+ Atropelló a todos; centralizó el poder; hoy, la mayoría lo rechaza
La crisis política por la que atraviesa la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO) no radica en un conflicto de orden laboral y, de hecho, ni siquiera en el solo hecho de la sucesión en la rectoría. El problema, en realidad, tiene como tema de fondo la purga que diversas expresiones universitarias pretenden hacer del clan Martínez Helmes, que a fuerza pretende retener el poder que no supieron mantener con base en el liderazgo. Hoy, por eso, la Universidad enfrenta un problema que sólo se resolverá en la medida en que se resuelva esta medición de fuerzas.
En efecto, desde la semana pasada el rector Eduardo Martínez Helmes ha dado claras muestras de desesperación frente a sus adversarios. La semana pasada cesó de forma fulminante al titular de la Contraloría universitaria, Pedro Rafael Martínez Martínez. Lo hizo sin ninguna justificación y —como se apuntó en este espacio la semana pasada— más bien como una revancha por las maniobras que comenzaba a realizar el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Oaxaca (STAUO) para abordar la carrera por la sucesión universitaria. Esa fue la primera escaramuza en una contienda que esta semana ha escrito nuevos capítulos. ¿De qué hablamos?
De que en aquel momento el rector Martínez Helmes cesó al contralor Martínez Martínez como una forma de amagar al grupo que, desde el STAUO, pretende apuntalar al secretario de Administración universitario, Silviano Cabrera Gómez, como la alternativa al clan de los Martínez en la carrera sucesoria. La respuesta no sólo del STAUO, sino de diversos grupos, fue la del cierre de la Universidad, decretado desde el lunes pasado y que no tiene para cuándo terminar. La demanda central que plantean es la restitución de los trabajadores despedidos, cuestión en la que evidentemente no cederá el Rector.
En esa lógica, ayer ocurrió un episodio de violencia que vale la pena analizar. Antes del mediodía, un grupo de porros intentó reventar el plantón que mantenían trabajadores afiliados al STAUO en la Escuela de Arquitectura de Cinco de Mayo. En las imágenes de la refriega, se pueden observar no sólo a porros a sueldo como “el Chente con lentes” o “el sonrics”, sino también al mismo secretario General del Sindicato Universitario de Maestros —reducto sindical de los Martínez Helmes—; en las imágenes, al lado de éste se encontraba Gabriel Pizarro Castillo, caudillo de la Preparatoria Uno.
¿Por qué todos esos personajes —no todos porros— participaron en los actos de violencia con los que se pretendía reventar el paro decretado por el STAUO? En el fondo, todo apunta a que el ex rector, y líder moral del clan Martínez, Abraham Martínez Alavés, está desesperado porque diversos grupos que hoy están generando oposición, antes eran parte de los que le daban fuerza. Específicamente, una parte importante del STAUO —que hoy está en paro— era uno de los que principalmente proporcionaba estabilidad al rectorado de Martínez Helmes. Hoy, lo evidente es que dejaron de comulgar con su causa, y que por ende no los van a apoyar para continuar detentando el poder.
Frente a este escenario, habría que preguntarse ¿qué pasó, y por qué el distanciamiento de los grupos con el clan Martínez? La respuesta, apuntan quienes conocen la política universitaria, de entrada se encuentra en el hecho de que hoy los Martínez Helmes pretenden retener a golpes lo que paulatinamente fueron alejando y enconando con sus actitudes soberbias.
Señalan que, por ejemplo, desde hace tiempo son bien conocidas las vociferaciones del propio Abraham Martínez Alavés, que en público y en privado reprendía a los líderes de las expresiones universitarias afines, exigiéndoles incondicionalidad a ciegas sin ofrecerles alternativas o espacios dentro de la Universidad. Los mismos hechos han dejado en claro que lejos de generar un liderazgo horizontal e incluyente, los Martínez Helmes privilegiaron al clan familiar, y a los verdaderos e incondicionalmente sometidos, en todos los espacios de relevancia dentro de la UABJO desplazando a quienes les habrían permitido mantener los equilibrios.
Sólo de esa forma se explica que, ni siquiera por la decisión del Rector, sino de Abraham Martínez Alavés, hoy el liderazgo de SUMA se encuentre en manos de Héctor López; que en la Facultad de Contaduría y Administración esté Abel Morales; que la Facultad de Derecho esté en manos de Reynel Vásquez Zarate; en Idiomas su sobrina Keila… y así, una lista interminable de personajes que lo único que tienen en común es la incondicionalidad con los Martínez Alavés.
EL TOTALITARISMO
Apuntan los propios universitarios que, ya metidos en esa dinámica, en los últimos años los Martínez Helmes —y particularmente el patriarca Abraham Martínez Alavés, que nunca tuvo pudor en demostrar su ejercicio de poder tras la silla del Rector— no tenían ningún empacho en ejercer un totalitarismo escalofriante. A los que señalaban errores y hacían críticas al interior, eran señalados como desleales. En sus palabras, sostienen, los que se atrevieron a ser críticos fueron calificados como “chuecos”.
Eso, señalan, le dio al traste a un proyecto que hace doce años decía tener como proyecto universitario, acabar con el porrismo y construir la prosperidad académica. Finalmente, todo apunta a que el clan de los Martínez Helmes sucumbió por completo ante las tentaciones del dinero, del poder y del caudillismo, como en los tiempos de Niño de Rivera, de Nahúm Carreño, de Leticia Mendoza Toro. En el fondo, todo apunta a que este rectorado terminará siendo un émulo de aquellos viejos caudillos.
DÍA CLAVE
Ayer, con toda la parafernalia priista de una operación cicatriz que está cumpliendo su cometido, Alejandro Murat fue ungido formalmente como el candidato priista a la gubernatura de Oaxaca. La gran incógnita está en el PRD, que hoy se juega su futuro en un escenario que de alguna forma parece un perder-perder. Si finalmente el PRD le apuesta a la decisión basada en las reglas que ellos mismos fijaron, perderán el apoyo del Estado en Oaxaca; si apuestan por respaldar al grupo gobernante, provocarán un cisma histórico de ese partido que, además, tendrá como destino o la nada, o la contra. En la Asamblea de este día, el PRD tiene dos escenarios: o revientan el quórum, o revientan la sesión. El fantasma, en todos los escenarios, es la violencia. Nubarrones por todos lados, sea cual sea la decisión.