren la gente linche a delincuentes, que los mal vivientes secuestren la ciudad y cada delincuente o político haga lo que quiera sin aplicar la ley y ser llamado después represor; como sucedió en Oaxaca cuando Ulises Ruiz quiso desalojar los parias de la SS2 del zócalo, siendo reconocido desde entonces, incluso el helicóptero que usó, como represor, así que para que meterse el líos y recibir condena de Derechos Inhumanos, mejor que el gobierno deje que cada quien haga lo que sea si, al final los gobernantes se van de Oaxaca o México, a países donde sí se aplica la ley, tal como lo acaba de demostrar España al destituir a su presidente por tener un equipo de corruptos, que aquí gozan de impunidad, como Gabino y todo su gabinete.   

El cambio de régimen no ocurrirá con alternancia, sino con demostraciones de voluntad hacia la transición

Por la ascendencia caudillista de la cultura y el ejercicio político que ha prevalecido en nuestro país, pareciera que en México seguimos mal acostumbrados a pensar que cualquier cambio de régimen está directamente relacionado con la persona que llega a la Presidencia. Esto quizá sea posible, en un país como el nuestro en el que cada nuevo Mandatario pretender reinventar el gobierno, al Estado, la economía y el ejercicio del poder. Sin embargo, más allá de eso debiéramos considerar algunos signos sustantivos de que sí puede haber un cambio de régimen y de época política, si independientemente de quién gobierne, se demuestra voluntad por una nueva concepción del poder y la responsabilidad pública a través de cuestiones como la justicia transicional.

En efecto, nos encontramos en México ante un escenario que bien puede ser el relativo a que “el país ya no aguanta más”. La nación parece encontrarse al límite no sólo por los perennes problemas económicos, sino ahora también por la irritación social, la violencia y la clara imposibilidad del Estado para terminar con la inseguridad que prevalece en amplias regiones del país a pesar de la presencia policiaca y de las fuerzas armadas. Junto a esto, hay otros dos grandes temas: la corrupción que ahoga a los tres órdenes de gobierno, y la impunidad, que sigue siendo un problema de fondo con el que lidiar ha resultado un verdadero vía crucis para los mexicanos.

En medio del proceso electoral, todos los aspirantes presidenciales prometen terminar con estos y todos los demás flagelos que agobian a nuestro país. El problema es que, o unos prometen hacerlo sin establecer una ruta clara sobre cómo conseguirlo; y los otros afirman que harán ahora sí, todo lo que no hicieron en las oportunidades que tuvieron o ellos o sus partidos, cuando estuvieron al frente del gobierno federal. Por esa razón, es evidente que más allá de lo que prometan las personas con soluciones mágicas pero inalcanzables, lo que deberíamos comenzar a buscar y exigir, son los mecanismos para lograr que llegue ese cambio de régimen y de época, independientemente de quién gane la presidencia.

Hay mecanismos que están puestos. Uno de ellos es lo que planteó un tribunal colegiado cuando estableció, por primera vez en una sentencia judicial en México, el mandato de crear una comisión que investigue nuevamente todo lo relacionado a los desaparecidos de Ayotzinapa; otro, es el planteamiento que están haciendo algunas personas respecto a enfrentar la violencia relacionada con el narcotráfico a través de una política de justicia transicional de legalización paulatina de algunos narcóticos que hoy están prohibidos por la ley, y que en alguna medida son parte de la guerra que se libra todos los días entre el Estado y los criminales por el tráfico y la venta ilegal de estupefacientes como la mariguana, y otros.

JUSTICIA DE AVANZADA

Respecto al primer punto, el pasado 4 de junio un tribunal federal ordenó la creación de una Comisión de la Verdad para reponer la investigación sobre el Caso Ayotzinapa, ya que la indagatoria realizada por la PGR no fue pronta, efectiva, independiente ni imparcial. Los magistrados de Primer Tribunal Colegiado del Décimo Noveno Circuito de Tamaulipas, resolvieron que existen “indicios suficientes para presumir que las confesiones e imputaciones en contra de coinculpados fueron obtenidas mediante tortura”.

Los magistrados ordenaron también reponer el procedimiento y pidieron al Ministerio Público de la Federación presentar dictámenes elaborados por peritos independientes, que cumplan con lo previsto en el Protocolo de Estambul. De esta forma, el tribunal señala que por las “graves violaciones a los derechos humanos” a los coacusados, como: tortura, desaparición forzada de personas y ejecuciones extrajudiciales debe crearse la Comisión de Investigación para la Verdad y la Justicia (Caso Iguala).

Dicha comisión, estableció el tribunal, “estará integrada por los representantes de las víctimas, la Comisión Nacional de Derechos Humanos y el Ministerio Público de la Federación”, aunque serán los familiares de las víctimas y la CNDH los que decidirán qué líneas de investigación seguirán y las pruebas a desahogar. Además podrán validar la incorporación de más organizaciones tanto nacionales como internacionales de derechos humanos.

Los magistrados basan su decisión en la necesidad de hacer valer “el derecho fundamental de acceso a la justicia de las víctimas, previsto en el artículo 17 constitucional, cuyo objeto es llegar a la verdad y que se pueda garantizar que no se repitan este tipo de graves violaciones de derechos humanos”. ¿Por qué es relevante esto? Porque es importante la forma en cómo los tribunales están ganando lugar no sólo en la impartición per se de justicia, sino en el hecho de establecer criterios para conocer la verdad de ciertos hechos.

Ahora le toca a la sociedad mexicana —a nosotros— exigir que quien sea el próximo Presidente, no sólo no trabe, sino que impulse la conformación y el funcionamiento de esta comisión conjunta para poder conocer la verdad de los hechos relacionados con el caso Ayotzinapa, y entonces podamos ver al menos un viso de la verdadera transición democrática que tanto hemos exigido los mexicanos.

Ahora bien, respecto al otro punto, e independientemente de si gana o no la Presidencia López Obrador, vale la pena rescatar una propuesta (https://bit.ly/2xK4chG) de la ministra en retiro, Olga Sánchez Cordero, respecto al cambio de paradigma sobre el control de algunos narcóticos, para pasar de la persecución a la legalización.

En una interesante propuesta, la Ministra apunta: “El derecho a la salud debe estar garantizado por el Estado mexicano, y eso incluye a todas las sustancias que se han utilizado de manera tradicional —e industrialmente— de manera “controlada”. El acceso a medicamentos contra el dolor, los analgésicos opioides y los derivados de la cannabis tienen un enorme soporte científico para su suministro a escala mundial; sin embargo, las barreras para su acceso nacional requieren su importación desde el extranjero, esto en virtud de la regulación internacional que sigue privilegiando la lucha contra el crimen frente al sufrimiento de millones de personas que requieren medicamentos.

“¿Por qué no hacer estos fármacos en nuestro país, trayendo beneficio médico a la población, e impositivo, para el Estado México? (…) La gran preocupación que comparto tiene que ver con el enorme poder del crimen organizado frente a una propuesta de despenalización. México es un productor ancestral de sustancias psicoactivas; la vida de miles de jóvenes depende del cambio de fondo, estamos ante un problema de salud pública y de riesgo por la violencia y la inseguridad. El Estado mexicano debe enfocar su energía en desmilitarizar la lucha contra el narcotráfico; debe reaccionar frente a la violencia con inteligencia y logística, donde se impacte a objetivos neurálgicos y vitales de la criminalidad organizada —con precisión y contundencia— pero, dentro de lo posible, con los menores enfrentamientos armados.”

VOLUNTAD

Para lograr cualquiera de los dos puntos, o ambos, sólo es necesario demostrar voluntad política. Deberían hacerlo los que ganen, y también los que pierdan. Si dejan a un lado las mezquindades partidistas, y hacen algo a favor del país, estos puntos bien podrían ser signos del cambio verdadero del que todos hablan, pero nadie entiende.

Capacita Poder Judicial en oralidad mercantil a barra de abogados

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El taller estuvo a cargo de la Jueza Cuarto Civil del Centro, Licenciada Martha Elena Gómez Carreño y la Licenciada, Guadalupe Verónica Rueda Contreras, Jueza Octavo de lo Civil

El Poder Judicial del Estado de Oaxaca (PJEO), que preside el Magistrado Raúl Bolaños Cacho, en coordinación con la Escuela Judicial, continúa brindando capacitación en el tema de Oralidad Mercantil a los colegios de abogados de la entidad.

Durante el 5 y 6 de junio se realizó el Curso-Taller en Materia de Oralidad Mercantil dirigido a litigantes de la Barra de Abogados en Línea Horizontal, que encabeza  el Licenciado Ángel García García, en las instalaciones del Auditorio “Benito Juárez” de los Juzgados Civiles y Familiares del Centro, ubicados en el Barrio del Ex Marquesado.

El taller estuvo a cargo de la Jueza Cuarto Civil del Centro, Licenciada Martha Elena Gómez Carreño y la Licenciada, Guadalupe Verónica Rueda Contreras, Jueza Octavo de lo Civil, quienes abordaron el proceso y etapas que conforman las audiencias orales mercantiles.

“Entendemos que puede ser difícil para quienes aprendimos el Derecho de la manera tradicional poder entender este nuevo proceso, pero es necesario porque lo demanda la ciudadanía y reduce el tiempo de respuesta, es la razón principal por la cual nos interesa que todos los abogados lo conozcan”, comentó Rueda Contreras.

En este sentido, la jueza conocedora del tema, expuso que debido reformas que se han realizado en el Proceso Oral Mercantil se han derivado diversos cambios, por lo que de tres audiencias, el proceso se redujo a solo dos: Audiencia Preliminar y Audiencia de Juicio.

En la primera, dijo, la Audiencia Preliminar busca que la parte actora y la parte demandada lleguen a un acuerdo para que así se evite la intervención del juez y se dicte sentencia que favorezca sólo a una de las partes involucradas.

En tanto, Rueda Contreras indicó que la Audiencia de Juicio en la Oralidad Mercantil, en donde se exponen las pruebas y se dan los alegatos de los abogados, por lo que es importante que conozcan el tema a tratar, las leyes y puedan ofrecer argumentos sólidos para cada situación que expongan.

Con este  Curso-Taller en Materia de Oralidad Mercantil, el Poder Judicial de Oaxaca cumple con su objetivo de capacitar a los abogados en los diversos cambios que se dan en temas de Derecho, siempre con la convicción de favorecer el acceso a la justicia de las y los oaxaqueños.

Próxima sucesión municipal

Carlos R. Aguilar Jiménez.


Sucedieron las nominaciones para presidentes municipales en Oaxaca y de inmediato comenzaron sus campañas de proselitismo político cada uno de los partidos y candidatos al gobierno de los municipios del estado y, en especial el de Oaxaca de Juárez, capital del estado gobernado por el PRI, donde si para bien o mal no habrá cambio en la gubernatura lo cierto es que a nivel nacional lo habrá y Oaxaca quedará al margen de los intereses o tendencias de la federación, porque lo probable es que a México no lo gobierno más el PRI.

El enojo de ciudadanos contra el PRI a quien culpan de todo, sin darse cuanta que son ocasión de lo mismo que culpáis (JODD) y por ello tenemos el gobierno que merecemos, llevará a la presidencia de la república a quien sea, pero que no del PRI, circunstancia que en Oaxaca de Juárez podría suceder también con las consecuencias correspondientes, perjudicando otra vez y una vez más a la población, porque de los municipios del país que son capitales de estado, uno de los más pobres y olvidados es Oaxaca, ciudad donde, si la comparamos, por ejemplo, con Puebla, aquí no se realizan obras públicas de ningún tipo, no hay desde hace décadas infraestructura vial, instalación de franquicias, ni un Sanborns, industrias u obras importantes, realizándose únicamente lo cotidiano aunque se construyan uno o dos hoteles privados, así que si por cualquier razón la sucesión municipal llevará a la presidencia a un partido distinto del actual gobierno estatal, las consecuencias serían desastrosas para la ciudad porque el enfrentamiento sería recíproco y el desacuerdo normal e inmediato, dado que la mayoría de recursos políticos y financieros para el funcionamiento de servicios y administración municipal dependen de la disposición del gobernador y, si los presidentes del país y Oaxaca resultan de otro partido, difícilmente atenderán peticiones, solicitudes o encargos, así que si bien o mal no podemos hacer mucho en las elecciones  nacionales para elegir al presidente, si que podemos hacer para elegir al próximo presidente municipal de Oaxaca de Juárez y asegurarnos que por lo menos durante el tiempo que trabajen juntos dos gobernantes del mismo partido, aunque no haya obras ni infraestructura porque a eso estamos condenados, mínimo esperemos que no haya enfrentamientos, venganzas políticas y desacuerdos institucionales que hundan aún más en el fango de la mediocridad a la estoica ciudad de Oaxaca, que ahora se la quieren apropiar para convertirla en sede de resentimiento, gimoteo, resistencia social y patético lloriqueo magisterial, no en sede del patrimonio cultural de la humanidad, donde lo que imperara debía ser el voto informado, culto y educado para hacer de Oaxaca de Juárez la primer ciudad turística y cultural del país, no la violenta, sanguinaria y cruel que es con los turistas que valientes o ignorantes de las circunstancias que vivimos a diario, todavía vienen a visitarnos entre barricadas, bloqueos, secuestros, asesinatos de periodistas y rencor social, convirtiéndonos así otra vez en la ocasión de lo mismo que culpáis.

Oaxaca de Juárez, un epicentro social sin proyecto ni liderazgos identificables

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Oaxaca de Juárez, la capital del Estado, vive permanentemente en una paradoja: a pesar de ser el centro de la atención y de las tensiones políticas, es un territorio que carece de un proyecto viable como ciudad, además de que adolece de liderazgos sociales y políticos con peso específico, y hoy es víctima de una inercia electoral a la que el propio destino de la ciudad, le es intrascendente. Cualquiera que sea su definición política en la jornada del 1 de julio, queda claro que la capital, a pesar de todo lo que representa, no es prioritaria para la política y para los partidos.

En efecto, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de las entidades federativas en México, Oaxaca no tiene otro epicentro ni vía de escape para todos los fenómenos y conflictos sociales, más que la capital oaxaqueña. Ello queda claro diariamente, cuando aquí a la ciudad es a donde llegan a hacer crisis todos los conflictos y cuestiones relevantes, para la vida de los oaxaqueños de las ocho regiones del Estado.

Cualquiera que sea el conflicto, no tiene a dónde más ir que la capital, porque además de ser el asiento de los poderes gubernamentales, es también el único polo de fuerza para la sociedad y para la opinión pública nacional. Parece terrible, pero el resto del país sólo sabe de la existencia de otras ciudades o poblados oaxaqueños cuando ocurre una tragedia, cuando hay un enfrentamiento o cuando sucede un hecho extraordinario. Pero fuera de esas circunstancias, para la generalidad en México todo lo que ocurre en el estado se reduce a la capital oaxaqueña.

Esa debería ser razón suficiente para que Oaxaca de Juárez fuera uno de los espacios más pujantes para la actividad política de la entidad. Paradójicamente, esto no sólo no ocurre sino que, además, la capital ha estado sujeta a todo tipo de vaivenes e intereses que demuestran lo poco relevante que ha resultado ser para la política partidista y, en general, para los distintos grupos de poder que han gobernado la entidad a lo largo de las últimas décadas. Aún siendo lo que es, la capital no ha tenido un proyecto propio de ciudad ni tampoco ha sido beneficiaria de la voluntad continuada por ofrecer mejores condiciones de estabilidad, habitabilidad o desarrollo.

Lamentablemente, Oaxaca de Juárez ha sido una ciudad que no tiene proyecto de desarrollo. Por eso, cada gobernante —municipal o estatal— ha tratado de imprimir su impronta en las acciones de gobierno que considera correctas. Pero queda claro que la mayoría de esas decisiones ha sido discordante, contradictoria o, cuando menos, carente de toda lógica o sentido de continuidad o de atención entre sí, a lo que verdaderamente la ciudad necesita. Esa es una razón evidente de por qué la capital padece de todo tipo de problemas metropolitanos básicos, tales como el abasto de agua potable, vialidades insuficientes, ambulantaje, crecimiento dispar o la proliferación de asentamientos irregulares, entre muchísimos otros problemas que son propios de una ciudad, pero no de una capital como la que se supone que es Oaxaca de Juárez.

Todo eso es reflejo, en realidad, de la inestabilidad de sus gobiernos. Cuando menos en las últimas dos décadas no ha habido más que un solo gobernante de la capital que terminara su gestión —Luis Ugartechea, en medio de empellones—. La ciudad ha sido vista, sí, como un escaparate partidista y como una arena política, pero también ha sido blanco de todos los recelos posibles entre quienes gobiernan, y pretenden gobernar la entidad.

Por eso sus gobiernos municipales han sido inestables; por eso mismo, reiteradamente ha sido espacio de bloqueos, recelos y maquinaciones entre los propios grupos políticos para evitarse el avance entre sí. La debilidad del ayuntamiento ha sido siempre el punto de quiebre cuando se pretende entablar una competencia con el gobierno estatal. Y éste casi siempre ha sido el origen de las desgracias de los gobernantes de la ciudad, y de la ciudad misma.

TRAGEDIA CONTINUADA

Hoy no sólo enfrenta esa realidad —que se ve a diario en la confrontación disimulada, y en la tensa relación que permanentemente existe entre el ayuntamiento citadino y el gobierno estatal, aún cuando emanaron de los mismos colores partidistas, pero en medio de una historia de repudios recíprocos—, sino que además hay un problema mayor: ninguno de los aspirantes a gobernar la capital oaxaqueña en los próximos tres años ofrece un panorama alentador para la propia ciudad. Un simplísimo repaso de los nombres y las ascendencias, puede darnos luces al respecto.

Por un lado, el Partido Revolucionario Institucional decidió postular a Manuel de Esesarte Pesqueira, quien fue presidente municipal interino en sustitución de Jesús Ángel Díaz Ortega desde finales de 2006 hasta terminar el periodo para el que había sido electo como concejal. Su administración fue, en realidad, una gerencia en la que no hubo más que mantener las inercias y tratar de apaciguar los cuestionamientos que había generado la desaparición material del gobierno municipal —en aquellos momentos, debemos recordarlo, nadie sabía nada del gobierno ni de los gobernantes citadinos—, desde los inicios del conflicto magisterial de 2006.

Por eso, aun cuando pretenden presentar a Esesarte como el hombre que necesita la capital, en realidad es difícil ubicar alguna acción relevante que se hubiera logrado a favor de la ciudad, durante su breve periodo como encargado de la administración municipal. Y si no lo hizo en aquel momento, cuando ya tenía el cargo en la mano, ¿por qué pensar que ahora sí lo haría?

Un escenario aún peor ofrece Samuel Gurrión, postulado por la coalición PAN-PRD-MC. El juchiteco es un hombre sin identidad con la capital; sin identidad política y, hoy queda claro, ni siquiera con identidad partidista. Brincó de partidos tratando de lograr una postulación —a lo que fuera—, y se encaprichó con la capital pensando que ésta sí puede ser el escaparate que necesita para cumplir su acariciado sueño de convertirse en Senador, y luego en Gobernador del Estado. En términos simples, queda claro que a Gurrión la ciudad le interesa sólo como un peldaño en la construcción de su ilusa carrera política, y que por eso piensa sólo en el 1 de julio sin considerar la relevancia de pensar en el proyecto que la ciudad necesita, y del que no ha dado ni esbozos.

La mayor incógnita de todo esto, se encuentra en Morena. En las circunstancias actuales, no importa a quién postule dicho partido; no importa si el personaje postulado tiene o no arraigo o amor por la ciudad; tampoco importa si éste representa algo positivo para la gobernabilidad, o si es capaz de generar cuando menos alguna condición de mejora a alguno de los muchos problemas que tiene la entidad. La inercia de la jornada electoral, y de la ausencia de voto diferenciado, bien puede hacer que el candidato morenista para la ciudad, gane. ¿Quién es, o qué representa? No importa.

SÍ. NO IMPORTA

Es duro aceptarlo, pero la paradoja más importante que envuelve a la ciudad implica que lo que pase en ella, y en sus definiciones políticas, es totalmente ajeno a lo que la capital necesita. Hoy la ciudad es rehén de un proceso, el electoral, para el que la propia ciudad no es relevante. Por eso, su único escenario previsible es, como desde hace varios lustros, la incertidumbre.

Votos de ingenuos

Carlos R. Aguilar Jiménez.


El candidato a la presidencia Ricardo Anaya, en uno de sus millones de anuncios publicitarios que se transmiten por radio, en base a malévolas intenciones de marketing, para condicionar a los ciudadanos para que voten por él, utiliza maquiavélicamente la ingenuidad de los niños a su favor, porque en una serie de preguntas respecto de quien será el campeón mundial de fútbol en Rusia 2018, los adultos conscientes e informados de nuestra realidad y posibilidades declaran que será campeón del mundo: Alemania, Francia, Argentina o Brasil, mientras los niños afirman que será México el triunfador, y si bien o mal no será así porque las posibilidades de los “ratones verdes futbolistas” son mínimas lo cierto es que en ingenuidad o inocencia si se puede creer que México llegaría a la final.

Y, en asuntos electorales, de la misma forma que con la ingenuidad de los niños, que por su misma naturaleza y edad, carecen de información, experiencia, conocimientos y hasta imaginación, en México la mayoría de ciudadanos carecen de lo mismo, siendo además de analfabetos funcionales, también ciudadanos poco informados, incultos y lo que es peor, ajenos a la estadística y probabilidad que como disciplinas son fundamentales para contar y así entender de dónde puede salir el dinero para hacer todo lo que prometen los candidatos, sabiendo que México es un país de tercer mundo o nación de quinto patio, donde si se reparte la poca riqueza que existe, esta se convierte en absoluta pobreza, porque no bastan los recursos naturales y extensión territorial, minas, mares y litorales, porque lo que actualmente, en un mundo globalizado, vale y tiene plusvalía son las ciencias aplicadas, la tecnología, know how, patentes, fórmulas, marcas registradas y franquicias que convierten la materia prima en productos terminados, marcas o logos; donde como ejemplo podemos considerar ¿cuánto vale como materia prima un teléfono móvil descompuesto? quizá unos cinco pesos, pero vale miles más como producto funcional con tecnología que no es mexicana; igual que facebook vale más que todo el territorio oaxaqueño, así que con la ingenuidad de los niños este candidato quiere que voten por él los mexicanos, y del mismo modo lo hace el candidato populista que promete igual que los padres que dicen a los niños Santa Claus o los Reyes les traerán regalos del Polo Norte o del lejano Oriente. Si se ha de votar debe ser con información, lógica y perspectiva para las nuevas generaciones y la nuestra, no con ingenuidad creyendo que México será campeón del mundo en fútbol o porque votando por cierto individuo, como por arte de magia o repartiendo el dinero del petróleo o lo que se roban los políticos alcanzará para hacer de México, no una nación de quinto patio, sino de primer mundo, como Alemania, que muy probablemente será finalista del campeonato de fútbol y no México que ni al quinto partido, como siempre, no llegará y, eso lo puedo apostar con expectativa basada en información, experiencia, lógica y objetividad, no con la ingenuidad de los niños y de votantes que creen en promesas imposibles de cumplir, de quien no dice la verdad, sino los que nos deje contentos.

CNTE impulsa un juego de espejos entre las apariencias y sus intereses

Hoy más que nunca, la Sección 22 del SNTE, en Oaxaca, y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, como movimiento magisterial del sureste del país, juegan intereses trascendentales en la elección presidencial. Lo hacen porque ahora más que nunca, se encuentran en la posibilidad de que uno de sus aliados llegue a la Presidencia. No obstante, como ellos son expertos en engañar con la verdad, ahora impulsan un abierto pero enmascarado doble discurso, para mantener a salvo sus posiciones de fuerza como opositores, incluso en el escenario del triunfo de su aliado, Andrés Manuel López Obrador.

En efecto, desde hace más de una semana la Sección 22 en Oaxaca, y a partir de ayer todas las secciones magisteriales que conforman la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, impulsan un paro indefinido de labores y protestas regionales y en la Ciudad de México, como una forma de exigir el cumplimiento de un pliego petitorio presentado a los gobiernos estatales y a la Secretaría de Gobernación, pero también como una forma de mantener activa su presencia durante el último tercio de las campañas presidenciales. Hemos apuntado en este espacio que la agenda magisterial no es laboral ni educativa, sino eminentemente electoral. De entre todo eso, destaca el hecho de que además están ante un interesante juego de espejos de cara al nuevo Presidente.

¿De qué hablamos? De que, al menos en Oaxaca, la Sección 22 ha dado muestras palmarias de cómo se puede mantener en paralelo dos líneas de trabajo distintas: en una, están apoyando decididamente al candidato presidencial del partido Movimiento de Regeneración Nacional y están haciendo activismo a su favor; pero en la otra mantienen a salvo los principios rectores que los guían como sección sindical, respecto a que como organización de esa naturaleza son apartidistas y por ende no pueden apoyar a ningún candidato o partido, en proceso electoral alguno. ¿Cómo lo logran?

El magisterio oaxaqueño ha sorteado la circunstancia, argumentando que la dirigencia seccional —es decir, la delegación del SNTE en Oaxaca, electa democráticamente— es una sola, y que es totalmente apartidista; y que el movimiento magisterial en general, representado por la Asamblea Estatal, es un ente que sí tiene intereses políticos, que sí tiene derroteros electorales, y que sí está participando en el proceso electoral a partir de objetivos concretos. A partir de eso debemos comprender también las acciones magisteriales, pues en ellas está gran parte del fondo que en apariencia resulta —y es— contradictorio. Veamos este interesante juego de espejos.

JUEGO DE ESPEJOS

Por un lado, la Asamblea estatal y el movimiento magisterial sí simpatizan con Andrés Manuel López Obrador. Por eso han dado cobertura a sus mítines políticos en Oaxaca y por eso le profesan abierto respaldo como movimiento. En contraposición, a la dirigencia seccional la han obligado a mantenerse marginada de cualquier acción de índole electoral, y por eso sus movimientos con fines electorales —el paro indefinido de labores, por ejemplo— se han enmascarado de acciones para forzar el cumplimiento de un pliego petitorio presentado ante las autoridades estatales y federales.

Otra expresión de ese doble juego, radica en el hecho de que como movimiento magisterial —como Coordinadora, o simplemente como “el magisterio democrático oaxaqueño”— sí apuestan de manera abierta al triunfo no sólo de Andrés Manuel López Obrador, sino de los candidatos a diputados federales y senadores de Morena, porque ello facilitaría la discusión de ciertos proyectos políticos y legislativos que ellos están impulsando.

Sólo que en el espejo, ellos han obligado a la sección 22 a mantenerse marginada de cualquier forma de participación electoral, aún cuando varios dirigentes —activos y del pasado— están participando como candidatos, por una razón que forma parte de otra expresión de ese mismo juego de espejos. En ello están, entre otros, Azael Santiago Chepi, Ezequiel Rosales Carreño, Irán Santiago Manuel, e incluso una hermana del actual dirigente, Eloy López Hernández. Todos, con ligas políticas de fondo no con la Asamblea Estatal sino con el Comité Ejecutivo Seccional en Oaxaca.

La razón por la que parecen apostar, pero al mismo tiempo apartarse de los intereses electorales de Morena, tiene otra razón de ser. Como Sección 22, el magisterio oaxaqueño tendrá como finalidad presionar a un eventual gobierno de Andrés Manuel López Obrador, igual que como hoy lo hacen con el de Enrique Peña Nieto y antes lo hicieron con todos los demás. Sin embargo, como movimiento sí apuestan al triunfo morenista porque ello les permitiría incidir en discusiones y proyectos, a los que se le ha vedado completamente el camino de la participación a lo que hoy pudiera entenderse como Sección 22.

Siguiendo esa lógica, en los objetivos hay otro juego de espejos. Pues como movimiento magisterial —oaxaqueño y regional—, los mentores le apuestan a la posibilidad de una segunda generación de la reforma educativa, que surja del consenso entre el gobierno federal obradorista y de los maestros del país. Como movimiento asumen que la evaluación es necesaria, pero sostienen que ésta debe dejar de tener los elementos punitivos y sancionadores que hoy tiene, para recoger la impronta de cada región del país, un país desigual, en el que no es lo mismo brindar instrucción a niños provenientes de familias acomodadas en zonas urbanas, que a los menores que nacieron y están creciendo en zonas de amplia marginación, desnutrición, violencia y pobreza.

Sobre eso mismo, ¿qué plantean como Sección 22? Únicamente, la derogación de la reforma educativa. Hábilmente, el magisterio sacó a su dirigencia de la discusión social de la educación, y los limitó a plantear la sola exigencia de la eliminación de la reforma educativa, al margen de cualquier matiz o consideración relacionada con qué debería hacerse con el espacio vacío que dejaría la eliminación de la reforma educativa. Así, queda claro que como gremio sí pretenden incidir, pero como sección magisterial no.

Por eso mismo, como movimiento magisterial sí están participando en el activismo e incluso están impulsando a varios de sus integrantes como candidatos a diputados, aunque como Sección 22 mantienen el apartidismo. Saben que necesitan tener representantes directos ante las cámaras legislativas, porque ello permitirá que existan diputados y senadores que entiendan los planteamientos magisteriales, e impulsen los consensos que sean necesarios. Por eso, a pesar de que hay varios dirigentes, ex dirigentes y familiares directos de integrantes de la Sección 22, la Asamblea se ha limitado a emitir algunos pronunciamientos de deslinde sobre ellos, aunque en realidad nada dice que ellos no sean sus potenciales representantes ante el gobierno de López Obrador.

JUEGO DEL BUENO Y EL MALO

Es a lo que van a empezar a jugar, si el próximo Presidente no entiende su juego. Hasta ahora, han sido un gremio más o menos unificado —aun por la fuerza— y eso mismo parece ponerlos en la disyuntiva de crear un ente malo y un ente bueno. Los malos serán quienes marchen, se planten, griten y den la cara; y los buenos serán quienes, desde la Asamblea, impulsarán decisiones de fondo para calmar la beligerancia de la Sección 22, aunque en realidad todos sepamos que es un mismo movimiento jugando en dos canchas distintas, al mismo tiempo.

El Poder Judicial inicia taller sobre interpretación jurídica

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El decano de los magistrados del TSJE, Crescencio Martínez Geminiano imparte un taller de capacitación a jueces

Con el objetivo de fomentar la profesionalización de las servidoras y los servidores públicos judiciales, el Poder Judicial del Estado de Oaxaca (PJOE), a través de la Escuela Judicial inició este lunes el taller de actualización “Interpretación y argumentación jurídica”, impartido por el Magistrado Crescencio Martínez Geminiano, integrantes de la Primera Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJO).

“El Magistrado Presidente del TSJO, Raúl Bolaños Cacho quiere que haya un cambio, que el Tribunal suba; que administremos los recursos que tenemos y el mejor recurso que tenemos es nuestro razonamiento”, comentó el Magistrado Martínez Geminiano durante la actividad realizada en un aula de la Escuela Judicial ubicada en el Centro administrativo del Poder Judicial en Reyes Mantecón.

Señaló que la argumentación jurídica la deben realizar los juzgadores y  las juzgadoras con razonamiento jurídico y no con lógica humana, ya que cada caso requiere diferentes argumentos, motivos y resolución.

“Es necesario que nos olvidemos de machotes; cada juez es distinto, piensa diferente y por tanto forma un estilo para dar sus resoluciones; ese estilo se debe reflejar en lo que hacemos”, expresó Martínez Geminiano.

Invitó a los jueces y las juezas a utilizar argumentos de autoridad en sus resoluciones, a leer resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde se citan diversos autores que permiten sustentar los argumentos dados.  

También exhortó a los juzgadores a compartir sus conocimientos y experiencias con sus compañeros, ya que de esta manera se enriquece lo aprendido y se abona a una impartición de justicia efectiva y eficaz.

El taller “Interpretación y argumentación jurídica” fue impartido a un primer grupo de juezas y jueces en materia Civil, Familiar, Mixto de Primera Instancia y de Ejecución de Sanciones; un segundo grupo realizará la actividad en 25 de junio para concluir el 9 de julio con un tercer grupo.

Constitución a modo

Carlos R. Aguilar Jiménez.


Hace dos años en el carretera rumbo a Tuxtepec inauguraron un restaurante bar de estilo alternativo, hipster, con un ambiente entre estadounidense y local, porque no obstante no vendían ninguno de los platillos típicos o tradicionales de Oaxaca incluidas cervezas artesanales locales y mezcales, con gran éxito entre clientes que buscan algo diferente de lo que ofrecen los restaurantes tipos de la zona, el restaurante en cuestión que se identificaba como “Los Ilegales”, fue clausurado hace días por las autoridades de San Agustín Yatareni, municipio donde se ubicaba el negocio, argumentando que no cumplía con la moral y las buenas costumbres de los aldeanos.

En México se supone nos rige la Constitución como Carta Magna respecto de los derechos y obligaciones que tenemos con el estado y entre nosotros, que lamentable ni se cumplen ni respetan, porque debido a la impunidad y corrupción cada quien hace lo que quiere sabiendo no habrá consecuencias legales, tal como ocurre en pueblos y aldeas donde, al margen de la Constitución, se rigen por el sistema de Abusos y Malas Costumbres, obligando a los pueblerinos e incluso a los que llaman avecindados, a someterse a sus anticonstitucionales y despóticas normas, como sucedió con el restaurante antes señalado y otros negocios que, una vez tienen éxito, las autoridades de pueblos comienzan a extorsionar exigiendo dinero o servicios según ordenen las asambleas, comités de comuneros o las agrupaciones de ejidatarios, siempre haciendo a un lado la constitución, porque, no obstante argumentan se cumple con todos los requisitos estatales, federales, de salud o protección civil que determinan las leyes nacionales, en los pueblos no vale, porque ahí es ley la discriminación a avecindados,segregación a mujeres, desobediencia a normas de construcción, seguridad, salud y bienestar social porque se declaran indígenas, nativos o lo que sea para decirse ajenos e independientes de México y su constitución, aplicando únicamente sus abusos y malas costumbres, desde luego, cuando les conviene, porque en otro sentido, del gobierno federal y estatal exigen carreteras, puentes, agua potable, drenaje, pavimento, mercados, escuelas y hospitales pagados por la federación, sin ofrecer nada en reciprocidad.

En Oaxaca si se pretende instalar un negocio, si es en Oaxaca de Juárez, se cumple con la constitución y ordenanzas municipales, pero, si es en algún pueblo se arriesga el empresario a la extorsión, latrocinio, chantaje y despojo de sus bienes o ganancias en beneficio de los pueblerinos, que al percatarse que a alguien gana dinero, de inmediato, como delincuentes se ensañan para obtener, según las autoridades, como en San Agustín Yatareni o Yahuiche, donde extorsionaban al dueño de la Loma Orgánica, todo el dinero que nunca ganaron con su trabajo y, siempre exigen con amenazas o expropiación lo que constitucional y eticamente no les corresponde..