Partido Acción Nacional nunca ha sacado las manos de Oaxaca

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El pasado viernes, el líder estatal priista, Adolfo Toledo Infanzón, exigió que el gobierno federal “saque las manos” del proceso electoral que se desarrolla en Oaxaca. Aunque esta presencia federal se está remarcando frente al proceso de sucesión gubernamental, y contrario a lo que argumentan los propios funcionarios federales y dirigentes de Acción Nacional, es evidente que para ellos nuestra entidad representa su más alta prioridad electoral actual, pero también un tema de atención permanente. Casi siempre para mal, desde hace algunos años la Federación no ha quitado su atención de Oaxaca.

Es evidente que la condena priista, tiene su razón en una serie de circunstancias que desde hace meses eran previsibles. Entre los tricolores, como entre los funcionarios del Gobierno del Estado, la posibilidad de que se conformara una coalición no les parecía riesgosa en sí por el empuje ciudadano, sino por la combinación de factores de la operación política que vendrían a Oaxaca a tratar de ganar la elección a través de la ingeniería electoral.

En efecto, los temores reales del priismo se fundaban en que, aún cuando en Oaxaca tanto Acción Nacional como el Partido de la Revolución Democrática son fundamentalmente membretes —la única oposición real se encuentra en algunos sectores del Partido Convergencia—, en los que sus respectivos dirigentes se encuentran domados por la cooptación oficial, lo que dicha unión haría funcionar serían las reservas abundantes de dinero federal que aquí se combinarían con la operación electoral perredista.

Los propios resultados electorales del panismo y el perredismo, y el interés actual de esos partidos por coaligarse, dan la pauta de todo esto que apuntamos. Porque es innegable que entidades como Oaxaca, tanto el panismo como el perredismo, son fuerzas meramente representativas, que en muy pocos distritos tienen la posibilidad de conseguir triunfos electorales contundentes, y que incluso carecen de más fuerza y simpatía ciudadana que la de sus propios militantes y su masa representativa de simpatizantes.

Así, lo que parece previsible es que por sí solas, esas fuerzas políticas no tienen ni la capacidad ni la determinación para lograr actividades y triunfos políticos importantes. Sus respectivas representaciones legislativas son escasas y su poder de convocatoria nunca llega a ser arrasador.

No obstante, el interés que hoy las une se encuentra más bien en la operación electoral, que puede realizarse a través del dinero y los agentes externos. En el caso actual, la cantidad de personas que acuden a los mítines del Candidato a Gobernador por la coalición opositora, y los que le manifiestan su apoyo a través de mantas, caravanas y demás, son la mera fuerza moral, que les sirve para crear imágenes y apariencias convenientes a su causa.

Empero, lo que en realidad importa para quienes encabezan la coalición opositora, se encuentra en las estructuras electorales que tanto los operadores perredistas como los enviados de las representaciones federales, estarían fabricando para obtener márgenes de votación favorables a sus respectivas causas.

Este último, es el punto que hoy atacan, y que verdaderamente le preocupa a los priistas. Es cierto que éstos tienen mejor conocimiento del escenario y de la operación electoral. Sin embargo, nadie puede soslayar que las capacidades federales son infinitas y superiores en relación a las locales, y que por esa razón desde ahora los tricolores comenzarán una fuerte y permanente estrategia de denuncia a las injerencias del gobierno federal en comicios estatales, como los de Oaxaca.

EL PAN, SIEMPRE

Sin embargo, ante cualquier acusación de injerencia en nuestro Estado, los panistas y funcionarios de la capital del país siempre tratan de esquivarse asegurando que, más bien, los oaxaqueños creemos erróneamente que nuestra tierra es el centro del universo, y que, en una actitud arrogante, consideramos que todos tienen puesta la atención en asuntos que son de mera competencia local.

¿Es esto así? No sabemos si frente a los demás factores de poder, haya razón en las afirmaciones. Pero no ante el PAN. Éstos, por lo menos desde 2006, han hecho presencia permanente en nuestra entidad, y para ellos ésta siempre ha sido una tierra de prioridades importantes. Veamos si no.

Desde que comenzó el conflicto magisterial y popular de 2006, propios y extraños vieron en las fuerzas de izquierda al enemigo más importante del gobierno y la paz de Oaxaca. Esta percepción se generó a partir de que las fuerzas de grupos y gremios como la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca y la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación tenían identidad abierta y confesable con las llamadas fuerzas de izquierda, que entonces se habían agrupado alrededor del entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.

Dichos grupos, en apariencia, fueron los encargados de hacer el desorden. Sin embargo, el gobierno federal encabezado entonces por el presidente Vicente Fox también participó de ese movimiento político, aunque en una posición que hasta ahora sigue siendo engañosa. ¿No fueron sus omisiones las que permitieron que el conflicto magisterial escalara a niveles insospechados? ¿Y no fueron ellos los responsables por abstenerse de tomar medidas importantes para evitar que la discordancia alcanzara los niveles de violencia y sinrazón que aquí se vivieron?

COMO HERMANOS

Desde entonces el PAN, a través del gobierno federal, tenía pleno interés es desmantelar las estructuras priistas que existen y operan en nuestra entidad. El perredismo y las fuerzas de izquierda, con las que en apariencia el panismo tenía un pleito a muerte por el resultado de los comicios presidenciales, ya para entonces se habían hermanado en una causa común: Oaxaca. Han pasado casi cuatro años desde esos acontecimientos. Y dos años antes, en 2004, ya habían estado juntos por la misma causa que hoy. ¿No ha habido, entonces, un hermanamiento de la derecha y la izquierda, mucho más profundo que las circunstancias que momentáneamente los alejan? Es pregunta.

almargen@tiempoenlinea.com.mx

almargenoaxaca.wordpress.com

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